Desde la guerra impuesta por el imperialismo del brazo de Saddam Husein, el dictador de Irak y servidor del imperio norteamericano, contra la revolución islámica en los años ochenta del siglo pasado, el general Soleimani, no ha dejado de estar presente en los frentes de batalla, hasta su martirio, cumpliendo funciones de comandancia de las fuerzas de la resistencia y los Guardias Revolucionarios. Su fama se hizo mundial por ser artífice esencial en las victorias contra el ISIS en Irak y en Siria. Menos conocidas son sus importantes intervenciones en Irán, en el Líbano, en la famosa victoria de la guerra impuesta por el régimen sionista de los treinta y tres días. Los palestinos también han gozado de sus pericias y quizás hasta los yemeníes hayan usufructuado de su rica experiencia contra el enemigo común, el imperio anglo sionista saudí.
Latinoamérica está viviendo su hora, dicen, al formarse el CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, dejando afuera por primera vez en la historia a Estados Unidos y Canadá), los treinta y tres presidentes de Estado reunidos en Caracas, el 2 y 3 de diciembre del presente año (2011).
Uwais, era un hombre muy piadoso y amaba a Dios. Con él vivía su anciana madre, quien para entonces, dependía de los cuidados de su hijo Uwais. Éste había escuchado que en Medina se hallaba el nuevo profeta de nombre Muhammad, de quien todos hablaban en la península arábiga por esos días. Uwais ansiaba ir a visitar al profeta y poder conocerlo, pero la responsabilidad de los cuidados de su madre se lo impedía.
Bien y sabiamente - como teólogo encumbrado - lo sentenció el Papa Francisco, no hay ""terrorismo islámico"". No lo puede haber porque es una expresión contradictoria. Hay terroristas que se dicen musulmanes, cristianos o judíos como hay terroristas que se autodenominan ""demócratas"". A nadie se le ocurre decir ""terroristas democráticos"", pero vaya si generan terror sus bombardeos con drones y misiles a civiles inocentes.El Profeta Muhammad predicó el Islam que invita a la paz como su propio nombre lo indica. Predicó en nombre de Dios Clemente y Misericordioso, el Dios de Noé, Abraham, Moisés, Jesús, Muhammad y de toda la humanidad sin distingos. Todos ellos invitaron a adorar a Dios Único, sin asociarle nada, el Dios Creador, Bondadoso, Justo y la Paz como uno de sus tantos atributos de perfección absolutos.
En estos días en que el gran líder cubano ha dejado este mundo se ha desatado un mar de tinta y comentarios acerca de su trascendente personalidad. No he podido ni he querido sustraerme a pensar en este hombre extraordinario que conmueve a gran parte del mundo. Tiene cosas buenas que enseñar a la humanidad y tiene carencias a mi juicio importantes que es necesario no perder de vista a la hora de elogiar sus logros.
El comienzo del mes de Muharram, primer mes del calendario lunar islámico, nos anuncia un nuevo año, 1438. Desde que el profeta emigrara de la Meca a Medina en un momento de sumo peligro por el grado de persecuciones y soledad que asolaba al profeta ante la muerte de su protector, Abu Talib y su sostén, su esposa Jadiya. Esta emigración señala el paso de la debilidad a la fortaleza y en el momento de máxima incertidumbre en el que los enemigos planean el asesinato de Muhammad, aparece la mano de Dios, abriendo para el profeta y sus partidarios una nueva fase del desarrollo del Islam, lleno de fuerza y apoyo, como el que le brindaron los Ansar (auxiliares), en Medina, donde funda el Estado Islámico, Reino de Dios en la Tierra.
“¡Di!: ¡Oh gentes del Libro! (Cristianos, Judíos, Sabeos y aquellos que recibieron una revelación escrita de parte de Dios), venid a una misma palabra entre vosotros y nosotros, que no adoraremos sino a Dios, y que no le asociaremos nada, y que no nos tomaremos unos a otros como señores en lugar de a Dios” (Sagrado Corán 3: 64)Hoy en día tenemos que celebrar que la actitud dialoguista y de mutuo respeto haya adquirido una gran fuerza renovada y muchos estén abocados a ello. Es una excelente oportunidad que no debe ser desaprovechada porque es el único camino que producirá las condiciones necesarias para alcanzar la tan ansiada paz y justicia que anhelan en lo profundo de su alma la gran mayoría de los miembros de la familia humana.
Sobre las elecciones en el país persa y en general sobre Irán se habla mucho en los diarios y noticieros occidentales, pero muchas veces -por no decir siempre- se dicen cosas fuera de la realidad. Uno de estos medios que desde el llamado ""progresismo"" distorsiona la realidad con respecto a Irán es el periódico argentino Página 12, que afirma que si ganan las elecciones parlamentarias en Irán los de la ""línea dura"" peligrará el acuerdo nuclear alcanzado. ¿Acaso no se hizo ese acuerdo con el permiso del líder y el parlamento que representan según esta prensa a los ""duros"", (son mayoría en el actual parlamento)? También agregan que de ganar ""los duros"" se reabrirá la confrontación con las potencias occidentales y se volverá a las duras sanciones que ""estrangularon"" la economía iraní. Cita este diario argentino de una fuente, nada menos que de Inglaterra (The Independent), a una supuesta joven iraní como vocera de (toda) la juventud diciendo que ojalá que ganen los ""modernos"" de Ruhani para que se concreten las mejoras...
La temática de la realización humana constituye uno de los puntos centrales en todas las doctrinas místicas y como tal llamó la atención del gran místico de Murcia, Ibn ‘Arabi. En el presente artículo veremos algunas ideas del pensador andalusí en torno a este tema y su vinculación con la doctrina islámica tal como es presentada en la shía, no con el ánimo de sectarizar y dividir sino de dar a conocer una doctrina que es desconocida a pesar, como veremos, de constituir una visión profunda y coherente de la enseñanza profética que ha permitido el surgimiento de la filosofía y la mística en sus formas más profundas en la historia del pensamiento humano. Esta visión está llamada a rescatar a occidente de la crisis espiritual y filosófica en la que ha caído.
El valor del legado andalusí se multiplica por su inagotable proyección presente y futura. Al-Andalus, o los ochocientos años de civilización islámica en España, brilla con esplendor propio en el marco de la civilización islámica universal, es cierto, pero no menos cierto es que el enriquecimiento y desarrollo de su sociedad, producto de la interrelación de culturas diversas es una característica del espíritu del islam.La herencia andalusí está ahí para suplir nuestra pobreza actual en materia de diálogo, tolerancia, pacífica convivencia, interrelación, apertura, avidez intelectual, unidad del ser, unidad del saber, equilibrio, visión integral del hombre y del universo y también para conocer al Islam, sin falsos prejuicios.Al-Andalus fueron 8 ó 9 siglos de esplendor civilizador. Mas allá de si la Edad Media fue o no una edad oscura para el resto de Europa, para el Islam y para España fue, sin dudas, una época de luz. Destruye con su rigor fáctico la tenebrosa pseudo-idea de la supuesta incompatibilidad de civilizaciones y culturas, especialmente, la occidental y la islámica. La historia nos evidencia la falsedad de esta incompatibilidad, máxime, cuando en la conformación de la propia civilización occidental, el Islam, especialmente a través de Al-Andalus, ha cumplido un rol tan significativo.
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