Velo y Castidad en la cultura islámica (I) - Filosofía del cubrirse
Autor: Mahdi Mahrizi
Este del velo -cubrirse- es uno de los hechos en sí evidentes de la jurisprudencia islámica; tiene múltiples y amplios campos. Antes de abordarlo, pienso que es necesario dar una imagen clara sobre el asunto en cuestión, la mano y los términos que se usan en esta discusión.
Las palabras utilizadas en este campo son: cubrirse, velo-ĥiyāb-, castidad, y los límites de las relaciones entre hombre y mujer. Es posible que lo que se pretenda con estas palabras es mantener y detener, en el interior de la casa, a la mujer u observar algunas normas con respecto a las organizaciones sociales.
El tema que intento manifestar y exponer en este artículo es el significado que es antiético para el liberalismo sexual e inmoderado el cual es llamado, por el Corán, “tabarruy” (mostrar los encantos).
En otras palabras, buscamos una respuesta a esta pregunta: ¿Puede la feminidad y la masculinidad -de la mujer y del hombre-, respectivamente, ser exhibida en la escena de la sociedad? o ¿esta cualidad está confinada dentro del reino de la familia, y la mujer y el hombre deben aparecer en la arena de la sociedad y actuar como dos seres humanos?
El Profesor Mutahari dice:
“De hecho con respecto a cubrirse y de acuerdo al término ĥiyāb utilizado recientemente, no se pretende hablar acerca de si es bueno para la mujer aparecer cubierta o sin velo ante la sociedad. La esencia es: ¿Puede el gusto de la mujer y del hombre, que busca satisfacción a través del matrimonio, estar libre de responsabilidad? ¿El hombre tiene derecho a disfrutar, tanto como pueda, con cualquier mujer cometiendo o sin cometer fornicación? Por lo tanto, el punto clave del asunto es si se limita, a la esfera familiar y los cónyuges legales, todo el éxito o si se establece el éxito como libre para extenderlo al medio ambiente de la sociedad.”[1]
Sobre esta base, mi intención en este artículo no es probar la reclusión de la mujer ni hablar acerca de un asunto especial (para la mujer) que es el cubrirse sino que pretendo discutir acerca de un tema más distante, dentro del marco que muchas leyes islámicas legisladas, pueda ser expuesto a través de una armoniosa estructura de pensamiento como la obligación del ĥiyāb, la prohibición a mirar a una mujer (no maĥram), a abominaciones tales como el adulterio, la homosexualidad y similares.
Las siguientes páginas están determinadas a dar respuesta a preguntas como:
- ¿Qué pretende el Islam con respecto al asunto del velo y cubrirse?
- ¿De cuáles criterios depende el Islam con respecto a los límites de las relaciones entre mujeres y hombres?
- ¿Cuál es la filosofía del cubrirse?
- ¿Han sido decretados, encaminados en pro de disminuir cualquier tipo de contacto entre hombres y mujeres, varios preceptos religiosos como la necesidad de cubrirse, la prohibición de mirar a las mujeres, la prohibición de cometer abominaciones o hay otro objetivo detrás de ellos?
- ¿Qué cosa puede frenar el liberalismo sexual, la inmoderación y la exhibición de los encantos? Al igual que otras preguntas que se abordarán en la medida que se desarrolle el texto.
Ha de saberse que en el reciente siglo muchos escritos en forma de libros y artículos, en persa y árabe[2], han sido escritos analizando e investigando en muchas dimensiones de este tema, entre los cuales pueden encontrarse valiosos estudios. A pesar de todas estas cosas, en todas partes aún pueden hallarse muchos centros de investigación en este campo, y dichos archivos de estos estudios están abiertos.
La realización de investigaciones y estudios acerca del tema del “velo”-ĥiyāb- puede perseguir diferentes objetivos con necesidad de un método particular cada uno.
- El propósito y motivo de la investigación puede ser una manifestación racional de las creencias jurisprudenciales, de tal manera que pueda ser propuesto en las sociedades seculares.
- Algunas veces el objetivo de la investigación puede ser resolver los problemas mentales, del asunto del “velo”, dentro de las comunidades religiosas de tal forma que todos los obstáculos, mentales y teóricos, inmoderados deban ser removidos de este camino.
- También, es posible que el fin de la investigación sea un simple sondeo y estudio jurisprudencial hecho profundamente hasta tal punto que únicamente será apropiado para la enseñanza en los centros teológicos islámicos.
- Además, es posibles que el objetivo sea guiar a la sociedad hacia el ideal requerido y cubrirse, entre otros.
Está explícito que cada objetivo tiene su propio método y tendencia para ser seguida. Por lo cual, no sería factible cubrir y discutir todos ellos en un solo libro.
De hecho, además de la misericordia práctica vista en el caso del cubrirse y la producción del deseo y la esperanza de los seres humanos, algunas preguntas ideológicas y ambigüedades dentro de la sociedades religiosas, con puntos de vista y visiones de sociedades seculares, y un número de opiniones y veredictos jurisprudenciales sobre el descuido y la inmoderación pueden influenciar en el tema de ‘cubrirse’.
La razón y la reflexión nos obligan a elegir formas adecuadas para hacer frente a prácticas de misericordia, deseo e inclinaciones como aconsejar, y realizar impunes y practicas permisibles, al igual que diversiones, para reemplazar las manifestaciones excitantes y seductoras. También, en oposición a los obstáculos mentales, debemos recurrir a las investigaciones científicas y sus resultados.
En este capítulo voy a seleccionar y presentar algunos temas de entre aquellos relacionados con el “velo” como sigue:
- Castidad y la filosofía del cubrirse.
- Condiciones generales para el manto de las mujeres
- Adornos
- Entre mezclarse hombres y mujeres.
LA CASTIDAD Y FILOSOFÍA DEL CUBRIRSE
La vida del hombre es responsable de desarrollar y madurarse en dos dimensiones: material y moral. Adquirir conocimiento y ciencia, fomentando el trato humano y ético yace en el reino de las perfecciones espirituales. Asimismo, disfrutar de bienestar, la salud física y el entrenamiento de los órganos del cuerpo entra en la primera división.
El hombre es una creación cuya vida tiene dos extensiones. Por esta razón, la perfección y la deficiencia son dos elementos inseparables. La salud corporal es un requisito para la salud del alma, que a su vez es esencial para la buena salud del cuerpo. Este punto se aclaró antes, por lo tanto, las enfermedades son curadas a través de tratamiento psicoterapéutico y espiritual.
El reino de las vidas espirituales y materiales, cualquiera que sea, está relacionado con la visión que los seres humanos tienen de la existencia, del hombre y del universo. Cualquier diferencia en estas visiones tiene impacto en la restricción y la tranquilidad de la vida humana. La evidencia de esto yace en la divergencia y diferencia, entre los objetivos y las formas de vivir de los seres humanos que han existido antes de los desarrollos modernos y, aquellos que han vivido después de esos.
A pesar de todo esto, no deberíamos ver las cosas de manera que al cambiar las visiones todo cambie, sin que quede algún punto en común. Pero además, como se dijo antes con franqueza, estos cambios afectan el control y la expansión de la vida, sin crear dos diferentes, y hasta antiéticas, vidas.
Por lo tanto, a pesar de que considerables diferencias entre los seres humanos del presente y aquellos del pasado en consideración con las causas y las consecuencias, pero sus puntos comunes no son pequeñas en número, el hecho que nos lleva en la conversación, comprensión mutua y consideración aparece todo el tiempo.
En todos estos puntos de vista, autoconocimiento y conocimiento del mundo son algunas de las cosas valiosas, y la propagación de la justicia y el servicio a otras personas son actos recomendables. Todas las personas honran a los campeones nacionales y a los reformadores sociales, considerando como mártires a aquellos que han sido asesinados en el camino de los objetivos nacionales.
Esto indica que en todas las épocas, la misma creencia general prevalece sobre las personas, aunque algunas diferencias pueden ser vistas en su aplicabilidad y ejemplos. Estos puntos constituyen una parte de las cosas llamadas, en las religiones divinas, fitrah (naturaleza primigenia) y el Islam ha hecho mucho énfasis sobre ello.
La castidad y el recato también están entre estas características. Cubrir las partes privadas es hábito usual del hombre, como los habitantes de las cuevas acostumbraban a cubrirse (ocultar las partes privadas) con hojas de los árboles y piel de animales. Lo mismo es hecho por las personas del presente mundo moderno.
Está fuera del ámbito de este libro referirse a la forma, medida y la manera del surgimiento de esta costumbre, pero el punto original a este respecto es que este hábito fue siempre observado como una virtud humana. Además, este recato y castidad no está limitado a un cierto periodo histórico, aunque determinados tiempos y épocas pueden ser especificadas por ciertas capas-mantos. La castidad es la filosofía de cubrirse, y el cubrirse es su garante.
Confucio, el filósofo chino del siglo VI d. C dijo:
“Alguien, que puede ser considerado como un hombre de cultura, es aquel que es honesto en su conducta, comportamiento y casto en su corazón, y quien cuando es delegado, como embajador a otros países extranjeros, por ningún medio traiga vergüenza a su rey.”[3]
Baruch Spinoza dice:
“Aun si no tenemos conocimiento de la eternidad de nuestras almas, aún le habríamos dado prioridad e importancia a la abstinencia y a la religión con todas las cosas (…) que son relevantes para la magnanimidad y la dignidad”[4].
Hasta los partidarios del Yang Chou, el famoso filósofo materialista y ateo chino, quien vivió en la época del siglo quinto hasta el tercero d.C y, cuya escuela en literatura histórica y filosófica ha sido conocida con el placer de buscar, dijo al respecto:
“El hecho que debería permanecer en la memoria es que Yang Chou, aunque pregunta por el placer sensual, él se mantuvo en contra de la extravagancia y la corrupción que había sido vista por su escuela como el arruinador de la naturaleza del hombre”[5]
Gandhi una vez se dirigió a las mujeres, diciendo: “El verdadero adorno de la mujer es su carácter y su pureza. El verdadero adorno nunca puede ser las piedras y los metales. Además, yace en la pureza de los corazones y del alma y no en cargar piedra y metales, en sus cuerpos”[6].
En todas las religiones divinas se ha hecho mucho énfasis y recomendaciones sobre la castidad y el recato. El Sagrado Corán ha señalado este hecho muchas veces.
En el Tratado de Polis en el Nuevo Testamento, después de recomendar a los hombres con súplicas y oraciones fervorosas se registra el siguiente enunciado:
“Ellos –hombres- también acostumbraban a embellecer a sus esposas con ropa adornada con recato y abstinencia, anillos, oro, perlas o trajes costosos. Además, ellos debían invitar a sus mujeres, que manifestaban religiosidad, a buenas obras”[7]
En el primer Tratado de Boutros se ha dicho:
“A las mujeres se les recomienda no dar importancia al adorno externo para mostrar su belleza, como tinte para el pelo, usar adornos materiales y al uso de ropas costosas, sino al adorno interno que nunca perece y que tiene un gran valor cerca de Dios”[8]
El traductor del libro Tariqe Libas (la historia de la ropa), que se dedicó al estudio de toda la ropa y costumbre del mundo a lo largo de quinientos años, dice:
“La apariencia de la ropa no era algo que ocurriera por coincidencia o de acuerdo con una exigencia individual. La ropa emerge sobre la base del material regional, pensamiento intelectual y demanda de las personas. Ella se ha convertido como en un completo espejo que indica la historia de la vida de la humanidad”[9]
Algunos expertos hicieron estudios sobre reliquias, residuos, inscripciones históricas y estatuas prominentes, concluyendo de ellas que el frío y el calor nunca han constituido la causa original para la selección de ropa sino que fue la timidez y el cubrir las partes privadas[10].
En libro Tariqe Libas, cuyo autor fue un investigador americano que había estudiado la historia de la ropa hasta el año 1950, y el cual fue un libro-texto enseñado en las universidades, encontraremos detalles completos acerca de las personas y naciones, manifestando sus ropas y costumbres.
Los temas de este libro, que contienen fotografías de trajes, fueron tomados de acuerdo con lo dicho por el escritor, de monedas, imágenes, tapetes de pared, pinturas y decoraciones que quedan de generaciones antiguas.[11]
En la Biblia ha sido enunciado que durante la vida del Profeta Salomón (a.s.) las mujeres acostumbraban a usar sobre sus rostros velos además de cubrirse el cuerpo.[12]El mismo hábito también era comúnmente seguido durante el tiempo del Profeta Abraham (a.s.). Se ha mencionado que cuando (Rifqa) la prometida de Isaac lo vio por primera vez, se puso un velo –mascara- sobre el rostro[13].
Asimismo, durante varios periodos tales como la Edad Media, la era Aqueménides, Askanian y Sasánidas, las mujeres iraníes acostumbraban a usar cierto cobertor -manto.
Durante la Edad Media las mujeres solían usar ropa de dos piezas[14], la cual era hecha de un pedazo de tapete que pertenecía a la Era de los Aqueménides, en dicha Era las mujeres solían usar, sobre sus cabezas, un paño como capa de manera similar a un chador (un pedazo grande de material usado, por las musulmanas, como una capa).[15]
Durante la era Askanian, las mujeres solían usar, para cubrirse, una tela larga que llegaba hasta las rodillas y abierta por el frente con una capa arrojada sobre la cabeza y una máscara que usualmente se llevaba hasta la parte trasera de la cabeza[16].
En el gobierno Sasánida, algunas veces las mujeres usaban un chador flojo, con un material como una valla, sobre la cabeza y que alcanzaba la mitad de las piernas. Las pinturas, que representan las mujeres Sasánidas, que han sido diseñadas en platos de plata, muestran a todas las mujeres con chadores envueltos en sus cuerpos[17].
Todas estas citas y reportes históricos confirman la idea de que la timidez y el recato están entre la causas del cubrirse y que el motivo detrás del uso, por parte del hombre, del manto no es la ornamentación, ni la ostentación. Sin embargo, estos motivos nunca pueden ser negados con respecto a las formas y tipos de ropa.
El otro punto que puede concluirse de estas citas es que practicar el recato y castidad, entre hombre y mujeres, difiere proporcionalmente a la creación de cada uno de ellos. Las mujeres siempre acostumbraban a usar más ropa que los hombres. Por lo tanto, si el frío y el calor son la única causa, estas diferencias no serán aptas para ser analizadas. Aún, buscar la belleza sólo por presumir nunca podrá responder a ello. La transición que se produjo en la visión, a través de los últimos cincuenta años con respecto a la vestimenta, tuvo una causa especial primordialmente en los países industrializados.
Algunos investigadores han analizado este fenómeno de la siguiente manera:
“Con el comienzo de la segunda guerra mundial, lo cual perturbó la estructura de la civilización, el desarrollo de la ropa tomó una forma revolucionaria. Desde entonces la vestimenta, que refleja la capacidad económica, punto de vista político, habilidades sociales y culturales, creencias religiosas, obligaciones oficiales y tradicionales han estado bajo influencia y dominación del régimen capitalista. En este sistema, la vestimenta encontró otra posición y se convirtió en mercancía con un valor binario. En otras palabras, la ropa podría satisfacer las necesidades humanas convirtiéndose en un artículo para la venta. Entonces, ella debe, como cualquier otro artículo, brindar el máximo beneficio, y cuando alcanza esta meta el momento no siempre sería conveniente para ellos que los artículos requeridos sean para el consumo de tal forma que ellos tendrían los más grandes bazares; el mayor número de consumidores y compradores”[18].
El mundo de hoy en día tiene algún tipo de libertad y liberación en la vestimenta, pero nadie posee indecencia irrestricta. Las normas mundiales y regionales que enfatizan en evitar las indecencias y delitos continúan siendo válidas[19]. Y las estadísticas aún muestran que el hombre es adverso, en su naturaleza, a la indecencia[20].
El propósito detrás de todo esto es mostrar que el recato es una cualidad humana que puede ser propuesta para la humanidad sin considerar ninguna tendencia cultural o religiosa aunque, en algunas culturas y doctrinas, es mejor la base de aprobación y manifestación de la castidad.
Los seres humanos, en su naturaleza e instinto y de acuerdo con la estructura de su existencia, tienen inclinaciones hacia este hecho. Esta cualidad, como todas las otras, y valores pueden cumplir con el desarrollo y crecimiento. Quiere decir que, todas las personas poseen su mundo interior aunque no puede tener el mismo grado en todas las personas. Es como la veracidad o la honestidad que son buscadas instintivamente por el hombre y, puede cumplir con el desarrollo y extensión como una cualidad positiva y un valor humano, pero todas las personas nunca podrán estar al mismo nivel de veracidad y honestidad. Por lo tanto, la violación práctica, de estas cualidades por parte del hombre y la recesión en las etapas de la vida, nunca podrán dañar las perfecciones de estas virtudes o derogar su ser instintivo. Además, muchos transgresores confiesan su desviación moral.
Este asunto puede ser expuesto a través de otras palabras y expresiones. El hombre tiene varios instintos que deben, se quieran o detesten, consciente o inconscientemente, ser saciados como si fuesen máquinas que siempre necesitan revisión y refuerzo. Como estos instintos son similares a una máquina y potencia de vida, por lo tanto es impropio decir que son ellos manifestaciones negativas en la vida del hombre.
Estos instintos son muy necesarios para el organismo de nuestra vida puesto que, a través de ellos podemos discernir lo correcto y lo incorrecto. Sobre esta base, el decir que los instintos humanos -que son el origen de todas las actividades de la vida-, son obstáculos en el camino de la humanidad del hombre, y por lo tanto deben ser eliminados, no es un argumento lógico. Eso que es indicado por la exigencia de la lógica y la sabiduría divina, es que estos instintos deberían ser controlados y dominados por la resolución y el carácter humano. Si estos instintos son explotados sin control o restricción, el alma humana tomará el semblante de un alma que ordena el ‘mal’, que no conocerá una realidad diferente a los deseos y placeres transitorios mientras que cuando son controlados y restringidos por la fuerte voluntad del hombre, estos instintos adquirirán un sublime aspecto humano y ayudarán al hombre para que lleve una vida ideal.
En otras palabras, el instinto sexual es tan necesario como la vida misma. Pero, si este instinto vital es puesto en libertad sin ningún control, el carácter humano será definitivamente llevado a la indecencia o por el contrario, la voluntad no estará allí para decir: ¿El hombre tiene personalidad o no?
La conclusión a la cual llegamos es que el recato y la castidad, como cualidades humanas, son la base de las relaciones entre hombre y mujer desde el punto de vista de la Cultura Islámica. Este asunto de la vestimenta y sus anexos vienen y, están en el curso de salvaguardar y desarrollar esta virtud. Entonces, la prohibición de que las mujeres muestren sus gracias y de tener trato con los hombres ha sido establecida de acuerdo con esta filosofía.
El sagrado Corán se refiere a esta virtud innata en la historia de la creación de Adán y Eva, cuando habla acerca de que ellos comieron del árbol prohibido:
“Con mentiras les hizo caer y cuando probaron del árbol se les evidenció a ambos su desnudez y comenzaron a cubrirse mutuamente con hojas del Jardín.”(7:22)
“¡Oh hijos de Adán! ¡No permitáis que Satanás engañe, igual que hizo salir a vuestros padres del paraíso, despojándoles de sus vestiduras para que ambos vieran su propia desnudez! En verdad, él y los suyos os ven desde donde vosotros no les veis (…)” (7:27)
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Fuente: MUJER; (Un análisis desde la perspectiva islámica); Editorial Elhame Shargh
Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.
www.islamoriente.com; Fundación Cultural Oriente
[1]Mas’alah Hijab, pág. 82-83
[2]Masadir An-Nizam Al-Islami, AlMar’ah Wal-Usrah, de Abd Al-Jabbar Ar-Rifa’i, pág. 149-150 & 178-185 & pág. 284-288
[3] Mukalamat Confucius, pág. 208
[4] Akhlaq, pág. 303
[5] Akhlaq Dar Chin Wa Hind Bastan, pág. 54
[6] Al-Mahammad Gandhi, pág. 146
[7] Al-‘Ahd Jadid, pág. 336
[8] Al-Kitaab Al-Muqaddas, Bab 3, pág. 353.
[9] Tarikh Libas, pág. 5
[10] Journal of Payan Zan, fascículo Nº 19, pág. 69
[11] Tarikh Libas, pág. 11
[12] Al-Kitaab Al-Muqaddas, Bab 5, pág. 1003
[13] Ibíd., Bab 24
[14] Zan Bi-Zan Tarikh, pág. 71
[15] Ibíd., pág. 115
[16] Zan Bi-Zan Tarikh, pág. 141
[17] Zan Bi-Zan Tarikh, 198
[18] Tarikh Libas, pág. 6
[19] Se refiere a: Jaygaah Zan Dar Qanun (Posición de la mujer en la Ley) pág. 311, Jara’im Al-Adab Aammah, de Mohammed Ahmad Abidin, y Mohammed HamahQamhawi, pág. 269-299
[20] Se refiere: el desarrollo cultural en una avanzada comunidad industrializada,por Ronald Ingolhart, traducido por Maryam Watar, pág. 200-240