“INDIAS”, “CHOLAS”,”MESTIZAS”, SHIITAS Y MUSULMANAS; Albores de nuestra identidad islámica en Latinoamérica

Sdenka Saavedra Alfaro[1]

 

Hablar de la mujer musulmana conversa latinoamericana es tocar un tema en particular difícil de entender para muchos que desconocen y emiten juicios de valor sin conocer la verdadera dimensión y el lugar que ocupa en la actualidad la mujer musulmana conversa latinoamericana.

Al respecto se hace necesario dar a conocer la verdadera realidad como una propuesta para aclarar diversos puntos de vista y así dar respuestas a muchas dudas e incógnitas sobre esta temática tan importante y difícil de tratar.

Para ello, es necesario comenzar con definir la palabra “Conversa (o)”.

El Diccionario Manual de la Lengua Española[2], lo refiere como aquello que se aplica a la persona que ha aceptado una doctrina religiosa o una ideología que anteriormente no conocía o no admitía.

La Enciclopedia Libre Wikipedia[3] la define como el que ha efectuado una conversión religiosa, desde el punto de vista de la religión a la que se incorpora.

Y es en este sentido que esta temática de la mujer latina conversa al islam es muy difícil de tocarla y muy fácil de mal interpretarla, porque la mayoría de las personas que no la conocen a profundidad suelen relacionar al Islam con el Árabe, señalando la carencia de identidad propia al respecto, haciendo referencia que la mujer musulmana debe ser de origen árabe o de ascendencia de otro país perteneciente a Medio Oriente y no viendo la magnitud del trasfondo a colación, no viendo que ahora en la actualidad el verdadero protagonismo que le está tocando desempañar a esta mujer en particular.

Además a colación se deben aclarar muchos puntos importantes, entre ellos está el hecho de que somos latinas y en este caso muy particular bolivianas con una identidad propia, con una cultura establecida, con costumbres y tradiciones pertenecientes al lugar.

Y a este respecto también se hace de vital importancia tocar el tema de la Identidad.

El antropólogo y lingüista, Xavier Albo[4], señala que la identidad es el reconocimiento de la pertenencia a un grupo social que tiene un origen común, un proyecto conjunto frente al futuro. Es el conjunto de repertorios culturales interiorizadas, como las representaciones, valores y símbolos , a través de las cuales, los actores sociales, sean estos individuales o colectivos, demarcan sus fronteras de los propio y lo ajeno y se distinguen de los demás actores en una situación determinada, todo ello dentro de un espacio históricamente específico y socialmente estructurado.

Al mismo tiempo también hace mención de la identidad colectiva que es reconocerse perteneciendo a una comunidad de semejantes, con todas las características que la colectividad posee.

Como por ejemplo cuando uno dice “Soy Quechua o Soy Ayamara o Soy Guaraní”[5], la identidad de un pueblo es como se define y como lo definen los demás.

Así tenemos que el pueblo Quechua desciende del antiguo Imperio Inca, y vemos que la cultura Quechua, también llamada la Cultura Inca es propia de los descendientes de los hermanos Incas Manco Kapac Y Mama Ocllu, hijos de Inti, el Sol, aparecieron en el Lago Titicaca[6].

La Cultura Aymara o también llamada Cultura Tiwanakota, se desarrolló en la región de los Andes y del Altiplano de América del Sur.[7]

Y en el centro de América Latina se había asentado un grupo étnico con una gran extensión territorial: Los Tupi-Guaraní, que vendría hacer la Cultura Guaraní.[8]

Esta riqueza cultural existente en toda América del Sur es propia de los pueblos milenarios y originarios ancestrales que existieron hace millones de años atrás; con esto se quiere decir que América Latina tiene su propia cultura, su propia lengua, su propio origen y su propia identidad como lo estamos viendo, no descendemos de árabes, persas, sirios, turcos; etc…somos aymaras, quechuas, waraníes entre otros más.

Para los pueblos indígenas el proceso de construcción identitaria tiene mucha importancia, porque supone su descolonización. Para el proletario su liberación supone la consciencia de clase, para los originarios su descolonización supone la asunción consciente de su identidad[9].

No nos olvidemos que un siglo después de la llegada de las carabelas de Cristóbal Colón al mar Caribe, de los más de 70 millones de indígenas preexistentes, sólo quedaban tres millones y medio de almas, como lo afirma Bernardo Vekster[10].

Primero fueron derrotados por la desproporción de recurso, la sorpresa y la confusión. Luego, fueron privados de su cultura y creencias, al imponerles otras creencias como la católica por ejemplo, cuando al aymara Túpac Katari (Julián Apaza Nina) [11] ”Después de ser apresado fue sometido a tortura y seis días después fue sentenciado, en ejecución similar a la de Túpac Amaru II, a ser atado de sus extremidades para que tirasen cuatro caballos de ellas, siendo finalmente descuartizado. Sus partes fueron repartidas por el Alto Perú, en señal de “escarmiento a los indios rebeldes”, su cabeza fue expuesta en el cerro de K’ili K’ili (La Paz), su brazo derecho en Ayo Ayo, el izquierdo en Achacachi, su pierna derecha en Chulumani, y la izquierda en Caquiaviri”[12], quedó en nosotros la herida atravesada en la muerte de este gran caudillo revolucionario, que ofrendó su vida.

También fueron sometidos al trabajo esclavo y está el hecho de las enfermedades importadas por los europeos que aniquilaron muchos de los indígenas.

La casi extinción de la población nativa generó otro genocidio al proporcionar el repudiable comercio de seres humanos por ejemplo al arrancar millones de africanos de su tierra ancestral para traerlos a nuestro continente como mano de obra esclava.

Y nuevamente en palabras de Veksler[13] no se puede dejar de reconocer que la llegada europea a costas americanas produjo un avance notable de la humanidad; pero el progreso no puede ocultar la magnitud de sangre derramada, en otras palabras no se puede ocultar el exterminio indígena que se realizó.

Pero quedaron muchos sobrevivientes con un legado y una riqueza cultural muy arraigada, quedaron aymaras, quechuas, waraníes, entre muchos otros y esa identidad no la pueden borrar nunca.

Se hace necesario también tocar el tema de la identidad cultural que de acuerdo a Albo[14] es el conjunto de tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que fusionan como elemento colisionado dentro de un grupo social y que actúan como sustento para que los individuos que lo conforman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia.

En este sentido no podemos afirmar que la mujer Latinoamérica conversa al islam, carezca de una identidad propia y de una cultura; ya que como hemos visto se está hablando de la riqueza cultural milenaria y ancestral propia de los quechuas, aymaras, waraníes; que fueron culturas que se asentaron tanto en Bolivia, Perú, Ecuador, Chile, Brasil, Paraguay, Argentina.[15]

Y en lo que respecta a Bolivia sobretodo en La Paz, la existencia de mujeres musulmanas conversas, tiene una ascendencia propia cultural, porque estamos señalando que son mujeres bolivianas de origen aymara, quechua, waraní o mestizas, las que no tienen un origen totalmente indígena; en este caso, en forma particular hacer referencia a Aciabol [16]donde las mujeres musulmanas conversas no tienen origen árabe, persa, sirio, libanés; etc… somos bolivianas con una identidad cultural manifiesta, propia, y que hayamos adoptado o abrazado una forma de vida diferente al convertirnos al Islam, no quiere decir que carezcamos de identidad y de que hayamos dejado de lado nuestra visión y misión como bolivianas; es más lo defendemos y continuaremos haciéndolo pese a todo, porque como lo afirma Teresa Gisbert[17]

 “En Bolivia tenemos una identidad propia, distinta de los otros países, distinta de los que nos conquistaron, distinta de las influencias que recibimos, porque nosotros siempre ponemos lo nuestro allí, quieran o no, y ese es un aspecto muy positivo que ha hecho posible la existencia de obras de arte en este caso tan hermosas, y de acuerdo a esto el arte nos dice que tenemos nuestra propia identidad”[18].

Además a colación a este tema podemos señalar que de acuerdo a las corrientes antropológicas sobre identidad cultural y dentro la perspectiva constructivista la identidad no es algo que se hereda; sino que se construye; por lo tanto no es estático, sólido e inmutable; sino es algo maleable y manipulable; según Catells[19] las identidades son construidas, lo esencial es cómo, por qué, por quién y para qué.

Pero también nuestra identidad está determinada por nuestra sociedad, la cultura es la causante más probable de nuestra identidad; ya que cuando nacemos somos como una hoja en blanco y a lo largo de los años, según lo aprendido, las ideas, costumbres, personas con las que estás, estudios y decisiones que tomes te van marcando y así la hoja del papel empieza a tener cosas escritas.

El hecho de ser aymaras, quechas, waraníes, mestizos, es decir bolivianos, no significa que no podamos incorporar otro tipo de elementos a nuestra identidad, habida cuenta de que no somos autómatas sino autónomos en nuestras decisiones, como lo argumenta Roberto Chambi[20].

“A veces cuando se aborda este tópico manifiestan nuestros críticos que somos “Alienados” o “A culturizados” este último término me agrada más, porque efectivamente incorporamos como musulmanes nuestras prácticas a partir de nuestro entorno social, muchos piensan que el hecho de ser aymara o mestizo, significa no respetar nuestros ritos y prácticas quedando en el anquilosamiento de estas, cuando la cultura y la identidad son mutables y cambiantes de acuerdo a las necesidades socioculturales del hombre. Ahora para ello que no nos absorba debe haber límites sin duda a partir que la identidad y la cultura son construcciones sociales”.[21]

Y esto es muy particular porque en lo que respecta a la mujer musulmana conversa por ejemplo cuando lleva el velo o hiyab, esta prenda de vestir que tiene mucho significado, que lo iremos explicando, lo hace no por ser árabe, turca o paquistaní, ni tampoco por moda o por tradición o por ser cultural; más al contrario lo llevamos puesto para recalcar que el velo islámico no es sinónimo de opresión como los enemigos del islam quieren hacer creer al mundo.

El hiyab es una prenda de lucha, es un signo revolucionario, en contra de toda violencia, tortura hacia el ser más digno y noble que es la mujer. Es un símbolo de respeto hacia uno misma y hacia el creador. Y sobre todo más allá de ser un simple “trapo” de tela, está el hecho de que el velo islámico refleja la moral interior de la mujer musulmana, lo cual se manifiesta en sus actos, en su forma de comportamiento, forma de tratar a las personas, la forma de cómo enfoca su vida; etc… pues los estándares de la identidad musulmana, la castidad, la rectitud y moral son únicos, el islam protege y salvaguarda a los individuos y a la sociedad de situaciones innecesarias en las que los hombres y mujeres se mezclan y se exponen a tentaciones naturales.

Obviamente que depende mucho del comportamiento de cada persona, el velo islámico hace referencia también a la parte interna, a nuestra moral; puesto de qué serviría estar cubierta, llevar el velo islámico correctamente, si es que uno no trata de cambiar sus malos actos en buenos, crecer espiritualmente, habría que analizar este parámetro para ser contundente con este principio del vestuario islámico.

Es en este sentido que nuevamente es importante recalcar que las mujeres musulmanas conversas latinas somos el ejemplo viviente de que el velo islámico no es sinónimo de sometimiento u opresión, la mujer latina usa el velo o hiyab con dignidad y especialmente con orgullo: el orgullo de sentirnos transformadas y sumisas a nuestro creador.

Y tenemos la seguridad de que lo usamos también porque estamos cumpliendo la misión de defender los derechos que tiene la mujer como hija, como madre, como esposa y sobre todas las cosas, el derecho de ser respetada, no violada, golpeada , ni asesinada; pues a pesar de todos los retos que significa usar el hiyab en territorios donde no existe un gobierno islámico, -nos referimos a Latinoamérica-, a pesar de los miramientos de la gente, a pesar de las críticas, de los insultos; etc…lo usamos con orgullo y valentía.

Por esta razón señalamos que la mujer conversa latina es una mujer valiente, porque nuestro diario vivir es una lucha contra la ignorancia, en contra los prejuicios, en contra de todos los enemigos del islam.

Para aclarar un poco más sobre el hiyab daremos algunos tópicos de su significado:

La palabra Hiyab es un vocablo árabe que posee varios significados como “Cubierta”, “Un medio de cubrir”, “Velo y cortina”, “Impedir”. El significado etimológico del vocablo “hiyab”, se encuentra en conformidad con su significado lingüístico; esto quiere decir “Cubrir el cuerpo”.[22]

Pero dejando a un lado el significado lingüístico, hoy en día es famoso el significado del hiyab aludiendo al “Velo o cubierta de la mujer musulmana”; sin embargo aunque el vocablo hiyab como hemos podido ver se define como cubrirse, el islam es un conjunto de virtudes y exaltados valores, de los cuales cubrirse es sólo una de sus dimensiones. El hiyab es un conjunto de comportamientos humanos e islámicos, que motivan la salud de la sociedad y la felicidad de los individuos que conforman la misma[23].

Si analizamos en la historia, el uso del hiyab era común entre las mujeres, así por ejemplo:

 “Las mujeres griegas en épocas pasadas cubrían sus rostros y sus cuerpos hasta encima de los pies. Las mujeres fenicias utilizaban unos hiyab de color rojo y continúa, el hiyab existió en las mujeres de Siberia y los habitantes de Asia Menor y entre las mujeres de la ciudad de Mad (persas y árabes). Las Romanas usaban el hiyab más estricto”.[24]

Si observamos la vestimenta nacional de los países del mundo veremos claramente al hiyab como vestimenta de la mujer, lo que comprueba que era algo común en la mayoría del mundo y no algo peculiar o exclusivo de alguna religión o credo específico.

En su libro “La vestimenta de los diferentes pueblos”, Brown Washanaider[25], demuestra que entre los judíos, cristianos, árabes, griegos, romanos, germanos y los pueblos del cercano Oriente se acataba en forma perfecta la vestimenta de la mujer y todas ellas cubrían sus cabellos, él señala:

“Desde la segunda mitad del siglo XVIII en Europa se comenzó a observar una disminución gradual del hiyab, no obstante incluso hasta finales del s. XIX la vestimenta regional de la gran mayoría de las europeas, era cubrir sus cabellos, junto a un vestido largo”[26].

(ver la continuación en archivo pdf)

 

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www.islamoriente.com

Fundación Cultural Oriente


[1] Escritora, Periodista e Investigadora Boliviana, miembro de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo La Paz-Bolivia, Directora General de la Asociación de Mujeres Musulmanas de Bolivia.

[2] Diccionario Manual de la Lengua Española, Vox. 2009. Larousse Editorial S.L.

[3] es.wikipedia.org/wiki/Converso.

[4] Albo Xavier, Antropólogo y Lingüista, Fundador y miembro de CIPCA, Miembro del Comité Directivo del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), Condecoración Senatorial al mérito Franz Tamayo.

[5] Culturas pertenecientes a América del Sur.

[6] Sitio web boliviamagica

[7] Sitio web historiacultural

[8] Sitio web Pueblosoriginarios

[9] Ídem.

[10] Vekster Bernardo, Escritor y Periodista, militante social, político y de derechos humanos. Sus libros: “Lavapiés”, “Rebeliones en el fin del mundo”; entre otros.

[11] Túpac Catari, fue un indígena aymara que lideró una de las rebeliones más extensas contra el Imperio Español. Es.wikipedia.org/wiki. Túpac Catari.

[12] En Enciclopedia libre Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%BApac_Catari

[13] Ídem.

[14] Albo Xavier, Antropólogo y Lingüista, miembro de CIPCA, y del Comité Directivo del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB).

[15] Sitio web americalatina.about

[16] Asociación de la Comunidad Islámica Ahlul Bait Bolivia

[17] Gisbert Teresa, Arquitecta, Investigadora y Escritora Boliviana, Ganadora del Premio Nacional de Cultura y el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanas en la Trayectoria Intelectual.

[18] Teresa Gisbert, Arquitecta, escritora e historiadora boliviana

[19] Castells Olivan Manuel, Sociólogo y Profesor Universitario de Sociología y Urbanismo en la Universidad de California en Berkeley.

[20] Chambi Calle Roberto, Abogado, Escritor, Investigador y Cientísta Boliviano, Presidente de la Asociación de la Comunidad Islámica Ahlul Bait Bolivia.

[21] Chambi Calle Roberto, “Construyendo Nuestra Identidad”, Ed. Elhame Shargh, La Paz-Bolivia, 2013; pág. 10-11.

[22] es/Wikipedia.org/wiki/hiyab.

[23] islamoriente.com /que-es-el-hiyab/.

[24] Sitio web: librosmaravillosos

[25] Washanaider Brown, Sociólogo y Antropólogo alemán, Profesor universitario.

[26] Ídem.

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