En el nombre del Altísimo

Respuesta a César Vidal y su crítica al Islam

Sheij Abdul Karim Paz, Teólogo y miembro del Consejo Religioso de FEIRA (Federación de Entidades Islámicas de la República Argentina.

Bien y sabiamente - como teólogo encumbrado - lo sentenció el Papa Francisco, no hay "terrorismo islámico". No lo puede haber porque es una expresión contradictoria. Hay terroristas que se dicen musulmanes, cristianos o judíos como hay terroristas que se autodenominan "demócratas". A nadie se le ocurre decir "terroristas democráticos", pero vaya si generan terror sus bombardeos con drones y misiles a civiles inocentes.

El Profeta Muhammad predicó el Islam que invita a la paz como su propio nombre lo indica. Predicó en nombre de Dios Clemente y Misericordioso, el Dios de Noé, Abraham, Moisés, Jesús, Muhammad y de toda la humanidad sin distingos. Todos ellos invitaron a adorar a Dios Único, sin asociarle nada, el Dios Creador, Bondadoso, Justo y la Paz como uno de sus tantos atributos de perfección absolutos.  

César Vidal, se presenta como escritor, periodista y Doctor en Historia de la UNED (Universidad de Educación a Distancia, aparentemente con sede en España) y sugiere que el Papa Francisco se equivoca al haber exclamado que no existe un "terrorismo islámico".

 Cualquiera que estudie el Islam de sus fuentes más confiables y la historia del profeta podrá constatar que el Islam, en tiempos de su surgimiento, gracias a la prédica y ejemplo profético, pacificó a la Península Arábiga después de siglos de enfrentamientos.  Muhammad, el Mensajero de Dios, unió a todas las tribus árabes de entonces, en torno al concepto de superioridad basado en la virtud y la piedad, no en la raza, la tribu, el sexo, la condición social o económica. Su prédica es universal, está dirigida al género humano y atrajo, ayer y hoy, a los corazones y mentes de los cinco continentes con una fuerza que no decrece, sino que aumenta día a día, a pesar de los conceptos equivocados que se vuelcan a diario contra ella.

El Sr. César Vidal afirma que el profeta Muhammad en Medina se dedicó a expandir su fe con la espada. Bueno, como historiador nos debería decir cuándo, cómo, lo reto a que cite fuentes confiables al respecto, no podrá. Para cualquiera que estudie un poco la historia del Islam le es fácil apreciar que el profeta pacificó a Medina donde las tribus de Aus y Jazray guerreaban por más de un siglo antes de la llegada del profeta a esa ciudad. Unió y fraternizó a estas tribus y a los medinenses con los emigrados mequinenses logrando que compartan de grado todos sus bienes. A los judíos de Medina los reconoció como minoría y firmó un acuerdo de convivencia y libertad de culto para ellos como minoría en Medina. En la batalla de Badr que cita el autor, en donde el Profeta con trescientos de sus seguidores se defendió contra la agresión de los idólatras que superaban el millar, los musulmanes derrotaron a sus atacantes. Contra todas las costumbres de la época en el trato de los prisioneros que quedaban esclavos, el profeta aceptó liberarlos si enseñaban a leer y escribir a los musulmanes. Les confirió el buen trato de maestros y los fue liberando. A quienes no sabían leer ni escribir los liberó mediante pago de rescate ¿De qué fuente se basa para decir el Sr. Vidal que el profeta mató a todos los prisioneros de Badr? Lo reto a que cite la fuente. Jamás lo podrá hacer porque tal fuente no existe.

El supuesto exterminio de tribus judías es otra de las falsedades del llamado historiador Vidal. El profeta se enfrentó con algunas tribus judías por su adhesión a los idólatras y su enfrentamiento con la sociedad islámica. Muchos de estos judíos adhirieron al Islam, otros fueron liberados por la gracia del profeta, otros quedaron conservando su credo, pagando un impuesto al Estado a cambio de su protección que no era una carga pesada y le aseguraba su seguridad, sin tener que participar en las batallas defensivas.

Cómo puede sugerir, irresponsablemente, el señor Vidal que el Islam promueve el terrorismo cuando el Sagrado Corán invita a todos a la paz, a la justicia, a hacer el bien, a no hacer a otros lo que no gusta que le hagan a uno, a no matar a nadie inocente porque enseña que matar a una persona inocente es como matar a toda la humanidad. Prohíbe imponer la religión, agredir, molestar o dañar a cualquier otro ser. ¿¡Cómo ha de instaurar el terror quien fue reconocido como el profeta de la misericordia y perdonó a sus enemigos una vez derrotados en la Meca?! ¿De qué fuente extrajo la idea de una conversión forzada o una amenaza a los poetas?

Si pretendiese instaurar el terror, ¿acaso enseñaría los musulmanes a saludarse deseándose mutuamente la paz?; ¿acaso prohibiría los privilegios, las injusticias, la opresión, la mentira y el engaño? Es sabido que en la empuñadura de la espada del profeta -que jamás se levantó para agredir a nadie sino para defenderse- estaba escrito: "Restablece relaciones con quienes cortan los lazos contigo, di la verdad aunque sea contra tí mismo y haz el bien a quien te haga el mal". ¿Qué terrorista proclama este lema? ¿Acaso invitaría a respetar los pactos y defender a los débiles? ¿Prohibiría la usura, las drogas y el alcohol, el maltrato y la explotación? Todas estas cosas que se encuentran entre las mayores causantes de las guerras están prohibidas en el Islam. ¿Acaso hubiera enseñado que la adoración en un lugar usurpado no es válida para Dios? ¿Hubiera, acaso, predicado con el ejemplo para repartir los bienes entre los necesitados y prohibir la acumulación del oro y la plata y su ostentación? Siendo jefe de Estado albergaba a cuatrocientos pobres en un lugar junto a su casa y los atendía privándose él de las cuestiones elementales de confort. La caridad es un pilar de las acciones del Islam, no el terror.

La única vez que el Sr. Vidal cita una fuente, lo hace mal, sin saber. Es cuando se refiere al Sagrado Corán en la sura o capítulo noveno, At Tauba, El Arrepentimiento. Allí, efectivamente, el Sagrado Corán llama a enfrentar a los idólatras. Pero cualquier persona con un mínimo de conocimiento del Sagrado Corán sabe que el capítulo noveno es una excepción a la regla. Es el único capítulo que no empieza con el nombre de Dios, el Clementísimo, el Misiericordiosísimo. No apela a la Misericordia divina porque se refiere particularmente al enfrentamiento contra los idólatras agresores del Estado Islámico y violadores de los pactos de no agresión. Las normas generales y primarias en torno a la guerra prohíben llevarla a cabo a menos que se permita por haber sido agredidos, es decir en defensa propia. Se os ha permitido combatirles por lo que fuisteis atacados…pero si cesan, cesad vosotros e inclinaos a la paz. Dios no ama a los agresores. Está expresamente prohibido en el Islam comenzar una guerra o seguirla si se rinde el enemigo. Eso es algo que defiende la conciencia humana y todos los sistemas jurídicos del mundo. Sacar eso de contexto, es por lo menos, un caso grave de ignorancia y publicarlo en un medio masivo, una inconsciencia e irresponsabilidad, a la vez que un alimento de la islamofobia.

Por último, pretende confundir al mezclar el terrorismo del ISIS con grupos como el Hizbullah que tienen el aval de sus sociedades, defienden su tierra y son los principales defensores de las poblaciones musulmanas y cristianas contra el terrorismo del ISIS financiado y armado por potencias que a Vidal seguramente le costaría reconocer y denunciar.

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