La Esclavitud Desde las Perspectivas Islámica y Occidental

¿Participación de las iglesias en el tráfico de esclavos?

Al·lâmah Saîied Said Ajtar Riz

 

¿Cuál fue la actitud tomada por parte de la iglesia Cristiana con respecto al tráfico de esclavos africanos? Desde sus inicios la Cristiandad cerró los ojos ante el sufrimiento de los esclavos. Como se mencionó anteriormente, la única referencia hecha con respecto a la esclavitud se encuentra en la epístola de San Pablo, cuando devuelve un esclavo a su amo, Filemón. Eso es todo. Amir Ali correctamente comenta que El Cristianismo “visualizó a la esclavitud como una institución legal del Imperio; adoptó este sistema sin ningún esfuerzo por prohibirla, promover su abolición gradual, o mejorar la condición de los esclavos.”26

Si queremos identificar cual fue el papel que jugaron las iglesias Cristianas en el comercio y tráfico de esclavos, debemos leer de nuevo los escritos del Señor Alpers, quien dice que los cristianos “eran conscientes que vender su prójimo humano no tenía una justificación moral. Sin embargo la iglesia cristiana encontró excusas para esto. Muchos sacerdotes personalmente practicaron este comercio, especialmente en Angola, y muchos otros eran dueños de esclavos en las Ameritas. La única justificación que la iglesia católica dio a todo esto fue que trataban de salvar las almas de los africanos por medio del bautizo al ser capturados y esclavizados. Los protestantes fueron peores, puesto que nunca aclararon si para ellos los esclavos Africanos tenían alma, al contrario, apoyaron el concepto de que el esclavo Africano era como un inmueble o un animal doméstico. No hay un registro en la historia de la iglesia Cristiana más vergonzoso que su apoyo al tráfico de esclavos por el Atlantico.”27

Ya mencionamos los argumentos de James Boswell, donde dice que la esclavitud fue una institución condenada por Dios en todas las épocas y que la abolición de la esclavitud sería cerrar la puerta de la misericordia para con la humanidad.

Ahora, quiero citar del Capitalismo y la Esclavitud del Doctor Eric Williams, historiador reconocido, también Primer Ministro de Trinidad y Tobago: “La Iglesia también apoyó el tráfico de esclavos. Los españoles vieron en esto una oportunidad para convertir a los idolatras, pues los Jesuitas, Dominicos y Franciscanos estaban muy involucrados en el cultivo de azúcar, lo que significaba tener esclavos. La historia se conoce a partir de un jerarca de la iglesia en Newport, quien todos los domingos al llegar una nueva carga de esclavos a la costa, agradecía a Dios que “otra carga de seres ignorantes había sido traída a la tierra en donde tendrían el beneficio de la bendición del evangelio” Pero en general, los hacendados Británicos se oponían a que fuesen cristianizad, significaba la instrucción en idioma Ingles, lo que permitía a varias tribus unirse y planear la sedición…En 1695 el gobernador de Barbados atribuyó esto a el rechazo de los hacendados de darle al esclavos los días domingos y festivos libres, y mucho después, casi en 1832 la opinión pública Inglesa se horrorizó por el rechazo de los hacendados a una propuesta para que se le diese a los Negros un día a la semana para permitir la abolición del mercado del Domingo Negro. La iglesia obedientemente hizo lo que tenía que hacer. La Sociedad para la Difusión del Evangelio prohibió que se le diera enseñanza religiosa a los esclavos en Barbados, y marcaban con la palabra “Sociedad” sus nuevos esclavos para diferenciarlos de los de la laicidad; los esclavos eran el legado de Christopher Codrington. Sherlock, posterior obispo de Londres, le aseguraba a los hacendados que “El cristianismo y el aceptar el evangelio no hace la más mínima diferencia en la propiedad civil”. Tampoco colocaba barreras a la actividad del clérigo. El Obispo Robinson de Bristol fue ascendido a la Diócesis de Londres por sus esfuerzos con respecto al Asiento que ayudó a establecer como plenipotenciario inglés en Utrecht. Las campanas de las iglesias de Bristol repicaban con alegría por la noticia del rechazo del Parlamento de la enmienda de Willberforce para la abolición del tráfico de esclavos. El mercader de esclavos, John Newton, le agradeció a las iglesias de Liverpool por el éxito obtenido en esta última hazaña antes de su conversión y pidió a Dios que lo bendijera. Estableció la adoración pública dos veces al día en su barco negrero, realizándola él mismo, también ayunaba un día y oraba, no por los esclavos si no por la tripulación. “Nunca antes conocí”, confesaba, “horas más dulces de comunión divina que las que tuve en los dos últimos viajes hacia Guinea”.

El famoso Cardinal Manning del siglo XIX era el hijo de un rico mercader de esclavos de las Antillas. Muchos misioneros vieron en esto un negocio ganancioso para expulsar a Belcebú por medio de Belcebú. Según uno de los más recientes escritores acerca del tema del tráfico de esclavos, ‘la mejor forma para remediar el abuso sobre los esclavos negros era que el dueño de la plantación diera un buen ejemplo preservando los esclavos y las propiedades, realizando de esta manera práctica la salvación de los plantadores y el progreso de sus fundaciones’. Los misioneros de Moravia en la isla, sin vacilar, retenían esclavos; los Bautistas, según un historiador con sutil delicadeza, no le permitirían a sus primeros misioneros reprobar la posesión de esclavos. Hasta el final el Obispo de Exeter retuvo sus 655 esclavos, por lo que recibió más de 12700 libras de compensación en 1833.

“Historiadores de la Iglesia ofrecieron disculpas ridículas, lo que hizo que se despertara una conciencia lentamente frente a la maldad que se le hizo a los esclavos puesto que la defensa de la esclavitud por parte de los funcionarios de la iglesia surgió de una sutil percepción moral”.

 No eran necesarias dichas disculpas. La actitud de los funcionarios de la iglesia era la misma actitud del hombre laico. El siglo XVIII, al igual que cualquier otro siglo, no pudo superar sus limitaciones económicas. Como lo discutió Whitefield al defender el rechazo a dicho artículo del estatuto que prohibía la esclavitud, ‘es una obvia demostración de que los países de clima cálido no pueden ser cultivados sin Negros’.

“La inconformidad de los Cuáqueros no se extendió hasta el tráfico de esclavos. En 1756 existían 84 cuáqueros que figuraban en la lista de miembros de la Compañía que comerciaba en África, entre ellos las familias Barclay y Baring. El negoció de la Esclavitud era uno de los medios más lucrativos para los Ingleses así como para los Cuáqueros Americanos, y el nombre del esclavista, El Cuáquero Willing (barco), reportado desde Boston en Sierra Leona en 1793, es símbolo de la aprobación dada al tráfico de esclavos en los medios Cuáqueros. La oposición Cuáquera al tráfico de esclavos se inició grandemente no en Inglaterra sino desde las Américas, y fue allí, desde las comunidades rurales pequeñas del Norte, independiente de la labor del esclavo. Es difícil, escribe el Dr. Gray, evitar el supuesto de que la oposición al sistema esclavista se confinaba primero a un grupo que no se beneficiaba directamente de este, y que finalmente poseyera una actitud objetiva.

“La esclavitud tuvo lugar bajo los ojos de los Ingleses del siglo XVIII. Y la moneda Inglesa, la guinea, escasa como lo era y es, tuvo su origen en el comercio Africano. Un orfebre fabricaba grilletes de plata para los esclavos y los perros. Bustos de moros y elefantes, insignias del tráfico de esclavos adornaban el Salón Comunal de Liverpool. La insignia y el equipamiento de los traficantes de esclavos eran exhibidos descaradamente para la venta en las tiendas y se les hacía publicidad en la prensa. Los esclavos eran vendidos públicamente en las subastas.

Los esclavos, eran una propiedad invaluable, con título reconocido por la ley, el administrador de correos era el agente empleado en ocasiones para recapturar a los que huían, publicando avisos en los estamentos oficiales del gobierno. Los esclavos sirvientes eran comunes, pequeños niños negros eran adornos de damas elegantes o mujeres de poca virtud. La heroína de Hogarth, The Harlots Progress, por lo general atendido por un chico negro, tipifica el concepto del inglés del siglo XVII en su deseo por los niños negros a quienes ellas podrían amar tanto como a su gatito. Los negros Libres llamaban la atención entre los mendigos de Londres y eran conocidos como los mirlos de St. Giles. Eran tantos que se estableció un comité parlamentario en 1786 para ayudar a los pobres negros.

“Los Esclavos no pueden respirar en Inglaterra”, escribió el Poeta Cowper. Esta era una licencia del poeta. En 1677 se tenía el concepto de que los negros usualmente comprados y vendidos entre los mercaderes, por ser mercancía y también incrédulos, podían ser poseídos. En 1729 el Juez General legisló que el bautismo no le concedía la libertad, ni cambiaba su condición temporal de esclavo; por otra parte el esclavo no se volvía libre al ser traído a Inglaterra, y una vez en Inglaterra el dueño podía legalmente obligar su regreso a las plantaciones. Una autoridad tan eminente como el Señor William Blackstone pensaba que ‘el amo podría legalmente haber adquirido el servicio perpetuo de John o Thomas, permaneciendo estos en el mismo estado de sometimiento de por vida, en Inglaterra o en cualquier otro lugar.28

Los sacerdotes cristianos solían bendecir con el nombre de Dios a los barcos repletos de carga humana cuando estos zarpaban desde los países cristianos, rumbo al hemisferio occidental, también le aconsejaban a los esclavos ser obedientes, nunca pasó por sus mentes aconsejarle a los esclavistas que tuvieran un poco de misericordia hacia ellos.

Es difícil aceptarlo pero parece que los católicos romanos hasta la década de los 70 hicieron de la compra de seres humanos algo común y corriente. En agosto de 1970 el mundo se estremeció al escuchar que los Romanos Católicos habían comprado, a un precio equivalente a 250 o 300 libras cada una, 1500 jóvenes de la India para convertirlas en monjas, debido a que esta vocación no era del gusto de las jóvenes europeas.29

Hubo tanta presión y escándalo a nivel mundial que el Vaticano tuvo que crear una comisión para que se encargara de este asunto, pero inclusive antes de que esta comisión comenzara su investigación, un vocero del Vaticano tuvo que admitir que “había algo de cierto” en los informes, aunque él cumpliendo con su deber condenó al Sunday Times por el sensacionalismo.

Fuente: La Esclavitud Desde las Perspectivas Islámica y Occidental - Editorial Elhame Shargh

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26 Ameer Ali, Spirit of Islam (London: University Paper-backs, 1965), p. 260

27Alpers, Op. citp. , p. 22.

28 Williams, Op. cit., pp. 42-45

29 Sunday Times (Londres), como fue citado en el East African Standard (Nairobi), agosto 25 de 1970.

 

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