Ser un Siervo de Dios
Por: Ayatolá Mahdi Hadavi Tehrani
Traducción: AbdulKarim Orobio
Pregunta: ¿Quién es un ‘Abd (“esclavo”) y qué es la esclavitud ante Dios? ¿Cómo podemos convertirnos en esclavos de Dios?
Respuesta Concisa
Un verdadero siervo o esclavo de Al-lah (s.w.t) es aquel para quien la obediencia a Dios es algo dulce y el amor hacia Dios es una delicia; es un amigo íntimo de Al-lah (s.w.t) y se apoya en Él para todas sus necesidades.
Ser un siervo puede resumirse en tres cosas. Primero, el siervo reconoce que no posee nada de lo que se le ha concedido, los esclavos no tienen propiedad. Saben que todo pertenece a Dios y cuando Él lo ordena, gastan de Su propiedad. Segundo, un siervo no determina su destino, y tercero, un siervo se preocupa por las órdenes y prohibiciones de Su Amo.
Con la definición que hemos dado podemos entender la esencia de la esclavitud ante Dios y como convertirnos en Sus verdaderos siervos. La esclavitud a Dios es la clave de la Santidad y “esclavo o siervo” es el mejor de los atributos. Un ser humano perfecto es un siervo de Dios y se aniquila en la Esencia Divina y en Sus Atributos.
La Adoración (‘Ibadah) es definida por los lexicógrafos en el idioma árabe como la cúspide de la modestia y humildad. Dicen que “’ibadah” es el nivel más elevado de humildad; se aplica únicamente a los seres más perfeccionados, que poseen las finuras más sublimes y el nivel más elevado de generosidad. Es por esto que la adoración a otro ser que no sea Dios es una falsa adoración, la cual equivale al politeísmo, particularmente sino se ha materializado la sinceridad en dicha adoración.
Respuesta Detallada
Como lo explicó el Imam Ya’far ibn Muhammad as-Sādiq (a.s.), la palabra ‘abd se compone de tres letras: ع/ ب/ د (‘ayn/ba/dal). La ‘ayin indica ‘ilm, lo que significa conocimiento y certeza que posee el siervo acerca de Dios. La Ba, indica bu’d, lo que sería, la separación y distancia que existe entre él y otro ser que no sea Dios. Y la letra Dal, denota Dunuw, es decir la cercanía a Dios.[1]
El siervo está endeudado con Dios, no únicamente por todas las perfeccionas que le ha otorgado, sino por su existencia. Es por esto que se somete a Él. Cuando se desentiende de sí mismo y de sus propios deseos, adquiere rasgos de su Amo y de Sus Perfecciones, hasta el punto en que según palabras del Profeta Muhammad (P), “El verdadero esclavo de Al-lah (s.w.t) es aquel para quien la obediencia y amor hacia Dios se convierte en algo dulce. Expone sus necesidades a su Amo y se vuelve Su amigo íntimo. Coloca toda su confianza en él y no tiene esperanza en nadie más”.[2]
Según los dichos del Imam Ya’far ibn Muhammad as-Sādiq (a.s.), la realidad de la esclavitud ante Dios yace en tres cosas; primero, “El esclavo sabe que nada de lo que tiene le pertenece, todo es de Dios. Es así porque los esclavos no tienen nada propio, reconocen que su riqueza pertenece a Dios. Depositan todo lo que tienen donde Dios dice que deben colocarlo. En segundo lugar, el esclavo de Dios no es quien dictamina qué es bueno o malo para él. En tercer lugar, todas sus actividades van dirigidas a realizar lo que Dios le ha ordenado hacer y evitar lo que Le ha prohibido. Por lo mismo que considera que no le pertenece lo que Dios le ha dado, es por eso que se despoja de ello con facilidad. Teniendo en cuenta que el esclavo de Dios ha delegado todos sus asuntos a Él, asume con tranquilidad los problemas que enfrenta en el mundo y puesto que pasa todo su tiempo obedeciendo a Dios, no tiene tiempo para la frivolidad y ostentación. Es así como Dios honra a su esclavo por medio de estas tres cualidades y por lo tanto se le facilita enfrentar los desafíos de Satanás y su interacción con las demás criaturas de Dios. No va detrás del mundo amasando riqueza ni ostentando a los demás. No busca cualquier tipo de bienes materiales ni poder que posean los demás, ni pasa sus días en placeres vamos”[3]
La esclavitud ante Dios es la clave para la Santidad. El título “esclavo” es el mejor de los títulos y es por esto que el nombre del Santo Profeta (P) era ‘Abdul-lah (esclavo de Dios) y en la Noche de la Ascensión le pidió a Al-lah que le concediera el nivel del sometimiento y esclavitud solo ante Él.
El hombre perfecto es el siervo de Al-lah. Posee todas las manifestaciones de los Nombres o Atributos Divinos. Se desvanece en la Esencia Divina.
Los lexicógrafos definieron el término adoración como “La máxima expresión de la humildad”. Dicen que ya que la adoración es el nivel más elevado de humildad no se acopla a cualquiera sino a aquel que posee los niveles más elevados de existencia, perfección, gracia y generosidad. Por esto, la adoración a otro ser que no sea Al-lah es una falsa adoración, lo que equivale a politeísmo.
La adoración tiene tres niveles: Algunas personas adoran a Al-lah con la esperanza de recibir recompensas materiales o en la otra vida, o porque le temen a Su Castigo[4], estos son los creyentes comunes; algunos adoran a Al-lah para obtener el honor de la sumisión y por lo tanto ser llamados “esclavos” por Dios; algunos, sin embargo, adoran a Al-lah porque reconocen Su Grandeza y porque Lo aman.
Se ha mencionado en una narración sagrada que Al-lah (s.w.t) dijo; “Oh mi esclavo, adórame para que tengas de Mis atributos. Cuando Yo le digo a algo “sea”, es, tú también dirás a algo “sea” y será”.[5]
Según una narración del Imam Ya’far as-Sādiq (a.s.): “El sometimiento es una sustancia cuyo núcleo es El Señorío”[6].
El alma humana se pule por medio de la adoración como un espejo sobre el cual se reflejan los destellos Divinos. Entre más se pula, más se reflejarán los destellos de la iluminación Divina, será cuando su potencialidad para la santidad se transformará en acción y se convertirá en el Vicegerente de Dios (Khalifatul-lah) en el entorno de la existencia. Debemos saber que no es señorío sino Vicegerencia y una representación en la cual se manifiestan los efectos del Señorío. El vicegerente de Dios obra bajo el control de Al-lah. Al-lah se manifiesta en el alma de esta persona y revela Sus Nombres y Atributos. Así el gnóstico divino es el espejo perfecto para el Poder y la Gracia de Al-lah (s.w.t)
En todos los tipos y grados de milagros de los Profetas y obras asombrosas de los Imames (a.s.) en realidad, ha sido Al-lah (s.w.t) el Agente Absoluto en tanto que el alma del santo se ha desvanecido en Su Voluntad. Esta es la estación del sometimiento a Dios, un nivel el cual puede obtenerse por medio de la obediencia a Al-lah (s.s.t)
El viajero espiritual se considera a sí mismo como un nombre de Al-lah (s.w.t) en esta estación, para desvanecerse en Al-lah (s.w.t), reconociendo a otros seres como lo mismo. Si es un santo perfecto, será un nombre perfecto de Dios y aplicará en sí mismo el sometimiento y esclavitud absoluta y perfecta.
El Sagrado Corán dice:
Glorificado sea Aquel que transportó a Su siervo en el viaje nocturno[7]
سُبْحَانَ الَّذِي أَسْرَى بِعَبْدِهِ...
(17: 1)
Estas palabras nos indican que el camino que se transita para alcanzar la cercanía de Dios puede obtenerse únicamente por medio del sometimiento a él.
En el Tashahhud (testimonio), primero atestiguamos el sometimiento del Profeta a Dios, luego a Su profecía, porque el sometimiento es la escalera por medio de la cual se asciende a la estación de la profecía. En el Salāt (oración), lo que equivale a la ascensión nocturna o viaje nocturno del creyente, comenzamos diciendo “Bismil-lah” (con el nombre de Al-lah), y esta es la realidad del Sometimiento.
La intención, según la mayoría, significa el deseo de obedecer a Al-lah (s.w.t) sea por deseo a una recompensa o por temor a un castigo”. Según los eruditos en el tema, es el deseo de adorar a Al-lah (s.w.t) por respeto y para reconocer Su grandeza. “Adora a Al-lah (s.w.t) como si Lo vieras. Si no lo ves, ciertamente que Él te ve”. Según aquellos que aman a Al-lah (s.w.t), es el deseo de obedecerle por amor a Su Esencia. Por último, según los Amigos de Al-lah (s.w.t), significa intentar obedecerle y adorarlo como efecto del testimoniar la belleza del Amado, independientemente, esencialmente y aniquilarse en su Señor, particularmente en Sus atributos y en Sus Acciones. Una de las condiciones más importantes de la intención es la sinceridad.
La sinceridad de intención, a los ojos de la gente común, es limpiar la intención de rastros de politeísmo oculto y manifiesto, lo cual incluye rasgos de vanidad, ostentación y orgullo. “Ahora, en realidad que la obediencia sincera se debe solo a Al-lah (s.w.t)”[8] (39: 3)
En la adoración de los que están en el rango más elevado, significa purificar la intención de cualquier traza de codicia o temor, lo que se considera como politeísmo en el viaje espiritual. En la adoración de la Gente del Corazón, significa purificar las intenciones de egoísmo, lo que se considera como el mayor politeísmo e incredulidad. En la adoración del Más Perfecto, significa no fijarse en la estación del sometimiento y el acto de adoración sino enfocarse en la Existencia. Como lo dijo el Imam Jomeini (r. a.): “El corazón sano es aquel que se encuentra con La Realidad (Dios), sin que nada logre perturbar su intimidad con ella”.[9]
Fuente: Fe y Razón; Preguntas de Teología Islámica
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Fundación Cultural Oriente
[1] Misbah Shari’ah, capitulo 2 :
وَحُرُوفُ الْعَبْدِ ثَلاَثَةٌ ( ع ب د ) فَالْعَيْنُ عِلْمُهُ بِاللٌّهِ وَالْبَاءُ بَوْنُهُ عَمَّنْ سِوَاهُ وَالدَّالُ دُنُوُّهُ لِلٌّهِ تَعَالـى بِلاَ كَيْفٍ وَلاَ حِجَابٍ
[2] Arba’in
[3] Bihar al-Anwar, vol. 1, pg. 224, no. 17:
أَنْ لاَ يَرَى الْعَبْدُ لِنَفْسِهِ فِيمَا خَوَّلَهُ اللٌّهُ مِلْكاً لِأَنَّ الْعَبِيدَ لاَ يَكُونُ لَهُمْ مِلْكٌ يَرَوْنَ الْمَالَ مَالَ اللٌّهِ يَضَعُونَهُ حَيْثُ أَمَرَهُمُ اللٌّهُ بِهِ وَ لاَ يُدَبِّرُ الْعَبْدُ لِنَفْسِهِ تَدْبِيراً وَ جُمْلَةُ اشْتِغَالِهِ فِيمَا أَمَرَهُ تَعَالَى بِهِ وَ نَهَاهُ عَنْهُ فَإِذَا لَمْ يَرَ الْعَبْدُ لِنَفْسِهِ فِيمَا خَوَّلَهُ اللٌّهُ تَعَالَى مِلْكاً هَانَ عَلَيْهِ الإِِنْفَاقُ فِيمَا أَمَرَهُ اللٌّهُ تَعَالَى أَنْ يُنْفِقَ فِيهِ وَ إِذَا فَوَّضَ الْعَبْدُ تَدْبِيرَ نَفْسِهِ عَلَى مُدَبِّرِهِ هَانَ عَلَيْهِ مَصَائِبُ الدُّنْيَا وَ إِذَا اشْتَغَلَ الْعَبْدُ بِمَا أَمَرَهُ اللٌّهُ تَعَالَى وَ نَهَاهُ لاَ يَتَفَرَّغُ مِنْهُمَا إِلَى الْمِرَاءِ وَ الْمُبَاهَاةِ مَعَ النَّاسِ فَإِذَا أَكْرَمَ اللٌّهُ الْعَبْدَ بِهَذِهِ الثَّلاَثَةِ هَانَ عَلَيْهِ الدُّنْيَا وَ إِبْلِيسُ وَ الْخَلْقُ وَ لاَ يَطْلُبُ الدُّنْيَا تَكَاثُراً وَ تَفَاخُراً وَ لاَ يَطْلُبُ مَا عِنْدَ النَّاسِ عِزّاً وَ عُلُوّاً وَ لاَ يَدَعُ أَيَّامَهُ بَاطِلاً
[4] Nahyul Balafhan, aforismo 237; al-Kafi, vol. 2, pág. 84, no. 5: عَنْ أَبِي عَبْدِ اللٌّهِ ( ع) قَالَ: اَلْعِبَادُ ثَلاَثَةُ قَوْمٌ عَبَدُوا اللٌّهَ عَزَّ وَجَلَّ
خَوْفاً فَتِلْكَ عِبَادَةُ الْعَبِيدِ وَقَوْمٌ عَبَدُوا اللٌّهَ تَبَارَكَ وَتَعَالـى طَلَبَ الثَّوَابِ فَتِلْكَ عِبَادَةُ الأَجْرَاءِ وَقَوْمٌ عَبَدُوا اللٌّهَ عَزَّ وَجَلَّ حُبًّا لَهُ فَتِلْكَ عِبَادَةُ الأَحْرَارِ وَهِيَ أَفْضَلُ الْعِبَادَةَ
[5] Kalimatullah, pág. 140, No. 154:
عَبْدِي أَطِعْنِي حَتَّى أَجْعَلَكَ مِثْلِي أَقُولُ لِلشَيْءٍ كُنْ فَيَكُونَ تَقُولَ لِلشَيْءٍ كُنْ فَيَكُونَ.
[6] Misbah al-Shari’ah, capítulo 2:
أَلْعِبَادَةُ جَوْهَرَةٌ کُنْهُهَا الرُّبُوبِيَّةُ...
[7] Corán 17: 1
[8] أَلاَ لِلٌّهِ الدِّيْنُ الْخَالِصُ
[9] Sirr as-Salat, pág. 75 (Versión en Persa)