La carta de Imam Ali ( P) a su gorbernador de Egipto, es unos de los más grandes textos didácticos sobre el arte del buen  gobierno que se hayan escrito.Esta epístola se encamina a lograr un gobierno pletórico de justicia, autodominio de las bajas pasiones que proboca la posesión del poder y el logro de una ética espiritual , además de aconsejar el conocimiento de la historia como medio para lograr la compresión del destino de grandes imperios y reinos hoy inexistentes , como metáfora lo  efímero del poder terrenal. Este texto es desconocido en gran medida por los historiadores ,sociólogos y estudiosos de la historia de las ciencias políticas de occidente que sólo validan textos como ""La República"" de Platón y ""El Príncipe"" de Maquiavelo desconociendo obras como la que presentamos acontinuación.
Día tras día las cadenas de noticias internacionales dan cuenta de los crímenes cometidos por las fuerzas de ocupación sionistas y los colonos extremistas afincados en los territorios de la Ribera occidental contra la población de palestina. Sólo en lo que va del año 2017 cincuenta palestinos han sido asesinados a manos del ejército ocupante y sus “cipayos” extremistas que habitan en los asentamientos construidos en territorio palestino.
Maquiavelo escribe El Príncipe en 1513 para Lorenzo II de Medici cuando retorna al poder en Florencia al finalizar el periodo de República en el cual Maquiavelo cumplió funciones de diplomático y secretario de Estado con el objetivo de ser tenido en cuenta para volver a las funciones públicas. Ali (600-661 D.C.) escribe estas cartas dirigidas a Mâlik Al-Ashtar cuando lo designó Gobernador de Egipto, es sin duda la más amplia de las cartas que escribió por los temas que trata, referidos en su totalidad a las condiciones del buen gobernante, sus deberes y responsabilidades.
La República Islámica de Irán se ha visto nuevamente amenazada por autoridades estadounidenses. En esta ocasión, el presidente del imperio norteamericano, señor Donald Trump, pide a lo que él llama “comunidad internacional” que se apliquen nuevas sanciones a la patria del Imam Jomeini (Dios exalte su morada en el Paraíso), con la excusa calumniosa de que desde Teherán “se apoya al terrorismo”. Cuando triunfó la Revolución Islámica en Irán, los gobiernos de Estados Unidos y aliados en Occidente, comenzaron a criticar y presionar al gobierno y pueblo iraní. Pensaban que con amenazas y presiones harían cambiar el camino de la nación persa, cuyas autoridades y población, se decidieron, gracias a Dios, por la senda del Islam.
El Eje de la Resistencia, liderado por la República Islámica de Irán, ha asegurado una amplia faja de territorio, que va desde las fronteras de la nación persa hasta las costas del Mar Mediterráneo en Siria. Una política de evidente profundidad estratégica, que consolida la influencia de Irán en la región y en sus pueblos. En forma inédita, desde el inicio de la guerra de agresión contra Siria – en marzo del año 2011 – las Fuerzas Quds, milicias chiitas iraquíes, fuerzas del Movimiento Hezbolá de El Líbano, Milicianos Palestinos y el Ejército Gubernamental Sirio han logrado consolidar una ruta terrestre, que facilita, no sólo las operaciones antiterroristas contra Daesh, Fath al Sham, Ahrar al Sham y otros movimientos terroristas takfirí, que operan tanto en suelo de Irak como en Siria, sino que, al mismo tiempo, consolidar una ruta de acceso desde suelo iraní hasta las costas del Mar Mediterráneo.
El año 1979, a escasos meses del triunfo de la Revolución iraní, su líder, el fallecido Imam Jomeini designó el último viernes del Ramadán como el Día Mundial de Al-Quds – nombre de Jerusalén, la santa, en árabe - destinado a colocar la causa del pueblo palestino por su autodeterminación en el centro de las preocupaciones de la comunidad musulmana - la Umma - del mundo entero.
Oriente Medio continua en el centro noticioso internacional, parte de las preocupaciones por lo que acontece en esa zona del mundo; ya sea por la seguidilla de profanaciones, ataques y violación de los derechos de la población palestina en particular y la musulmana en general, respecto a la libertad de desplazamiento, reunión y uso de sus recintos sagrados; como es la explanada de las Mezquitas en Al Quds. Así como también por la guerra de agresión sufrida por el pueblo sirio a manos de grupos terroristas takfiries y todos aquellos contenciosos donde la mano de la cruenta triada conformada por Washington- Tel Aviv y Riad se ha dejado sentir con su carga de miles de muertos, heridos, millones de desplazados internos y refugiados, que incrementan el recuento de muertos y desaparecidos en la travesía por lograr sobrevivir.
Hace un año atrás, en el Día Mundial del Refugiado, mis amigos de la Fundación Cultural Oriente – www.islamoriente.com – me propusieron escribir un artículo con referencia a esta conmemoración y dar cuenta del estado de  este fenómeno de los refugiados ya convertido más que en un hecho puntual, en una situación crónica, alarmante y sobre todo con profundas repercusiones en las sociedades sometidas a guerras de agresión, conflictos internos o dificultades de todo tipo que han forzado a su población a emigrar.
El odio recalcitrante del primer mandatario estadounidense hacia los inmigrantes, hacia los musulmanes; es sin lugar a dudas la característica contundente de que Estados Unidos se ha convertido en una amenaza contra la paz, la Madre Tierra y la soberanía de los pueblos, no solo construyendo muros físicos; sino políticos, sociales y económicos con un discurso virulento, xenófobo, islamófobo e antiinmigrante en especial contra los países (Siria, Yemen, Palestina, Irak; etc.) que sufren el flagelo de la guerra iniciada y/o patrocinada por el gobierno norteamericano.
‘Alí fue un hombre que hizo enemigos y provocó displacer en la gente, y ésta, también, es otra de sus grandes glorias. Todo hombre de principios que tiene un objetivo y lucha por él, particularmente los revolucionarios que procuran instaurar sus sagrados objetivos y a los cuales se refieren las palabras de Dios: «Combaten por la Causa de Dios y no temen el reproche de los reprochadores» (5:54), hace enemigos y deja insatisfecha a cierta gente. Así, si sus enemigos no hubieran sido mayores en número que sus partidarios, especialmente en su propia época, ello no se habría extendido hasta nuestros días.