La Paz Sea Con Ibrahim

(Anecdotario de la Vida del Mártir Ibrahim Hadí)

Él es el amor

El escrito que tiene en sus manos, no es solamente la recordación de un mártir heroico, sino que también es la narración de los eventos vividos por un hombre que aunque era ya un campeón deportista y poseía espíritu de lucha, valentía y generosidad sin igual, se perfeccionó con la medalla del martirio.

En una época en que los adolescentes y jóvenes sufren la influencia de modelos inapropiados en el campo del deporte y las artes, en los caminos desconocidos de la vida (como le aconteciese al Profeta José ante cuyos pies había un pozo y varios lobos vestidos de corderos); leer la vida de hombres como Ibrahim puede convertirse en una luz que alumbre nuestras noches tenebrosas, tal como lo dijo nuestro imam Jomeini: «Con estas estrellas se puede encontrar el rumbo».

Ibrahim fue un estudiante de la escuela de la wilāyah, que se convirtió en un maestro que daba clases de sinceridad, amor y altruismo; fue una persona que bebió de la fuente de Kauzar y de cuyas aguas daba de beber a los sedientos. Él aprendió de su maestro Alí (P) cómo triunfar sobre su ego, y retrató con hermosura la faz del altruismo, la entereza y la obediencia a Dios.

En los relatos históricos preislámicos, el joven iraní es presentado siempre como una persona virtuosa, valiente, heroica, amante y defensora de su patria... Pero después de la llegada del Islam, al estudiar las lecciones —de altruismo, pureza, dignidad, veracidad, religiosidad, y martirio— de la escuela de Ahl ul-Bayt (P), el joven iraní logró brillar en el firmamento de todas las virtudes; haciendo que los arrogantes de otras naciones lo confesasen e incluso llegasen a nombrar respetuosamente a estos jóvenes. Durante los periodos de la Revolución Islámica y la Defensa Sagrada, fuimos testigos de ello.

¡Leer sobre la vida de los adolescentes y jóvenes iraníes de esa época, que además estaban bajo el liderazgo del espíritu luminoso del imam Jomeini, es como ver la mar!

Algunos se deleitan al ver su grandeza y belleza, hay quienes van más allá y se lanzan a la mar consiguiendo aún más gozo; otros no se conforman con ello y se sumergen en sus profundidades y entre las rocas submarinas buscan ostras donde luego encuentran perlas. En verdad, cuán abundantes son las perlas extraídas de la mar de la Defensa Sagrada, que —para orgullo de Irán y del Islam— son tesoros únicos, dignos de conocer. ¡Las joyas son tantas que hasta hoy muchas de ellas todavía reposan en lo profundo de la mar sin haber sido alcanzadas por las manos de los buzos!

¡Esto es parte de la gracia de Dios, que a cada momento nos muestra una joya, para que entendamos que no sabemos nada de este infinito!

¿Qué hemos hecho y qué haremos nosotros? ¿Acaso hemos tomado como modelo a estos seres de la tierra cuyo grado espiritual es deseado por algunos seres del cielo? ¿O somos simples personas que no tenemos a alguien como don Ibrahim que sea nuestro ejemplo a seguir?

Los árboles que han surgido de la tierra de la wilāyah y que desde su infancia se han nutrido en Irán de las fuentes cristalinas cuyas aguas son las lágrimas derramadas en las ceremonias de luto del Imam Husein (P), tienen en sus corazones el sello de hazrat Abbás (P) y siguen a Fátima (P), la madre de todos los descendientes del Profeta (PB). Por la gracia de Dios, tenemos muchos mártires como Ibrahim, que han defendido al Islam y a la Revolución Islámica.

Querido lector: Dios nos permitió realizar muchas entrevistas a los familiares y amigos de Ibrahim, para que se convirtiesen en páginas del libro dorado de un místico silencioso, un enamorado y un maestro compasivo, un joven musulmán, un campeón y héroe, un servidor del Imam Mahdi (que Dios apresure su aparición), preparando así esta obra para su lectura, estudio y reflexión.

Finalmente, agradecemos a todas las personas que han contribuido de una u otra forma a la compilación y publicación de este libro, y esperamos que con su opinión y sus propuestas nos ayude usted a presentar a los hombres benevolentes de esta nación.

Sin duda, con ello estaremos pagando una deuda a aquellos que entregaron sus vidas para que la religión de Dios fulgiese en el mundo.

«La caravana se fue mientras estabas durmiendo y el desierto estaba frente a ti.

¿Cuándo te irás tú? ¿A quién le pedirás que encuentre el camino?

¿Qué vas a hacer mientras estés vivo?»

Extraído del libro La Paz Sea Con Ibrahim; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

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