“...Y entonces fui guiado”

La opinión de los Compañeros de Mensajero (PB) entre sí sobre los Compañeros

 Por Muhammad At-Tiyani As-Samawi

1) Testimonio sobre que ellos mismos alteraron la tradición del Profeta (PB)

Abu Sa‘id Al-Jidri dijo:

“El Mensajero de Allah (BP), en los días de ‘Id Al-Fitr1 e ‘Id Al-Ad-ha2, solía ir al Musal-la3, y lo primero que acostumbraba hacer era la oración. Entonces se retiraba de su lugar y se situaba en frente de la gente que estaba sentada en filas, y comenzaba a dar consejos u órdenes, o si quería, concluía temas pendientes. Después de todo esto, se marchaba”.

Abu Sa‘id añadió:

“La situación continuó siendo así, hasta que un día, que era o Fitr o Ad-ha, fui con Marwan, quien era el gobernador de Medina, y cuando llegamos al Musal-la, el cual tenía un nuevo púlpito construido por Kazir ibn As-Salt, Marwan se dirigió hacia él antes de rezar, por lo que le tiré de sus ropas, pero él me empujó y subió al púlpito.

Se dirigió a la gente antes de rezar, así que le dije: “¡Por Allah, tú has hecho cambios!”. Él me respondió: “Oh Abu Sa‘id, lo que tú conoces se ha acabado”. Yo dije: “Por Allah; lo que yo sé es mejor que lo que no sé”. Marwan dijo entonces: “Es que la gente no se sienta por nosotros des­pués de las oraciones, por lo tanto, dispuse la disertación antes de las oraciones”4.

Busqué las razones que llevaron a los Compañeros a cambiar la Sunnah (tradición) del Mensajero de Allah (BP), y encontré que los Omeyas (y la mayoría de ellos eran Compañeros del Profeta), al frente de quienes estaba Mu‘awiah ibn Abi Sufian (“El Escriba de la Revelación”, como fue llamado) solía forzar a la gente a insultar y maldecir a Ali ibn Abi Talib, desde los púlpitos de las mezquitas. Ese es un hecho que la mayoría de los historia­dores han mencionado en sus libros.

Muslim, en su Sahih, escribió en un capítulo titulado: “Las virtu­des de Ali ibn Abi Talib”, lo siguiente:

“Mu‘awiah ordenó a sus gobernadores en todas las regiones, adoptar la maldición de Ali ibn Abi Talib como tradición, y que todos los disertantes la incluyeran en sus discursos. Cuando algunos de los Compañeros protestaron enérgicamente contra tal norma, Mu‘awiah ordenó su muerte y quema. Entre los famosos Compañeros que fueron asesinados por orden de Mu‘awiah, están Huyr ibn Adi Al-Kindi y sus seguidores, pues ellos protestaron y se rehusaron a maldecir a Ali, y algunos de ellos fueron enterrados vivos”.

Abu Al-A‘la Al-Mawdudi, en su libro El Califato y el Reino, escribió la si­guiente narración transmitida por Abu Al-Hasan Al-Basri, quien dijo:

“Mu‘awiah realizó estas cuatro acciones, y el sólo hecho de hacer una de ellas, se considera un gran pecado:

- Hacerse con el poder sin consultar a los Compañeros, quienes eran la luz de las virtudes.
- Designar a su hijo como su sucesor, quien era un borracho y un corrupto que usaba seda y tocaba instrumentos musicales.

- Reclamar a Ziiad como su hermano (quien era un bastardo hijo de una ramera y de padre desconocido), contrariando el dicho del Mensajero de Allah (BP): “El hijo pertenece al lecho (es decir, a los padres que lo engen­draron) y el adúltero pertenece a las piedras (es decir, merece la lapida­ción)”.

- Asesinar a Huyr y a sus compañeros. ¡Ay de él por Huyr y los compañeros de Huyr!”.5

Hubo algunos creyentes de entre los Compañeros que solían salir rápidamente de la mezquita después de las oraciones, para no tener que presenciar las disertaciones que siempre finalizaban con la maldición a Ali y a la gente de su casa. Por esa razón, los Omeyas cambiaron la tradi­ción del Mensajero de Allah y antepusieron la disertación a las oraciones, de modo que la gente los escuchara en contra de su voluntad.

¡Qué clase de Compañeros fueron esas personas! No tuvieron miedo de cambiar la tradición del Mensajero de Allah o incluso sus leyes a fin de alcanzar sus objetivos mundanales, canalizar sus rencores ocultos y satisfacer sus siniestras ambiciones. Maldijeron a un hom­bre de quien Allah alejó la impureza y purificó sobremanera, e hizo obligatorio para la gente bendecirle de la misma manera que a su Mensajero. Además, Allah y Su Mensajero hicieron obligatorio para la gente amarlo, pues el Profeta (BP) dijo:

“Amar a Ali es tener fe, y aborrecerle es hipocresía”.6

Pero estos Compañeros alteraron y tergiversaron las reglas y dijeron: “Escuchamos, pero desobedecemos”. En lugar de bendecirlo, amarlo y obedecerlo, renegaron de él y lo maldijeron a lo largo de sesenta años, como ha sido mencionado en los libros de historia.

De la misma manera que los Compañeros de Moisés conspiraron contra Aaron y trataron de matarlo, algunos de los Compañeros de Muhammad asesinaron a su Aaron y persiguieron a sus hijos y seguidores en todas partes. Removieron sus nombres del diwan (lista de nombres de los musulmanes a quienes se les reparte del tesoro público) y prohibieron que se pusiera a alguien sus nombres. Pero esto no fue suficiente para ellos, sino que lo maldijeron (a Ali) y forzaron a los Compañeros creyentes a hacer lo mismo injustamente y por la fuerza.

¡Por Allah! Quedo sorprendido y perplejo cuando leo en nuestros propios Sihah cuánto amó el Mensajero de Allah a su “hermano” y primo Ali, y cómo lo dispuso por sobre todos los Compañeros, e incluso dijo:

“Tú eres para mí como Aaron para Moisés, solo que después de mí no habrá más profetas”.7

También dijo lo siguiente respecto a Ali:

“Tú eres parte de mí, y yo soy parte de ti”.8

“Amar a Ali es tener fe, y aborrecerle es hipocresía”.9

 “Yo soy la ciudad del conocimiento y Ali es su puerta”.10

“Ali es el Wali (protector) de todos los creyentes después de mí”.11

“De todo aquel que yo sea su Señor, Ali es su señor. ¡Oh Allah! Sé amigo de sus amigos, y enemigo de sus enemigos”.12

Si quisiéramos indagar sobre todas las virtudes que el Profeta (BP) mencionó respecto a Ali, las cuales han sido narradas y aprobadas por nuestros sabios en sus libros, entonces necesitaríamos escribir un libro especial para ello.

Por lo tanto, ¿cómo ignoraron los Compañeros todos estos textos y lo insultaron, le declararon su enemistad y lo maldijeron desde los púlpitos de las mezquitas?, y ¿cómo pudieron combatir contra él y finalmente asesinarlo?

Traté en vano de encontrar una razón para el comportamiento de aquellas personas, pero no encontré nada excepto el apego a la vida mundanal y la rivalidad por ello, además de la hipocresía, el renegar del Islam y el volver sobre sus pasos (a la época de la gentilidad). También traté de atribuir la responsabilidad a un grupo de malos Compañeros y a algunos de los conocidos como hipócritas, pero lamentablemente no pudo ser, pues en esos sucesos estuvieron involucradas famosas e importantes personalidades de entre los Compañeros.

Por ejemplo, el primero que amenazó con quemar su casa (de Ali) -con quienes estuvieran en ella-, fue ‘Umar ibn Al-Jattab, y los primeros que lo combatieron fueron Talhah, Zubair, ‘Aishah bint Abi Bakr -Umm-ul Mu‘minin (La Madre de los Creyentes)-, Mu‘awiah ibn Abi Sufian, Amr ibn Al-Aas y muchos otros similares.

Mi sorpresa es muy grande y seguramente coincidirá conmigo todo pensador libre y con intelecto, pues ¿cómo los sabios Sunnis concuerdan en la igualdad de todos los Compañeros y piden que Allah esté complacido con todos ellos, y bendicen a todos sin excepción? Incluso algunos de ellos dicen: “Maldice a Iazid, pero no te excedas”.

¿Cuál es la real situación de Iazid en todas estas tragedias, que ninguna religión ni lógica pueden justificar? Me parece extraño que la gente Sunni, si es que realmente sigue la Sunnah (tradición) del Profeta, considere justo a quien el Sagrado Corán y la tradición del Profeta califican como corrupto, apóstata e incrédulo. El Mensajero de Allah (BP) dijo: “El que insulta a Ali, me insulta a mí. El que me insulta, está insultando a Allah, y el que insulta a Allah, será arrojado por Él en el Infierno”.13

Ese es el castigo para aquéllos que insultan a Ali, y eso sin mencionar el de aquéllos que lo combatieron y finalmente asesinaron. ¿Cuáles son las opiniones de nuestros sabios respecto a todos estos hechos?, ¿o acaso sus corazones están sellados?

«Di: ¡Oh Dios!, por favor, protégenos de las astucias de los demonios, y me refugio en Ti de que se me presenten».

2)Los Compañeros incluso alteraron las oraciones

Dijo Anas ibn Malik:

“Yo no conocía nada mejor, durante la vida del Profeta, que la oración”. Y continuó diciendo: “¿Acaso no la habéis tergiversado?”.

Az-Zahri dijo:

“Fui a ver a Anas ibn Malik en Damasco, y lo encontré llorando. Le pregunté: ‘¿Qué es lo que te hace llorar?’ Respondió: ‘De lo que he aprendido, no conozco nada mejor que las oraciones, y ahora han sido tergiversadas’”.14

Y para que nadie se imagine que fueron los Tabi‘in los que llevaron a cabo los cambios después de todas las intrigas y las guerras, me gustaría dejar en claro que el primero en hacer cambios en la Tradición del Profeta respecto a las oraciones fue el mismo Califa de los musulmanes, ‘Uzman ibn ‘Affan. Asimismo, Umm-ul Mu’minin ‘Aishah se vio envuelta en esos cambios.

Tanto Al-Bujari como Muslim, ambos Shaij afirmaron en sus libros que el Mensajero de Allah (BP) realizaba dos ciclos de oraciones en Mina, y Abu Bakr después de él; asimismo ‘Umar después de Abu Bakr, y también ‘Uzman al comienzo de su Califato, pero luego este último se apartó de la regla en el transcurso de su Califato, y comenzó a realizar cuatro ciclos15. Muslim, además, expresó en su libro que Az-Zahri le preguntó a ‘Urwah: “¿Por qué ‘Aishah hace sus oraciones completas durante el viaje?”. Éste respondió: “Ella interpretó de la misma manera en que lo hizo ‘Uzman”16.

‘Umar ibn Al-Jattab también solía interpretar y hacer dictámenes que contradecían los claros textos de la Tradición del Profeta, e incluso los textos evidentes del Sagrado Corán, sobre el cual juzgaba según su propia opinión, como él solía decir:

“Había dos Mut‘ah17 permitidos durante la vida del Mensajero de Allah, pero yo los prohibo, y castigo a quienes los realicen”.

Decía a quien estaba en estado de Yanabah (impureza por causas sexuales) y que no podía encontrar agua: “No ores”, a pesar de las palabras de Allah -el Altísimo- en Surat-ul Ma’idah:

«Y si no encontráis agua, entonces recurrid a tierra limpia»(Sagrado Corán 5:6)

Al-Bujari expresó en su libro, en un capítulo que trata sobre la Yanabah:

“Escuché a Shaqiq ibn Salmah, diciendo: “Estaba yo con ‘Abdullah y Abu Musa, y este último preguntó: “¡Oh Abu Rahman!, ¿qué dices tú sobre un hombre que está en estado de Yanabah y no puede encontrar agua?”. ‘Abdullah respondió: “No debe rezar hasta que encuentre agua”. Abu Musa entonces preguntó: “¿Qué opinas tú de lo que ‘Ammar preguntó al Profeta, por lo que él (BP) le respondió: ‘Te es suficiente la tierra’?”. ‘Abdullah dijo: “¿Acaso no has visto que ‘Umar no se convenció (con eso)?”. Abu Musa dijo: “Dejemos de lado lo que fue dicho a ‘Ammar, pero ¿qué dices sobre la aleya coránica?”. ‘Abdullah no supo qué responder, pero justificó su posición diciendo: “Si los dejamos hacer eso, entonces cada vez que el agua esté fría, se abstendrán de usarla para purificarse y en su lugar harán el Taiammum”.
Dije a Shaqiq: “‘Abdullah fue aborrecido por eso”. Él dijo: “Así es”18.

3) Los Compañeros testifican contra si mismos

Anas ibn Malik narró que el Mensajero de Allah (BP) dijo a los Ansar:

“Notaréis después de mí un gran egoísmo, pero sed pacientes hasta que encontréis a Allah y a Su Mensajero junto a la Fuente”.

Anas dijo: “Ciertamente que no fuimos pacientes”19.

Al-‘Ala ibn Al-Musaiiab escuchó a su padre decir: “Encontré a Bara ibn Azib -que Allah esté satisfecho de ellos-, y le dije: “Bendito seas, tú acompañaste al Profeta (BP) y le juraste fidelidad bajo el árbol (durante el pacto de Al-Hudaibiiah)”. Él dijo: “¡Oh sobrino! No sabes qué innovaciones hemos hecho después de él”.20

Este fue uno de los primeros Compañeros que juraron fidelidad al Profeta (BP) bajo el árbol, que se supone es “de entre quienes Allah está complacido y conoce lo que hay en sus corazones, por lo que les recompensará con una cercana victoria”; el cual testificó contra sí mismo y sus compañeros con “las innovaciones que ellos hicieron después de él”.

Este testimonio es una confirmación de lo que el Profeta (BP) predijo sobre lo que sus Compañeros harían después de él y que retrocederían sobres sus pasos.

Entonces, ¿cómo podría cualquier persona sensata, después de toda esta evidencia, creer en la rectitud de absolutamente todos los Compañeros, como sostienen los Sunnis?

El que cree eso, está, definitivamente, discrepando con la lógica y las correctas narraciones transmitidas, y no deja referente intelectual que el investigador pueda usar para llegar a la verdad.

4) El testimonio de los dos sheij contra si mismos

En un capítulo titulado: “Las virtudes de ‘Umar ibn Al-Jattab”, Al-Bujari escribió en su libro:

“Cuando ‘Umar fue apuñalado, sentía un gran dolor, e Ibn ‘Abbas quiso consolarlo diciéndole: “¡Oh Comandante de los Creyentes!, de todas maneras, tú acompañaste al Mensajero de Allah y fuiste un buen compañero para él, y cuando te dejó, él estaba muy satisfecho contigo. Luego acompañaste a Abu Bakr, y fuiste un buen compañero para él, y cuando te dejó, él estaba satisfecho contigo. Luego acompañaste a sus Compañeros y fuiste un buen compañero para ellos, y si los dejaras, estarían complacidos contigo”.

Él dijo: “En cuanto a lo que has mencionado respecto a mi compañía del Mensajero de Allah y su satisfacción conmigo, eso es una gracia que Allah -el Altísimo- me ha concedido. En cuanto a acompañar a Abu Bakr y su satisfacción conmigo, eso también es una gracia que Allah -Glorificado sea- me ha concedido. Pero la razón de la angustia en la que me ves, es por ti y tus compañeros. Por Allah, si yo tuviera todo el oro de la tierra, lo utilizaría para librarme a mí mismo del castigo de Allah -Poderoso e Imponente- antes de ir a Su encuentro”21.

Asimismo, la historia lo ha registrado diciendo lo siguiente:

 “Desearía haber sido la oveja de mi familia, pues me habrían engordado todo lo que hubieran querido, hasta ser más gordo de lo que soy; y que cuando ellos hubieran sido visitados por sus amigos, me hubieran matado y asado parte de mí, y hubieran hecho “qadid” (carne en tiras seca al sol) de la otra parte; y que luego me hubieran comido y por último, arrojado como excremento... Desearía haber sido todo eso, y no un ser humano”.22

La historia también ha registrado a Abu Bakr diciendo algo similar a lo anterior: Cuando estaba observando un pájaro posado sobre un árbol, dijo:

 “Bien hecho, pájaro... Tú comes las frutas; te posas sobre los árboles, y tus acciones no serán computadas ni tendrás castigo. Desearía haber sido un arbusto junto al camino, que un camello pasara por mi lado y me comiera, y que luego me arrojara como estiércol... Desearía haber sido todo eso, y no un ser humano”.23

En otra ocasión, también dijo:

 “Desearía que mi madre no me hubiera dado a luz... Desearía haber sido una brizna de paja en el adobe”24.
Estos son algunos textos que usé como ejemplos.

Y he aquí al Libro de Allah que albricia a los creyentes diciendo:

«Ciertamente, los amigos de Allah no temerán ni estarán tristes. Creyeron y temieron a Allah. Albricias para ellos tanto en la vida mundanal como en la otra. No cabe alteración en las palabras de Allah. ¡Ese es el éxito grandioso!» (Sagrado Corán 10:62-64)

Allah, asimismo dice:

«A los que hayan dicho: “¡Nuestro Señor es Allah!”, y luego hayan perseverado, descenderán los ángeles: “¡No temáis ni estéis tristes! ¡Regocijaos, mas bien, por el paraíso que se os ha prometido! Somos vuestros protectores tanto en la vida mundanal como en la otra. Tendréis en ella todo cuanto vuestras almas deseen; todo cuanto pretendáis, de parte del Indulgente, Misericordioso» (Sagrado Corán; 41:30-32)

¿Cómo pudieron los dos Shaij, Abu Bakr y ‘Umar, desear no ser de la raza humana, a la cual Allah honró y dispuso por encima de toda Su creación? Hasta el creyente ordinario, que se mantiene en el sendero recto durante su vida, recibe a los ángeles para que éstos le albricien su lugar en el Paraíso, que no debe temer el castigo de Allah, ni estar triste por lo que deja tras de sí en la vida, y recibe las buenas nuevas estando en esta vida, antes de alcanzar la Otra.

Entonces, ¿cómo pudieron los grandes Compañeros, que son “lo mejor de la creación después del Mensajero de Allah” (de acuerdo a lo que se nos ha enseñado), desear ser excremento, cabello, paja o adobe, cuando los ángeles -supuestamente- les habían dado las buenas nuevas de que ellos irían al Paraíso? Entonces no tendrían que haber deseado tener todo el oro de la tierra para librarse a sí mismos del castigo de Allah, antes de ir a Su encuentro.
Allah -el Altísimo- dice:

«Si cada impío poseyera cuanto hay en la tierra, lo ofrecería como rescate. Disimularán su pena cuando vean el castigo. Se decidirá entre ellos con equidad y no serán tratados injustamente» (Sagrado Corán; 10:54)

También Allah dice:

«Aun si los impíos poseyeran todo cuanto hay en la tierra, y aun otro tanto, y lo ofrecieran como rescate el día de la Resurrección para librarse del mal castigo, Allah les hará aparecer aquéllo con que no contaban. Se les mostrará el mal que cometieron y se verán cercados por aquéllo de lo cual se burlaban» (Sagrado Corán; 39:47-48)

Hubiera deseado, sinceramente y con todo mi corazón, que estas aleyas coránicas no comprometieran a grandes Compañeros como Abu Bakr As-Siddiq y ‘Umar Al-Faruq.

A menudo hago una pausa cuando leo estos textos, pues aparecen algunos aspectos interesantes de sus relaciones con el Mensajero de Allah (BP), como lo atestiguan esas situaciones en que hubo demora y vacilación en acatar sus órdenes y pedidos, aun en los últimos momentos de su bendita y honorable vida, cuando le hicieron enojarse tanto, que les ordenó salir de su casa y dejarlo solo.

Además, recuerdo la serie de eventos que tuvieron lugar después de la muerte del Mensajero de Allah y el daño, perjuicio e ingratitud con que afligieron a su hija Az-Zahrá (P). El Mensajero de Allah (BP) dijo: “Fátima es parte de mí; el que la enfada me enfada a mí”.25

Fátima dijo a Abu Bakr y a ‘Umar: “Os pregunto en nombre de Allah -el Altísimo-: ¿No escuchasteis decir al Mensajero de Allah (BP): ‘La satisfacción de Fátima es mi satisfacción, y la ira de Fátima es la mía; el que ama a mi hija Fátima me ama, el que satisface a Fátima me satisface, y el que enfada a Fátima me enfada a mí?’” Ellos dijeron: “Sí, oímos eso del Mensajero de Allah (BP)”. Luego ella dijo: “Testifico ante Allah y Sus ángeles que me habéis enfadado y no me habéis complacido, y si me reúno con el Profeta, me quejaré ante él de vosotros”.26

Dejemos por lo pronto esta trágica historia que entristece los corazones. Tal vez Ibn Qutaibah, quien es considerado uno de los grandes sabios Sunnis, que fue un experto en muchas disciplinas, y que escribió muchos libros sobre interpretación del Corán, Hadiz, Lingüística, Gramática e Historia, bien pudo haberse convertido al Shi‘ismo, como me dijo una vez una persona terca cuando le mostré el libro de Ibn Qutaibah: Historia de los Califas.

Este es el tipo de propaganda que algunos de nuestros ‘Ulama utilizan cuando se les acaban los argumentos. Entonces, At-Tabari era un Shi‘a, y An-Nisa’i, quien escribió un libro sobre los diferentes aspectos de Imam Ali, era un Shi‘a, e inclusive Taha Husain, un sabio contemporáneo que escribió: Al-Fitnat-ul Kubra (La Gran Discordia), donde menciona el Hadiz de Al-Gadir y otras realidades, ¡¡también se hizo Shi‘a!!

El hecho es que todos éstos no sólo no se hicieron Shi‘as, sino que cuando hablaban sobre la Shi‘a decían toda clase de cosas vergonzosas sobre ella, y defendían la rectitud de los Compañeros con todas sus fuerzas. Pero cada vez que una persona menciona las virtudes de Ali ibn Abi Talib y reconoce los errores que fueron cometidos por los famosos Compañeros, imaginamos que se volvió Shi‘a.

Es suficiente decir delante de ellos, cuando se menciona al Profeta: “Las bendiciones de Allah sean sobre él y su familia”, o bien: “Ali; que la paz sea con él”, para que digan de ti que eres un Shi‘a. De acuerdo a esa premisa, un día durante un debate, le pregunté a uno de nuestros sabios: “¿Qué piensas sobre Al-Bujari?”. Dijo: “Es una de las principales autoridades en Hadiz (dichos proféticos), y nosotros consideramos su libro como el más correcto después del Libro de Allah, como todos nuestros sabios concuerdan”.

Le dije: “Él es un Shi‘a”. Él rió sarcásticamente y dijo: “¡¡Lejos está el Imam Al-Bujari de ser un Shi‘a!!”. Yo respondí: “¿No dijiste tú que todo aquel que dice: “Ali; que la paz sea con él”, es un Shi‘a?”. Respondió: “Así es”. Luego le enseñé a él y a aquellos con los que se encontraba, el libro de Al-Bujari, y los numerosos lugares donde aparece el nombre de Ali, a continuación del cual escribió: “Que la paz de Allah sea sobre él”, y de igual modo tras los nombres de Fátima (P) y de Al-Husain ibn Ali (P)27. El hombre no supo que decir.

Regresemos al incidente mencionado por Ibn Qutaibah en el cual se alega que Fátima se enfadó con Abu Bakr y ‘Umar. Si dudara de la autenticidad de esa historia, entonces estaría dudando de la autenticidad del libro de Al-Bujari al que nosotros consideramos el más correcto después del Libro de Allah.

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