Entre el 10 y el 16 de abril de este año 2017, en gran parte del mundo, la sociedad civil, organizaciones políticas e incluso gobiernos están realizando una serie de actividades, conferencias y encuentros en solidaridad con el pueblo palestino bajo el nombre de “Semana Mundial Contra el Apartheid Israelí”.Un ciclo de actividades cuyo objetivo es visibilizar y condenar las violaciones a los derechos humanos contra la sociedad palestina, por parte de Israel. Una palestina que sufre la ocupación de su territorio desde el año 1948. Una semana abierta también a la crítica abierta y lucha contra el sistema de apartheid instalado por la entidad sionista y su ejército de ocupación, tanto en la Ribera Occidental como en la Franja de Gaza. Esto, mediante una política colonial y racista que ha sido condenada en innumerables oportunidades por las propias Naciones Unidas.
“Muchas escuelas permanecieron cerradas durante el resto del año escolar. Pero en algunas comunidades los padres, madres y maestros, tal vez en un esfuerzo por devolver a sus hijos un poco de la normalidad que la guerra les había robado, improvisaron aulas allí donde el espacio lo permitía. Poco a poco, los salones y jardines de algunas casas familiares se llenaron de niños, de unos cuantos asientos o, sencillamente, de alfombras y una pizarra. Un par de horas de clase al día en las que la guerra se olvidaba… aunque seguía allí, muy cerca”.
Nos encontramos en Ramadán, noveno mes del calendario lunar, el cual es celebrado por más de mil 700 millones de personas que profesan el Islam en el mundo y suponen un 22 por ciento de la población global. El cual recobra en importancia puesto que en éste no sólo fue revelado el Sagrado Corán; sino que también es obligatorio el ayuno, como un pilar de fe del islam.
No se puede pensar hoy en día en una sociedad mono cultural, mona religiosa, es imposible; pues la religión, las culturas, el mundo es totalmente diverso, existen miles de culturas, miles de costumbres, más bien se debe pensar en que la práctica religiosa sea un factor de integración, ya que como está el mundo, se necesita también la unificación, y no el olvido de Dios.
Todas las culturas, en virtud de su propia historia, desarrollo como sociedad, calendarios en uso u otros elementos presentes, suelen celebrar el término de un año y el nacimiento de uno nuevo. Es la necesidad de dar un quiebre a una etapa y dar inicio a otra, momento en el cual el meditar, el recordar y la esperanza de un mejor futuro se conjugan en un mismo momento.
La tristeza por la pérdida de su padre afectó a Fátima (P) terriblemente y esto pavimentó el camino para que las enfermedades la atacaran y la debilitaran hasta mantenerla en cama. La muerte caminaba hacia ella rápidamente siendo aún muy joven. Era tiempo para que se reuniera con su padre, quien la había abandonado y se había llevado consigo su cálido amor y bondad. Impacientemente esperaba el momento para reunirse con su amado y bondadoso padre, para quejarse ante él de lo que su gente le había hecho sufrir.Cuando los signos de la partida aparecieron, Fátima (P) le dijo a primo el Imam Ali (P) su última voluntad, le pidió que la enterrara bajo la oscuridad de la noche y que no permitiera que ninguno de aquellos que le habían hecho daño participaran en su funeral ya que ellos eran sus enemigos y los de su padre. Ella pidió que la dejarán en su tumba y dejaran está sin ningún símbolo que permitiera identificarla, debido a su enojo con aquellas personas. Le pidió que se casara con Ummul Banin, quien criaría a sus hijos Al-Hasan (P), Al-Husain (P) y Zaynab de la mejor manera. El Imam Ali (P) le aseguró que cumpliría su voluntad.
De un tiempo a esta parte hemos sido testigos como nunca de una serie de atentados terroristas, asesinatos, raptos, genocidios, intervenciones armadas; etc… en suma una serie de injusticias que se viven en estos tiempos; lo que ha conllevado a buscar a culpables y por supuesto las posibles “soluciones” a cada uno de estos acontecimientos catastróficos, nefastos y hasta inhumanos.
La República Islámica de Irán celebra en febrero de 2017 el 38 aniversario del triunfo de la Revolución. En algunos medios de Occidente como la revista The American Interest, editada en Estados Unidos, se mencionó recientemente que Irán se encuentra entre las ocho naciones más poderosas del mundo. A los musulmanes nos satisface que la patria del Imam Ruhollah Musawi Jomeini sea una república poderosa y deseamos que sea más influyente en la difusión del Islam porque en el Islam está la verdadera victoria y el poder. En Occidente los dueños de gobiernos y riquezas tienen una concepción diferente del poder. Lo basan en la acumulación de bienes materiales. Para el mundo musulmán la verdadera riqueza es el sometimiento ante Dios, nuestro Dueño, para llenar toda la tierra de Amor, Fraternidad y Paz.
Israel y su política colonial en Palestina y su política agresiva contra países como El Líbano y Siria ha dado muestras más que suficientes, que representa el verdadero obstáculo para la paz en una de las regiones más conflictivas del planeta.El sionismo representa así un barril de pólvora que desencadena periódicamente su poder destructivo, a contrapelo de los derechos de millones de seres humanos. Tras el retiro forzado de las fuerzas ocupantes israelíes de El Líbano el año 2000, unido a la derrota militar sionista en la guerra en el mismo país el año 2006, a manos de las fuerzas de Hezbolá, a lo que se suma el triunfo del Movimiento de Resistencia islámica – Hamas – en la Franja de Gaza el año 2006, el régimen Israelí comenzó una serie de operaciones militares contra la población de la Franja de Gaza.
“No toleraremos la matanza de los musulmanes en ningún lugar y esa es la postura unificada del mundo del Islam (…) nuestra petición al Gobierno de Myanmar es controlar la situación e impedir los crímenes contra los musulmanes”.“Pedimos al Gobierno de Myanmar que controle la situación, proporcione las condiciones necesarias para la vida de los musulmanes y que resuelva el problema de su nacionalidad”.

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