Preguntas de Teología Islámica

Los pecados y sus repercusiones

Por: Ayatolá Mahdi Hadavi Tehrani

Traducción: AbdulKarim Orobio

Pregunta: ¿Cuál es la realidad del pecado y cómo afecta el alma y la psiquis humana?

Respuesta Concisa:

La palabra pecado, la cual en árabe se conoce como ‘izm e ‘isyan, significa desobedecer la orden del Amo o fallar al cumplir con Sus deseos. El individuo pecador, en lugar de seguir los dictámenes de la razón, obedece a su deseo e ira, lo cual significa que debe cometer una falta imaginable, el cual si lo hace, se habrá traicionado a sí mismo. El pecado es la trampa de Satanás. La realidad interior del pecado es el fuego, mientras que en lo aparente engaña al individuo con un fugaz sentido de placer y disfrute, en la medida que el ser humano desatento cae en esta tentación, incurrirá en el castigo Divino.

El Efecto del Pecado

El pecado implica consecuencias nocivas para el individuo así como para la sociedad. Las consecuencias para el individuo son, entre otras: el oscurecimiento y endurecimiento del corazón, el pecador se priva del conocimiento de los secretos y gnosis Divina, la transformación del corazón en un nicho para Satanás, priva del auto-conocimiento, se perderá del placer de hablar con Dios, se anula la adoración del pecador, lleva al pecador a negar la otra vida, la recompensa y castigo anunciado por Dios.

Las repercusiones sociales del pecado consisten en la decadencia y retrogresión de la sociedad pecadora, aunque puede parecer como si avanzara en dirección al progreso, en realidad, dicha sociedad se acerca a su extinción debido a que ha rechazado los valores morales y humanos.

La Causa del Pecado

Los doctos en la religión atribuyen a la ignorancia y la negligencia la causa principal del pecado. La táctica más efectiva de un enemigo y su primer medio de infiltración es distraer a su contendor. La ignorancia es la fuente de la corrupción —ignorar los valores intrínsecos en el ser humano (valores existenciales), el valor de la pureza sexual (‘iffah) y los efectos del pecado, etc.

Método de Salvación

Podemos mencionar algunas formas:

  1. El arrepentimiento (retornar a Dios con la determinación de abstenerse del pecado, lo cual tiene varios niveles) y suplicar por perdón.
  2. Recordarse a sí mismo que uno ha pecado.
  3. El recuerdo de Dios.
  4. Firme voluntad (para mantenerse en el camino recto).

Así, después de aclarar el significado del término pecado y otros temas relacionados, es irracional atribuirle pecados a Dios. Los temas de la guía, desviación y variaciones en la naturaleza de los seres humanos en la creación serán discutidos por separado.

Respuesta Detallada

Pecado —cuyos equivalentes en árabe son izm ‘isyan— significa desobedecer los mandatos del Señor y dejar de cumplir con Sus deseos, en otras palabras, realizar una acción que disguste al Señor (Creador), o evitar una acción que Él ha hecho obligatoria (debido al beneficio que esta posee). De ahí que, el pecado sea contrario al espíritu de obediencia.

En esencia, el pecador ha despojado al rey legítimo de sus facultades —en inteligencia, razón— y le ha insertado deseo e ira. Cuando el deseo y la ira se apoderan del alma, se convertirán en el amante del alma. Entonces, lo que hace es para complacer al deseo y la ira, y es por esto que peca.

El Pecado: La trampa de Satanás

En las narraciones de Ahlul Bayt (a.s.), las adherencias materiales y los pecados son descritos como trampas de Satanás. Es decir, los pecados son trampas con las cuales Satanás caza a los seres humanos y lazos con los que los ata. Por supuesto, estos lazos son multitudinarios, coloridos y aparecen en diferentes tamaños. Satanás fascina a cada persona con un método particular, a algunos con la riqueza, a otros con la posición de poder y de igual forma por medio del deseo sexual.

Las llamas del Infierno se mezclan con el pecado y los placeres indecentes, es decir, el fondo de la trampa es el fuego y el exterior es el placer. El ser humano cae en la trampa en un vano intento por alcanzar los placeres aparentes.[1]

La Consecuencia del Pecado

Las consecuencias del pecado pueden dividirse en aquellas que le acaecen al individuo y las que acaecen a la sociedad. Las consecuencias del pecado para el individuo son:

1. Contamina el alma. El pecador no goza de un sueño que le aproveche en el cual logrará conocimiento en forma de un sueño verdadero, ni adquiere algún tipo de gnosis en su vida diaria, tampoco encuentra la oportunidad para beneficiar a otros enseñándoles algo que les favorezca. Por lo tanto, si el alma —el alma que Al-lah estableció como recipiente para revelación Divina y por medio de la cual Él jura en Su Libro— se oscurece, ésta se privará de muchos secretos. Se dice que el viajero espiritual debe ser reticente y cuidadoso de lo que come, para que pueda escuchar la inspiración Divina, porque hay que guardar silencio para lograr escuchar la evocación Divina.

2. Cuando uno le rinde fidelidad a Satanás, sometiéndose a sus tentaciones, gradualmente el corazón se transforma en su lugar de morada, habitando en él plácidamente; y esta es una realidad que expresa el Corán:

 “¿Queréis que os informe sobre quiénes descienden los demonios?

Descienden sobre todo mentiroso pecador.”[2]

El corazón de un mentiroso es la morada de Satanás; pero el honesto en su conocimiento y quien no traiciona cuando se le da un depósito de confianza monetario, su corazón es demasiado puro para que Satanás pueda entrar.

1. El pecado es un velo que aparta del auto-conocimiento. El ser humano se olvida de Dios como resultado del pecado y este olvido no le deja llegar al conocimiento de sí mismo:

“Satanás les venció y les hizo olvidar el recuerdo de Dios. Ellos son el partido de Satanás. ¿Acaso los del partido de Satanás no son los perdedores?”[3]

2. Otra consecuencia del pecado es que el pecador se priva de gozar de los placeres de la adoración, y anhelará poder hacerlo, pero debido a sus pecados y dureza de corazón, habrá extirpado de su ser esa capacidad (el goce espiritual). El Sheikh Sadūq narra en su gran obra al-Tauhid que en una ocasión le preguntaron al Octavo Imam, Ali ibn Musa al-Ridā (a.s.): “¿Por qué Al-lah está oculto?”, el Imam respondió: “Él no está oculto. No Lo ves debido a tus muchos pecados, los que como una cortina enceguecen a tu corazón y no le dejan presenciar a Al-lah”[4]

3. En el corpus de hadices se ha hablado mucho acerca del velo que son los pecados. Por ejemplo, en un hadiz se narra que el Profeta (P.B) dijo: “Cuando alguien comete un pecado, aparece una mancha en su corazón; si la persona se arrepiente, entonces se purificará su corazón, pero si persiste en el pecado, esta mancha se ensanchará hasta que lo cubra en su totalidad”.[5]

4. Leemos en otro hadiz que el Profeta (PB) dijo: El exceso de pecados aniquila al corazón”.

5. El Imam Ya’far al-Sādiq (a.s.) dijo: “No hay nada más destructivo para el corazón que el pecado. El Pecado afecta al corazón y finalmente lo abruma”[6]

6. Otro hadiz del Imam al-Sādiq (a.s.) dice: “Les aconsejo la piedad, abstenerse del pecado y ser diligente en la adoración. Tengan cuidado, la adoración si abstenerse del pecado es estéril”[7]

7. Un hadiz del Profeta dirigido a Abu Dharr dice: “Oh Abu Dharr, el eje de la religión es abstenerse del pecado y el secreto de la religión es la obediencia a Al-lah. Tengan cuidado con orar tanto hasta el punto en el que vuestras espaldas se doble como un arco y ayunar hasta quedar tan delgados como una flecha —tal adoración no les servirá de nada si no va acompañada de la abstención del pecado. ¡Oh Abu Dharr!, aquellos que han rechazado los goces prohibidos de este mundo y han llevado vidas ascéticas, ellos son ciertamente amigos de Al-lah”.[8]

8. La negación de la Otra Vida. El pecado no deja que la persona se preocupe por la Otra Vida. Es decir, es posible que uno tenga certeza de ella, pero esa certeza se entierra debajo de muchas capas de poluciones pecaminosas, de tal forma que esa certeza no sirve de nada.[9]

En la Surah al-Mutaffifin menciona el Corán a aquellos que descaradamente negaron a la otra vida, luego dice:

“¡Ay ese día los desmentidores! Aquéllos que desmentía el Día de la Recompensa. Y nadie lo desmiente, excepto quien es un trasgresor pecador. Cuando les son recitados nuestros versículos dicen: ¡Fabulas de los primitivos! ¡Pero no! Lo que hacían enmoheció sus corazones.”[10]

Los efectos sociales del Pecado

El pecado conduce hacia la decadencia social y aumenta el crimen. Obstaculiza, inclusive las actividades que realizan los individuos útiles de la sociedad debido a las peligrosas consecuencias que lleva consigo, obstruyendo el progreso de ésta.

La Causa del Pecado: La ignorancia y negligencia

El arma más efectiva de un enemigo y su forma más rápida de infiltrarse es por medio de la desatención. Si Satanás triunfa haciendo que el ser humano se descuide no tendrá que realizar esfuerzos mayores para engañarle por medio de la ignorancia compuesta. Si por medio de las tentaciones de Satanás, se borra de nuestra mente el pensamiento correcto, él estará tranquilo; es así como la ignorancia es la fuente de propagación de la corrupción.

Las aleyas que hablan de la historia de José (a.s.) ilustran que el amor pecaminoso y la perversión sexual nacen de la ignorancia: La ignorancia de los valores innatos (existenciales) de la humanidad, de los valiosos resultados que da la pureza sexual (castidad) y la modestia, de las repercusiones del pecado y por último de la ignorancia de los mandatos Divinos.

La forma de Redimirse del pecado

  1. El arrepentimiento e invocar el perdón. La Taubah (arrepentimiento) literalmente significa “retornar”. Cuando un siervo retorna a su amo, se dice que ha hecho taubah. La Esencia Sagrada nos exhorta en el Corán a arrepentirnos.
  2. Recordar los pecados propios.
  3. El recuerdo de Al-lah (s.w.t).
  4. El factor de la voluntad Humana.

Fuente: Fe y Razón; Preguntas de Teología Islámica

Derechos reservados. Se permite copiar citando la fuente

Fundación Cultural Oriente  www.islamoreinte.com

 

[1] Nahyul Balagha, el sermón 176

[2] (26:221-222)

هَلْ أُنَبِّئُكُمْ عَلَى مَنْ تَنَزَّلُ الشَّيَاطِينُ. تَنَزَّلُ عَلَى كُلِّ أَفَّاكٍ أَثِيمٍ

[3] (58:19)

إِسْتَحْوَذَ عَلَيْهِمُ الشَّيْطَانُ فَأَنْسَاهُمْ ذِكْرَ اللٌّهِ أُوْلٌئِكَ حِزْبُ الشَّيْطَانِ أَلاَ إِنَّ حِزْبَ الشَّيْطَانِ هُمُ الْخَاسِرُونَ

[4] Al-Tauĥid, pág. 252

... إِنَّ الإِحْتِجَابَ عَنِ الْخَلْقِ لِکَثْرَةِ ذُنُوبِهِمْ فَأَمَّا هُوَ فَلاَ يُخْفَی عَلَيْهِ خَافِيَةٌ فِي آنَاءِ اللَّيْلِ وَ النَّهَارِ

[5] Tafsir al-Qurtubi, vol. 19, pág. 259:

عَنْ رَسُولِ اللٌّهِ (ص) قَالَ: إِنَّ الْعَبْدَ إِذَا أَخْطَأَ خَطِيْئَةً نَكَتَتْ فِي قَلْبِهِ نُكْتَةٌ سَوْدَاءُ، فَإِذَا هُوَ نَزَعَ وَاسْتَغْفَرَ اللهَ وَتَابَ، صُقِلَ قَلْبُهُ، فَإِنْ عَادَ زِيْدَ فِيهاَ، حَتّى تَعْلُوْ عَلى قَلْبِهِ

[6] Al-Kāfi, vol. 2, pág. 78

عَنْ أَبِي عَبْدِ اللٌّهِ (ع) قَالَ: كَانَ أَبِي (ع) يَقُولُ: مَا مِنْ شَيْءٍ أَفْسَدُ لِلْقَلْبِ مِنْ خَطِيئَةٍ، إِنَّ الْقَلْبَ لَيُوَاقِعُ الْخَطِيْئَةَ فَمَا تَزَالُ بِهِ حَتّى تَغْلِبُ عَلَيْهِ فَيَصِيْرُ أَعْلاَهُ أَسْفَلَهُ

[7] Al-Kāfi, vol. 2, pág. 78

قُلْتُ لِأَبِي عَبْدِ اللٌّهِ (ع) أَوْصِنِي، قَالَ أُوْصِيْكَ بِتَقْوى اللٌّهِ وَالْوَرَعِ وَالاِجْتِهَادِ وَاعْلَمْ أَنَّهُ لاَ يَنْفَعُ اِجْتِهَادٌ لاَ وَرَعَ فِيهِ

[8] Bihar al-Anwar, vol. 74, pág. 86-87

يَا أَبَا ذَرٍّ أَصْلُ الدِّينِ الْوَرَعُ وَ رَأْسُهُ الطَّاعَةُ يَا أَبَا ذَرٍّ كُنْ وَرِعاً تَكُنْ أَعْبَدَ النَّاسِ وَ خَيْرُ دِينِكُمُ الْوَرَعُ يَا أَبَا ذَرٍّ فَضْلُ الْعِلْمِ خَيْرٌ مِنْ فَضْلِ الْعِبَادَةِ وَ اعْلَمْ أَنَّكُمْ لَوْ صَلَّيْتُمْ حَتَّى تَكُونُوا كَالْحَنَايَا وَ صُمْتُمْ حَتَّى تَكُونُوا كَالْأَوْتَارِ مَا يَنْفَعُكُمْ ذَلِكَ إِلاََّ بِوَرَعٍ يَا أَبَا ذَرٍّ إِنَّ أَهْلَ الْوَرَعِ وَ الزُّهْدِ فِي الدُّنْيَا هُمْ أَوْلِيَاءُ اللَّهِ حَقّا

[9] Surah 45: aleya 23

أَفَرَأَيْتَ مَنِ اتَّخَذَ إِلٌهَهُ هَوَاهُ وَأَضَلَّهُ اللٌّهُ عَلَى عِلْمٍ وَخَتَمَ عَلَى سَمْعِهِ وَقَلْبِهِ وَجَعَلَ عَلَى بَصَرِهِ غِشَاوَةً فَمَنْ يَهْدِيهِ مِنْ بَعْدِ اللٌّهِ أَفَلاَ تَذَكَّرُونَ

[10] (83:10-14)

وَيْلٌ يَوْمَئِذٍ لِلْمُكَذِّبِينَ الَّذِينَ يُكَذِّبُونَ بِيَوْمِ الدِّينِ. وَمَا يُكَذِّبُ بِهِ إلاَّ كُلُّ مُعْتَدٍ أَثِيمٍ. إِذَا تُتْلَى عَلَيْهِ آيَاتُنَا قَالَ أَسَاطِيرُ الأَوَّلِينَ. كَلاَّ بَلْ رَانَ عَلَى قُلُوبِهِمْ مَا كَانُوا يَكْسِبُونَ

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