“...Y entonces fui guiado”
Nuestra desgracia en relación al Iytihad de los Compañeros del Profeta que contradice los claros textos
Por Muhammad At-Tiyani As-Samawi
A través de mi investigación deduje que la desgracia que sobrevino a la comunidad islámica se debió al Iytihad de los Compañeros, el cual contradecía los claros textos. De este modo fueron violadas las ordenanzas de Allah y destruida la Tradición del Profeta.
Los sabios y líderes religiosos llegan a hacer analogía del Iytihad que realizaron esos Compañeros y así contradicen a veces los textos proféticos cuando no están de acuerdo con lo que algunos de los Compañeros hicieron. Incluso contradicen los textos coránicos; y no estoy exagerando, pues ya mencioné anteriormente que, a pesar de la existencia del texto del “Taiammum” en el Libro de Allah, como así también en la Tradición confirmada del Mensajero, hicieron su propio Iytihad, y afirmaron que se debía dejar de hacer las oraciones si no había agua. ‘Abdullah ibn ‘Umar justificó esta interpretación de la manera en que ya indicamos en otra parte de esta investigación.
Uno de los primeros Compañeros en abrir la puerta del Iytihad fue el segundo Califa, quien utilizó sus propios puntos de vista contradiciendo los textos coránicos después de la muerte del Mensajero de Allah (BP) para despojar (del Zaqat) a los llamados Al-Mu’alifah Qulubuhum (aquéllos cuyos corazones fueron ganados al Islam por dádivas), para quienes Allah dispuso una parte del Zaqat. Él les dijo: “No tenemos necesidad de vosotros”.
En cuanto a sus interpretaciones de los textos proféticos, son numerosas, e hizo Iytihad muchas veces, aun en vida del Profeta mismo. Ya hemos indicado anteriormente su oposición durante el Tratado de Paz de Al-Hudaibiiah, y cómo se opuso firmemente a la escritura de la última recomendación del Mensajero y dijo: “Nos es suficiente el Libro de Allah”.
Ocurrió otro incidente entre él y el Mensajero de Allah (BP) que nos muestra claramente la mentalidad de ‘Umar, quien se permitió a sí mismo discutir y oponerse al Poseedor del Mensaje (BP); el incidente fue en relación a las albricias del Paraíso.
El Mensajero de Allah envió a Abu Hurairah con la instrucción de que donde fuera que encontrase a un hombre cuyo corazón estuviera absolutamente convencido de “LA ILAHA ILLA ALLAH” (No hay divinidad sino Allah), le albriciara el Paraíso. Abu Hurairah salió a dar las buenas nuevas hasta que encontró a ‘Umar, quien le impidió continuar su misión y lo golpeó hasta el punto que cayó sentado en el suelo.
Abu Hurairah regresó llorando hacia el Mensajero de Allah y le narró su encuentro con ‘Umar; por lo cual el Mensajero le preguntó a ‘Umar: “¿Qué es lo que te hizo actuar así?”. ‘Umar respondió con otra pregunta: “¿Acaso lo enviaste tú para que albriciara el Paraíso a todo aquél que dijera: “LA ILAHA ILLA ALLAH” con absoluta certeza en su corazón?”. El Mensajero de Allah respondió: “Sí”. ‘Umar dijo entonces: “No hagas eso, pues temo que toda la gente se atenga sólo a (decir): “LA ILAHA ILLA ALLAH” (No hay divinidad sino Allah)”.
También tenemos a su hijo ‘Abdullah ibn ‘Umar, quien temió que la gente dependiera del Taiammum, por lo que ordenó, en ese caso (si no hay agua), no realizar las oraciones.
Desearía que hubieran dejado los textos tal como son y que no los hubieran cambiado con sus interpretaciones fútiles que solo tienden a erradicar las leyes islámicas, a mancillar las obligaciones sagradas dispuestas por Allah, a dividir a la comunidad en diferentes madhahib, y llevan al surgimiento de opiniones diversas y facciones enfrentadas.
Observando las diferentes actitudes que adoptó ‘Umar en relación al Mensajero de Allah y a su Tradición, podemos deducir que él nunca creyó en la infalibilidad del Mensajero y que lo consideraba como cualquier otro hombre que podía tanto equivocarse como acertar.
Es en base a esto que se formó la opinión adoptada por los sabios de la Sunnah y Al-Yama‘ah sobre que el Mensajero de Allah (BP) fue solo infalible con respecto a transmitir el Sagrado Corán, pero que aparte de eso, se equivocaba como cualquier otro ser humano, y como prueba de ello, dicen que ‘Umar corrigió en muchas oportunidades la opinión del Profeta (BP).
Algunas personas ignorantes afirman que el Mensajero de Allah (BP) aceptó las tentaciones del demonio en su casa. Dicen que una vez él estaba tendido de espaldas, rodeado por mujeres que tocaban sus tambores, y que el demonio jugaba alegremente junto a él, hasta que llegó ‘Umar ibn Al-Jattab; entonces el demonio huyó y rápidamente las mujeres escondieron sus tambores bajo sus asientos. El Profeta dijo a ‘Umar: “Tan pronto como el demonio te vio, escapó por un camino diferente al que tú venías”.
Por lo tanto, no es sorprendente que consideren que ‘Umar ibn Al-Jattab podía tener sus propias opiniones sobre la religión y permitirse a sí mismo oponerse al Mensajero de Allah (BP) en temas políticos, e igualmente en los religiosos, como explicamos anteriormente con respecto a las albricias del Paraíso para los creyentes.
A partir de la idea del Iytihad y la utilización de la opinión personal que contrariaba los textos, surgió, o más bien se formó, un grupo de Compañeros guiados por ‘Umar ibn Al-Jattab, a quienes vemos cómo en Iawm-ur Raziiah (El Día de la Desgracia) apoyaron el punto de vista de ‘Umar, contrariando así los claros textos.
También podemos deducir que fueron éstos mismos quienes no aceptaron las estipulaciones de “Al-Gadir” en las cuales el Profeta (BP) confirmó que Ali debía ser su Califa (sucesor) sobre todos los musulmanes, y que esperaron la oportunidad justa para rechazarlas cuando el Profeta murió. La reunión que tuvo lugar en As-Saqifah y la consiguiente elección de Abu Bakr, fueron el resultado de aquel Iytihad.
Cuando consolidaron su control sobre los asuntos, y la gente empezó a olvidar los textos del Profeta relacionados a la sucesión al Califato, comenzaron a interpretar todo. Incluso impugnaron el Libro de Allah, violaron las disposiciones y cambiaron los preceptos.
La tragedia de Fátima Az-Zahra (P) tuvo lugar después de la tragedia de su esposo en relación a la usurpación de su dignidad de Califa. Luego tuvo lugar la tragedia del asesinato de quienes se abstenían del pago del Zaqat. Todo eso a causa del Iytihad que contradecía los textos.
Luego vino el Califato de ‘Umar Ibn Al-Jattab que fue la inevitable consecuencia de ese (tipo de) Iytihad, pues Abu Bakr implementó su propia interpretación y lo designó como su sucesor, suprimiendo así el sistema de Shura (consulta) al cual él mismo se aferraba como argumento para justificar su califato. ‘Umar llegó e hizo que la situación empeorara, pues el mismo “protector de los asuntos de los musulmanes” permitía cosas que habían sido prohibidas por Allah y su Mensajero1 y prohibía lo que Allah y Su Mensajero habían permitido2.
Cuando ‘Uzman llegó al poder después de ‘Umar, dio un gran salto en lo que a Iytihad se refiere. Hizo más de lo que cualquiera de sus predecesores había hecho hasta entonces; tanto es así, que sus interpretaciones comenzaron a afectar la vida política y religiosa en general, dando como resultado la revolución. Pagó con su vida el precio de su Iytihad.
Cuando el Imam Ali (P) se hizo cargo de los asuntos de los musulmanes, se encontró con grandes dificultades para hacer retornar a la gente a la noble tradición profética y al Sagrado Corán, y trató esforzadamente de eliminar todas las innovaciones introducidas en la religión, pero algunas personas se empeñaban en gritar: “...¡Ah! ¡La Tradición de ‘Umar!”.
Estoy convencido de que aquéllos que combatieron y contradijeron al Imam Ali (P) hicieron eso porque él -que la paz de Allah sea sobre él- los forzaba a mantenerse en el camino y a referirse a las correctas estipulaciones. De este modo, erradicó todas las innovaciones e interpretaciones que habían sido añadidas a la religión a lo largo de un cuarto de siglo y a las que la gente se había acostumbrado, especialmente aquellos que estaban sujetos a sus caprichos y codicias mundanales, quienes tomaron de la riqueza de Allah y de la gente para sus propios fines, acumulando oro y plata, y privando a los oprimidos de los derechos básicos que prescribe el Islam.
Siempre encontramos que los arrogantes de todas las épocas tienden hacia el Iytihad y lo ponderan porque les brinda una amplia posibilidad para alcanzar sus fines de alguna manera. En cuanto a los textos, aparecen como barreras en sus caminos que les impiden lograr sus propósitos.
Es digno de mencionar aquí que el Iytihad puede tener sus seguidores en cualquier época y en cualquier lugar, incluso entre los mismos oprimidos, simplemente porque es fácil de implementar y no tiene firmes compromisos.
Debido a que el texto exige obligaciones y carece de libertad, los políticos tienden a llamarlo “norma teocrática”, o sea, norma de Allah; y debido a su libertad y falta de obligaciones, el Iytihad es a veces llamado “norma democrática”, o sea, la norma del pueblo.
Aquéllos que se reunieron en As-Saqifah después de la muerte del Profeta (BP) decidieron abolir el gobierno teocrático que fue establecido por el Mensajero de Allah sobre las bases de los textos coránicos, y lo transformaron en un gobierno democrático donde el pueblo eligió a quien le pareció adecuado para que lo dirigiera. Si bien esos Compañeros no conocían la palabra “democracia”, pues no es una palabra árabe, en cambio conocían el sistema de “Shura”3.
Aquéllos que en el presente no aceptan el texto relacionado a la sucesión al Califato, son los defensores de la “democracia”, quienes se enorgullecen de ello, afirmando que el Islam fue el primero en adoptar tal sistema. Ellos son los defensores del Iytihad y de las reformas, y hoy en día son los más próximos al sistema político occidental, razón por la cual los gobiernos del oeste los glorifican y los llaman musulmanes progresistas y tolerantes.
En cuanto a los Shi‘as, los defensores de la “teocracia” o el gobierno de Allah, rechazan el Iytihad que contradiga los textos, y diferencian entre la norma de Allah y el sistema de Shura. Ellos no encuentran ninguna relación entre Shura y los textos, sino que el Iytihad y el Shura sólo son posibles en aquello donde no hay textos.
Vemos que Allah -Alabado sea- eligió a Su Mensajero Muhammad y aun así Él dijo:
«...Y consúltales sobre el asunto...» (Sagrado Corán; 3:159)
En cuanto a la elección de líderes de la humanidad, Allah dice:
«Tu Señor crea y elige lo que quiere. El elegir no les incumbe» (Sagrado Corán; 28:68)
Cuando los Shi‘as defienden la sucesión del Imam Ali (P) al Califato después del Mensajero de Allah, ellos están, en realidad, aferrándose al texto (Nass); y cuando desacreditan a algunos de los Compañeros, sólo lo están haciendo con quienes reemplazaron el Nass con el Iytihad, de forma que descuidaron las normas de Allah y de Su Mensajero, abriendo una herida en el Islam, que todavía no ha cicatrizado.
Como consecuencia encontramos asimismo que los gobiernos occidentales y sus pensadores, desprecian a los Shi‘as y los llaman religiosos fanáticos y reaccionarios porque quieren regresar al Corán, el cual establece que se debe cortar las manos al ladrón, que el adúltero debe ser lapidado, y exhorta a la gente a luchar en el sendero de Allah. Para ellos todo eso es brutalidad y barbarismo.
A través de este estudio comprendí la razón por la que algunos de los líderes religiosos de la Sunnah wal Yama‘ah cerraron la puerta del Iytihad a partir del siglo II de la Hégira. Quizás fue así debido a lo que había acarreado ese Iytihad sobre la comunidad islámica, desde calamidades y desgracias, hasta guerras sangrientas y devastadoras. Es así como el Iytihad ha transformado a la mejor comunidad que ha surgido de entre la gente, en una comunidad de facciones enfrentadas que combaten entre sí, donde reina la anarquía, y que se aparta del Islam volviendo a la Yahiliiah (período pre-islámico).
La puerta del Iytihad permaneció abierta entre los Shi‘as, mientras que los textos perduran intactos y nadie pudo cambiarlos. Lo que los ayudó fue la presencia de los Doce Imames (P), quienes heredaron el conocimiento de su abuelo. Ellos solían decir que no hay cuestión sobre la cual Allah no se haya pronunciado, y que el Mensajero de Allah (BP) no haya aclarado.
También comprendemos que cuando la gente de la Sunnah wal Yama‘ah siguió a los Compañeros que hicieron Iytihad e impidieron que se materializara aquel escrito en la tradición profética, se vio obligada, debido a la ausencia de los textos, a hacer Iytihad en base a opiniones personales, Qiias (analogía) e Istis-hab (consideración del estado anterior de una disposición ante la duda de su cambio), así como también a cerrar la puerta de otros medios que no fueran éstos.
También comprendemos que los Shi‘as se reunieron alrededor del Imam Ali (P) quien es la Puerta de la Ciudad del Conocimiento, y quien solía decirles: “Preguntadme sobre cualquier cosa, pues el Mensajero de Allah me abrió mil puertas de conocimiento, cada una de las cuales abre mil puertas más”4.
Pero los que no eran Shi‘as se agolparon alrededor de Mu‘awiah ibn Abi Sufian, quien no conocía de la tradición profética sino muy poco.
Después de la muerte del Imam Ali, el líder de la facción opresora (Mu‘awiah) se transformó en “el Comandante de los Creyentes” y actuó sobre la religión de Allah implementando mucho más sus propias opiniones personales que aquéllos que le precedieron. Pero la gente de la Sunnah wal Yama‘ah dice que él fue “El Escriba de la Revelación”, y uno de los ‘Ulama destacados en la interpretación del Islam.
¿Cómo pueden considerar que hizo (un correcto) Iytihad, cuando fue el que envenenó y mató a Al-Hasan ibn Ali (P), el Señor de los Jóvenes del Paraíso? ¡Quizás dicen: “Eso también formó parte de su Iytihad, pero se equivocó”!
¿Cómo pueden considerar que hizo (un correcto) Iytihad, cuando tomó la Bai‘ah de la comunidad para sí mismo mediante la fuerza y la coerción, y luego para su hijo Iazid, cambiando así el sistema de Shura por uno monárquico y hereditario?
¿Cómo pueden considerar correcto su Iytihad y hacerlo merecedor de una recompensa, cuando forzó a la gente a maldecir a Ali y a Ahl-ul Bait, la descendencia de Al-Mustafa (BP), desde los púlpitos de cada Mezquita, de tal modo que se transformó en una tradición mantenida durante sesenta años?
Y ¿cómo pueden llamarlo “El Escriba de la Revelación”, desde que ella descendió sobre el Mensajero de Allah (BP) a lo largo de veintitrés años, de los cuales los primeros once Mu‘awiah era politeísta y no se islamizó sino hasta después de Al-Fath (la conquista de La Meca por los musulmanes) y no hallamos ninguna referencia histórica que indique que él haya vivido en Medina, mientras que el Mensajero de Allah (BP) no vivió en La Meca después de Al-Fath? Por lo tanto, ¡¿cómo se las arregló Mu‘awiah para escribir la Revelación?!
fa la haula ua la quwata illa billahil ‘aliil ‘azim
(No hay poder ni fuerza excepto en Allah, Altísimo, Majestuoso).
La pregunta retorna constantemente: ¿Qué grupo estaba en lo cierto y cuál estaba errado? O Ali y sus seguidores estaban equivocados, o bien Mu‘awiah y los suyos lo estaban.
El Mensajero de Allah dejó todo en claro, pero algunos de aquéllos que afirman seguir la Sunnah (tradición), la demandan sin derecho, pues se me hizo patente, a través de mi investigación y de la posición asumida en defensa de Mu‘awiah, que éstos -sus defensores- son seguidores suyos y de los Omeyas, y no de la Sunnah profética como afirman. Si observamos sus posiciones, encontramos que odian a los seguidores de Ali, celebran el Día de ‘Ashura como festivo, defienden a los Compañeros que hicieron sufrir al Mensajero de Allah durante su vida y después de su muerte, y consideran correctos sus errores y justifican sus acciones siempre.
¿Cómo pueden amar a Ali y Ahl-ul Bait (P), y al mismo tiempo estar complacidos con sus enemigos y asesinos?
¿Cómo pueden amar a Allah y a su Mensajero y al mismo tiempo defender a quien cambió las reglas de Allah y de Su Mensajero, hizo Iytihad e interpretó estas reglas según su propia opinión?
¿Cómo pueden respetar a quien no respetó al Mensajero de Allah y lo acusó de Hayr (delirar) y enfrentó su autoridad?
¿Cómo pueden seguir a líderes religiosos que fueron designados por los Omeyas o por los Abbasidas por razones políticas, y abandonar a los Imames, sobre quienes el Mensajero de Allah dejó estipulado su número5 y nombres6?
¿Cómo pueden seguir a alguien que no conocía realmente al Profeta y que dejó de lado a quien es “la Puerta de la Ciudad del Conocimiento”, cuya relación respecto al Mensajero era la misma que la de Harun en relación a Musa?
¿Quién fue el primero en usar el término “Ahl-us Sunnah wal Yama‘ah” (La Gente de la Tradición y el Consenso)?
He buscado a través de los libros de historia y solamente encontré que concordaron en llamar al año en el cual Mu‘awiah tomó el poder, “el año de Al-Yama‘ah”. Fue llamado así debido a que la comunidad se había dividido en dos facciones después de la muerte de ‘Uzman: La Shi‘a de Ali, y los seguidores de Mu‘awiah. Cuando el Imam Ali (P) fue martirizado y Mu‘awiah tomó el poder, después del pacto (de paz) que firmó con el Imam Al-Hasan (P), se convirtió en el “Comandante de los Creyentes” y el año fue llamado entonces “Al-Yama‘ah”.
De ahí que el nombre de Ahl-us Sunnah wal Yama‘ah indica el seguir la Sunnah de Mu‘awiah y el consenso para su autoridad, y no se refiere a los seguidores de la Sunnah del Mensajero de Allah.
Los Imames de la descendencia del Profeta, y Ahl-ul Bait en general, conocían y entendían más sobre la Sunnah de su abuelo, que los Tulaqa (árabes de La Meca que abrazaron el Islam a última hora, por conveniencia). La Gente de la Casa (Ahl-ul Bait) sabía más respecto a lo que había dentro de ella. La gente de La Meca conocía mejor que nadie su estirpe, pero nosotros nos separamos de los Doce Imames señalados (en sus dichos) por el Mensajero de Allah (BP) y seguimos a sus enemigos.
A pesar de que reconocemos el hadiz en el cual el Mensajero de Allah mencionó a los Doce Califas, siendo todos ellos de Quraish, siempre nos limitamos a los cuatro Califas. Quizás fue Mu‘awiah quien nos llamó Ahl-us Sunnah wal Yama‘ah, refiriéndose al consenso para su Sunnah (tradición) en la cual hizo obligatorio maldecir a Ali y a Ahl-ul Bait.
Esto continuó durante sesenta años, hasta que ‘Umar ibn ‘Abdul ‘Aziz -que Allah esté complacido con él- acabó con esto. Algunos historiadores nos narran que los Omeyas mismos conspiraron para asesinar a ‘Umar ibn ‘Abdul ‘Aziz, a pesar de que él era uno de ellos, pues acabó con su Sunnah, que era maldecir a Ali ibn Talib (P).
¡Oh mi familia y mi gente! Orientémonos -guiados por Allah, el Altísimo-, busquemos la verdad, y dejemos el fanatismo de lado, pues somos las víctimas de los Abbasidas, de la historia oscura y del estancamiento intelectual que impusieron nuestros predecesores. Indudablemente, somos las víctimas de las astucias y los ardides de personas como Mu‘awiah, Amr ibn Al-Aas, Al-Mughirah ibn Shu‘bah y otros similares. Indaguemos dentro de la historia del Islam a fin de alcanzar la verdad absoluta y así Allah “nos recompensará dos veces”.
Tal vez Allah unifique esta comunidad por vuestro medio, la cual fue afligida por la muerte de su Profeta y luego se dividió en setenta y tres facciones. Unamos esta comunidad bajo la bandera de La Ilaha Illa Allah, Muhammadar Rasulul-Lah (“No hay divinidad sino Allah, Muhammad es el Mensajero de Allah”), y aferrémonos a Ahl-ul Bait An-Nabawi, la Gente de la Casa del Profeta, a quien el Mensajero de Allah (BP) nos ordenó seguir. Él dijo:
“No tratéis de adelantaros a ellos, ya que seríais aniquilados, ni seáis negligentes a su respecto, puesto que causaríais destrucción. No tratéis de enseñarles, pues son más sabios que vosotros”.7
Si lo hiciésemos, Allah disiparía Su ira de nosotros, transformaría nuestro temor en paz y tranquilidad, nos capacitaría para gobernar en la Tierra, y haría que Su Wali (amigo), el Imam Mahdi -que la paz sea con él- aparezca entre nosotros, ya que el Mensajero de Allah prometió su reaparición para llenar la Tierra de equidad y justicia, así como antes habrá sido llenada de injusticia y opresión...
De este modo, Allah extenderá Su Luz por su intermedio (P), en el mundo entero.
1. Como en el caso de “los tres divorcios consecutivos”. Sahih Muslim, Capítulo sobre “los tres divorcios consecutivos”. Sunan Abi Dawud. Vol. 1, p. 344.
2. Como en el caso de la prohibición de Mut‘at-ul Hayy y Mut‘at-un Nisa. Sahih Muslim, Capítulo sobre “Al-Hayy”. Sahih Al-Bujari, Sección sobre “Al-Hayy”. Capítulo sobre “At-Tamattu’”.
3. A pesar de que tal cosa no se consigue ni aun en este tipo de elección, pues aquéllos que son elegidos no llegan de ninguna manera (en la práctica) a representar a toda la comunidad.
4. Ta’rij Dimashq, por Ibn ‘Asakir, Vol. 2, p. 484. Maqtal-ul Husain, por Al-Joarizmi, Vol. 1, p. 38. Al-Gadir, por Al-Amini, Vol. 3, p. 120.
5. Sahih Al-Bujari, Vol. 4, p. 164. Sahih Muslim, P. 119.
6. Ianabi‘ Al-Mawaddah, por Al-Qunduzi Al-Hanafi.
7. Ad-Durr-ul Manzur, por As-Suiuti, Vol. 2, p. 60. Usud-ul Ghabah, Vol. 3, p. 137. As-Sawa‘iq Al-Muhriqah, por Ibn Hayar, Pp. 148 y 226. Ianabi‘ Al-Mawaddah, Pp. 41 y 355. Kanz-ul ‘Ummal, Vol. 1, p. 168. Mayma‘-uz Zawa’id, Vol. 9, p. 163.
Fuente: Libro “...Y entonces fui guiado”; Escrito por Muhammad At-Tiyani As-Samawi; Traductora: Lic. Sumeya Younes
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