Por todo ello, fue anunciado por todos los Mensajeros que lo precedieron, y tal mención figura en la Biblia:«Yo les suscitaré, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande». (Deuteronomio 18:18)«Y luego pone el libro frente a quien no sabe leer, diciendo: «Ea, lee eso»; y dice este: ''No sé leer''». (Isaías 29:12)«Y yo [Jesús] pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre». (Juan 14:16)«Pero el Paráclito, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho». (Juan 14:16)«Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí». (Juan 15:26)«Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré». (Juan 16:7)...
Nuestra religión nos enseña algunos métodos para consolidar el pudor en la esposa, entre ellos:a. Embellecimiento: el aseo y el embellecimiento del esposo es uno de los factores que ayuda a que se plasme la castidad de la esposa.Dijo Hasan Ibn Yahn: “Encontré al Imam Kazim (la paz sea con él) y le dije: ‘Que mi vida se sacrifique por ti. ¿Has teñido tu cabello? Y me respondió que sí.  El embellecimiento del hombre aumenta la castidad en la mujer. Dijo: “Ciertamente que muchas mujeres pierden su castidad porque sus esposos no se cuidan”.
Toda la energía y fuerza que tenemos proviene de Dios, es concedida por Dios el Majestuoso. ¿Cómo podemos depender de la fuerza inestable que poseemos, cuando sabemos con certeza que esta proviene de Dios y que nosotros nunca hemos sido los verdaderos poseedores de nada?, ni tampoco lo seremos. La confianza que deposita el ser humano en Dios surge del conocimiento que tenga en El Dominio y Señorío Divino. Cuando uno acepta y reconoce a Dios como el Verdadero Poseedor en cuyas manos yace nuestro ser, entenderemos que no hay necesidad de extender nuestras manos a los demás.A continuación presentamos un artículo interesante sobre doctrina islámica .A continuación presentamos este artículo interesante sobre doctrina islámica .
Por lo general el Islam siempre ha sido presentado por los cristianos como una religión que no solamente toleró la esclavitud sino que la impulsó. Ésta es una grave acusación levantada en contra del Islam y en este ensayo me propongo demostrar su falsedad y de qué forma solo ha sido consecuencia del prejuicio y malicia en contra del Islam. Brevemente hemos mencionado la actitud del Cristianismo hacia la esclavitud y al respecto se discutirá más adelante. Aquí, para comenzar, echemos un vistazo al Islam y sus códigos.
Del estudio precedente llegamos a la conclusión de que el To­dopoderoso ha puesto abundantes recursos naturales a disposición del hombre y lo ha provisto con todo aquello necesario para la vida. No existe duda de que dichos recursos le han sido provistos para que haga el mejor uso posible de ellos, y no simplemente para que los mi­re o los desprecie o descuide, recurriendo a una vida monástica, desa­tendiendo el mundo. El Islam denuncia la renunciación. Se relata que el Santo Profeta (B. P. y Desc.) ha dicho: “En el Islam no hay vida monástica.”
Si una persona, en este largo viaje espiritual, tuviera un compañero íntimo, su camino hacia Dios sería más fácil y en este movimiento, a medida que él avanza, percibe y entiende su propia evolución, porque el papel de estos dos compañeros, que juntos recorren el camino de Dios, es como un espejo que en cada instancia del viaje le muestra al otro sus virtudes y defectos; así como también el grado de su avance o retroceso. Es por ello, que a Dios le agrada que sus siervos se movilicen bajo un sistema familiar.Por lo tanto, el Islam mira a la familia como una institución educativa en la cual se educan tanto los cónyuges como los niños.Este artículo es un acercamiento al tema del Islam y su visión de la familia y el matrimonio.
El autor del libro «El Islam revolucionario y la revolución islámica», del que hemos extraído este artículo y esperamos ofrecer en los próximos números más sobre el tema, es un académico iraní involucrado en la revolución islámica de Irán. Como profesor de Universidad de estudios islámicos, y como diplomático, está cualificado para dibujar los rasgos de la revolución en sus caracteres verdaderos,  para dar las respuestas precisas no tratadas hasta ahora y así ayudar al  observador inteligente e  insatisfecho, a entender la postura d el Islam contra las superpotencias y contra el poderoso régimen del Sha, contra el colonialismo, explotación e imperialismo y cómo el Islam continúa inspirando a la comunidad musulmana del mundo contra la opresión.Así es como las revoluciones islámicas, a través de la historia del Islam, tienen su sentido y derecho dentro del propio Islam.
“¡Di!: ¡Oh gentes del Libro! (Cristianos, Judíos, Sabeos y aquellos que recibieron una revelación escrita de parte de Dios), venid a una misma palabra entre vosotros y nosotros, que no adoraremos sino a Dios, y que no le asociaremos nada, y que no nos tomaremos unos a otros como señores en lugar de a Dios”  (Sagrado Corán 3: 64)Hoy en día tenemos que celebrar que la actitud dialoguista y de mutuo respeto haya adquirido una gran fuerza renovada y muchos estén abocados a ello. Es una excelente oportunidad que no debe ser desaprovechada porque es el único camino que producirá las condiciones necesarias para alcanzar la tan ansiada paz y justicia que anhelan en lo profundo de su alma la gran mayoría de los miembros de la familia humana.
En realidad, el prodigioso lavado de cerebro al que estamos sometidos tocante al Islam y los árabes no es algo nuevo: lo encontramos desde hace siglos en las obras de los cronistas, viajeros e historiadores sobre “moros”, “sarracenos” y “mahometanos”, pero las luchas de los años cincuenta, la crisis petrolera de los setenta, la desesperación creada por la tragedia del pueblo palestino y los acontecimientos de Irán le han dado una fuerza y proporciones insospechadas.Desde los primeros balbuceos de nuestro idioma, el musulmán es siempre el espejo en el que de algún modo nos vemos reflejado, la imagen exterior de nosotros que nos interroga e inquieta. A menudo será nuestro negativo: proyección de cuanto censuramos en nuestro fuero interno, y objeto por tanto de aborrecimiento y envidia. A veces, también la imagen romántica y atractiva de un imposible ideal.
Cuando tenemos una confianza en la integridad de una persona y nos apoyamos sin vacilar en ella, decimos que esa persona posee imán. Igualmente, cuando creemos totalmente en la veracidad de algo comu¬nicado, decimos que esa comunicación tiene imán. Si tenemos una fe firmemente fundada en un sistema intelectual o en una ideología y sentimos una ardiente ligazón y celo por ello, convirtiéndolo en la base espontánea de nuestras actividades en la vida con una perfecta tranquilidad de conciencia, fervor e inclinación, estableciendo el pro¬grama de nuestras actividades en la vida en función de ello, decimos que tenemos imán en esa ideología.