Palabras del Imam Ĥusaîn Ibn ‘Alî (P) desde Medina hasta Karbalá (7)

Por: Aiatul-lah Muĥammad âdiq Naӱ

Respuesta a ‘Abdul-lah Ibn ‘Umar

يا اَبا عَبْدِ الرَّحْمنِ اَما عَلِمْتَ اَنَّ مِنْ هَوانِ الدُّنْيا عَلَى اللّهِ اَنَّ رآْسَ يَحْيَى بْنِ زَكَرِيّا اُهْدِىَ اِلى بَغِي مِنْ بَغايا بَنِى اِسْرائيل ؟ اَما تَعْلَمُ اَنْ بَنِى اِسْرائيل كانُوا يَقْتُلُونَ مابَيْنَ طُلُوع الْفَجْرِ اِلى طُلُوع الشَّمْسِ سَبْعِينَ نَبِيّاً ثُمَّ يَجْلِسُونَ فى اءسْواقِهِمْ يَبِيعُونَ وَيَشْتَرُونَ كَاَنْ لَمْ يَصْنعُوا شَيْئاً فَلَمْ يُعْجِّلِ اللّهُ عَلَيْهِمْ بَلْ اَمْهَلَهُمْ وَاَخَذَهُمْ بَعْدَ ذلِكَ اَخْذَ عَزِيْزٍ ذى انْتِقامٍ اتَّقِ اللّه يا اَبا عَبْد الرَّحْمنِ وَلا تَدَعَنَّ نُصْرَتى

¡Îa ꞌabâ ‘Abdir-Rahmân! ꞌAmmâ ‘alimta anna min hauâni dduniâ ‘alâl-lâhi anna raꞌsa Iaĥia ibni Ẕakarîâ ꞌuhdîa  ̍ilâ baġî min baġâîâ banî ꞌisrâꞌîl? ꞌAmmâ ta’lamu an banî ꞌIsraꞌîla kânû iaqtulûna mâ baîna ṯulû’il faӱri  ̍ilâ ṯulu’ shamsi sab’îna nabîîan zumma iaӱlisûna fî asuâqihim iabî’ûna ûa îashtarûna kân lam iaṣna’û shaîꞌan falam iaӱ’alil-lahu ‘alaihim bal ꞌamhalahum ûa ajaḏahum ba’da ḏâlika ajḏa ‘aẕîẕi ḏintiqâmin, ꞌittaquil-laha iâ ꞌabâ ‘Abdir-Raĥmân! Ua la tada’ânna nuṣratî”.[1]

Explicación de vocablos:

Hauân,  هَوان: ‘menosprecio’ y ‘degradación’.

Baġî,  بَغِي: ‘adúltero’.

Traducción y explicación:

Antes de la entrada del Imam a la Meca, ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, hijo del segundo califa, ‘Umar Ibn al Jaṯṯâb, ya estaba allí para realizar el ‘Umrah preferible y hacer algunos trabajos personales. Cuando decidió volver a Medina, durante los primeros días en que el Imam Ĥusaîn entró a Meca, lo visitó y le propuso paz, conciliación y juramento de fidelidad a Îazîd y, además, le advirtió acerca de las peligrosas consecuencias de la oposición a los opresores pudiendo llegar a una guerra.

Según lo narrado por Jûâriẕmî, dijo lo siguiente: “Oh padre de ‘Abudul-lâh! Debido a que la gente le ha jurado fidelidad y a que es él quien posee dirhams (monedas de plata) y dinares (monedas de oro), seguramente se inclinarán hacia él.

Tengo temor de que con los antecedentes de enemistad que la familia [de Îaẕîd] tiene con usted, en caso de que se oponga, lo maten a usted y que un grupo de musulmanes también sean sacrificados en este camino.

Oí al Enviado de Dios (la paz sea con él y su descendencia) decir: “Ĥusaîn será martirizado. Y si la gente lo deja de apoyar caerán en humillación y penuria”. Yo le aconsejo que jure fidelidad a él, se concilie y haga la paz al igual que toda la gente y tema el derrame de sangre de los musulmanes”.[2]

El Imam (la paz sea con él) -que en sus conversaciones con diferentes personas le hablaba a cada una de acuerdo a su concepción, visión y pensamiento- en respuesta a ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar expresó:

Oh, ꞌAbû ‘Abdi Raĥmân, ¿acaso no sabes que el mundo es tan vil y bajo que fue enviada la cabeza degollada de (un ser humano elegido y un gran profeta) Iaĥîa Ibn Ẕakarîah [3]como regalo para un individuo impuro y adúltero de los hijos de Israel? ¿Acaso no sabes que los hijos de Israel, al comenzar la mañana, mataban a setenta profetas (debido a su oposición a Dios, Altísimo), luego se sumergían en sus compras y ventas y en sus quehaceres diarios como si no hubieran cometido ningún crimen? Dios no se apresuró en castigarles, sino que les dio un plazo, pero finalmente les hizo saborear la pena de sus actos y la venganza de Dios, el Vengador, los abarcó de la forma más intensa.

Luego, el Imam agregó:

Oh, ꞌAbû ‘Abdi Raĥmân, teme a Dios y no dejes de apoyarnos”. Según lo narrado por Sadûq (Dios esté satisfecho de él), como ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar no obtuvo resultado de sus propuestas, dijo: “¡Oh, Abâ ‘Abdil-lâh! Me gustaría que en este momento de separación me dieras permiso para besar esa parte de tu cuerpo que el Enviado de Dios, reiteradas veces, ha besado”. Entonces el Imam levantó su camisa y ‘Abdul-lâh lo besó tres veces en su garganta y dijo, mientras le caían las lágrimas: “¡Oh, Aba ‘Abdil-lâh, me despido de ti y te encomiendo a Dios, ¡ya que tú serás asesinado en este viaje!.[4]

Antecedentes de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar

Es mejor que nos familiaricemos con el rostro verdadero de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar quien, por un lado, le recomienda la paz y conciliación con Îazîd Ibn Mu’âûîah y, por otro lado, para aparentar y exhibir, besa la garganta del Imam Ĥusaîn (la paz sea con él) y derrama lágrimas por él.

Siendo que él mismo transmitió del Profeta (la paz sea con él y su descendencia) que el Imam Ĥusaîn (la paz sea con él) será martirizado en el camino del Corán y toda persona que retire su mano y no le brinde ayuda será víctima de menosprecio y degradación; y siendo que, además, el Imam (la paz sea con él) le dijo directamente: “¡’Abdul-lâh! Teme y no dejes de apoyarnos”, él no sólo no se apresuró para ayudarlo y auxiliarlo, sino que tomó el camino de Medina y allí le anunció fidelidad a Îazîd y en lugar de optar por el partido de Dios optó por el partido de Satanás.

Sí, conozcamos el rostro de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, para conocer al resto de los ‘Abdul-lâhs y a los ‘Abdul-lâhs de nuestra época que en lugar de ayudar al Imam Ĥusaîn (la paz sea con él) ostentan y dicen: “ay” y se lamentan y ¡cuántas veces pactan fidelidad, disimuladamente, con los Îaẕîd y los déspotas!

1. ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar y la oposición a Amîr al Muminîn (la paz sea con él): luego del asesinato de ‘Uzmân, cuando todos los musulmanes en Medina, -que proponían e insistían en el liderazgo del Imam ‘Alî (la paz sea con él)-, pactaron fidelidad con el Príncipe de los creyentes, ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar fue parte de un grupo de siete personas quienes no estuvieron dispuestos a jurarle fidelidad con el siguiente pretexto: “Cuando todos los musulmanes juren fidelidad, yo también lo haré, pero yo debo ser la última persona que hace juramento para ‘Alî”.

Mâlik Ashtar dijo: “Oh, Príncipe de los creyentes, él apela a este pretexto puesto que no teme a su espada ni a su látigo, permítanos que lo pongamos bajo presión”.

El Príncipe de los creyentes (la paz sea con él) dijo: “Yo no obligo a nadie a jurar fidelidad, déjenlo libre para elegir el camino que desee”.

No obstante, un día, le notificaron al Imam que ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar se dirigió a Meca con el fin de derrocar su gobierno y que estaba planeando en su contra.

El Imam (la paz sea con él), envió a alguien para obstaculizar sus actividades antirrevolucionarias y antigubernamentales. Finalmente, ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, sin tener éxito en sus planes, regresó a Medina y no reconoció al gobierno del Imam ‘Alî (la paz sea con él) hasta el final, ni tampoco le juró fidelidad.[5] Sin embargo, después del Príncipe de los creyentes (la paz sea con él), juró fidelidad a Mu’âûîah y reconoció a su gobierno.

Éste fue el trato de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar con una personalidad como la de ‘Alî (la paz sea con él), con un gobierno como el suyo, así fue su juramento de fidelidad a Mu’âûîah y la aceptación de su gobierno.

2. ‘Abdul-lah Ibn ‘Umar y el juramento a Îazîd: cuando Mu’âûîah pedía el juramento a la gente a favor de su hijo Îazîd, ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar se unió al grupo de los opositores, pero tanto Mu’âûîah como Îazîd no le temían a su oposición. En una ocasión, cuando Mu’âûîah hablaba con su hijo Îazîd acerca de los opositores, al plantearse el nombre de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, este opinó: “Fa ammâ ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar fa hûa ma’aka falẕamhu ua la taḋa’hu”.[6] (Pero ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, a pesar de que se abstuvo de jurarte fidelidad, su corazón está contigo, conoce su valor y no lo alejes).

Basándose en lo previsto por Mu’âûîah, la oposición de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar a Îazîd, no sólo no lo perjudicaba, sino que en un momento oportuno sirvió como el más grande apoyo para él, puesto que cuando tenía que apoyar a la revolución de Ĥusaîn Ibn ‘Alî (la paz sea con él), lo invitó al Imam a la paz y conciliación para fortalecer mucho más al gobierno de Îazîd. Y cuando ve fracasado su plan se despide del Imam y se dirige a Medina y, desde allí, a través de una carta escrita por él, anuncia que acepta el gobierno y califato de Îazîd Ibn Mu’âûîah con toda su alma y corazón.[7]

Él permanece tan firme en este juramento que cuando los medinenses, luego del martirio del Ĥusaîn Ibn ‘Alî (la paz sea con él) se sublevaron contra Îazîd y echaron a su gobernador en Medina, ‘Ûzman Ibn Muĥammad, ‘Abdul-lâh reunió a todos sus parientes, a su clan, sus esclavos y sus hijos, y en un discurso apoyando al gobierno de Îazîd, dijo:

He oído al enviado de Dios decir: “En el día del Juicio Final, a cada individuo que rompa un pacto, se le izará una bandera que lo pondrá en evidencia”. Y continuó: “Nosotros hemos jurado fidelidad a este hombre, y yo no conozco ningún engaño ni traición más grande que la de un grupo que jure fidelidad a alguien y luego luche en contra suyo. Por lo tanto, si recibo alguna información de que alguno de vosotros se retracta del juramento a Îazîd, apoyando a sus opositores, mi relación con él será cortada”.[8]

3. ‘Abdul-lah Ibn ‘Umar y Ĥaӱӱaӱ Ibn Îusif: luego de Îazîd Ibn Mu’âûîah, cuando ‘Abdul Malik Ibn Marûân llegó al califato y envió a Ĥaӱӱaӱ Ibn Îusif a la Meca para derrocar a Ibn Ẕubaîr, Ĥaӱӱaӱ entró a Medina. ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, durante la noche, se apresuró para jurar fidelidad a Ĥaӱӱaӱ y le dijo: “Oh, amir (príncipe), dame tu mano para jurarle fidelidad al califa”. Ĥaӱӱaӱ le preguntó: “‘Abdul-lâh, ¿a qué se debe tanta prisa, puedes dejar para mañana el juramento?” ‘Abdul-lâh respondió: “No, puesto que he oído al enviado de Dios decir que quien muera y no tenga un Imam, morirá como la gente de la época de la ignorancia (época preislámica). Temí que mi muerte llegue por la noche y por no tener Imam sea incluido entre la gente que describió el Enviado de Dios, como los muertos de la época de la ignorancia”.

Cuando las palabras de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar llegaron a este punto, Ĥaӱӱaӱ sacó sus pies debajo de la frazada y le dijo: “Ven, en lugar de mi mano besa mi pie”. Es decir, tú que hoy me repites el ĥadîz del Profeta (la paz sea con él), por qué te olvidaste de este ĥadîz en época de ‘Alî Ibn Abi Ṯâlib y Ĥusaîn Ibn ‘Alî.[9]

Este es el verdadero significado de la misma frase que el propio ‘Abdul-lâh relata del enviado de Dios: Abstenerse de socorrer y ayudar al Ĥusaîn, es causa de humillación y menosprecio.

Conclusión: este es el auténtico rostro de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar que la historia nos muestra para poder conocer así a otros ‘Abdul-lâhs en otras épocas y también conocer su línea, para cuidarnos. Nuevamente, estos testimonios advierten a los ‘Abdul-lâhs de otras épocas y de la actualidad que, si no juran fidelidad a ‘Alî, voluntariamente, por razones vanas y fútiles, tienen que aceptar prestarle juramento de fidelidad a Îazîd. Y si la altanería, egoísmo, ignorancia e impertinencia no les permite apoyar al Imam Ĥusaîn (la paz sea con él), tienen que esperar el día en que, con toda humillación y vileza, se dirijan a la casa de los Ĥaӱӱaӱes en medio de la noche”.

Ellos deben saber que si la mano misteriosa e invisible de los Omeyas, para alcanzar sus objetivos –que sólo son alcanzables a través de la reclusión de Ahlul Bait- presentan a ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar con tanta difusión y batahola, llegando a ser considerado uno de los mukzirîn[10]y expertos en religión – y asumiendo este rol entusiastamente- es natural que una persona que posea tales características bese los pies del ser humano más sucio y criminal. Este es el castigo por esta deshonra y degradación que es ser un objeto en manos de los Mu’âûîas y de los Îazîdes.

ذلک لهم خزي في الدنیا و لهم في الآخرة عذاب[T1]  عظیم

Ḏâlika lahum jiẕîun fî ddunia ûa lahum fil ꞌajirati ‘aḏâbun ‘aḓîm.

Esto será para ellos una humillación en esta vida y, en la otra, tendrán un castigo inmenso. (Corán 5:33)

Dos puntos importantes: en el diálogo del Imam (la paz sea con él) y ‘Abdul-lah Ibn ‘Umar hay dos puntos importantes y sensibles a destacar:

Primer punto: el Imam (la paz sea con él), en sus palabras recuerda el asesinato del Profeta Îaĥîa y el regalo de su cabeza a un criminal. Según lo transmitido, el Imam, a lo largo de su viaje, recuerda este amargo suceso y este gran crimen reiteradas veces.

Seguramente, el planteo de este tema de parte del Imam fue intencional y muestra la existencia de una similitud entre su revolución y la del Profeta Îaĥîa.

El segundo punto se encuentra en las palabras de ‘Abdul-lâh Ibn ‘Umar, quien, al despedirse del Imam, le dijo, mientras le caían las lágrimas: “Oh, Aba ‘Abdil-lâh, te dejo en manos de Dios, y tú, en este camino, serás mártir”.

¿Acaso él, por otra vía más que oír al enviado de Dios, conocía acerca del martirio del Imam? ¿Es posible que el propio Imam esté desinformado de un tema que los demás conocían? Esto es algo que hemos señalado anteriormente: el Imam, además de su conocimiento de lo oculto por su jerarquía espiritual, conocía bien los detalles de ‘Âshurâꞌ por una vía común y por la noticia que le había llegado a él de parte del Profeta, directa e indirectamente.

Extraído del libro: Palabras del Imam Ĥusaîn Ibn ‘Alî (P) Desde Medina hasta Karbalá

Editorial Elhame Shargh

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[1] ṮAÛÛS, R., Luhûf, p. 26; ĤEL-LÎ, Ibn Namâ, Muzîrul Aĥẕân, p.20.

[2] JÛÂRIẔMÎ, M., Maqtal, t. I, p.190.

.

[3] En el generoso Corán se habla del ascetismo y de la piedad de Ĥadrat Îaĥîâ a lo largo de unas aleyas en las ura María, así como se refiere a otros profetas conocidos. Él, en el año 28 d.C, fue martirizado de forma muy dolorosa por la tentación de Salomé, la hija pecadora del rey contemporáneo.

[4] ṢADÛQ, Abu Ÿa’far [conocido como Sheij Ṣadûq], Amâlî, “Maÿles no. 30” [Sheij Sadûq tenía más de 97 maÿles que eran sus reuniones con discípulos quienes escribían sus palabras].

[5] IBN ABIL ĤADÎD, explicación de Nahÿul Balâgah, T. 4, p. 9-11

[6] ṢADÛQ, Sheij, Amâlî, según lo transmitido por Biĥârul anûâr, t. XLIV44, p.311.

[7]  ‘ASQALÂNÎ, ÎBN ĤAŸAR, Fatĥul bârî, t. XIII, p. 60.

[8]  BUJÂRI, Muĥammad Ibn Ismâ’îl, Ṣaĥîĥ Bujâri, t. IX, “Kitâbul Fitân”, ĥadîz No. 6694.

[9] IBN HIBATIL-LÂH, Îzzud-Dîn, [conocido como Ibn Abil Ĥadîd], Sharĥ Nahjul Balgah, t. XIII, p. 242.

[10] Mukzirîn se refiere a las personas que relataron un gran número de hadices. Como resultado de ello, vemos, por ejemplo, en Musnad de Ahmad Ibn Hanbal -que es el compendio de narraciones más grande de los sunnitas- que se relata de ‘Abdullah Ibn ‘Umar más de mil setecientos hadices, en cambio, de cada uno de las dos flores del enviado de Dios, el Imam Ĥasan al Muӱtabâ y el Imam Ĥusaîn (la paz sea con ellos), se transmiten, sólo seis.


 [T1]

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