Palabras del Imam Ĥusaîn Ibn ‘Alî (P) desde Medina hasta Karbalá (18)

En Karbalá

Por: Aiatul-lah Muĥammad âdiq Naӱ

En el momento de entrar a Karbalá

ما كُنْتُ لِاَبْدَاءَهُمْ بِالْقِتالِ
اَللّهُمَّ اَعُوذُبِكَ مِنَ الْكَرْبِ وَ الْبَلاءِ هاهُنا مَحَطُّ رحالِنا و هاهُنا وَ اللّهِ مَحَلُّ قُبُورِنا وَ هاهُنا وَ اللّهِ مَحْشَرُنا وَ مَنْشَرُنا وَ بِهذا وَ عَدَنِى جَدّى رَسُول اللّه صلّى اللّه عليه و آله وَ لا خِلافَ لِوَعْدِهِ[1]

Mâ kuntu li'bdâ'ahum bil-qitâli… Al-lahumma 'a’ûḏu bika min al kurbi ûal balâ'i hâhunâ maĥaṯa raĥlinâ…ûa hâhunâ ûal-lâhi maĥal-lu qubûrinâ ûa ĥahunâ ûal-lahi maĥsharunâ ûa mansharunâ ûa bihâḏâ ûa’adanî ÿaddî rasûlul-lâhi ṣal-lal-lâhu ‘alihi ûa 'âlihi ûa lâ jilâfa liûa’dihi.

Explicación de vocablos:

Maĥaṯ, مَحَطّ : ‘lugar de descenso de una caravana’.

Raĥl, رَحْل : ‘equipaje del viajero’.

Maĥshar, مَحْشَر : ‘día y lugar de resurrección y congregación’.

Manshar, مَنْشَر : ‘lugar de resurrección el día del Juicio Final’.

Traducción y explicación:

La caravana del Imam (la paz sea con él), y paralelamente, las huestes de Ĥurr siguieron su marcha hasta llegar a Naînaûâ. En este lugar se encontraron con un hombre armado montado a un caballo veloz, que era un mensajero de Ibn Ẕiâd y portador de una carta de su parte hacia Ĥurr. El texto de la carta decía: “En el momento de recibir esta carta presiona a Ĥusaîn Ibn ‘Alî y haz que descienda en un desierto sin agua ni vegetación, ni lugar de refugio”.

Ĥurr leyó la carta al Imam, anunciando su misión. El Imam dijo: “Entonces, déjanos bajar en el desierto de Naînaûâ, o Ġâḋirîât o Shafîh. Ĥurr dijo: “No puedo aceptar su propuesta, pues no soy libre en mi decisión. Puesto que este mismo mensajero es espía de Ibn Ẕîâd y tiene bajo su control mis movimientos por más ínfimos que sean”.

En este momento, Ẕuhaîr Ibn Qaîn, le dijo al Imam: “Para nosotros, luchar contra este pequeño grupo es más fácil que luchar contra la gran hueste que viene atrás. Por Dios, pronto vendrá un gran ejército para apoyarlos, y en ese momento, no podremos resistirnos frente a ellos. El Imam respondió: “Yo jamás seré quien comience la guerra”. Luego el Imam le dijo a Ĥurr, marchemos un poco más y encontremos un lugar más adecuado para nuestra estadía. Ĥurr aceptó y continuaron su marcha hasta llegar al territorio de Karbalá. En ese momento Ĥurr y su hueste, con el pretexto de que este lugar está cercano al Éufrates y de que es un buen lugar, impidieron continuar la marcha.

Cuando el Imam decidió bajarse y preguntó por el nombre del lugar, respondieron: “este lugar se llama Ṯaf”. El Imam preguntó si tenía otro nombre. Dijeron: “también se llama Karbalá”. Según relata el libro de exégesis Nur az-zaqalaîn de 'Abu Mijnaf, el Imam al escuchar el nombre de Karbalá, lloró intensamente y les dijo a sus fieles:

Esta es tierra de tristeza y aflicciones. Deténganse y no continúen la marcha. Descended vuestros equipajes y tomen esta tierra como estancia. Por Dios que aquí es el lugar de nuestro descenso, y por Dios que aquí es donde nuestra sangre será derramada, y por Dios que aquí es donde nuestra familia será tomada prisionera, y por Dios que aquí es el lugar de nuestras tumbas, y por Dios que aquí es el lugar de nuestra congregación y nuestra resurrección, y esta es la promesa de mi abuelo, el enviado de Dios (la paz sea con él y su descendencia) y jamás falta a su pacto.

Reflexión:

En las palabras del Imam existen tres puntos interesantes:

1. Así como hemos señalado reiteradas veces, el Imam tenía conocimiento respecto al sangriento evento de Karbalá, y esta palabra es uno de los argumentos, puesto que el Imam recuerda la promesa del enviado del Dios respecto a esta tierra.

2. El método y programa que el Imam usa en su trayectoria estaba definido desde un principio y, a pesar de que la propuesta de Ẕuhaîr Ibn Qaîn, en tales circunstancias le resultaría ventajosa, él expresa su proyecto inicial diciendo: “Yo no quiero comenzar la guerra”.

Este proyecto es el mismo que el del Príncipe de los creyentes en la batalla de Yamal, cuando se quedó frente a un enemigo sanguinario, que ya había atacado a los musulmanes, dos veces en Basora, y había asesinado a sus destacados fieles. El Imam les notificó a sus compañeros leales, “vosotros no comencéis la guerra, no los ataquéis, dialogad con ellos con amor, cariño y ternura (para guiar sus corazones).[2]

3. El objetivo de los Imames, guías y líderes religiosos, es corregir a las personas y evitarles el desvío. En palabras del Imam Ĥusaîn (la paz sea con él) el objetivo es “ordenar el bien y prohibir el mal”, y ello no se consigue por la fuerza, la guerra y el derramamiento de sangre, sino que la guerra es el último recurso que, en caso de que todas las otras vías se hayan cerrado, se debe utilizar.

Las palabras del Imam a Ẕuhaîr demuestran que el objetivo de su marcha no era obtener una aparente victoria en el campo de batalla, sino que perseguía un objetivo mucho más elevado y con dimensiones más amplias.

Sermón del Imam, luego de entrar a Karbalá

اَمَّا بَعْدُ فَقَدْ نَزَلَ بِنا مِنَ اْلا مْرِ ما قَدْ تَرَوْنَ
وَانَّ الدُّنْيا قَدْ تَغَيَّرَتْ وَ تَنَكَّرَتْ وَ اَدْبَرَ مَعْرُوفها
وَلَمْ يَبْقَ مِنْها اِلاّ صُبابَةٌ كَصُبابَةِ الاناءِ
وَخَسيسُ عَيْشٍ كَالْمَرْعى الْوَبيلِ
اَلا تَرَوْنَ اِلَى الْحَقِّ لا يُعْمَلُ بِهِ وَ الَى الْباطِلِ لا يُتَناهى عَنْهُ
لِيَرْغبَ الْمُؤْمِن فِى لِقاءِا للّه
فَاِنِّى لا اَرَى الْمَوْتَ اِلا سَعادَةً وَ الْحَياةَ مَعَ الظّالِمِينَ اِلا بَرَماً،
النّاسُ عَبيدُ الدُّنْيا وَالدِّينُ لَعِقٌ عَلى اَلْسِنَتِهِمْ يَحُوطُونَهُ مادَرَّتْ مَعايِشُهُمْ للّه
فَاِذا مُحِّصوا بِالْبَلاءِ قَلَّ الدَّيّانُونَ[3]

Amma ba’du faqad naẕala binâ min al 'amri mâ qad taraûna ûa innad-dunîâ qad taġaîîrat ûa tanakkarat ûa 'adbara ma’rûfahâ ûa lam îabqa minhâ îl-lâ subâbatun kaṣubâbatil 'inâ' ûa jasîsu ‘aîshîn kalmar’â-l ûabîl 'alâ taraûna îlâ-l-ĥaqqi lâ îu’malu bihi ûa ilâ-l-bâṯili lâ îutanâhâ ‘anhu liîarġabil mu'minu fî liqâ'il-lâh fa'innî lâ 'arâlmaûta 'il-lâ sa’âdatan ûal ĥaîâta ma’aḓ-ḓâlimîn 'il-lâ baraman, ânnâsu ‘abîdud-dunîâ ûad dînu lâ'iqun ‘alâ 'alsinatihim îaĥûṯûnahu mâdarrat ma’â'ishuhum lil-lâh fa'iḏâ muĥĥiṣû bilbalâ'i qal-lad-daîîânun.

Explicación de vocablos:

Tanakkur, تَنَكُّر : ‘manifestar mala cara’.

Idbâr, اِدْبار : ‘dar la espalda’.

Ṣubâbah, صُبابَة : ‘remanente de un recipiente’.

Jasîsu ‘aish, خسيس عَيْشٍ : ‘una vida vil y humillante’.

Mar’al ûabîl, مَرْعَى الْوبيل : ‘un lugar de pastoreo difícil y rocoso’.

Baram, بَرَمْ : ‘dolor y molestia’.

‘abîd, عَبيد : (pl. de ‘abd), ‘esclavos’.

La’qa, لَعْقَ : (infinitivo en el sentido de objeto directo), ‘cosas dulces, por ejemplo: miel que se puede 

probar con el dedo’.     

Îaĥuṯûnahu,               يَحُوطُونهُ : (de la raíz: ĥâṯa, iaĥûṯuhu), ‘proteger y resguardar algo’.

Darrat ma’âieshuhum دَرَّتْ مَعايِشَهُمْ : darr: ‘bienestar y pleno confort’; ma’âiesh مَعايِش : (pl. de ma’îshah), ‘aquello de lo que la vida depende de ello’.

Muĥĥiṣu, مُحِّصُوا : (de la raíz tamĥîṣ), ‘que sean probadas’.

Traducción y explicación:

El Imam Ĥusaîn (la paz sea con él), en el segundo día del mes sagrado de Muĥarram del año 61 de la hégira lunar, entró a Karbalá y luego de unos instantes, se dirigió hacia sus fieles y disertó el siguiente sermón:

Ammâ ba’d (luego de mencionar a Dios y pronunciar Sus alabanzas), nuestro destino es esto de lo que ya son testigos y están viendo. Ciertamente que la situación del mundo ha sido cambiada, las fealdades se han manifestado y se han alejado sus bondades y virtudes y no ha quedado de este más que unas pocas gotas que permanecen en el fondo de un recipiente y una vida vil y humillante. Acaso no veis que la verdad no se practica y la falsedad no es evitada. En tal situación humillante, el creyente y virtuoso tiene que luchar y anhelar su encuentro con Dios. Ciertamente que no veo en la muerte más que felicidad y en la vida con los opresores más que dolor y tristeza.

Luego, el Imam continuó:

Esta gente es esclava del mundo, mientras que a la religión la llevan colgada de sus lenguas. Apoyan, hasta cierto punto, mientras sus vidas están en confort y comodidad, pero cuando son probados a través de aflicciones, son pocos quienes siguen la religión.

Reflexiones de las palabras del Imam Ĥusaîn (la paz sea con él)

El Imam Ĥusaîn (la paz sea con él), en este sermón, que lo dio en Karbalá se refirió a dos importantes puntos:

1. Motivación de su levantamiento

Así como hemos visto en los distintos dichos, el Imam señala diferentes causas y motivaciones: la oposición al gobierno de Îazîd, la tergiversación y alteración de los preceptos islámicos, la obligación de cumplir con el precepto divino de recomendar el bien y prohibir el mal. Todas estas causas y motivaciones fueron resumidas en las palabras del Imam:

En una sociedad en la que toda la situación se ha invertido, las fealdades han aparecido, las virtudes han quedado en el olvido, la degradación y vileza han absorbido la vida de la gente, la verdad no se practica y la falsedad se expande sin impedimento -y que por ello el creyente busca y anhela su encuentro con Dios-, ciertamente, en la muerte, no veo más que felicidad; y en la vida con los hombres, no veo más que dolor. La gente mundanal es sierva de este mundo y la religión la llevan colgada de sus lenguas, la cuidan mientras no afecte sus vidas, pero cuando son probados con las aflicciones, los practicantes de la religión son escasos.

La personalidad del Imam es el ejemplo más elevado y destacado de tal creyente virtuoso que en tales circunstancias no ve más que felicidad; y en la vida con ellos, no ve más que tortura.

2. La cuestión de pruebas

La prueba es el mejor camino para conocer las verdades, los pensamientos de las personalidades y la genuinidad de los seres humanos. Existen muchas personas que aparentan ser creyentes, muchos grupos que eligen para sí consignas fuertes, no pueden comprobar su veracidad, excepto en las pruebas difíciles y aflicciones, en los campos de batallas y luchas, donde sus ventajas materiales y, a veces, su vida está en peligro. Ahora, el hijo de Fâṯima se dirige hacia Dios y pisa la tierra de amor y martirio, pero no se ven las tantas personas que, hasta ese momento, vociferaban ser creyentes y tener fe, y ocupaban rangos importantes. ¡Ni noticias hubo de ellas cuando el Imam los convocó!

El hijo del enviado de Dios se está preparando para luchar en pro del Islam y el Corán y para ordenar el bien y prohibir el mal, estando enfrentado al enemigo del Islam y preparado para ser mártir y ofrecer a su familia como mártires y prisioneros. Pero tales personas no reaccionan y se callan. No hay noticia de Abdullah Ibn Abbas, ni de Abdullah Ibn Ẕubaîr, ni de Abdullah Ibn Omar, quienes eran destacadas personalidades religiosas y ocupaban un rango especial entre la gente, pero ya que se puede oler el martirio y la prisión es como si ellos no fuesen parte de la comunidad islámica. Exactamente, son tales peligros y aflicciones los que separan a los verdadero grandes hombres de quienes pretenden ser amantes del Islam y que, en condiciones normales, se mostrarían más creyentes y religiosos que otros.

Extraído del libro: Palabras del Imam Ĥusaîn Ibn ‘Alî (P) Desde Medina hasta Karbalá; Editorial Elhame Shargh

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[1]ṮABARÎ, M., Târîj, t. VI, p. 232; IBN AZÎR, ‘Îẕẕu-ddîn, Kâmel fî târî , t. III, p. 282; JÛÂRIẔMÎ, M., Maqtal,, t. I, p. 234.

[2] ĤÂKIM NISHÂBURÎ, Abu ‘Abdil-lâh, Mustadrak ‘alâ ṣaĥîĥaîn, t. II, p. 371; MUTTAQÎ HENDÎ, ‘Alî ibn Ĥisâm

 Kanẕul ‘ummâl, t. VI, p. 85, ĥadîz 1311.

[3] ĤARRÂNÎ, îbn Shu’bah, Tuĥaful ‘uqûl…, p. 174; ṮABARÎ, M., Târîj, t. VI, “Haûâdez sâl 61”; ĤEL-LÎ, Ibn Namâ, Muzîrul Aĥẕân, p. 22.

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