Dijo el Imam Mahdi (que Dios apresure su aparición): “Yo soy el Mahdi. Yo soy el Restaurador de la Era. Yo soy quien llenará la Tierra de justicia como había sido llenada de iniquidad. Ciertamente la Tierra nunca queda sin la presencia de una de Sus Pruebas (de Dios), y nunca sus habitantes permanecen sin un Guía. Esto es algo que se te deposita en confianza y que no debes decir sino a tus hermanos de entre la gente de la verdad.” (Kamâl Ad-Dîn, p.445)
La razón por la que indagamos acerca del propósito de la creación es que cuando realizamos nuestras actividades personales y sociales, nos esforzamos por alcanzar ciertos objetivos e ideales que sirvan a nuestros propósitos: comemos para calmar el hambre; bebemos agua para saciar nuestra sed; nos vestimos para protegernos del clima hostil; hablamos para comunicar nuestras intenciones. Ninguna persona hace una actividad de forma consciente sin tener un propósito, sin la intención de sacar algún beneficio. Ya que este es nuestro caso, asumimos que el resto de criaturas inteligentes se comportan igual. Y entonces hacemos esta pregunta: “¿cuál es el propósito de Dios en la creación?” ¿pero, es válido hacer esta comparación? ¿todo el tiempo se puede extrapolar un principio que se emplea para algunos casos e incluir todos los casos? La respuesta es negativa.
Luz, por definición es aquello que está esencialmente manifiesto y hace que otras cosas se manifiesten y sean visibles también; es evidente y hace que otras cosas también lo sean; es aparente y hace que otras cosas sean aparentes. Esta definición se aplica tanto a la luz sensorial--como la luz del sol, las estrellas y la de una lámpara—y a la luz suprasensorial—como al conocimiento y la fe. Por supuesto, lo que viene a la mente al escuchar la palabra “luz” en principio es una luz sensorial. Pero al analizar la definición de luz (aquello que está esencialmente manifiesto y hace que otras cosas se manifiesten) uno ve que se puede aplicar la palabra “luz” a los asuntos espirituales, porque estos iluminan al espíritu, al ser interior y éste uso también se encuentra en el Sagrado Corán, donde, habla de la fe como una luz que se le ha concedido al creyente. Además, también los místicos utilizan la palabra luz para referirse al “amor”.
La aspiración de “atravesar los velos de luz y alcanzar la fuente de la magnificencia” puede, por lo tanto, ser considerada como un elemento constante en la devota vida del Imam, y solamente llevándola en mente puede, la totalidad de sus esfuerzos y logros, incluyendo el político, ser entendida correctamente. Fue con una mirada fijada en “la fuente de la magnificencia”, un modo de visión completamente diferente del de un líder político común, que el Imam llevó al éxito a un gran movimiento revolucionario.
El límite de la fe y la incredulidad conforma uno de los muy importantes tópicos de la teología y doctrina islámica.Lingüísticamente, la palabra imân (fe) significa “verificación” y la palabra kufr (incredulidad) significa “cubierta”. Por eso, se le dice al agricultor kâfir, ya que cubre la semilla con tierra. El sentido de imân en la terminología religiosa (y en las ciencias del kalâm y la doctrina islámica) es la creencia en la Unicidad de Dios, Glorificado Sea, en el Más Allá y en el Mensaje del Sello de los Profetas, Muhammad Al-Mustafâ (BP).La fe en el Mensaje del Sello de los Profetas (BP) implica la fe en la profecía de los profetas anteriores a él, en los Libros celestiales anteriores, y también en las enseñanzas y normas que trajo el Profeta del Islam (BP) para la humanidad de parte de Dios.
...El día 7 de enero de 1989, una delegación de alto rango iraní, entregó una carta mensaje del Imam Jomeini, en la secretaría del Presidente Gorbachov. A la mañana siguiente, la delegación fue recibida en el Palacio del Kremlim, por el Presidente. La entrevista duró unas dos horas.La visita tuvo hondas repercusiones internacionales y, el contenido de la misiva, se extendió por todo el mundo. Esto es parte del texto:...Sr. Gorbachov,            La realidad debe ser confrontada. El problema principal que enfrenta vuestro país no es el de la propiedad privada, el de la libertad y el de la economía; vuestro problema es el de la verdadera ausencia de fe en Dios: el mismo problema que ha arrastrado y arrastrará al occidente hacia lo vulgar y a un callejón sin salida. Vuestro problema fundamental es la guerra prolongada e inútil, que hacen contra Dios, la fuente de la existencia y de la creación...
En la sección anterior hablamos de la necesidad de indagar acerca de las religiones y dijimos que el ser humano como ser pensante tiene una motivación suficiente, según lo dictamina su intelecto, para investigar acerca de las religiones. Es así que vale la pena preguntarnos fundamentalmente ¿qué necesidad tienen el ser humano de la religión y que beneficios le ofrece está a la humanidad? (¿Qué espera la humanidad de la religión?)La respuesta general a esta pregunta es que el ser humano espera de la religión que ésta lo guie hacia la felicidad última en el mundo y en la otra vida. Y esta expectativa es tan grande que únicamente la religión puede satisfacerla y no hay nada que le reemplace.
La escuela Shi’a niega absolutamente la posibilidad de ver a Dios, como lo afirman otros. Dios no tiene imagen o cuerpo. Sin embargo, otras escuelas de pensamiento aceptan algunos Hadithes que no solo manifiestan que Al.lah tiene partes físicas; sino que también será visto el Día del Juicio como cualquier ser material. También dicen que Al.lah ocupa un espacio y viaja de un lugar a otro. Las bases de estos argumentos son Hadithes y no el Sagrado Corán.La opinión de los seguidores de Ahlul Bayt es que ver a Dios es imposible. Este concepto se sustenta con el sagrado Corán y la razón. El sagrado Corán dice claramente: “…la vista no puede percibirle, pero Él percibe toda visión.”
La coexistencia del temor y la esperanza, en algunos casos el amor, con respecto a Dios no debe ser una fuente de confusión puesto que este fenómeno permea todas las relaciones de amor en varios grados. Sin embargo, debido al exceso de concupiscencia, estamos ciegos frente a ello. Debe tenerse en cuenta que inclusive como rutina, un tema como el caminar es el resultado de temor, esperanza, y amor, porque sin esperanza, no asumiríamos caminar, y sin caminar no llegaríamos a nuestro destino, y sin temor no tendríamos precaución y como resultado seriamos lastimados y de nuevo fracasaríamos en nuestro intento de llegar a nuestro objetivo. Este tema se aclara cuando utilizamos los automóviles, la electricidad, suministros, encendedores, etc., porque nos satisfacemos utilizándolos, pero si este uso no es controlado y equilibrado por el temor y la precaución, esto podría conducir a nuestra propia destrucción.
El mundo ha tenido y siempre tendrá, mientras exista, una trayectoria especial y un cierto orden que lo conducen por su camino de perfección hacia el fin determinado. Sin embargo, el tiempo que se asume para la vida cósmica no es preciso ya que el tiempo es algo continuo, inherente al movimiento. Por lo tanto, todo movimiento tiene su propio tiempo distinto. El tiempo convencional con el que estamos familiarizados los humanos se mide por la duración del día y la noche y como ésta es una unidad evidente para todos, entonces medimos con respecto a ella nuestros eventos particulares...El cambio y la evolución en los constituyentes del mundo es obvio e innegable. De ahí que el Corán diga: “No hemos creado los cielos y la tierra y lo que entre ambos hay, sino con la verdad y por un tiempo determinado....”