La posibilidad de conocer a Dios
Por: Ayatolá Mahdi Hadavi Tehrani
Traducción: AbdulKarim Orobio
Pregunta: ¿Es posible para el ser humano conocer a Dios (Exaltado y Alabado sea)? ¿Si es posible, hasta qué punto, y cuál es el valor de dicho conocimiento?
Respuesta Breve.
El ser humano puede adquirir conocimiento acerca de Dios a través de varios caminos. Este conocimiento puede surgir por medio del intelecto o del corazón. Algunas veces él – como en el caso de los sabios y filósofos –razona y entiende a través del conocimiento conceptual, en tanto que en ocasiones, como es el caso de los místicos, por medio de la intuición inmediata observa al Amado, presenciándolo directamente.
El conocimiento acerca de Dios es análogo al conocimiento del fuego. Una persona, algunas veces entiende la existencia del fuego viendo el humo desde lejos. Otras veces, puede entender su existencia viendo al mismo fuego. Y en ocasiones puede entender y sentir al fuego como parte de su cuerpo, cuando este le quema.
En cualquiera que sea el caso, de ambas formas, es decir, el conocimiento conceptual y el inmediato, algunas veces el camino, el viajero y el objetivo son uno y lo mismo sucede cuando uno concluye la existencia de Dios por medio de la reflexión en las Señales Divinas y en el orden existente que las permea. En otras situaciones, únicamente son idénticos el viajero y el camino, como cuando uno entiende a Dios (SWT) por medio de la comprensión del alma propia. El camino y el objetivo pueden ser el mismo, como cuando uno comprende a Dios (SWT) contemplando los Atributos y Nombres Divinos.
De estos tipos, el caso en el cual el camino y el objetivo son idénticos, en donde uno experimenta espiritualmente lo que ha entendido conceptualmente es de gran valor, puesto que el objetivo es ver y saborear.
En los versículos Coránicos y en todo el conjunto de narraciones, han sido articulados estos tres caminos. Se ha enfatizado en que nada es más evidente que la existencia y manifestación de Dios y por lo tanto, Él debe ser aprehendido por medio de Él mismo. Él es la Luz, la interpretación de lo que es autosuficiente. Si estamos imposibilitados de verlo es debido al velo de la negligencia que cubre nuestro conocimiento inmediato y conceptual-carecemos de conciencia de nuestro conocimiento.
Para alcanzar este conocimiento complejo (‘ilm-i murakkab) debemos retirar los velos de la oscuridad y los velos de luz de nuestras almas. Es por esta razón que se dice que Conocer a Dios es algo innato e inherente al ser humano y por lo tanto, los argumentos que se dan para demostrar la existencia de Dios, sirven solamente como recordatorios, no como pruebas. Sin embargo, debe notarse que el núcleo de la Esencia y Atributos Divinos no son comprensibles ni para el filósofo ni para el gnóstico. Por otra parte, otros aspectos de lo Divino son asequibles tanto para el intelecto del filósofo como para la experiencia espiritual del gnóstico.
RESPUESTA DETALLADA
Al responder a esta pregunta, primero se debe presentar el medio por el cual se entienden las cosas. Estos son los sentidos físicos, el intelecto y el corazón. Los sentidos externos simplemente tratan con las apariencias y los accidentes de la cosas sin ser capaces de sumergirse en lo más profundo, y a pesar de la variedad y abundancia del conocimiento que proveen al ser humano, son limitados por el tiempo y el espacio.
El intelecto es una facultad especial, el mayor rol que desempeña es la comprensión de los conceptos universales y en este sentido posee muchos aspectos, entre ellos el razonamiento. Pero los medios que se tienen para el entendimiento no se limitan a estos dos. El ser humano puede lograr altos niveles de conocimiento a través de otro camino y éste es el corazón. Por este camino, el ser humano puede presenciar espiritualmente la realidad de lo que otros comprenden únicamente de una manera teórica por medio del razonamiento. El esfuerzo de los místicos se concentra en percibir a Dios (Todopoderoso) de esa forma.[1]
Desde otra perspectiva, el conocimiento puede dividirse en dos categorías generales: El conocimiento conceptual y el presencial o inmediato. El conocimiento presencial es el conocimiento al cual se llega sin la mediación de conceptos e imágenes mentales, es decir, la realidad del objeto conocido está presente dentro del conocedor. El conocimiento presencial es un tipo de conocimiento intuitivo y gnóstico, en el cual se presencia la realidad externa [no el concepto mental]
Por supuesto, en la adquisición del conocimiento conceptual pueden ser utilizadas las premisas empíricas. Por ejemplo, reflexionar sobre las señales de Dios (Exaltado Sea) y el orden que hay en el cosmos, uno puede lograr un entendimiento acerca de Dios el cual se produce por un simple razonamiento. Pero en casos en los que uno desea alcanzar un mayor entendimiento, se necesitan puramente premisas racionales.
En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que en primer lugar, acerca de Dios (s.w.t) no puede demostrarse ni refutarse Su existencia recurriendo a experimentos de laboratorio o procedimientos científicos, los principios empíricos para percibir la experiencia sensorial están lejos de penetrar lo supranatural. Entonces, el conocimiento sensorial por si solo no puede resolver el problema, debe utilizarse en las premisas el proceso racional. En segundo lugar, aunque en los textos Islámicos, se ha exhortado al estudio de las Señales de Dios (Afaqui)[2], como lo dice el Corán en las Surah al-Fussilat (41), versículo 53:
سَنُرِيهِمْ ءَايَاتِنَا فِي الأَفَاقِ وَفِي أَنفُسِهِمْ حَتَّى يَتَبَيَّنَ لَهُمْ أَنَّهُ الْحَقُّ أَوَلَمْ يَكْفِ بِرَبِّكَ أَنَّهُ عَلَى كُلِّ شَيْءٍ شَهِيدٌ
Pronto les mostraremos Nuestras señales en el horizonte y en ellos mismos, hasta que sea evidente para ellos que Él es la Verdad.
(41:53)
En una forma esto se considera un método racional, el cual implica razonamiento, no debe subestimarse el estudio de las criaturas, las señales de la creatividad y sabiduría Divina únicamente revelan que existe un ser omnisciente, omnipotente gobernando el universo, pero además, éste método no logra manifestar los atributos de ese ser, por ejemplo, si es autosuficiente o no.
En cuanto a la comprensión inmediata e intuitiva, puede concebirse de tres formas: Un conocimiento inmediato de la causa de un efecto, un conocimiento inmediato de su propia esencia, del ser inmaterial y por último un conocimiento inmediato del efecto que produce la causa. El entendimiento que tienen las criaturas acerca de Dios es del tercer tipo. Y la debilidad del ser humano para poder conocer a Dios (s.w.t) es proporcional a su debilidad ontológica. Es así como la Esencia Sagrada está próxima a todo, pero acercarse a Él depende de los grados y límites existenciales que poseen las criaturas.
El gran erudito Muhaqqiq Tusi hace una analogía apropiada con respecto a los grados del conocimiento que se pueden tener acerca de Dios (s.w.t). Él dice que el conocimiento que uno tiene de Dios (s.w.t) se asemeja al conocimiento que uno tiene del fuego, la forma más limitada en la que alguien puede describir al fuego, es alguien que solamente lo ha visto. Una forma más avanzada de entendimiento de lo que es el fuego, es cuando se observa el humo. El tercer nivel es sentir el calor y presenciar la luz que irradia. El nivel último es saber que el fuego quema hasta convertir en cenizas las cosas.
Vale la pena mencionar que cuando se habla del conocimiento acerca de Dios (s.w.t) podemos referirnos bien sea a demostrar Su existencia o contemplar Sus atributos. En ambos casos podemos recurrir al intelecto y utilizar el conocimiento conceptual para entender intelectualmente, o podemos transitar la ruta del corazón, para embarcarnos en el conocimiento intuitivo inmediato y poder percibir. Lo que primero mencionamos se denomina burhan y lo otro, Irfan. Sin duda alguna, el método que prevalece en la revelación mística (gnóstica) cuenta con aspectos muy valiosos de los cuales carece el razonamiento filosófico.
De cualquier forma, sin importar si atravesamos el camino del intelecto o el del corazón, existen tres caminos para llegar al conocimiento acerca de Dios (s.w.t) En otras palabras, el viaje gnóstico o intelectual del filósofo o del viajero espiritual respectivamente puede ubicarse en una de las tres categorías:
El viajero espiritual (salik), el camino o la ruta (maslak) y el objetivo (maslk’ilaih) son diferentes; es como cuando uno llega a la conclusión que Dios (s.w.t) existe, por medio de la observación y contemplación del orden y armonía del universo, comprendiendo que todas las cosas están necesitadas y por lo tanto debe existir algo que no necesita de nada, de la cual dependen las primeras, y éste ser es el Originador de todo. Algunos versículos del Corán exhortan al ser humano a tomar este método.
إِنَّ فِي خَلْقِ السَّماواتِ وَالأَرْضِ وَاخْتِلاَفِ اللَّيلِ وَالنَّهَارِ وَالْفُلْكِ الَّتِي تَجْرِي فِي الْبَحْرِ بِمَا يَنْفَعُ النَّاسَ وَمَآ أَنْزَلَ اللّهُ مِنَ السَّمآءِ مِن مَآءٍ فَاَحْيَا بِهِ الأَرْضَ بَعْدَ مَوْتِهَا وَبَثَّ فِيهَا مِن كُلِّ دَآبَّةٍ وَتَصْرِيفِ الرِّيَاحِ وَالسَّحَابِ الْمُسَخَّرِ بَيْنَ السَّمآءِ وَالأَرْضِ لاَيَاتٍ لِقَوْمٍ يَعْقِلُونَ
En la Creación de los cielos y de la Tierra y en la diferencia entre la noche y el día, en la nave que surca el mar con lo que se beneficia a la gente, en el agua que hizo descender Dios de los cielos con la cual vivifica la tierra tras haber estado muerta, diseminando por ella todo tipo de animales; en la variación de los vientos y en las nubes situadas entre el cielo y la Tierra, hay ciertamente, señales para la gente que razona.
(2:164)
El viajero y el camino son uno mismo, como cuando uno contempla al mundo dentro de uno mismo, formulándose preguntas tales como: ¿Por qué algunas tendencias e inclinaciones no están bajo mi control? ¿Por qué no puedo domar mi mente salvaje como para controlar los recuerdos que trae?
El Imam ‘Ali ibn Abi Talib (a.s.) hace alusión a este método en las siguientes palabras:
“Quien se conoce a si mismo en realidad ha conocido a su Señor”[3]
El camino y el objetivo son uno mismo. Es decir, el viajero (el filósofo o el viajero espiritual) por medio de la contemplación del destino final, descubre el objeto de su anhelo (maqsud). Esta es la forma más profunda de entendimiento, puesto que trasciende los niveles de la realidad exterior y va más allá de los viajes introspectivos, entonces, se percibe o entiende por medio de la contemplación del Testigo Absoluto y éste es Dios (s.w.t)
El Corán dice:
أَوَلَـمْ يَكْفِ بِرَبِّكَ أَنَّهُ عَلـى كُلِّ شَيءٍ شَهِيدٌ
¿No es suficiente que tu Señor sea evidenciado en todas las cosas?
(41:53)
Primero, Él es presenciado, comprehendido y luego (bajo Su Luz) todo lo demás, porque Él es la Luz de los Cielos y de la Tierra. La Esencia de la Unicidad (Dios) es la evidencia y prueba más clara de Él mismo y como tal, hace que sea innecesario un intermediario para comprenderlo.[4]
قَالَتْ رُسُلُهُمْ أَفِي اللٌّهِ شَكٌّ فَاطِرِ السَّمٌوَاتِ وَالأَرْضِ
Sus mensajeros dijeron: “¿Dudas de Dios, el Creador de los cielos y la Tierra?”
(14:10)
Es por eso que cuando se dirige a Su Mensajero (El Profeta Muhammad) dice:
لَقَدْ كُنْتَ فِي غَفْلَةٍ مِنْ هٌذَا فَكَشَفْنَا عَنْكَ غِطَاءَكَ فَبَصَرُكَ الْيَوْمَ حَدِيدٌ
Ciertamente, no prestabas atención a esto. Así pues, hemos apartado de ti tu velo y hoy tu visión es aguda.
(50:22)
El velo es removido del individuo, no de la realidad o de Dios (s.w.t)
(ver la continuación en archivo pdf)
Fuente: Fe y Razón; Preguntas de Teología Islámica
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Fundación Cultural Oriente
[1] Aunque es imposible lograr el entendimiento y la certeza basado en tradiciones y evidencia a la vez; pero en este caso es necesario haber demostrado previamente tanto el hecho de que las narraciones en cuestión fueron citadas correctamente a partir de los dotados de autoridad (evidencias), tales como los Imames Infalibles en la tradición Shi’a 12 Imamita y le hecho de que dichas narraciones poseen un valor cognitivo. Es solamente entonces cuando pueden utilizarse como criterios por medio de los cuales se logra juzgar los descubrimientos del intelecto o del corazón.
[2] Signos Macro cósmicos. Es decir, los indicios que están al exterior del cuerpo y mente del ser humano.
[3] Yawahir al-Saniyyah, pág. 116.
[4] أَوَلَـمْ يَكْفِ بِرَبِّكَ أَنَّهُ عَلـى كُلِّ شَيءٍ شَهِيدٌ (41:53)