La revelación gradual del Corán y la opinión de Quraish al respecto
Un análisis de la vida del Profeta del Islam; Mahoma (Muhammad) (PB)
Por: Aiatollah Yafar Sobhani
LA OPINION DE QURAISH RESPECTO AL CORAN
Una investigación objetiva de la historia del Islam demuestra que el Corán, esta Escritura maravillosa, fue el milagro más grandioso y el arma principal que esgrimió el Profeta en su tarea de difusión. Los maestros de la lengua, los poetas y oradores de la época y posteriores fueron anonadados por la elocuencia del Libro, por su extraordinaria expresividad, su atracción y sabiduría. Todos los árabes -para quienes el cultivo de la lengua era como una religión confesaban que jamás se había presentado una exposición tan sublime como
“HA MIM. He aquí la revelación de Dios, Graciabilísimo, Misericordiosísimo. Es un Libro, cuyas aleyas han sido detalladas. Es un Corán arábigo destinado a los sensatos; albriciador y amonestador; pero, la mayoría de los humanos lo desdeña sin escucharlo.”
Y dicen: “Nuestros corazones están insensibles para aquello a que nos invita, nuestros oídos están ensordecidos y, entre tú y nosotros, hay una barrera. ¡Haz, pues, por tu religión, que nosotros haremos por la nuestra!” Diles: ‘Soy tan sólo un mortal como Vosotros. Me ha sido revelado que vuestro Dios es un Dios Único. ¡Consagraos, pues, a El e Imploradle perdón!’. Y ¡guay de los idólatras!, que no pagan el zakat y reniegan de la otra vida. Por cierto que los creyentes, que practican el bien, obtendrán una recompensa inagotable. Diles: ‘Renegaréis, acaso, de quien creó la tierra en dos días, y le atribuiréis par iguales? ¡Tal es el Creador del universo!’ Y encima de ella fijó firmes montañas, la bendijo, y predeterminó prudentemente el sustento de los necesitados, en cuatro días. Luego se dirigió hacia el cielo, cuando aún era gas, y le dijo lo mismo que a la tierra: ‘¡Someteos a mí de buen o mal grado!’ Dijeron: ‘Nos sometemos a ti voluntariamente’. Y perfeccionó siete firmamentos en dos días, y a cada cielo asignó su orden. Y adornamos el firmamento del mundo de luceros y lo custodiamos con guardianes. Tal es el decreto del Poderoso, Sapientísimo. Pero, si desdeñan, diles: ‘¡Os conmino con una centella semejante a
Al escuchar esta última aleya Ualid tembló y lleno de estupefacción se levantó y se dirigió hacia su casa. No salió de ella por algunos días de tal modo que Quraish comenzó a burlarse de él diciendo: “Ualid ha abandonado la religión de sus ancestros y sigue a Muhammad”.
Otra versión del relato anterior es la que cuenta Tabarsi, quien dice que el día en que se reveló
Veamos otro ejemplo. Utbat Ibn Rabi‘at era uno de los jefes de Quraish. Durante los primeros días que siguieron a la adhesión al Islam de Hamza reinaba el desasosiego en las reuniones de los Quraishitas o Temían que el Islam se siguiera expandiendo con más fuerza que antes. Utbat dijo: “Iré a ver a Muhammad y le haré algunas propuestas. Puede que acepte algunas de ellas y abandone esta nueva religión.” Los presentes aprobaron su iniciativa. Se dirigió donde el Profeta, quien estaba sentado en la mezquita (de
Las extrañas excusas de los quraishitas.
Un día, luego de la puesta del sol, los jefes quraishitas tales como Utbat, Shaibah, Abu Sufián, Nadr Ibn Haraz, Ualid Ibn Mugairah, Abu Yahl y otros, se reunieron próximos a
“y dicen: ‘No te creeremos a menos que nos hagas brotar un manantial de la tierra; o a menos que poseas un jardín de palmeras y vides en medio del cual hagas brotar ríos caudalosos; o a menos que hagas caer el cielo a pedazos, sobre nosotros como pretendiste; o menos que nos presentes a Dios y los ángeles en persona; o a menos que poseas una casa de oro o que escales e cielo, jamás creeremos en tu ascensión hasta que no nos envíes un libro que podamos leer’.” (17:90 a 93).
Evidentemente, las palabras de los quraishitas en la ocasión no eran más que excusas, porque, ¿qué relación existe entre la posesión de jardines y la profecía? Además, desear que caiga el cielo a pedazos no es motivo de orientación. Sólo una de sus propuestas tenía sentido: Su ascensión al cielo. Pero aunque el Profeta lo hubiera hecho no le habrían creído como afirma la aleya anterior. Si su intención era comprobar la veracidad del Profeta, su elevación al cielo era suficiente como prueba. El Mensajero de Dios les dijo: “¿Soy, por ventura, algo más que un enviado mortal? Sin la anuencia de Dios no puedo realizar milagros”.
LOS MOTIVOS DE
Este tema es uno de los puntos más discutidos en la historia del Islam. ¿Cómo fue posible que los quraishitas, conociendo la veracidad y fidelidad del Profeta -demostrado a lo largo de los años anteriores a la profecía sin ninguna mácula-, sabiendo que nunca había tropezado ni incurrido en falta, viendo como cautivaba los corazones con la sabiduría y expresividad de su habla, y notando en él aspectos y hechos milagrosos y excepcionales, lucharan en su contra?
La causa de tal oposición puede resumirse en tres motivaciones:
1)
Umaiiah Ibn Abis Salt era uno de los que anunciaban la llegada del nuevo profeta, y él mismo tenía la esperanza de ser el que se anunciaba. No siguió a Muhammad ni en los últimos días de su vida, y siempre instó a la gente a ponerse en su contra.
Cierta vez Ajnas, el enemigo del Enviado de Dios, preguntó a Abu Yahl su opinión sobre Muhammad. Le dijo: “Nosotros y Abdu Manaf (bisabuelo del Profeta) disputamos la nobleza y grandeza y somos rivales. En algunos aspectos llegamos a estar parejos y después de tanto esfuerzo para lograrlo dicen que baja del cielo un mensaje para uno de los integrantes de nuestra tribu. ¡Por Dios que jamás le creeremos!”.
Los anteriores son algunos de los ejemplos de la envidia y la rivalidad de los inicuos contra el Profeta.
2) El miedo ante el anuncio del Día del Juicio Final. Este factor fue una de las principales causa de su empecinamiento contra el Mensajero de Dios. Estas personas eran lujuriosas y desprejuiciadas, gozaron de absoluta liberalidad durante siglos y esta exhortación, contraria a sus antiguas tradiciones y prohibitiva de sus corruptas costumbres, les resultaba enervante por el esfuerzo y molestia que significaban. También, las aleyas que anticipaban severos castigos creaban el desconcierto y un gran temor en sus almas. Cuando el Profeta (B.P.) recitaba con su melodiosa voz el Sagrado Corán en las reuniones organizadas por Quraish se producía un escándalo y ello alteraba sus placeres. El árabe, que siempre estaba preparado para rechazar cualquier inconveniente, que realizaba sorteos con flechas para conseguir la inmunidad, que adivinaba la suerte por medio de piedras y a quien el arribo o partida de determinadas aves fijaba su futuro, jamás estaría dispuesto a permanecer inmóvil ante los castigos que Muhammad anunciaba. Por esto se generó otra causa para que lucharan en su contra. Exponemos a continuación algunas aleyas que desconcertaban a los quraishitas:
“Pero, cuando retumbe el tañido ensordecedor, cada cual será retribuido según su obra. Ese día el hombre huirá de su hermana, de su madre y de su padre, de su esposa y de sus hijos. En ese día a cada cual le bastará su propia preocupación”. (80:34/37)
Mientras bebían escuchaban aleyas como ésta: “Por cierto que a quienes niegan nuestras aleyas les introduciremos en el Fuego infernal. Cada vez que su piel se haya abrasado, se la cambiaremos por otra piel, para que experimenten el suplicio; porque Dios es Poderoso, Prudente. ”. (4:56) Tal era el efecto de estas conminaciones que los impíos abandonaban sus copas sin darse cuenta ante el temor que los embargaba.
3) El temor a la inicua sociedad árabe. Otra causa puede rastrearse en la conversación que lIariz Ibn Naufal mantuvo con el Profeta y en la cual aquél le dijo: “Sabemos que lo que dices es cierto, pero tememos que el árabe inicuo e incrédulo nos expulse de
Algunas objeciones de los inicuos.
Muchas veces los enemigos del Profeta (B.P.) objetaban que Muhammad lo fuera porque había surgido en
Otras veces decían: “¿Por qué el Corán de Muhammad se revela gradualmente mientras que
EL CORAN Y
La historia de
La mayoría de los versículos del Sagrado Corán tienen una vinculación directa con ciertos hechos ocurridos. Estos sucesos, según la terminología de los exegetas del Corán, se denominan “sha’nu-n-nuzúl”, es decir: el motivo de
Nos surge la pregunta: ¿por qué motivo los versículos coránicos no fueron revelados de una sola vez, como en el caso de
La respuesta puede desarrollarse de dos maneras:
1) Si la doctrina islámica es de origen divino y su Libro (el Corán) es una escritura revelada por Dios, su contenido debe ser, naturalmente, completo en sí mismo, y debió revelarse de una sola vez, sin intervalos, pues no es concebible que una doctrina completa, en que todo está debidamente detallado a la perfección se haya manifestado paulatinamente. Según este razonamiento, el Corán, que fue completado paulatinamente y tras una serie de sucesos, no siendo revelado de una sola vez, no merece ser llamado un Libro divino (pues supone una perfección paulatina en
2) Las aleyas del Corán y otras referencias históricas confirman que otros textos sagrados (como
Las incógnitas de
El mismo Corán da la respuesta justa a estas objeciones sobre la forma de
l.-El Sello de los Profetas asume una responsabilidad mucho mayor que la del resto de los enviados divinos. En el transcurso de su misión se enfrenta a grandes dificultades, todo lo cual merma el ánimo del Enviado, y sus fuerzas aunque posee una gran alma. En estos momentos, la renovación constante del vínculo con el otro mundo a través de la reiterada presencia del ángel de
2.-Podemos deducir también de esta aleya otro significado posible sobre la conveniencia de que el Corán se revelara gradualmente. El Profeta, siendo el maestro de su comunidad, médico y purificador del alma humana, fue elegido para enseñar y orientar con su ejemplo y curar así los males sociales mediante la puesta en práctica de los principios revelados. Ahora bien, no cabe duda que la mejor manera de enseñar esos principios es que estén acompañados de
De la misma forma, si las aleyas del Corán hubieran sido reveladas de una sola vez -aunque no eran necesarias en esos momentos todas esas disposiciones-, el Libro del Islam habría carecido del mencionado privilegio para
3.-Durante su profecía el Enviado de Dios debió enfrentarse a diferentes creencias, como la idolatría, el judaísmo y el cristianismo. Cada una de ellas tiene diferentes enseñanzas respecto de Dios, el Juicio Final y otros conocimientos de este mundo y el otro. Estas discrepancias y oposiciones exigían que el Mensaje divino fuera dilucidando la verdad sobre estos puntos y refutando los errores y falsedades con que los diversos grupos encaraban al Profeta (B.P.). El Sagrado Corán dice al respecto: “Siempre que te hagan alguna impugnación, te comunicaremos la verdad irrefutable y la mejor explicación de ello”. (25:33)
4.-Existe además otro motivo para la revelación gradual, y es precisamente el indicar sin lugar a dudas el origen divino del Mensaje. En efecto, no se puede atribuir el Corán a la obra de un hombre siendo que fue revelado a lo largo de 23 años y en circunstancias totalmente cambiantes y diversas, en momentos de tristeza y alegría, de victoria y derrota, por lo cual es imposible que un hombre pueda expresarse en todas estas circunstancias del mismo modo. Evidentemente trasuntaría el texto las variaciones de humor y entusiasmo. La prueba está precisamente en que, a pesar de ser revelado a lo largo de 23 años, el Corán no varía en nada su metodología de expresión. Es como si fuera una perla uniforme, que no presenta diferencia en ninguna de sus partes. Puede que la siguiente aleya, que niega toda discrepancia dentro del Corán, nos esté señalando la verdad del motivo que expusimos más arriba: “¿No meditan acaso en el Corán? Si fuese de otro origen que no sea el de Dios, hallarían en él muchas discrepancias.”(4:82)
Fuente: La Historia de Mahoma (PB); Vida del Profeta Muhammad (PB) e historia de los orígenes del Islam
Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.
www.islamoriente.com , Fundación Cultural Oriente