Dialogo entre Wilson y Chirri (XXI)

Diferencias entre los musulmanes

Por: Muhammad Yawad Chirri

Director del Centro Islámico Americano

    

WILSON: Las enseñanzas del Islam parecen ser muy claras en muchos aspectos. Ninguna de sus doctrinas es lo suficientemente ambigua como para causar una discusión o disputa entre los musulmanes. Sin embargo, los musulmanes están divididos en más de un grupo; hay dos grupos bien conocidos: Los sunnas y los shias (o chiitas), y cada uno de ellos a su vez está subdividido. Yo sé que la división de los musulmanes no es tan aguda como entre los cristianos; al igual que entiendo que ambos -sunnas y shias- a menudo rezan juntos en las mezquitas y no hay barreras materiales entre ellos. Ningún musulmán está obligado a cambiar su inclinación hacia su respectivo grupo para, por ejemplo, casarse con una persona de otro grupo. Pero el hecho es que hay divisiones y hay más de un grupo.

La división no parece ser justificable. Sin embargo, existe, y me gustaría saber la razón o las razones por las cuales se llega a esta división.

CHIRRI: La división entre los musulmanes puede ser caracterizada como religiosa. Hay algunas diferencias en los detalles de algunas reglas islámicas, y estas radican solamente en la interpretación de algunas palabras coránicas o declaraciones del Profeta; llevado al establecimiento de varias escuelas de pensamiento. Fundamentalmente, la diferencia es política, y su inicio fue inmediatamente tras la muerte del Profeta.

Es bien sabido el hecho que el Islam abarca el aspecto tanto espiritual como material, en la vida del ser humano. El Profeta fundó un estado islámico del cual él era su cabeza, es decir, era el encargado de administrar todo los asuntos religiosos, políticos y sociales. De hecho, nunca mostró a sus compañeros ningún símbolo de separación entre la religión y el estado. Es por esto que el bienestar de la comunidad y la prevalencencia entre la justicia y los miembros que la conforman, son tan importantes en sus enseñanzas como los actos devocionales los cuales son requeridos individualmente.

La integración de los aspectos seculares y espirituales, en el estado islámico -en la época del Profeta- fueron tan transparentes que ningún musulmán de aquel tiempo dudaba de la necesidad de establecer y continuar con un gobierno así. Es por esto que, cuando el Profeta murió, en el año 632, no hubo ningún cuestionamiento acerca de la necesidad de un gobernante exitoso. Todos estuvieron de acuerdo en esto, pero estuvieron en desacuerdo sobre quién debería gobernar.

Mientras que Alí, el primo del Profeta, y algunos de los hashimies (el clan del Profeta) estaban ocupados con el sagrado funeral, otros musulmanes estaban reunidos en un lugar, llamado “Saquifa Bani Saidah” escogiendo al nuevo líder.

La comunidad islámica de Medina, la capital del estado islámico, que estaba conformado por los nativos de Medina y aquellos que emigraron hacia Medina (quienes eran llamados muhayirines) eran de la Meca. Los nativos de Medina estaban compuestos de dos tribus, llamadas “Jazraj” y “Aus”; luego fueron llamados “Al-Ansar” (los ayudantes). Sin embargo, había algunas rivalidades entre los inmigrantes y los nativos de Medina; a tal punto que también, se presentó una rivalidad entre las dos tribus de Medina.

Quienes se reunieron para seleccionar un sucesor – los confederados-, fueron en su mayoría medinenses, y se proponían elegir a uno entre ellos para ejecutar tan alto cargo. Sa’d Ibn ‘Ibadah, el jefe de los jariyitas era el más predilecto. Pero, las noticias de los confederados llego a Abu Bakr, Umar, y a otros de los inmigrantes, los cuales se apresuraron a ir a la reunión para evitar que los Medinenses implementaran su régimen. En el debate con los medinenses ellos dieron los siguientes argumentos: El Profeta era de la Meca, y los mecanos eran sus familiares. Por esto razón los mecanos debían ser sus sucesores.

En virtud de los mutuos celos entre los medinenses, los de ‘Aus desecharon a Sa’d Ibn ‘Ibadah y se inclinaron hacia los mecanos; Abu Bakr fue nominado inmediatamente y la mayoría de los confederados se comprometieron y dieron lealtad, al igual que la mayoría de los musulmanes, inmigrantes y medinenses. Así Abu Bakr se convirtió en el primer “califa” (sucesor) en la historia islámica. Con esto, el asunto entre los Medinenses y los inmigrantes se había solucionado para siempre; y desde entonces ninguno de los Medinenses se disputó el derecho de sucesión. Pero este asunto estaba lejos de solucionarse entre los Mecanos.

Alí, como dijimos, estaba preocupado con los asuntos del funeral del Profeta; por lo cual no fue tomado en cuenta, en este asunto tan importante. Él y muchos otros creían que, no solo él era el apropiado para ocupar el cargo tras la muerte del Profeta, sino que era a quién el Profeta había nominado y asignado para aquella posición. Entre tanto, Abu Bakr y su grupo habían derrotado a los Medinenses argumentando que los Mecanos eran los familiares del Profeta. Si la relación con el Profeta daba a los mecanos el derecho a sucederle, Alí debería ser el primero en ser elegido, ya que era el primo del Profeta y a la vez su yerno. Por esta razón Alí se rehusó a darle el apoyo a Abu Bakr y esto fue así por muchos meses.

Sin embargo, finalmente se unió a la mayoría, dando su apoyo y lealtad al nuevo Gobernante. La situación del estado Islámico era demasiado grave como para permitir que un hombre, sobretodo alguien como Alí, cause una división en la comunidad islámica. La mayoría de los musulmanes que no habitaban Medina y la Meca se rebelaron en contra del Gobierno Medinense, una buena porción de ellos incluso abandonaron el Islam. La propia existencia del Islam estaba en peligro y Alí era demasiado piadoso como para querer sacar ventaja de las dificultades del gobierno islámico y a su vez, demasiado intelectual para preocuparse por algunos mandatos islámicos cuando la propia existencia del Islam estaba en juego. Por estas razones, no solo apoyó a Abu Bakr, sino que también formó parte de la defensa del estado en contra de aquellos elementos rebeldes.

Cuando Alí dio su apoyo al gobierno, la división entre los musulmanes desapareció. Se mantuvo inactivo durante dos décadas en las cuales Abu Bakr, Umar y Uzman consecutivamente gobernaron el estado islámico. Alí fue elegido después de la muerte de Uzman; siendo así el califa designado profeta, debido a su rectitud. Tenía la personalidad más controversial entre los compañeros del profeta: era magnánimo ante los ojos de los musulmanes piadosos, los cuales creían que la sucesión del profeta era su derecho exclusivo; al mismo tiempo tenía mucha oposición, tanto así, que debió pelear tres rebeliones sangrientas durante su corto mandato.

El mandato de Alí continuó más o menos por cinco años y este finalizó con su asesinato. Subsecuentemente su más acérrimo adversario Muawiya, llegó al poder; este hombre gobernó a los musulmanes de una manera totalmente diferente a los cuatro califas que administraron el estado islámico, su poder se extendió por casi dos décadas, gobernando a la gente mediante la espada y la barbarie, sometiendo a los seguidores de Alí a la humillación y persecución durante su gobierno. Transformó el gobierno islámico de una forma republicana a un gobierno de dinastía, su dinastía, la Omeya, garantizando su tipo de gobierno por setenta años después de su muerte. Los simpatizantes políticos de Alí, durante este tiempo adquirieron el título de shias, lo cual significa “Seguidores de Alí”.

El régimen Omeya finalizó en el 750 D.H, con la llegada de los Abasidas (descendientes de al-Abbas, uno de los tíos del profeta y de Alí) al poder. Los abasidas se convirtieron en la nueva dinastía, la cual gobernó el estado islámico por cientos de años, durante los cuales la mayoría de los musulmanes fueron llamados sunnis, para distinguirse de los shias. Así, los musulmanes se dividieron entre sunnis y shias.

WILSON: ¿Cuál es la opinión que mantienen los sunnis y los shias en relación al asunto de la sucesión?

CHIRRI: Los sunnis sostienen que Abu Bakr era el califa legal; que los tres buenos califas quienes gobernaron consecutivamente después de él, llamados: Umar, Uzman y Alí fueron también legales; que el profeta nunca nominó a nadie para que lo sucediera; y que él dejo el asunto de la sucesión a sus compañeros, para que ejercieran así el derecho de la propia elección de su gobernante.

Los cuatro califas, sin embargo, fueron escogidos de varias maneras: Abu Bakr fue elegido por los musulmanes de Medina, Umar fue designado por Abu Bakr, Uzman fue elegido por un consenso de seis personas quienes antes de morir Umar, había elegido para este oficio: Alí, Uzman, Sa’d, Zubair, Talha y Abdur-Rahman. A ninguno fuera de ellos se les permitía elegir o ser elegido. La mayoría de estos seis elegirían al califa, y los dos candidatos eran: Alí y Uzman. Para ese entonces, Alí no tuvo el apoyo de ninguno de los cinco excepto de Zubair y Uzman ganó las elecciones. Sin embargo; Alí fue elegido después de la muerte de Uzman, por una sobrecogedora mayoría de musulmanes.

Por otro lado, los shias sostienen que Alí no sólo fue la persona más digna de suceder al profeta, sino que también era también su candidato predilecto para ocupar tan alto cargo. Ellos aún piensan que el profeta designó a Alí como sucesor, y que Alí mismo poseía el derecho de designar a su sucesor. Ambos puntos de vista son respetables y ambos poseen argumentos para esto.

WILSON: La opinión de ambas partes han sido esbozadas, ahora me gustaría que usted me proporcionará los mejores argumentos de cada uno. Empecemos con los argumentos sunnitas:

CHIRRI: El primer argumento para los sunnis, fue introducido como usted puede recordar, por los inmigrantes que estaban en contra de los Medinitas en la conferencia la cual concluyó con la elección de Abu Bakr. Los argumentos demuestran que los Mecanos son familia del profeta, y que el sucesor del profeta debe ser uno de sus familiares.

WILSON: El mismo argumento puede ser y en realidad fue utilizado en contra de los sunnis y a favor de los shias. Si la relación sanguínea es tomada como fundamento para establecer un gobierno islámico, Alí debería ser el sucesor, porque él era mucho más cercano al profeta que Abu Bakr, ya que él era su primo y luego su yerno.

CHIRRI: Sumándole a esto que no es conveniente basar la legalidad de un gobierno islámico en la proximidad o cercanía con el profeta. Nosotros sabemos que el Islam se mantiene firme y claro en contra de la aristocracia y, de la herencia de privilegios sociales. El Islam se enorgullece a sí mismo, en el sentido que no hay clases en el Islam, y que todas las personas de cualquier nación o familia son iguales ante los ojos de Al.lah. El sagrado Corán declara lo siguiente:

“¡Oh hombres! ciertamente los hemos creado de un hombre y una mujer y, hecho de ustedes naciones y tribus, para que se reconozcan unos a otros. Ciertamente el más noble entre ustedes ante los ojos de Dios es el más correcto”. Corán 49:13

El mismo Profeta dijo: “(…) Ciertamente Dios ha terminado con la jactancia de la sociedad preislámica y el orgullo de sus ancestros. No hay superioridad del árabe sobre el no árabe (tampoco hay superioridad entre aquellos que no son árabes). Ciertamente el más noble de ustedes ante los ojos de Dios es el más piadoso”.

El concepto de preferencia de un quraishita (mecano) o un hashimita sobre el resto de la gente, va en contra del espíritu de igualdad del cual los musulmanes se enorgullecen. Pues, de lo contrario esto significaría que Dios discrimina y favorece a ciertas familias o clanes, sobre el resto de la humanidad. Nosotros, por esto, no tenemos otra opción que deslegitimar cualquier concepto de discriminación o favoritismo al respeto.

El segundo argumento de los sunnis, puede ser determinado de la siguiente forma: el Islam respeta y santifica el derecho natural de cada individuo; la libertad política es uno de estos sagrados derechos. Cada individuo tiene el derecho de participar en los asuntos de administración pública de su comunidad, tanto directa como indirectamente, mediante la autorización y elección de alguien que lo represente en dicha administración. Nadie puede legalmente gobernar en contra de sus deseos y la libertad de ningún hombre puede ser sometida sin su permiso. De ahí que, el establecimiento de cualquier gobierno legal puede ser obtenido a través de la autorización de varios individuos y por su propia elección.

Abu Bakr fue elegido por la mayoría de los compañeros del profeta. Ellos lo eligieron por su propia opción y a través del ejercicio natural de su derecho; es decir, su gobierno por esto fue legal y democrático.

WILSON: Este argumento parece ser muy bueno y basado en el reconocimiento de lo que ahora llamamos “Derecho inalienable”; ahora veamos los argumentos de los shias.

CHIRRI: Tanto los shias como los sunnis están de acuerdo en que un gobierno legal puede ser establecido a través de la elección popular. La libertad política y el derecho individual de escoger su propio gobernante, es reconocida por todos los musulmanes, incluyendo los shias. Sin embargo, éstos no lo niegan, sino que creen que la elección popular, no es la única manera a través de la cual un gobierno legal puede ser establecido. Umar fue designado por Abu Bakr como su sucesor, Uzman fue elegido por la mayoría de entre seis personas y ambos son considerados por los sunnis como califas legales.

Un argumento respetable para los shias puede ser introducido mediante por los siguientes puntos:

  1. La libertad humana puede ser legalmente reducida y restringida por una de las siguientes formas:
  1. Puede ser restringida con permiso propio y autorización de su gobernante electo. Las reglas pueden limitar su libertad o llevarlo a renunciar a sus derechos.
  2. Puede ser restringido y reducido por el Creador de los individuos, quien le otorgó su libertad y su derecho natural; es así como, Él puede imponer sobre sus siervos reglas las cuales podrían restringir su libertad. Nadie sabe exactamente qué es lo bueno para sí mismo, pero Al.lah sabe qué es lo bueno para nosotros, tanto en el presente como en el futuro. Es por esto que, debemos nuestra libertad, nuestro derecho y nuestra existencia total a Su Generosidad. Si el escoge para nosotros cualquier tipo de gobernante, éste gobernante será legal.
  1. Un gobierno establecido mediante una designación divina era posible en la época del Profeta, ya que de acuerdo al Sagrado Corán, él tenía la autoridad para designar un sucesor para el gobierno islámico. El Sagrado Corán le confirió la autoridad de escoger para los musulmanes lo que fuese de mayor beneficio para ellos. Su figura es entendida como la de guardián de los musulmanes y, posee el derecho de administrar los asuntos públicos más que cualquiera:

“El profeta tiene más derecho sobre los creyentes que ellos mismos”. Corán 33:6

La decisión del profeta en los asuntos del estado islámico, era obligatoria sobre los musulmanes; es por eso que ellos no poseían derecho de revocarlo o cambiarlo. Veamos en el Sagrado Corán:

“Cuando Dios y su Enviado ha decidido un asunto, ni el creyente ni la creyente tiene ya opción en ese asunto, Quien desobedece a Dios y a su Enviado está evidentemente extraviado”. Corán 33:36

Así, cuando el Profeta designa o nomina a un sucesor para gobernar el estado islámico después de él, su elección debió ser acatada.

  1. Ya que no había dos formas legítimas para establecer la sucesión de un gobierno, los shias pueden afirmar que el Profeta debió escoger o designar a su sucesor y, no dejar un asunto tan importante en manos de la comunidad islámica; en caso contrario la comunidad podía haber caer en una situación de tensión y peligro.

El gobierno islámico estaba basado en un conjunto de principios reformatorios, destinado a cambiar la creencia de la gente y su forma de vida, mediante la introducción de una nueva ideología la cual fue aceptada de mala gana por la mayoría. Es decir, el gobierno puede estar basado en ciertos conceptos o principios prevalecientes en la sociedad y deseables por la mayoría de las personas. Tal gobierno puede tener planes y programas, pero ninguno de estos podría ser legal a menos que contenga la aprobación de la mayoría; pues son las personas la máxima autoridad, a la hora de juzgar estos planes y programas. Entre tanto, se puede decir que un gobierno existe y permanece en su oficio legal, solo si cuenta con el apoyo de la mayoría, y este puede legalmente caer cuando se le retira.

PRINCIPIOS REFORMATORIOS

Otro tipo de gobierno es aquel que está basado en un conjunto de principios reformatorios, cuyo objetivo es cambiar la condición de las personas, reformando su carácter y creencias. Tales principios son usualmente impopulares e indeseables para la gente, pues son introducidos por individuos o una minoría de personas que están insatisfechos con la ideología anterior, a la cual la mayoría están inscritos. Para aplicar la nueva ideología y hacerla funcionar, el gobierno se basa en la reconstrucción de sus mismos principios, para que así pueda el nuevo régimen ser establecido. El deber de tal gobierno es hacer que la nueva ideología funcione, al igual que garantizar su protección contra cualquier daño posible.

Si dicho gobierno es minoritario, y usualmente llega al poder sin ser aceptado por la mayoría, al ser éste abandonado se espera que se designe un sucesor y no que deje el establecimiento de la sucesión en manos de una elección popular. Para ilustrar esto: supongamos que una minoría capitalista triunfa en apropiarse del gobierno en un país donde el sistema comunista es establecido y aceptado; cuando tal gobierno reemplace al viejo sistema, se espera que trate de perpetuar su ideología, entonces ¿Cuál sería el deber de tal gobierno minoritario cuando le toque dejar su cargo? Bajo estas circunstancias, el gobierno no puede esperar dejar que el establecimiento del próximo gobierno, se lleve a cabo mediante una elección popular.

Es por esto que, desde que el nuevo sistema sea impuesto o aceptado satisfactoriamente por la mayoría, una elección popular podría llevar a la destrucción del nuevo sistema. Cuando la gente está capacitada para escoger libremente el gobierno que desean, ellos elegirán guiados por las convicciones del administrador del antiguo sistema (lo mismo pasará si una minoría comunista toma al gobierno de un país capitalista). De ahí que, el deber del gobierno, sea preservar el nuevo sistema y designar solo a los más sinceros simpatizantes de su ideología, como los principales sucesores del gobierno.

Los sucesores designados pueden continuar hasta que la nueva ideología sea aceptada por la gente. La continuidad de la nueva ideología puede ser asegurada, en la medida que esta se convierta en un modo de vida natural de la comunidad, pues no puede ser consumado hasta que la ideología, sea recibida por las siguientes generaciones como una parte de su herencia.

Supongamos que el nuevo sistema es aparentemente adoptado por la comunidad en general y que la gente ha sido convertida a la nueva ideología. El deber del gobernante es permanecer cauto y no tomar un riesgo que pueda poner en peligro lo que ya se ha conseguido. El gobierno está en el deber de confiar en la administración del estado solo a aquellos sinceros y eficientes que están más allá de cualquier duda. De ahí que, delegar el asunto del establecimiento de un nuevo gobierno a la elección popular sea tomar un riesgo. Una elección popular puede conllevar lo mejor o lo peor; claramente podemos bosquejar porqué el guardián sabio de una nueva ideología no toma tal riesgo en las primeras etapas de su desarrollo.

EL ISLAM ES UNA IDEOLOGÍA REFORMISTA

  1. La religión del Islam introdujo una nueva ideología la cual no era popular en la sociedad arábiga; esta encaminaba a cambiar las creencias de la gente y su modo de vida. Por lo cual, los ídolos que eran adorados por la gente iban a ser destruidos y se reafirmaría la creencia en el Dios Único, creador del universo, que debía ser adorado.

La terquedad y el orgullo de los árabes, fueron doblegados para postrarse ante Dios muchas veces al día. En una sociedad donde predominaban las bajas pasiones como el adulterio, el asesinato, el hurto, los juegos de azar y los embriagantes como modo de vida legítimo, la ilegalidad y la anarquía fueron remplazados por la disciplina y el orden, el egoísmo y el odio por el trabajo duro y desinteresado y, el sacrificio por el bienestar de la sociedad. Una porción de la riqueza de cada hombre debía ser donada para apoyar a los pobres y a los programas que el gobierno utilizaba para el mejoramiento de la condición de vida de las personas. De ahí que lo correcto debía haber sido apoyado y seguido en contra de los incorrectos, aunque fueran sus propios familiares.

Ninguno de estos principios reformatorios era deseado por la sociedad a la cual el Islam había sido introducido; pues eran totalmente diferentes a los principios reinantes en esta. Sin embargo, la lucha fue finalmente ganada por el Islam, solo después de grandes confrontaciones impregnadas de llanto y sangre.

Difícilmente, podemos esperar que el Profeta quien ganó la lucha después de veinte tres años llenos de sacrificios, miseria y problemas; se fuera de este mundo dejando la ideología del Islam sin defensa, mediante la no designación de un administrador, sin que éste fuera el mejor entre sus seguidores.

  1. El riesgo el cual sería tomado si se dejaba establecido la sucesión del gobierno a manos de una elección popular, podía ser subrayado mediante los siguientes hechos: Entre las masas de los habitantes de la península Arábiga, habían solo unos pocos individuos que sabían leer y escribir, de ahí que, la masa fueran totalmente inculta. Tan pronto como ellos escucharon las noticias de la muerte del profeta, muchos de ellos se rebelaron, y una gran parte de la nación abandonó la fe. El futuro del Islam fue extremadamente opacado y los verdaderos musulmanes enfrentaron una gran incertidumbre.

El mismo profeta había previstos estas condiciones, y poco antes de su muerte dijo: “La crisis de la fe se acercan como porciones de la noche”. Es por esto que, resulta inconcebible que el profeta bajo tales circunstancias no tratara de asegurar el mejor liderazgo posible para la naciente sociedad islámica, antes de partir de este mundo.

WILSON: Aceptemos que todos estos puntos son correctos, necesariamente nos llevaría a una conclusión específica. Es cierto que la mayoría de los musulmanes fuera de Medina no eran confiables, ni sinceros en su adopción del Islam. Pero los compañeros del profeta que apoyaron la causa del Islam y ofrecieron muchos sacrificios para la fundación del Islam eran confiables y sinceros; estos acompañaron al profeta por años y se educaron en la fe del Islam. Entonces, el profeta pudo haber dejado el establecimiento de la sucesión del gobierno a estas personas, ya que, ellos pertenecían a la nueva ideología. Y como ellos eran verdaderos simpatizantes, no había ningún riesgo al confiar en ellos.

CHIRRI: La sinceridad de muchos de los compañeros del profeta, estaba más allá de cualquier duda; por esto, era razonable asumir que hombres como Alí, Abu Bakr, Umar, Uzman, Salman el persa, Abu Darr y muchos otros -inmigrantes y medinenses- eran verdaderos soportes de la causa del Islam, pues se habían sacrificado por un largo periodo de tiempo en la causa del Islam. También, eran muy versados en las enseñanzas islámicas, fueron buenos estudiantes y discípulos del profeta. Lo cierto es que los shias dicen que la mayoría de los compañeros del profeta no estaban purificados completamente de sus viejas costumbres.

El Islam se apuntó a reemplazar los vínculos de sangre por la hermandad general y el sentimiento de equidad entre los musulmanes. Pero este periodo fue demasiado corto para que estas personas olvidaran su pasado y vivieran conforme a las enseñanzas de su fe; la influencia de los lazos tribales en sus mentes era obvia, habían mostrado reiteradamente la enormidad de los prejuicios tribales. Por esto, su objetivo era elegir a uno de los medinitas como gobernante y evitar que los mecanos asumieran el liderazgo. Los mecanos, de otro lado estaban determinados a conservar el liderazgo del estado en sus manos. Ambos grupos pasaron por alto los principios de igualdad y de la hermandad universal, la cual el profeta se había esforzado por establecer. En un periodo tan crítico como ese, ninguno de ellos buscó a la persona más indicada para llevar adelante el liderazgo de la comunidad islámica.

Sin embargo, ¿Todos ellos se habían adherido a las enseñanzas islámicas? Debían buscar en su conciencia la mejor posibilidad para el liderazgo, sin tener en cuenta los lazos tribales y regionales, pero no lo hicieron. Este aspecto importante fue totalmente olvidado o pasado por alto. El hecho de ser un compañero mecano era suficiente para los mecanos, e igual ser de Medina era suficiente para los medinenses.

Supongamos que todos ellos estaban libres de los prejuicios de su clan, esto no significa que aquellos compañeros se hubiesen adherido o asimilado el conocimiento del Islam; como tampoco significa que la mayoría de ellos eran sabios para escoger su líder, en este periodo crítico. Había muchas personas sobresalientes en la comunidad y probablemente la mayoría de los compañeros los consideraban a todos como líderes potenciales. Sin embargo el conocimiento acerca de estas personas era limitado, ninguno sabía lo suficiente sobre ellos como para elegirlo, solamente el Profeta era capaz de clasificarlos y escoger al más adecuado para el liderazgo en aquel periodo.

Los musulmanes, sin embargo, fueron lo suficientemente afortunados como para seleccionar a un hombre como Abu Bakr. ¿Qué hubiera pasado si ellos hubiesen escogido a un buen compañero pero no digno para el líder, tal como Uzman?, tal vez, hubiera llegado a la destrucción del estado islámico. Previendo la crisis que se avecinaba, el profeta esperaba evitar tales consecuencias, mediante la elección del mejor líder para que lo reemplazara en un periodo tan peligroso.

WILSON: Aceptando que todos estos argumentos son lógicos, esto puede probar la necesidad de la designación de un líder por parte del profeta. Esto sin embargo, no prueba que el profeta haya designado a un sucesor; pues el argumento nos dice que el profeta esperaba elegir al mejor líder para los musulmanes, y que él debió haber hecho lo que se esperaba, pero esto no nos indica que él lo hizo. Existe entonces una clara diferencia entre lo que podría haberse hecho y lo que se hizo.

Además, si el argumento es totalmente racional, no nos dice quién fue designado por el profeta, podría haber sido Alí, Abu Bakr o cualquier otro.

CHIRRI: Los shias, dicen que el profeta designó a Alí para esta gran labor, declarándolo el “el Maula” (el guardián) de los creyentes. Se narra que mientras regresaba de la peregrinación de despedida, el profeta, de acuerdo a muchos hadices auténticos, llamó a la multitud de peregrinos que lo acompañaban, a escuchar una declaración importante. (Ésta declaración fue hecha en un lugar llamado Gadir Jumm):

“Oh Gentes”, dijo el profeta: “Se acerca el tiempo en el que recibiré un llamado de mi Señor al cual yo responderé (partiendo de este mundo); se me preguntará, y a ustedes se les preguntará; ¿Cuál será su respuesta? La multitud respondió: Somos testigos de que has entregado el mensaje (de Dios), te has esforzado (en su camino) y tu esfuerzo fue sincero, sin egoísmo. El profeta dijo: ¿Acaso no es cierto de que ustedes han atestiguado que no hay más Dios que el Todopoderoso; y que Muhammad es su siervo y mensajero; que la muerte es verdad, que la resurrección después de la muerte es verdad, que el día del juicio es verdad, y que Dios devolverá a la vida a aquellos que están en las tumbas?

La multitud respondió: Si, atestiguamos eso.

El profeta dijo: “Oh Dios, se testigo”.

Es así como, el profeta designó a Alí para tan alto cargo, como tal designación de su parte requiere una autoridad constitucional, recordó el hecho de que el Corán lo establece como esa autoridad, declarándolo el guardián de los creyentes.

“Oh gentes”, él dijo: “Dios es mi Señor, y yo soy el señor de los creyentes y tengo más derecho sobre los creyentes que ellos mismos”. De quien yo sea su señor, este Alí (mientras tomaba la mano de Alí) es su señor. ¡Oh Dios, sé amigo de sus amigos y enemigos de sus enemigos!”

WILSON: Si el profeta había designado a Alí para el liderazgo de los musulmanes, él debió preparar a los musulmanes, no solo mediante la palabra sino también en hechos, para la aceptación de su decisión. Se supone entonces, que debió construir una buena atmosfera para la aplicación de un plan tan importante. ¿Hizo el profeta algo al respecto?

CHIRRI: El profeta dijo: no solo designo a Alí por palabra sino que le aseguró esta posición mediante la acción. Los historiadores islámicos están de acuerdo, que cuando el profeta estaba seriamente enfermo y sintió que su muerte se aproximaba, ordenó al ejército islámico marchar hacia Medina –en la frontera con Siria- bajo el liderazgo de Usama el hijo de Said; a Abu Bakr y Umar se les ordenó marchar junto al ejército; quedando -de los fieles compañeros- solamente Alí, en Medina.

Mientras que su condición empeoraba el profeta repetidamente instaba al ejército a dejar Medina; pero Abu Bakr, Umar y otros muchos compañeros permanecieron en Medina, argumentaban que no querían ir mientras el profeta estaba tan enfermo. Como resultado, todo el ejército permaneció en los alrededores de la ciudad hasta que Abu Bakr fue elegido después de la muerte del profeta, en resumen:

El profeta sabía que su muerte se acercaba y ordenó a los ambiciosos compañeros que hicieran un largo viaje, pues quería que Alí permaneciera junto a él. Observando todo esto, es obvio que el profeta quería que Alí se hiciera cargo de él.

WILSON: Sin embargo, el plan no se materializó. Alí no gobernó, Abu Bakr lo hizo, no solo gobernó sino que designo a Umar como su sucesor. Umar a su vez, indirectamente designó a Uzman para que lo remplazara. ¿Podemos deducir de esto, que los compañeros del profeta ignoraron las órdenes de éste y lo desobedecieron deliberadamente?

CHIRRI: La respuesta es “no”. Si el deseo del profeta era asegurar el liderazgo de Alí, se lo hubiese dejado claro a sus compañeros, asumiremos que los compañeros ignoraban este punto y por eso subestimaron la seriedad de este asunto. Ellos pensaban que el liderazgo era solo algo pasajero, en el cual ellos podían seguir las recomendaciones del profeta o seguir sus propias decisiones.

Creer que ellos deliberadamente decidieron desobedecer al profeta en este aspecto tan importante, no parece lógico. Debemos pensar que los compañeros del profeta eran buenos y no dudar de sus buenas intenciones, así hayan tomado una mala decisión. Eran buenos musulmanes y el sagrado Corán recomienda que debemos rezar a Dios, para que perdone a nuestros hermanos quienes nos antecedieron en la fe; dejando tranquilos a los compañeros del profeta, quienes fueron la primera comunidad islámica que alguna vez existió en el mundo.

Ahora bien, nuestra actitud hacia el asunto debe estar lejos de la emoción. No podemos llorar sobre la leche derramada, ya que nada puede ser recuperado mediante la toma inflexible de partido en este caso. Ambos, Alí y Abu Bakr murieron y se encontraron con su Señor y, el tiempo del califato ya pasó. Cualquier discusión acerca de esto, no debe ser más que una cuestión de la historia islámica, que puede ser abarcada tanto por musulmanes, como no musulmanes. El propósito de esta no es apoyar a un lado en especial, sino llegar a una conclusión u opinión imparcial.

Mantener una actitud negativa hacia cualquiera de las dos posturas, generaría odio y división entre los musulmanes. Esto, sin duda, generaría descontento para Alí, dada su petición y apoyo a Abu Bakr, con el fin de evitar cualquier división entre los musulmanes. Por lo tanto, causar una división poniendo a Alí como pretexto sería ser "más papistas que el papa".

Los sunnitas, por otro lado, no tienen derecho a sentirse alterados por la actitud de los shias hacia los primeros tres primeros Califas. Nada en las enseñanzas islámicas prohíbe tener una actitud negativa hacia alguno de ellos tres; la legalidad de sus gobiernos no es un artículo de fe, pues sus derechos son políticos y no religiosos, en tales asuntos políticos cada musulmán tiene el derecho de tener su propia opinión, en la medida que no viole ninguna instrucción islámica.

En síntesis, poseer una actitud no amigable hacia millones de musulmanes por poseer una actitud negativa hacia los tres califas, no parece ser lógico y no esta justificado por las enseñanzas islámicas.

WILSON: El asunto o el tema de la sucesión del gobierno islámico puede haber causado muchas disputas entre los musulmanes a través de los siglos, pero no parece ser lo suficientemente importante como para dividir a los musulmanes en sectas. Todo el asunto parece ser más político que religioso. ¿Puede convertirse en asunto religioso aun cuando éste cause que los musulmanes choquen en la cuestión de la fe en la ley islámica, en tanto que los sunnis y los shias discrepan unos con otros en esta área, más que todo por sus opiniones políticas?

CHIRRI: No hay desacuerdo entre los shias y los sunnis en los asuntos de fe. Todos concuerdan en la veracidad del Corán y las declaraciones del profeta, sin excepción. Ambas partes derivan sus puntos de vista y conclusiones de los asuntos religiosos, de estas dos importantes fuentes.

Sin embargo, hay desacuerdo en algunos detalles de la ley islámica. Estos desacuerdos son debido a diferencias en la comprensión y la interpretación de algunas aleyas coránicas y de los dichos del profeta. Los desacuerdos sobre los detalles de las reglas islámicas son debido a las siguientes razones:

  1. La ausencia de instrucciones específicas, tanto el Corán como en las narraciones del profeta.
  2. La falta de claridad en estas narraciones y la posibilidad de ser interpretados de diferentes maneras.
  3. La existencia de dos declaraciones opuestas, ambas atribuidas al profeta.

Un ejemplo del desacuerdo causado por la disyunción en la interpretación del Sagrado Corán en la siguiente:

Todos los musulmanes están de acuerdo que la ablución es necesaria para realizar la oración, y la ablución será anulada por la relación sexual. Ellos discrepan en que si es solo el mero contacto físico entre hombre y la mujer, tal como estrechar la mano, anulará la ablución entre ambos. La razón es la diferencia en la interpretación de la siguiente aleya:

“Y si estáis enfermos o de viaje, si viene uno de nosotros de hacer sus necesidades o habéis tenido contacto con mujeres y no encontráis agua recurrid a la arena limpia y pásala por el rostro y por las manos” Corán 4:43.

Algunos eruditos toman la palabra “contacto” literalmente y piensan que este en cualquier forma rompe la ablución, mientras que otros interpretan la palabra contacto como tener sexo. Los desacuerdos de los detalles de las leyes islámicas, no existe solo entre los shias y los sunnis; sino entre los mismos sunnis y los mismos shias, con pequeñas excepciones. Los puntos de vista de los shias no están todos en desacuerdo con los de los sunnis, y viceversa. Puedes tomar al menos un veredicto o interpretación de los sunnis y estarás obligado a encontrar lo mismo en algunos shias, al igual que éstos podrán encontrar lo mismo en los sunnis.

El detalle de los desacuerdos de algunas de las aleyas islámicas no causó que los musulmanes se dividieran en sectas. Esto, sin embargo provocó la formación de muchas escuelas de pensamiento las cuales son llamadas “mazhabs” (mazhab es un conjunto de opiniones o veredictos atribuidos a un sobresaliente imam, quien es considerado, al menos por sus seguidores, como la primera autoridad suprema en la jurisprudencia y la ley islámica). Entre estas Mazhabs aún permanecen las siguientes escuelas: Maliki, Hanafi, Shafi’i, Hanbali, Ya’fari y Zaidi.

Todas estas escuelas confían y se apoyan en el Corán y, en las narraciones del profeta. Pero las primeras cuatro escuelas son llamadas sunnis y las dos restantes son llamadas shias, estas diferencias entre las escuelas sunnis y shias no son tan grandes realmente, como la diferencia entre la misma escuela sunni. La filiación política, sin embargo, hizo que los seguidores de la escuela sunni atacasen a la escuela shia y viceversa.

WILSON: Su explicación muestra que la diferencia entre las dos partes es muy pequeña. Algunos esfuerzos han sido hechos por algunos eruditos para unificar ambas partes creando así un especio para la reconciliación y entendimiento.

CHIRRI: Muchos esfuerzos han sido realizados, a través de la escuela del Islam para este propósito, pero no han encontrado un éxito tangible. La falla puede ser atribuida a muchos factores, entre ellos los siguientes: el espíritu intolerante de la época; la presencia de califas tiranos quienes buscaron el apoyo en un lado para perseguir al otro, los cuales poseían una opinión desfavorable para ellos; y el enfoque equivocado del asunto.

Nuestra época tiene un espíritu diferente y el califato fue enterrado a principios del siglo XX. Lo que necesitamos es tener un pensamiento solemne y una nueva evolución para todo este asunto.

EL ESFUERZO DEL AUTOR POR LA UNIDAD ISLÁMICA

WILSON: Escuche que viajó hacia el Medio Oriente y se reunió con el desaparecido Sheij de la Universidad al-Azhar, el Sheij Mahmud Shaltut en 1959 y trataron juntos de limar las diferencias entre ambos lados. Me gustaría que me contara más, acerca de este evento tan importante.

CHIRRI: El 01 de Julio de 1959 me reuní con el desaparecido Sheij de Al-Azhar, el Sheij Mahmud Shaltut (que Dios este complacido con él). El propósito de la reunión fue discutir los problemas de división entre los seguidores de las diferentes escuelas islámicas, lo cual hasta ese entonces era considerado un gran problema en el mundo islámico. Yo quería saber su opinión acerca de la escuela Ya’fari, a la que él no pertenecía. Yo pensaba que una actitud favorable de su parte hacia esta escuela podría ser un punto de unidad entre ambos lados entre ambas escuelas, ya que la mayoría de los shias pertenecen a la escuela Ya’fari.

Le pregunté ¿si creía en la ortodoxia de las enseñanzas de la escuela Ya’fari y su equivalencia respecto a su propia escuela? Su respuesta fue afirmativa. Tras esto, le pedí declarar al mundo musulmán su punto de vista acerca de un asunto tan importante en una sentencia clara. Una declaración de igualdad y de aclaración entre la escuela Ya’fari y las escuelas sunnitas del Sheij Al-Azhar podía significar a mi parecer, una sana solución a este problema, al menos en teoría. Le dije que tal declaración causaría moderación del lado de los sunnis ya que él era la mayor autoridad – y a los shias les agradaría tal declaración-. Los shias no buscan privilegios o superioridad, todo lo que buscan es igualdad, esta declaración fue la primera de este tipo en la historia del Islam y fue hecha como una respuesta a la pregunta presentada a él, anunciada del 6 de Julio de 1959. Esta declaración fue recibida con inmensa alegría en muchos países islámicos.

La siguiente es una traducción de la declaración que fue publicada en los periódicos egipcios y libaneses:[1]

Se le preguntó a su eminencia (el Sheij de Al-Azar, Sheij Mahmud Shaltut): “El punto de vista de algunas personas con el fin de conocer sobre los asuntos religiosos que los musulmanes tienen que seguir, por ejemplo, en tanto a una de las cuatro Mazhabs islámicas conocidas: Hanafi, Shafi’i, Hanbali y Maliki. Esto excluye a dos Mazhabs shias: Imam (Ya’fari) y Zaidi. De acuerdo con este punto de vista sin calificación y recomendar a los musulmanes no seguir por ejemplo: a la escuela Izna Ashari (Ya’fari)

Su eminencia respondió: (mediante la manifestación de los siguientes puntos como una introducción de su veredicto, el cual es la última parte de su respuesta):

  1. Es lícito para un “no muytahid” (aquel que no está calificado para dar sus propias opiniones o veredictos en la ley islámica) seguir las opiniones de cualquiera de los “Ulamas” (Eruditos Islámicos), de quien su conocimiento y piedad son creíbles, siempre y cuando ese veredicto llegue a su seguidor de forma correcta, directa o indirectamente. No debemos estar preocupados con el punto de vista expresado en algunos libros, los cuales dicen que las cuatro Mazhabs son las únicas que deben ser seguidas o que a una persona se le prohíba cambiar de una Mazhab a otra.

El Sheij Izzud-Din, el hijo de Abdus-Salam dijo: Los musulmanes solían buscar información acerca de las leyes islámicas de cualquier “Alim” (Erudito Islámico) que pudiese responderles, sin importar la escuela a la cual pertenecía. Esta forma de buscar información nunca fue desaprobada por los eruditos Islámicos, hasta que estas escuelas aparecieron con sus seguidores, quienes se hicieron fanáticos de una mazhab particular, en la cual seguiría a su “imam” (líder); aunque su opinión no estuviera apoyada en ninguna evidencia, a éste se le seguía como si fuera un mensajero o profeta.

  1. La palabra “shia” mediante la cual los seguidores de Alí (as) (el hijo de Abi Talib) son conocidos, se deriva de la palabra “mushaya’ah” la cual significa seguir, entonces los shias de una persona son sus compañeros y sus seguidores. El nombre (shia), ha sido dado a muchos grupos que discrepan con el Islam en muchas leyes y creencias básicas, sin embargo, no está permitido seguir las enseñanzas de tales grupos porque ellos están fuera del círculo del Islam.
  2. Hay otros grupos entorno a “Alí”, y estos son sus bien guiados shias, quienes se oponen y condenan a los extraviados. A estos shias pertenece el grupo que es conocido por el nombre de “Ya’fari” o “Imamia Izna Asharia” o simplemente "Imamita".
  3. Este bien conocido grupo, sigue los principios que son tomados del Libro de Dios y las enseñanzas de su Mensajero, el cual llegó a ellos a través de sus imames, ampliando el conocimiento en las creencias fundamentales y la ley islámica. Las diferencias entre la escuela Ya’fari y sunni no es más grande que la diferencia entre las mismas escuelas sunnis. Los Ya’faris creen en los principios fundamentales del Islam, tal como están en el glorioso Corán y en ciertas enseñanzas del profeta, de quienes su reconocimiento es requerido para ser musulmán.
  4. La mazhab de estos shias Ya’faries en las leyes islámicas es completamente bien conocida, ellos tienen sus propios libros de tradiciones (que relatan las declaraciones del profeta y los imames) con evidencia aprobada. Los autores de estos libros y aquellos de quienes los autores han recibido las narraciones, son bien conocidos, logrando que por su rango de escolaridad y jurisprudencia, sean respetados entre los eruditos islámicos.

LA DECLARACIÓN

  1. El Islam no ordena a ninguno de sus adeptos a seguir una escuela islámica en particular. Por el contrario, establece que cada musulmán tiene el derecho de seguir desde el principio, a cualquiera de las mazhab correctas de quienes sus veredictos han sido plasmados en sus respectivos libros. Está permitido también para cualquiera que siga alguna de estas escuelas cambiarse de una a otra.
  2. La escuela Ya’fari, la cual es conocida como la mazhab Izna Ashari, Imami Shii, es una mazhab firme. Está permitido adorar a Dios de acuerdo con sus enseñanzas, como el resto de las mzhabs sunnis.
  3. Los musulmanes deben deshacerse de sus prejuicios para elegir una mazhab. La religión de Dios y su ley, no sigue, ni obliga a una mazhab en particular. Todos los fundadores de las Mazhabs, son muytahid (calificados para emitir veredictos), merecen una recompensa de Dios y está permitido para un no muytahid seguirlos de acuerdo con su enseñanza, ya sea en las prácticas de devoción o en sus intercambios sociales.

Fuente: PREGUNTAS ACERCA DEL ISLAM; Editorial Elhame Shargh

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[1] Esta es la traducción que apareció en al-Kifah (periódico Libanes) edición de Julio 8 de 1959.

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