Los aportes del Islam a la humanidad (XXIII)
Literatura islámica
Por el Profesor Abdul Husein Zarrinkub
El legado islámico no se limitó al campo de la ciencia y la industria, ni a su filosofía y su mística, ya que la literatura de este contexto tuvo una enorme trascendencia. La literatura islámica cobró vitalidad, variedad e impulso de la misma matriz que llevó a la cúspide a la ciencia y a la filosofía. A lo largo de toda esta literatura es visible una fuerte influencia del Corán, tanto para los métodos retóricos como para las narraciones, cuentos y temáticas, así como para el pensamiento y la moral. Por lo tanto, no se puede llamar a esta valiosa literatura con otro término que el de literatura islámica, —sea en cualquier idioma en que se haya escrito, árabe, persa, turco o sindhi—.
La literatura islámica ha expuesto sus temas en una inigualable diversidad de lenguas, épocas y territorios. Los temas y tópicos de esta literatura poseen una extraordinaria extensión. Es una literatura abundante en certezas en un instante, y en el otro llena de dudas y perplejidades. En un lugar rebosante de piedad y celibato, y en el otro colmada de un gran hedonismo. A veces se sumerge en un lenguaje complejo, y en otras ahonda en la sencillez. Desde una perspectiva del tiempo tiene todo el pasado histórico de los musulmanes sobre sus hombros y desde lo relativo al espacio posee todo el territorio del Islam. Con respecto a la lengua se escribieron las más importantes obras maestras en árabe y persa, aunque también se pueden apreciar muchas obras valiosas en turco y urdu. Además, otras lenguas influenciadas por el Islam como berberí, suajili, somalí, albanés, uzbeko, kurdo, baluchi, pastún, sindhi, guyaratí, bengalí y tamil han producidos considerables obras literarias. Entre todas las lenguas, fueron solo el árabe y el persa las que influenciaron enormemente en el mundo, aunque cuando decayó la literatura árabe por la crisis del califato abasí, y cuando declinó la literatura persa al finalizar la dinastía timúrida, la corte otomana estimuló la creación de una literatura turca, así como los mongoles de India difundieron una nueva poesía en urdu.
La literatura árabe, cuya base lingüística es el Corán, llegó a ser la fuente de inspiración para la literatura persa. No hay duda en que la lengua y literatura pahlavi —como ejemplo de talento y genialidad iraní— tuvo un efecto profundo en el desarrollo de la literatura árabe. En la poesía, los métodos elementales de la “era de la ignorancia” —de la cual existen dudas de su autenticidad— le dieron su lugar a nuevos estilos, así como la prosa se convirtió en un instrumento en manos de los escritores que trabajaban en la corte para manifestar el poder a través de la retórica, y en verdad la gloria de la cultura y la civilización del periodo abasí también se reflejó en la poesía y en la literatura de esa época. Por lo tanto esa literatura llegó a ser un modelo para los escritores persas. Abu Nuwas, poeta musulmán de la corte de Harun, el califa abasí, elevó la poesía báquica (jamriyyat) por encima de Al-Akhtal, poeta cristiano del corte omeya, y algunas obras de él inspiraron también a Rudaki[1], a Bashshar Margazi y a Manuchehri. Abu Tayyib Mutanabbi elevó el estilo de casida[2], oscureciendo la fama de Buhturi y Abu Tammam y se convirtió en el inspirador de muchos poetas iraníes —como Onsorí, Manuchehri e incluso Sa’di—.[3]
Abul ‘Ala Al-Ma’arri, poeta y filósofo ciego árabe, quien tuvo relaciones espirituales con Omar Jayam[4] y Hafez,[5] usó la poesía como una herramienta para expresar las ideas filosóficas. En la prosa de estilo maqama —cuentos literarios cortos— que Badi uz-Zaman y Hariri llevaron a la cúspide, tuvieron en persa una influencia enorme para la creación tanto del Maqamat Hamidi como del Golestan de Sa’di. Numerosos poetas persas —no árabes— eran bilingües: En persa y árabe. Mas’ud Sa’d y Amir Josro Dehlawi también escribían sus versos en hindi, e igualmente poetas turcos como Nawaí y Fudhulí incursionaron en la poesía en lengua persa. Esta especie de “ciudadanía universal” del Islam hizo extensiva su poesía y su literatura tanto en el aspecto del pensamiento como en el estilo y la forma, de una manera que incluso pudo penetrar e influenciar en la poesía y la literatura de europea —de la Edad Media y posterior—.
La literatura islámica bajo el título de “ciencia de la literatura” en su origen consistía en un conjunto de informaciones y reglas espirituales necesarias para un escribano de la corte, que le permitían superar a todos sus competidores en la corte de califa o del sultán. De esa forma, considerando la educación de los escritores de la corte como una meta, era necesario que el escritor, más que tener un saber espiritual, poseyera el conocimiento en aquellas ciencias que le ayudaran a servir al sultán y sus dignatarios. El hecho de considerar la literatura como una ciencia que se dedica a “tomar conocimiento de cualquier cosa”, muestra la meta educacional de la época. Es el mismo punto que favoreció la diversidad de la literatura islámica, recibiendo la influencia tanto de la historia y la jurisprudencia, como de la filosofía y la gnosis en su ámbito. Quizás no se le dio mucha importancia al hecho de escribir cuentos de carácter fantástico y sentimental,[6] como el hecho de escribir una narrativa sujeta al realismo. Los escritos de Al-Yahiz son de una expresión sutil pero en su mayoría carecen de fantasía, y en los “Maqamat” de Badi uz-Zaman y Hariri se le da más importancia a tener bellas expresiones y a ser capaz de una excelente descripción, pero sin buscar un sentido imaginativo ni creativo. Incluso Risala al-Gufran —La Epístola del Perdón— de Ma’arri que es un glorioso precursor de La Divina Comedia de Dante, se sumerge mayormente en un mar de términos y expresiones complejas y rebuscadas. En el aspecto imaginativo y emotivo, la lengua persa es mucho más fuerte que el árabe.[7] No solo el Shah Nameh —el Libro de los Reyes— de Ferdousí[8] es testigo de esta proclamación, también las obras de Nezami Ganyavi[9] y sus grandes seguidores como Amir Josro Dehlawi,[10] Jayu-e Kermani [11] y Yamí[12] lo aprueban. Por lo tanto, si la literatura persa no alcanza a la literatura árabe en algunos aspectos, la supera en otros, pero a pesar de todo ambas son una muestra importante de la literatura islámica.
Es evidente que esta literatura rica y diversa había tomado mucha fuerza en su ámbito y por esto no es extraño que se hable de su fuerte influencia en la literatura europea. Los musulmanes obtuvieron poca herencia de la literatura griega y romana, pero por otro lado fueron muy influenciados por la literatura preislámica, sobretodo en sus cuentos. Más que todo, se puede ver realmente ese marco de influencias en el libro Las Mil y una Noche —Alf Lail —. Las Mil y una Noche es una famosa obra iraní que se tradujo al árabe, y se le agregó gradualmente algunos cuentos de origen indio, griego, ibérico y egipcio. Así también en la célebre corte de Harun abasí de Bagdad se le agregó abundantes cuentos amorosos y entretenidos. Cuando el libro tomó su forma final, la literatura árabe y persa había ido decayendo, y por ello fue salvada del mal destino que tuvieron otras obras como Calila y Dimna[13] —Panchatantra hindi—, Marzban Nameh,[14] Sindbad Nameh, las cuales no contaron con el talento y la gracia de Las Mil y una Noche, y permitieron a ésta el camino hacia Europa y la consagración en la literatura universal.
Desde ese punto de vista, Alf Lail no fue la única obra con esta característica de renombre. Otro ejemplo es el cuento Sindbad Nameh que fue traducido al francés y al inglés con el título “El libro de los Siete Visires” o “Syntipas” con el cual se hizo famoso. Así mismo, el cuento “Budasaf wa Bilawhar” que es una narración de la historia de “Buda” y que su reflejo en Europa llegó a ser tan grande que se le puede encontrar en una parte de la famosa obra teatral “El mercader de Venecia” de Shakespeare, donde se habla de los tres cofres de metal de los cuales uno será escogido.[15] De toda forma, este cuento que tuvo fama entre los musulmanes de la Edad Media —desde el siglo XI en lo adelante—, se tradujo al latín frecuentemente, y luego de este pasó al francés, al alemán, al italiano, al español, al holandés, e incluso a los idiomas escandinavos. Incluso Budasaf wa Bilawhar con el nombre Barlaam and Josaphat fue incorporado a la hagiografía cristiana.[16]
Todos estos cuentos han influenciado fuertemente a la literatura europea, como es el caso de los famosos e imprescindibles cuentos de Alf Lail, que incluso los escritores europeos de hoy en día se sienten inspirados en ellos. La traducción al español de los cuentos del Bid Pai —Calila y Dimna—resultó de su gran celebridad y la difusión de este libro se extendió a todo lo largo de Europa, siendo inspiración en muchas naciones como Francia y así lo demuestra buena parte de la obra del escritor galo La Fontaine. Los cuentos de Luqman el Sabio en la Edad Media tiene su origen en parte —y si no en todo— de las fábulas de Esopo. A pesar de todo esto, lo que ha tomado la literatura europea del medioevo, e incluso la posterior al Renacimiento, de la literatura islámica no se limita a unos cuentos o enseñanzas morales. Si Petrarca, gran poeta lírico de Italia, critica duramente a los árabes y musulmanes, esto indica la gran tendencia hacia la literatura árabe en la Italia de esa época.[17] En verdad lo que en la literatura europea se denomina romance está fuertemente influenciado por la literatura arábica. Por lo tanto, el criterio de que la poesía europea ha sido hondamente influenciada por la literatura árabe-islámica no es una proclamación exagerada. Incluso se puede aceptar la afirmación que la Europa de la Edad Media tomó su religión del judaísmo, así como su literatura de los árabes.[18] No solo el legado de la literatura árabe quedó en la poesía popular española, sino que ingresó a la lengua italiana, a través de España y Sicilia. La corte de los normandos de Sicilia jugó un rol fundamental como intermediaria al trasladar la poesía y literatura islámica-árabe a Europa. No solo existían numerosos cantantes y músicos musulmanes en la corte de Federico II, el rey de Sicilia, que según se dice le cantaban versos panegíricos en árabe sobre sus virtudes, también se traducían algunas importantes obras islámicas del árabe. Es probable que en el ámbito de la mitad oriental de la corte en Sicilia se conformara de la poesía italiana, incluso el hecho de que la lengua popular italiana se percibió como una herramienta para la expresión de la poesía se debió a la imitación de la relevancia que los príncipes y reyes musulmanes le daban a la poesía árabe popular en esa época.[19] En Francia, algunos estilos de poesías que eran entonados particularmente por los trovadores eran de origen árabe, los cuales eran denominados como zéjel o azjal. Algunos investigadores creen que la misma palabra “trova” fue derivada del término árabe tarab —que significa alegría—. Además, la difusión de rimas en versos —qafia en árabe— en la Edad Media aparentemente es un aporte de la literatura islámica y árabe.
La influencia de la literatura islámica en la literatura europea es contundente, ya que muchos elementos lo evidencian. Cervantes, el autor de Don Quijote residió un tiempo en Argelia. Si según el autor esta novela no tiene origen árabe, su alma indudablemente es árabe. La dulce novela filosófica de Ibn Tufail llamada “Hai Ibn Iaqzan”, en la cual su autor muestra que la filosofía es el resultado inevitable del intelecto natural, llegó a ser reconocida y publicada extraordinariamente por su carácter creativo, e inspiró tanto el origen de la fábula “Fadhil Ibn Natiq” a Ibn Nafis, como su traducción influyó en la famosa novela “Robinson Crusoe” a Daniel Defoe. Incluso la escuela del romanticismo europeo bebió enormemente de la literatura oriental e islámica.[20] Por lo tanto, si la literatura islámica tomó algo del legado de Grecia y Roma, esta lo devolvió tomado con creces.
También la deuda lingüística de Europa con relación a la literatura y la cultura islámica es considerable. De la abundancia y diversidad de vocablos que se ha pasado de las lenguas islámicas —especialmente árabe y persa— a las lenguas europeas, se puede comparar el dominio de la extensión cultural y literaria de los musulmanes. En construcción naval, técnicas de guerra, gobernación, caza y armamentos existen palabras en las lenguas europeas que tienen su origen indudablemente en términos de las lenguas islámicas. Así mismo en la medicina, la botánica, la química, la música, y la astronomía existen numerosos vocablos que se han tomado de los musulmanes. Incluso existen algunos refranes en español que tienen origen árabe y que son recuerdos de la época del califato de Córdoba y de los gobiernos islámicos de Andalucía.
Fuente: Los Aportes del Islam a la humanidad; Editorial Elhame Shargh
Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.
www.islamoriente.com - Fundación Cultural Oriente
[1] Abdullah Ya’far Ibn Mohammad Rudaki (859-941), conocido como "Rudaki", fue un poeta persa y el primer genio literario del idioma persa moderno. Rudaki es considerado el fundador de la literatura persa clásica. (N. del T.)
[2] La casida es un estilo poético propio de la Arabia preislámica. Se trata de un género poético extenso, de más de 12 versos. Posteriormente fue adoptado por los persas, que lo emplearon asiduamente. (N. del T.)
[3] Abu Mohammad Moslehud-Din ibn Abdullah, más conocido como Sa’di, o Saadi, (1213 – 1291 dC.) es uno de los principales poetas persas del período medieval, reconocido no sólo por la calidad de su escritura, sino por la profundidad de su sensibilidad social. Sus dos obras maestras son Golestan y Bustan. (N. del T.)
[4] Ghiyazud-Din Abul-Fath Omar ibn Ibrahim Jayyam Nishaburí, más conocido como Omar Jayam, (1048 – 1131 dC.). Matemático, astrónomo y poeta persa, nacido en Nishapur de Jorasán (actual Irán). Su nombre suele encontrarse también escrito de acuerdo a la transcripción inglesa, Khayyam. Igualmente, puede aparecer la versión árabe del nombre, Omar al-Jayyam u Omar ibn al-Jayyam.
[5] Jayé Shamsud-Din Mohammad Hafez Shirazi (1325 – 1389 dC.), más conocido como Hafez de Shiraz, fue unos de los más grandes e influyentes poetas místicos y sufíes persas. (N. del T.)
[6] Von Grunebaume, L’ Islam médiéval, 313
[7] Von Grunebaume, L’ Islam médiéval, 313
[8] Hakim Abul-Qasem Ferdousí Tusí, normalmente abreviado en Ferdowsi, Ferdousí o Firdawsi, (935 – 1020 dC.), es probablemente el poeta persa más reconocido. Su obra más famosa es el Shah Nameh o Libro de los Reyes, epopeya nacional de Persia, hoy Irán. (N. del T.)
[9] Nezami Ganyavi (1141-1209 dC.), es considerado el más grande poeta épico romántico de la literatura persa, quien aportó un estilo coloquial y realista a la épica persa. (N. del T.)
[10] Abul Hasan Iamin ud-Din Josro (1253–1325 dC.) más conocido como Amir Josro Dehlawi fue un Sufí, músico, gran poeta y estudioso persa. Escribió versos en lengua persa, árabe e india. (N. del T.)
[11] Jayu-e Kermani (1280–1352 dC.) fue un famoso poeta persa y sufí místico. (N. del T.)
[12] Nur ad-Din Abdur-Rahman Yamí, quien comúnmente es conocido como Yamí (1414 –1492 dC.), fue un estudioso, escritor e historiador persa. Yamí era sobre todo un destacado poeta y teólogo de la escuela de Ibn Arabí y un prominente sufí. (N. del T.)
[13] El Panchatantra es una colección de fábulas en idioma sánscrito, en prosa y verso. Significa “cinco principios” y su origen (por lo menos en su mayor parte) es indio. De entre las muchas obras relacionadas con Alfonso X, el “Calila e Dimna” es la más literaria. Su materia narrativa procede de la literatura oriental, pues traduce el texto árabe de “Calila wa Dumna”, que a su vez es la traducción que el iraní Ibn Muqaffa hizo al árabe del texto en el siglo VIII (de donde se difundió por toda Europa), y éste por su parte procede del Panchatantra hindú (del año 300 dC., aproximadamente). En el año 570 fue traducida al pahlavi (o persa literario) y pocos años más tarde al sirio. (N. del T.)
Conecta con los manuales sapienciales de educación de príncipes mediante el método oriental de las preguntas y respuestas entre el rey y un filósofo, que da paso a cuentos ejemplarizantes contados y protagonizados por animales: Un buey, un león y dos zorros, lobos llamados «Calila» y «Dimna», que son quienes cuentan el mayor número de cuentos. (N. del T.)
[14] Libro Marzban Namh que originalmente fue escrito por Marzban Ibn Rostam en la lengua Tabarí, es una gran obra literaria de la lengua persa Darí de la primera mitad del siglo XIII, en prosa adornada. (N. del T.)
[15] D. M. Lang, The Wisdom of Balahwar /5
[16] Referirse al ensayo del autor sobre la historia de vida de Budasaf, Indu Iranica, pág. 25-32
[17] Gibb, “Literture” in Legacy of Islam, 192
[18] Mackail, Lectures on Poetry, 1911 / 97
[19] Gibb, “Literture”in Legacy of Islam, 191-2
[20] Zarrinkub A., She’r-e Bi Dorugh (poema sin mentira), ed. persa, 1368, 266