Logros intelectuales del Imam Hassan (la paz sea con él)

Extraído del libro: “MORALIDAD Y COSTUMBRES DE LOS SANTOS IMAMES”

(Akhlaq- e- Aaimma)

AUTORES: Maulana Sayyid Zafar Hasan Amrohi (t. s.)

TRADUCIDO AL ESPAÑOL PARA U.M.M.A. POR: Fabiana Ríos

El Imam Hassan (la paz sea con él) fue también una floreciente y fragante flor de este jardín de virtud y perfección, que fue regado por el Todopoderoso con las aguas del conocimiento y la sabiduría. Solía florecer en la atmósfera iluminada de la misericordia y la generosidad. Estaba protegido por la infalibilidad y cuidado por la profecía. Este príncipe de los dos mundos había sido alimentado por la lengua de la profecía y se crió en el regazo del Imamato. Tal como el de su padre, el pecho del Imam Hassan (la paz sea con él) estaba también iluminado por el resplandor de la sabiduría divina. Sus pasos tampoco se desviaron del camino recto. Jamás prestó atención a los conocimientos del extremismo o conservadurismo. Continuó propagando la religión durante toda su vida.

El poseía el don natural de extraer las conclusiones correctas al disponer de los hechos básicos. Es por ello que se hallaba a salvo de los errores de juicio o de práctica en todos los aspectos de su vida. Ali (la paz sea con él) habitualmente confiaba al Imam Hassan (la paz sea con él) los problemas legales que le eran enviados por los califas regentes. Nunca se dijo que el Imam Hassan (la paz sea con él) haya hecho un juicio erróneo. Leamos algunos incidentes a este respecto.

1- El Imam Reza (La paz sea con él) ha contado que una vez un hombre sosteniendo un cuchillo ensangrentado fue llevado ante Omar. Aquellos que lo habían arrestado dijeron que una cabeza seccionada había sido encontrada en un cierto punto y que habían hallado a este hombre parado allí cerca. Omar le preguntó al acusado si él había cometido el crimen de esa víctima. Él lo confesó. Omar ordenó su ejecución. A la brevedad se presentó otra persona que dijo: “Libérenlo, porque el verdadero asesino soy yo”. Omar estaba confundido y no podía decidir qué hacer, entonces, le envió el problema a Amir ul Mu’minin (la paz sea con él). Ali (la paz sea con él) le preguntó al primer acusado: “¿Has matado a ese hombre?”. Él respondió: Amir ul Mu’minin la verdad es que soy carnicero y yo estaba sacrificando una cabra en el lugar, cuando me urgió orinar. Sosteniendo el cuchillo manchado de sangre, fui a responder el llamado de la naturaleza en esas ruinas donde vi a aquel hombre asesinado. Estaba contemplando el cadáver cuando esta gente vino y me arrestó. Cuando me llevaron ante el califa confesé el crimen porque toda la evidencia circunstancial estaba en mi contra y mi negativa no habría tenido el menor impacto. Pero la verdad es que no maté a nadie”. Alí (la paz sea con él) se vuelve hacia el segundo hombre y le pregunta si él era el asesino. Él dijo: “Si, yo deseaba huir hacia donde nadie lo supiese, pero cuando vi que un hombre inocente era falsamente acusado, mi conciencia no soportaba que yo estuviese a salvo mientras un inocente era ejecutado en mi lugar. Por eso vine a confesar mi crimen”. Ali (la paz sea con él) le preguntó al Imam Hassan (la paz sea con él) que dictamen daría en este caso. Él replicó sin dudar: “Ambos hombres deben ser liberados y el precio de sangre de la víctima debe ser pagado del erario público”. Cuando Ali (la paz sea con él) le pidió justificar su decisión él dijo: “Uno de ellos es inocente y el otro merece ser liberado porque ha salvado la vida de un inocente. Dios Todopoderoso dice: Aquél que ha salvado la vida de una persona, es como si hubiese salvado a toda la humanidad”.

El incidente antes mencionado demuestra que los dictámenes en asuntos materiales no deben estar basados en conjeturas, deben apoyarse en los rigurosos hechos. Además cada dictamen debe estar sustentado en las aleyas del Corán. Si el Corán no hubiese estado atesorado en sus corazones, hubiesen dictado sentencias como la de aquellos que ignoran al Corán. Otro punto importante es la cantidad de vidas que se salvaron a través de sus dictámenes y cuántos inocentes fueron librados de castigos injustos.

Si la sabiduría divina hubiese estado referida a otras personas, nunca hubiesen expresado su incapacidad ni su impotencia para dar una decisión legal y resolver problemas intelectuales. Ya que es causa de gran vergüenza que un gobernante no pueda juzgar apropiadamente a sus súbditos. Esa es la causa por la que el Creador del universo jamás ha confiado la posición de gobernante al ignorante. Cuando Bani Israel objetó la posición de gobierno de Talut, diciendo que no tenía suficientes riquezas, el profeta dijo que Allah lo había elegido porque era el más entendido y fuerte de entre todos ellos. Lo que demuestra que un gobernante puede ser sólo aquél que posee conocimiento y virtudes, de modo tal que pueda regir sobre sus súbditos de acuerdo a la voluntad divina. La astucia, la intriga y el engaño no pueden denominarse sabiduría o conocimiento.

2- Un sirio, instigado por Muawiyah le preguntó al Imam Hassan (la paz sea con él), en el medio de una multitud: “¿Cuál es la diferencia entre fe y certeza?”. En realidad el deseaba plantear una pregunta difícil que requería una larga explicación yendo hacia complejos puntos debatibles, lo que le llevaría mucho tiempo al Imam aclarar y de este modo la gente pensaría que el Imam tenía un conocimiento deficiente, a la vez que el sirio tendría la oportunidad de ensalzar las virtudes de Muawiyah. El Imam Hassan (la paz sea con él) contestó: “Hay una distancia de cuatro dedos entre la fe y la certeza”, “¿Cómo es eso?” preguntó el sirio. El Imam (la paz sea con él) le explicó: “Lo que oyes (por tus oídos) es fe y lo que ves (a través de tus ojos) es certeza.”. Entonces el sirio preguntó: “¿Cuál es la distancia entre el cielo y la tierra?”. El Imam (la paz sea con él) le dijo: “La distancia del alcance de la mirada de cada uno”. Él preguntó “¿Cuál es la distancia entre el este y el oeste?” El Imam (la paz sea con él) le manifestó: “La distancia que el sol atraviesa en un día”.

Ahora consideremos la profundidad de estas réplicas. Quien pregunta es un enemigo mortal de la Ahl- ul- Bait. No pretende obtener conocimiento alguno de parte de Imam (la paz sea con él). Más bien quería deshonrarlo. Pensemos profundamente en las respuestas del Imam (la paz sea con él). Todas las contestaciones eran breves y directas, sin dejar lugar a preguntas posteriores. Este es el modo en el que se expresa un hombre sabio. Otra cosa llamativa es que las preguntas fueron planteadas de manera repentina. Cualquier otro en el lugar del Imam (la paz sea con él) se hubiese sentido confundido y hubiese dado explicaciones incorrectas. Sin embargo, aún las preguntas más difíciles son sencillas para aquellos que en sus corazones contienen los tesoros de las ciencias divinas y que fue criado en el regazo de aquél que desafiaba con: “Pregúntenme” desde el púlpito. En tan difíciles circunstancias, daba tales respuestas que el oponente no tenía posibilidades de moverse. Ésta era la perfección intelectual de la Casa del Profeta.

3- Una vez Muawiyah vino a Medina, encontró al Imam Hassan (la paz sea con él) y le dijo: “Tu Bani Hashim reclamas que cada cosa seca y mojada está mencionada en el Corán, y que tú tienes el conocimiento de todas ellas.” “Es verdad”, dijo el Imam. Muawiyah le dijo: “Si es así, dime dónde se menciona a nuestras barbas en el Corán”. Ahora bien, el Imam Hassan (la paz sea con él) tenía una hermosa y gruesa barba en su rostro, en tanto que la barba de Muawiyah era poco abundante. “¿Por qué no?” respondió el Imam (la paz sea con él), “¿No has leído la aleya del Corán:

“La vegetación de un país bueno sale con la ayuda de su Señor, mientras que la de un país malo sale pero escasa...” Sura Araaf  7: 58.

Hay puntos sutiles en esto y sólo aquellos con gusto por lo literario pueden apreciarlos. Es suficiente si solamente logramos darnos cuenta de cuán grande era el conocimiento Coránico del Imam Hassan (la paz sea con él).

4- El rey de Roma le envió dos preguntas a Muawiyah. 1) ¿Qué casa se halla en medio de los cielos? 2) ¿Cuál es el lugar en el que el sol brilla una sola vez? Ahora bien, ¿Cómo podría Muawiyah responder estas preguntas? Él fue a preguntarle al Imam Hassan (la paz sea con él), quien le manifestó: “La casa en el medio de los cielos es la parte de atrás de la Ka’ba y el lugar donde el sol brilla sólo una vez es el punto sobre el río Nilo donde el Profeta Moisés (la paz sea con él) golpeó con la vara y lo abrió (para hacer un sendero)”

5- Un beduino le preguntó a Abu Bakr, “Duarante el Hajj, tosté y comí 70 huevos en la condición de Ehram (vestimenta ritual), ¿qué multa (Kaffarah) debo pagar?” Abu Bakr le dijo “¡Oh árabe! Has planteado una pregunta muy difícil. Ve donde Omar y busca respuesta”. Así que el hombre fue a lo de Omar quien le indicó acercarse a Abdul Rahman Ibne Auf. Cuando tampoco él pudo responder, lo envió a Amirul Mominin (la paz sea con él), quien le pidió al Imam Hassan (la paz sea con él) que le contestara. El Imam Hassan (la paz sea con él) manifestó: “¡Oh beduino!, toma todas las camellas que puedas y hazlas preñar, luego que sus crías hayan nacido, dalas en ofrenda a la casa de Allah”. Amir ul Mu’minin (la paz sea con él) le preguntó: “Pero, Hassan hijo, a veces las camellas sufren abortos” Hassan contestó “Padre, algunos huevos también salen malos a veces”.

Una vez en una reunión de Muawiyah, Amr Aas le preguntó al Imam Hassan (la paz sea con él) como modo de probarlos” ¿Cuál es la diferencia entre la amabilidad, el apoyo y la hidalguía?” Él contestó: “El verdadero significado de la amabilidad es dar algo sin esperar recompensa alguna antes que el necesitado te lo solicite; el apoyo significa hacer desaparecer a los enemigos de uno a través del buen comportamiento y la hidalguía denota una condición en la que el hombre debe mantener su vista en la religión y protegerse a sí mismo de la suciedad y pecados y debe satisfacer los derechos de Allah y de las criaturas”.

Un hombre más tarde preguntó:” ¿Cuáles son las diez cosas más duras que las demás?”. El Imam (la paz sea con él) le comentó: “Allah ha hecho a la piedra, dura e hizo al hierro más duro que ella, porque rompe a la piedra; y al fuego más poderoso que al hierro porque derrite al hierro; y al agua más fuerte que al fuego, porque extingue el fuego; y a las nubes más fuertes porque tiene control sobre el agua; y el viento es más poderoso que la nube porque mueve a la nube; y más poderoso que el viento es el ángel que lo controla; y más poderoso que este ángel es el ángel de la muerte que toma su alma. Y la muerte es más fuerte que el ángel de la muerte porque él mismo se halla sujeto a morir. Mas potente que la muerte es el mandato de Dios Todopoderoso, junto a quien llega la muerte y es rechazada.”

Una vez Muawuyah oyó acerca de la amabilidad y generosidad del Imam (la paz sea con él) y le escribió: “No hay bondad en el despilfarro”. El Imam le escribió en respuesta: “No hay despilfarro en la bondad”.

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