Desde que la Esencia Divina no tiene parangón ni símil, ni se puede suponer un equivalente o semejante a Dios, puesto que Él, Glorificado Sea, es tan Sublime que el hombre no puede conocer su naturaleza, entonces no hay camino para el ser humano a través del cual pueda conocer la realidad de la Esencia Divina, solo que al mismo tiempo puede conocerle, Glorificado Sea, a través de Sus Atributos de ÿamâlîiah y ÿalâlîiah... Con “Atributos de la Esencia” se quiere significar aquellos Atributos para cuya representación es suficiente con concebir la sola Esencia Divina y necesariamente se infieren de la misma, como lo son el conocimiento, el poder y la vida, que se infieren a pesar de que no surja de Él ninguna acción en absoluto.
Dijo el Imam Mahdi (que Dios apresure su aparición): “Yo soy el Mahdi. Yo soy el Restaurador de la Era. Yo soy quien llenará la Tierra de justicia como había sido llenada de iniquidad. Ciertamente la Tierra nunca queda sin la presencia de una de Sus Pruebas (de Dios), y nunca sus habitantes permanecen sin un Guía. Esto es algo que se te deposita en confianza y que no debes decir sino a tus hermanos de entre la gente de la verdad.” (Kamâl Ad-Dîn, p.445)
La razón por la que indagamos acerca del propósito de la creación es que cuando realizamos nuestras actividades personales y sociales, nos esforzamos por alcanzar ciertos objetivos e ideales que sirvan a nuestros propósitos: comemos para calmar el hambre; bebemos agua para saciar nuestra sed; nos vestimos para protegernos del clima hostil; hablamos para comunicar nuestras intenciones. Ninguna persona hace una actividad de forma consciente sin tener un propósito, sin la intención de sacar algún beneficio. Ya que este es nuestro caso, asumimos que el resto de criaturas inteligentes se comportan igual. Y entonces hacemos esta pregunta: “¿cuál es el propósito de Dios en la creación?” ¿pero, es válido hacer esta comparación? ¿todo el tiempo se puede extrapolar un principio que se emplea para algunos casos e incluir todos los casos? La respuesta es negativa.
Luz, por definición es aquello que está esencialmente manifiesto y hace que otras cosas se manifiesten y sean visibles también; es evidente y hace que otras cosas también lo sean; es aparente y hace que otras cosas sean aparentes. Esta definición se aplica tanto a la luz sensorial--como la luz del sol, las estrellas y la de una lámpara—y a la luz suprasensorial—como al conocimiento y la fe. Por supuesto, lo que viene a la mente al escuchar la palabra “luz” en principio es una luz sensorial. Pero al analizar la definición de luz (aquello que está esencialmente manifiesto y hace que otras cosas se manifiesten) uno ve que se puede aplicar la palabra “luz” a los asuntos espirituales, porque estos iluminan al espíritu, al ser interior y éste uso también se encuentra en el Sagrado Corán, donde, habla de la fe como una luz que se le ha concedido al creyente. Además, también los místicos utilizan la palabra luz para referirse al “amor”.
La aspiración de “atravesar los velos de luz y alcanzar la fuente de la magnificencia” puede, por lo tanto, ser considerada como un elemento constante en la devota vida del Imam, y solamente llevándola en mente puede, la totalidad de sus esfuerzos y logros, incluyendo el político, ser entendida correctamente. Fue con una mirada fijada en “la fuente de la magnificencia”, un modo de visión completamente diferente del de un líder político común, que el Imam llevó al éxito a un gran movimiento revolucionario.
Considerado esencialmente como el maestro espiritual invisible,  reservado a aquellos que son llamados a una afiliación directa al mundo divino sin intermediario ninguno, como lo fue Ibn ‘Arab, el profeta Jidr despierta siempre la curiosidad por las historias fascinantes que le rodea. Aparece como el guía de Moisés, su iniciador «en la ciencia de la predestinación». Se revela así como depositario de una ciencia divina infusa, superior a la ley (shari’a).Este artículo del gran islamólogo H.Corbin nos introduce en los arcanos de este profeta .
Sabemos que en Europa, particularmente en el siglo XVII en adelante, mucha gente se volcó hacia la apostasía y abandonaron la religión. La aparición de un movimiento apostata y de disidencia de la religión en occidente fue producto de una serie de factores, de los cuales mencionaremos los más importantes:1. La deficiencia de los conceptos religiosos de la Iglesia 2. Las crueldades de la Iglesia 3. La deficiencia de los conceptos filosóficos 4. La deficiencia de los conceptos sociales y políticos 5. La opinión de los inexpertos 6. Mostrar como incompatible la religiosidad con la felicidad en este mundo 6. La Corrupción Moral
Cuando se habla de la importancia de los avances de los musulmanes en las diversas ramas de las ciencias, por supuesto no deben olvidarse disciplinas islámicas como el kalam y la filosofía,  aunque debe considerarse igualmente la desconfianza demostrada por muchos musulmanes—especialmente los ascetas y jurisprudentes— en relación con la filosofía e incluso la teología —kalam—. Existe un falso concepto con relación a la filosofía islámica que no es más que la transmisión de la filosofía griega al árabe. En verdad el hecho de que se le denomine “filosofía islámica”, no es solo por haber tomado elementos del saber griego, sino por poseer aspectos esenciales y la contribución de sus propios aportes. Desde el aspecto de sus objetivos y resultados, cuenta con un nivel esencial en el sendero de las investigaciones filosóficas, y nunca se detiene en una esfera del saber, y hoy en día avanza tal como lo hizo en el pasado.
La escuela Shi’a niega absolutamente la posibilidad de ver a Dios, como lo afirman otros. Dios no tiene imagen o cuerpo. Sin embargo, otras escuelas de pensamiento aceptan algunos Hadithes que no solo manifiestan que Al.lah tiene partes físicas; sino que también será visto el Día del Juicio como cualquier ser material. También dicen que Al.lah ocupa un espacio y viaja de un lugar a otro. Las bases de estos argumentos son Hadithes y no el Sagrado Corán.La opinión de los seguidores de Ahlul Bayt es que ver a Dios es imposible. Este concepto se sustenta con el sagrado Corán y la razón. El sagrado Corán dice claramente: “…la vista no puede percibirle, pero Él percibe toda visión.”
El mundo ha tenido y siempre tendrá, mientras exista, una trayectoria especial y un cierto orden que lo conducen por su camino de perfección hacia el fin determinado. Sin embargo, el tiempo que se asume para la vida cósmica no es preciso ya que el tiempo es algo continuo, inherente al movimiento. Por lo tanto, todo movimiento tiene su propio tiempo distinto. El tiempo convencional con el que estamos familiarizados los humanos se mide por la duración del día y la noche y como ésta es una unidad evidente para todos, entonces medimos con respecto a ella nuestros eventos particulares...El cambio y la evolución en los constituyentes del mundo es obvio e innegable. De ahí que el Corán diga: “No hemos creado los cielos y la tierra y lo que entre ambos hay, sino con la verdad y por un tiempo determinado....”