Discurso de Ayatolá Jamenei en la ‘V Conferencia Internacional en Apoyo a Palestina’
En el Nombre de Dios el Compasivo, el Misericordioso
«Se ha dado permiso (de que combatan) a quienes son atacados, por haber sido oprimidos. Y, en verdad, Dios tiene poder para auxiliarles. Aquellos que han sido expulsados de sus hogares sin derecho, solo por haber dicho ‘Dios es nuestro Señor’. Y si Dios no hubiera defendido a unas personas por medio de otras, habrían sido destruidos monasterios, iglesias, sinagogas y mezquitas, en las que se menciona mucho el nombre de Dios. En verdad, Dios auxilia a quienes Le auxilian. En verdad, Dios es fuerte, poderoso.» (Corán 22:39-40)
Doy la bienvenida a los queridos invitados y a todos los presentes. Palestina, es un caso que se destaca del resto de los temas que merecen ser abordados por las personalidades religiosas y políticas de todo el Mundo Islámico. La cuestión Palestina tiene prioridad en la lista de asuntos que afectan a todos los países musulmanes. Dicha cuestión, tiene una serie de características especiales:
1. Se trata de un país musulmán al que le han quitado su propia nación, y se lo han entregado a extranjeros provenientes de diferentes países del mundo, quienes han formado una sociedad falsa, la cual parece un mosaico.
2. Este hecho sin precedentes en la historia, se ha llevado a cabo a través de constantes masacres, asesinatos, opresión y humillación.
3. Ha dado lugar a ultrajes, deterioro y amenazas de destrucción de sitios sagrados entre los que se destaca Qods, por ser la primera alquibla de los musulmanes.
4. Este régimen falso y esta sociedad artificial, por estar situados en uno de los puntos más estratégicos del Mundo Islámico, han funcionado desde su fundación hasta el momento como una base militar, política y de seguridad para los gobiernos imperialistas. El eje del Occidente colonizador, que por diversas razones es el enemigo de la solidaridad, la integración y el desarrollo de los países islámicos, ha utilizado a este falso gobierno como un puñal que ha atravesado el corazón de la comunidad islámica.
5. El sionismo que representa un grave peligro moral, político y económico para la humanidad en general, lo ha utilizado como un medio y un punto de apoyo para incrementar su influencia y dominio en el mundo.
Entre otras consecuencias de esta situación, se pueden mencionar las cuantiosas pérdidas económicas y humanas que ha dejado en los países islámicos, las preocupaciones mentales que ha impuesto a los gobiernos y naciones musulmanas, el sufrimiento de millones de palestinos que han sido desalojados de sus tierras, muchos de los cuales, después de seis décadas —que han pasado desde el inicio de esta calamidad— aún viven en los campamentos de refugiados; la interrupción del proceso histórico de una fuente importante de la civilización islámica.
Actualmente, podemos hablar de otro fenómeno clave y esencial que es consecuencia de la cuestión palestina, se trata del movimiento de ‘despertar’ que se ha extendido por toda la región. El ‘despertar islámico’ en gran parte se ha nutrido de la fuerza y el heroísmo de la cuestión palestina; es un movimiento que ha dado inicio a un capítulo decisivo en la historia de la comunidad islámica y que promete la creación de un grupo islámico poderoso, avanzado e íntegro en esta región estratégica del mundo. Y con la ayuda de Dios y la firme voluntad de sus precursores, puede ponerle punto final a la época del retraso, la debilidad y la humillación de las naciones musulmanas.
La creciente opresión del régimen sionista y su combinación con los gobernantes tiranos, corruptos y títeres de Estados Unidos, además de la resistencia extraordinaria de los palestinos y libaneses, las milagrosas victorias de los jóvenes creyentes en las guerras de treinta y tres días, y la de veintidós días de Gaza, están entre los factores más importantes de los movimientos populares en los países de la región, como Egipto, Túnez y Libia, que aparentemente hasta entonces proyectaban una imagen de tranquilidad y paz.
Esta es una realidad; el régimen sionista que por estar armado hasta los dientes se asume invencible, después de una guerra desigual en Líbano, experimentó una dura y humillante derrota ante un grupo de combatientes creyentes y valientes que apenas estaban armados. Posteriormente, volvió a experimentar un nuevo fracaso, esta vez ante la firme resistencia de un grupo de palestinos oprimidos en Gaza.
Es necesario tener en cuenta dichas experiencias a la hora de analizar la situación actual de la región y tomar decisiones al respecto.
Sin lugar a dudas, por todo ello, la cuestión palestina se ha vuelto en la actualidad doblemente importante y se ha convertido en una prioridad. Así pues, la nación palestina ahora tiene mayores expectativas con respecto a la ayuda que le puedan brindar los países musulmanes.
Un proyecto de futuro para la cuestión palestina, exige el estudio del pasado y el presente. Con este fin, voy a hacer un repaso de los hechos más importantes en su historia.
Han pasado más de seis décadas desde el inicio de la invasión a Palestina. Todos conocemos a los autores de esta calamidad, el gobierno colonizador de Inglaterra está a la cabeza de los gobiernos imperialistas de Occidente y Oriente, que con su política, armas, fuerzas militares, económicas, culturales y de seguridad, contribuyeron a esta gran tiranía. La nación desprotegida de Palestina, debido a la extrema crueldad de los invasores resultó masacrada o expulsada de sus propios hogares. Hasta el día de hoy, ni los medios de comunicación ni las artes escénicas han representado una mínima parte del desastre humano y civil que ha sido provocado por aquellos que afirman ser los precursores de la civilización y la ética. Los principales propietarios de las artes dramáticas y cinematográficas, la televisión y las mafias de producción de películas occidentales, no han querido hacerlo ni lo han permitido. Así es como una nación entera ha sido masacrada y expulsada de su propio territorio.
La resistencia que se produjo al inicio de esta calamidad fue reprimida de forma severa y cruel. Más allá de las fronteras de Palestina, especialmente en Egipto, un grupo de hombres con motivaciones islámicas realizaron una serie de intentos que fueron abortados al no encontrar el apoyo necesario.
Después se suscitaron las clásicas guerras oficiales entre varios países árabes y el ejército del régimen sionista. Las incondicionales ayudas militares y económicas de Estados Unidos, Inglaterra y Francia, provocaron el fracaso de los países árabes, lo que devino en la pérdida de una parte importante de sus propios territorios, sumado a su incapacidad para ayudar a los palestinos.
Una vez descubierta la debilidad de los gobiernos árabes vecinos de Palestina, los mismos palestinos empezaron a organizar núcleos de resistencia formando grupos armados, la fusión de los cuales al cabo de un tiempo, dio lugar a la fundación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Sin embargo, la esperanza que nació con la fundación de dicha Organización, no tardó mucho en apagarse entre otros motivos por la distancia que los separaba de la gente y su fe islámica. Su ideología, que era una amalgama de pensamientos de izquierda, y el nacionalismo carecía de la fuerza necesaria para superar la difícil y complicada cuestión de Palestina.
Lo que pudo meter a la nación palestina al campo de la resistencia y transmitirle el sentimiento de ser una fuerza invencible fue la fe en el Islam, la lucha en el camino de Dios y el martirio.
En los primeros meses posteriores al triunfo de la Revolución Islámica, los líderes de la OLP, debido a dicho triunfo se volvieron a entusiasmar con la lucha y en ese ámbito realizaron diversos viajes a Irán, en una de esas ocasiones le pregunté a uno de ellos: «¿Ya que lucháis por una causa justa, por qué no enarboláis la bandera del Islam en vuestra lucha?». Él me contestó que no lo hacían porque algunos de ellos eran cristianos. La persona a quien le hice tal pregunta, murió tiempo después en un atentado perpetrado por los sionistas; espero que haya recibido el perdón de Dios en el otro mundo. La explicación que me dio fue incompleta e incoherente. En mi opinión, un combatiente cristiano que se une a un grupo de combatientes creyentes que se sacrifican sinceramente, por la fe en Dios y la fe en la otra vida, con la esperanza de que recibirán la ayuda divina así como el apoyo material y espiritual de su pueblo, se sentirá mucho más motivado para luchar que un cristiano en medio de un grupo de incrédulos que se basan en sentimientos inestables y carecen del fiel apoyo de las masas.
Al no tener una fe religiosa firme, se fueron distanciando de la gente y perdiendo al mismo tiempo su fuerza e influencia. Sin dudas, entre los miembros de esta organización se podía encontrar a hombres nobles, altamente motivados y valientes, pero en su conjunto, al salirse del camino correcto perjudicó a los palestinos y sigue haciéndolo en la actualidad. La OLP, como ciertos gobiernos árabes traidores le dio la espalda a la resistencia, como la única solución de la cuestión palestina tanto en el pasado como en el presente. Pero todos los que rechazaron la resistencia además de perjudicar a Palestina, se han perjudicado a sí mismos.
Treinta y dos años después del inicio del desastre de Palestina, Dios con el triunfo de la Revolución Islámica en 1979 hizo que se produjese —en esta región— un cambio radical relacionado con este tema. La Revolución tuvo profundos efectos a nivel mundial debido a su naturaleza antiimperialista. Entre tanto, la conmoción que produjo en el gobierno sionista fue el más rápido y relevante. Las declaraciones de los líderes del régimen sionista en aquellos días reflejaban su profunda preocupación ante la nueva situación. En las primeras semanas posteriores al triunfo de la Revolución Islámica, se cerró la Embajada de Israel en Teherán, sus empleados fueron expulsados de Irán y se entregó el local de la embajada a la representación de la OLP, que hasta el día de hoy sigue estando en el mismo lugar. La recuperación de los territorios palestinos mediante la extirpación del tumor cancerígeno que representa la presencia israelí, es uno de los objetivos de este movimiento. La Revolución hizo llegar el mensaje de la liberación de Palestina a todo el mundo. La cadena de graves problemas, que los enemigos de la Revolución impusieron a la República Islámica de Irán —entre los que se destaca la guerra de ocho años contra Irán que el régimen de Saddam Husein emprendió incitado y apoyado por Estados Unidos, Inglaterra y los gobiernos árabes reaccionarios— no nos desmotivó en la defensa de Palestina.
La Revolución inyectó nueva sangre en las venas de Palestina: surgieron grupos de combatientes musulmanes, en la resistencia libanesa emergió un fuerte y nuevo frente contra el enemigo y sus protectores. Palestina, en vez de apoyarse en los gobiernos árabes y pedir ayuda a los organismos internacionales como la ONU, los cuales eran cómplices de los gobiernos imperialistas, se apoyó en su juventud, su profunda fe islámica y en sus hombres y mujeres dedicados en cuerpo y alma a esta causa.
La fe religiosa es la llave de todos los triunfos y bienandanzas.
En las últimas tres décadas, observamos un verdadero proceso en el que las victorias de la resistencia se han incrementado. La humillante derrota del régimen sionista del año 2006 en Líbano, la histórica derrota del pomposo ejército sionista en Gaza en el año 2008, la huída de los efectivos sionistas del sur del Líbano y su retirada de Gaza, la formación del gobierno de resistencia en Gaza y en pocas palabras, el giro dado por la nación palestina que ha cambiado de un conjunto de personas desilusionadas y débiles a una nación positiva, resistente y con confianza en sí misma. Estos son los pasos significativos que se han dado en los últimos treinta años.
Esta imagen general y breve de los sucesos, se completa si le agregamos los movimientos de quienes traicionando al desafío de los palestinos han estado en busca de la reconciliación con Israel, el cese al fuego de la resistencia y el reconocimiento del estado de Israel por los grupos palestinos y los estados árabes.
Dichos movimientos que fueron iniciados por el sucesor traicionero e ilegítimo de Yamal Abdel Naser en los vergonzosos acuerdos de Camp David, siempre han procurado degastar la resistencia. En los acuerdos de Camp David, por primera vez un gobierno árabe, anunció oficialmente que los territorios islámicos de Palestina pertenecían a los sionistas, firmando un documento en el cual se dice que «Israel es el hogar nacional de los judíos».
El objetivo del enemigo de los países musulmanes desde la firma de los acuerdos de Camp David hasta el acuerdo de Oslo en 1993, y después en los proyectos suplementarios —impuestos uno tras otro a los grupos reconciliadores y faltos de voluntad palestinos, con la intervención de Estados Unidos y la confabulación de los países colonialistas europeos— ha sido que la nación y los grupos palestinos renuncien a la resistencia, entreteniéndolos con un juego político no profesional.
Muy pronto salió a la luz que los tratados carecían de validez, puesto que los sionistas y sus protectores los violaron repetidas veces como si se tratasen de pedazos de papel cualquiera. El objetivo de estos proyectos era sembrar incertidumbre entre los palestinos, estimular la avidez de personas incrédulas y materialistas, y paralizar el movimiento de resistencia palestino.
El antídoto contra todos estos juegos traicioneros, ha sido el espíritu de resistencia en los grupos islámicos y la nación palestina. Los palestinos con el permiso divino resistieron ante el enemigo y como Dios ha prometido, disfrutaron del socorro y la victoria divina. La resistencia de los palestinos en Gaza, cuando esta ciudad estaba completamente asediada, fue una victoria divina; el derrocamiento del régimen traidor y corrupto de Hosni Mubarak fue una victoria divina; el surgimiento de la poderosa ola del ‘despertar islámico’ en la región es una victoria divina; el descubrimiento de la hipocresía de Estados Unidos, Inglaterra y Francia y el creciente odio de las naciones de la región hacia los gobiernos de estos países son una victoria divina; los constantes problemas —políticos, económicos y sociales, a nivel interno; el aislamiento mundial y el rechazo público incluso en las universidades europeas, a nivel exterior— con los que se enfrenta el régimen sionista, también son manifestaciones de la victoria divina.
En la actualidad, el régimen sionista es aún más repudiado que antes y se encuentra más débil y aislado que nunca, y su protector principal, es decir, Estados Unidos está sumergido en graves problemas e incertidumbres.
Ahora que nos hemos hecho una imagen general y breve de Palestina en los últimos sesenta y tantos años, hay que trazar el camino del futuro aprovechando las experiencias del pasado.
Tenemos dos asuntos que hay que aclarar de antemano:
1. El objetivo que nos hemos fijado es la liberación de Palestina, no la recuperación de parte de sus territorios, por lo tanto rechazamos de raíz cualquier proyecto que intente dividir a Palestina. El proyecto de dos gobiernos que ha sido disfrazado de «justo», prometiendo la «aceptación del gobierno palestino como miembro de las Naciones Unidas» equivale a la rendición ante el deseo sionista de «aceptación del gobierno sionista en el territorio palestino», lo que significa una violación de los derechos de la nación palestina, incluido el derecho histórico de los palestinos expulsados de sus propias tierras e inclusive la amenaza contra el derecho de los palestinos residentes en los territorios de 1948. Aceptando este proyecto, el tumor cancerígeno de Israel se queda en su lugar y amenaza constantemente el cuerpo de la comunidad islámica, especialmente las naciones de la región. Este proyecto nos llevará a repetir los sufrimientos de décadas —que cargamos en las espaldas— y a olvidar la sangre de los mártires.
Cualquier proyecto operativo tiene que estar basado en el principio de «todo el país de Palestina para toda la nación palestina. Todos los territorios palestinos, ni un palmo menos.» Ciertamente, la nación palestina —al igual que ha hecho en Gaza— se encargará de la administración de los asuntos de cada parte de los territorios palestinos que pueda recuperar, pero nunca olvidará su objetivo definitivo que es la recuperación y el gobierno de todos los territorios palestinos.
2. Para alcanzar este objetivo supremo, hacen falta hechos, no palabras; más medidas serias y menos teatro. Hace falta mayor paciencia y perspicacia, no actitudes impacientes y variables. Hay que fijar la mirada en los horizontes lejanos y avanzar paso a paso con voluntad, confianza en Dios y esperanza. Los gobiernos y las naciones musulmanas, los grupos de resistencia en Palestina, el Líbano y demás países, cada uno debe conocer su papel y traer su granito de arena para llevar a cabo la agenda de la resistencia.
La República Islámica de Irán tiene un plan transparente, razonable y de acuerdo con los parámetros y conocimientos políticos admitidos por la opinión pública mundial, para solucionar la cuestión palestina y cicatrizar esta herida crónica. Dicho plan, que ha sido presentado detalladamente con anterioridad, no propone la declaración de una guerra al estilo clásico por parte de los ejércitos de los países musulmanes, ni intenta arrojar a los judíos emigrantes al mar, ni acepta el arbitraje de las Naciones Unidas u otros organismos internacionales. Nosotros proponemos la realización de un referéndum para consultar el voto de la nación palestina, porque esta nación como el resto de las naciones tiene el derecho a definir su propio destino y el sistema que quiere que gobierne su país. Que toda la gente de origen palestino, sea musulmana, cristiana o judía —no los emigrantes extranjeros—dondequiera que se encuentren, en el interior de Palestina, en los campamentos de refugiados o en cualquier otro lugar, participe en un referéndum público y ordenado para determinar el futuro sistema de su país. El sistema y el gobierno más votado, después de su establecimiento, decidirá sobre el futuro de los emigrantes no originarios de Palestina. Este es un proyecto justo y razonable que la opinión pública mundial entiende perfectamente y puede contar con el apoyo de las naciones y los gobiernos independientes.
Obviamente, los sionistas invasores no aceptarán este plan con facilidad y por eso hace falta que los gobiernos, las naciones y las organizaciones de la resistencia actúen enérgicamente. La clave es apoyar a la nación palestina y dejar de apoyar al enemigo invasor, este es el gran deber de los gobiernos musulmanes. ¿Cómo los gobiernos musulmanes pueden continuar teniendo relaciones con el régimen invasor, cuando sus naciones han ingresado al campo de la lucha contra este régimen y pronuncian lemas en su contra? Los gobiernos musulmanes deben cortar las relaciones políticas y económicas —sean estas explícitas o implícitas— con el régimen sionista para demostrar que son sinceros en el apoyo que según han anunciado quieren ofrecer a la nación palestina. Los gobiernos que han permitido el trabajo de las embajadas y los despachos económicos de los sionistas en su país, no pueden considerarse ni asumirse como defensores de Palestina y no hay que tomar en serio ni considerar verdaderas sus afirmaciones antisionistas.
A las organizaciones de la resistencia islámica que en los últimos años han llevado adelante la amplia tarea de lucha, en la actualidad les toca seguir el mismo camino. Su resistencia organizada es la potencia que puede dirigir a la nación palestina hacia su objetivo definitivo. La valiente resistencia protagonizada por la gente que ha sido testigo de la invasión de su país y sus hogares, ha sido reconocida y admirada en todos los acuerdos internacionales. Los medios políticos y de comunicación dependientes del sionismo, consideran vanamente dicha resistencia como terrorismo. El régimen sionista y sus protectores occidentales son los verdaderos terroristas. La resistencia palestina es un movimiento en contra de los terroristas criminales, por lo cual se trata de un movimiento humano y sagrado.
Entre tanto, también conviene que los países occidentales hagan un análisis realista de los acontecimientos. Actualmente, Occidente se encuentra ante un dilema: o tiene que renunciar a su antigua arbitrariedad reconociendo el derecho de la nación palestina y dejar el plan de los sionistas opresores e inhumanos, o debe esperar golpes todavía más duros en un futuro no tan lejano. Dichos golpes paralizantes no se limitan a los derrocamientos sucesivos de los gobiernos títeres de Occidente en la región islámica. El golpe más duro llegará el día en que las naciones de Europa y los Estados Unidos entiendan que la mayor parte de sus problemas económicos, sociales y morales proviene del dominio total del sionismo internacional en sus gobiernos, y que sus autoridades en pro de sus intereses o los de sus partidos obedecen y se rinden ante las arbitrariedades de los empresarios sanguijuelas sionistas en Estados Unidos y Europa. Si la gente de Occidente se diese cuenta de esta verdad, se enfrentaría a sus gobiernos, produciendo un amplio conflicto del que no se salvaría ninguna de las actuales autoridades.
El presidente estadounidense dice que la seguridad de Israel es su línea roja. ¿Cuáles son los motivos de la existencia de esta línea roja? ¿Los intereses de la nación estadounidense o los intereses personales de Obama porque necesita el dinero y la protección de las compañías sionistas para ganar las siguientes elecciones presidenciales? ¿Hasta cuándo podréis engañar a vuestras naciones? El día que la nación estadounidense entienda la verdad y vea con claridad que sus autoridades a fin de alargar su gobierno se han dejado llevar humillantemente por los capitalistas sionistas, ignorando los intereses de su nación, ¿qué harán con vosotros?
Estimados hermanos y hermanas, esta línea roja de Obama y de otros gobernantes semejantes a él, será rota por las manos de las naciones revolucionarias musulmanas. Los misiles de Irán o los grupos de resistencia no son las verdaderas amenazas contra Israel. El régimen sionista, por más escudos antimisil que instale, no puede evitar la amenaza verdadera en su contra que es la firme voluntad de los hombres, mujeres y jóvenes de los países musulmanes que quieren acabar con el dominio y la humillación impuestos por Estados Unidos, Europa y sus títeres, en sus tierras.
Pero esto no impide que nuestros misiles sean usados cuando surja una amenaza por parte del enemigo.
«Pero sé paciente. En verdad, la promesa de Dios es verdadera. Que no te encuentren débil quienes no tienen certeza» (Corán 30:60)
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