Un nuevo año: Nueva etapa de lucha
Por Pablo Jofré Leal
Periodista y Analista Internacional
Artículo Exclusivo para Islamoriente
Todas las culturas, en virtud de su propia historia, desarrollo como sociedad, calendarios en uso u otros elementos presentes, suelen celebrar el término de un año y el nacimiento de uno nuevo. Es la necesidad de dar un quiebre a una etapa y dar inicio a otra, momento en el cual el meditar, el recordar y la esperanza de un mejor futuro se conjugan en un mismo momento.
Es en la antigua babilonia donde encontramos uno de los registros históricos más antiguo en materia de celebración del año nuevo a través de la denominada fiesta de Akitu – que consistía en un festival que se realizaba durante doce días y que comenzaba tras la primera luna nueva en el inicio del equinoccio de primavera, momento que daba cuenta del inicio al corte de la cebada.
En occidente el año nuevo se estableció, a partir del calendario gregoriano, el día 1 de enero como el momento en que se daba comienzo a un nuevo período anual, que sustituyó las fiestas paganas romanas en honor al dios Jano, cuyas dos caras le permitían mirar el pasado y el futuro.
El calendario persa tiene también su año nuevo, denominado Nowruz, que se celebra a partir del día 21 de marzo coincidiendo con el equinoccio de primavera. Es, por tanto la fiesta del primer día de la primavera y el primer día de un nuevo año iraní y que producto de su historia, su profunda belleza y espiritualidad Nowruz o “Nuevo Día” está en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Nowruz abarca una rica variedad de costumbres, rituales y actos festivos, que celebran las comunidades del oeste, centro y sur de Asia, así como los Balcanes. 11 países, que abarcan a una población de 300 millones de personas, que hacen de este Nuevo Día la celebración más hermosa de la naturaleza. Un día que promete, frente a los deseos de quienes ven en ella un nuevo camino: el ofrecimiento de esperanza y verdor, convirtiendo el invierno en primavera, intensificando la moderación, el deseo de paz, luz, abundancia y calidez en las relaciones humanas. Evidentemente una serie de deseos que hablan de profundizar en nuestra condición de seres humanos.
Esperanza de Cambio
Quiera Alláh – raíz de la palabra Ojalá en castellano – que en este mundo occidental, este nuevo ciclo anual que comienza el día 1 de enero, signifique el comienzo del fin de una época plagada de oscuridad y pesares, para tantos pueblos sometidos a la ocupación y la agresión. Quiera Alláh, que aquellos que tenemos en nuestro calendario el 1 de enero como partida de un nuevo año, podamos ver el renacimiento visualizado en Nowruz, que cataliza los deseos de paz y calidez.
El año nuevo en cualquiera de las culturas donde tiene su expresión en regocijo y expectativas de un mejor futuro, ya sea en el calendario chino – el día 19 de enero - el año nuevo del pueblo mapuche – we tripantu celebrado en el solsticio de invierno del hemisferio sur – o el Diwali – el año nuevo Hindú que se conmemora en el mes de noviembre – representa el fin de la oscuridad y el renacimiento de la vida.
En estas fechas, a la par de limpiar nuestras casas, reunirnos en torno a una mesa con manjares y frutos simbólicos, que dan cuenta de la representación de la salud, del renacimiento, alegría, prosperidad, felicidad, paciencia y belleza, también seamos capaces de solidarizar con aquellos pueblos que sufren. Apoyar las nobles causas de autodeterminación del pueblo palestino en su lucha contra la ocupación del régimen sionistas. Dar cuenta del imperativo que el pueblo saharaui logre su definitiva autodeterminación y cese la ocupación de su tierra a manos de la Monarquía marroquí.
Llega el fin de año y la evaluación de los hechos y acontecimientos internacionales nos muestra la necesidad de intensificar la lucha contra los movimientos terroristas takfiri en Siria e Irak, al mismo tiempo que impulsar la salida de las tropas estadounidenses del territorio del Levante Mediterráneo. Apoyar la lucha de la sociedad yemeni y de Bahréin contra la agresión de la Monarquía Saudí y seguir teniendo como centro de la lucha política y centro de las preocupaciones del Eje de la Resistencia la autodeterminación del pueblo palestino en su combate contra el ocupante sionista.
Es también necesario resaltar la necesidad de apoyar al pueblo de Irán y su cuerpo político en una etapa dura en el plano económico sujeto a fuertes presiones por parte de Estados Unidos y su aliados, que tratarán de forzar cambios y generar inestabilidad, fortaleciendo a grupos opositores y movimientos terroristas, que han actuado bajo el patrocinio del Imperialismo desde el triunfo de la revolución islámica el año 1979.
No es casual que las lógicas dificultades en el plano de las expectativas de la población de Irán en materia de empleo, inflación, remuneraciones y un futuro más promisorio, tengan la voz subversiva del gobierno de Estados Unidos y los medios de comunicación que obedecen a los dictados del imperialismo y el sionismo. Irán tiene dificultades evidentemente, esto no lo niegan sus autoridades que han intensificado la labor de luchar contra la corrupción, las malas prácticas gubernamentales, mejorar las posibilidades laborales de su población, sobre todo los más jóvenes.
Incrementar las inversiones extranjeras que permitan ampliar la base productiva nacional. Todo ello bajo la fuerte presión y ofensiva desestabilizadora de Estados Unidos y sus socios, que obligan a estar alertas y destinar importantes recursos a la defensa de la soberanía iraní, que implica, igualmente, el apoyar a pueblos como el de siria e Irak pues bien sabemos que el objetivo final de la agresión contra estos países es destruir la revolución islámica.
Los medios de comunicación occidentales ocultan la presión a la que está sometida la República Islámica de Irán, minimizan la importancia del apoyo iraní para la defensa de sociedades sometidas a la agresión imperialista, sionista y wahabita. Medios de comunicación que suelen emitir opiniones que miran la paja en el ojo ajeno y no dar cuenta de la viga que tienen los ojos de las sociedades occidentales donde el desempleo juvenil, el racismo, la explotación, el freno a los procesos migratorios, la construcción de muros que segregan, el impulso de partidos políticos xenófobos, el incremento de la islamofobia, son pan de cada día.
Resulta surrealista que el gobierno estadounidense trate de dar lecciones de de respeto a los derechos humanos de nuestros países cuando es el principal violador de estos en todos los ámbitos que dicho respeto debe tener. Un país, que a través de sus administraciones avalan la formación de organizaciones terroristas, para servir de herramienta a sus afanes de dominio: Al Qaeda, Daesh, Fath al Sham, el grupo antiraní Monafiqeen entre otros. Como también servir de sostén de regímenes profundamente criminales como el de Israel y Arabia Saudí o haciendo oídos sordos a los clamores de respeto a los derechos humanos de la población Rohingya.
El Presidente estadounidense llegó al extremo hipócrita de escribir un twitter donde señaló frente a manifestaciones en ciudades de Irán por la carestía de la vida "Hay muchos informes de protestas pacíficas de ciudadanos iraníes, hartos de la corrupción del régimen y del derroche de la riqueza nacional para financiar el terrorismo en el extranjero”
El portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi, señaló que dichas declaraciones son engañosas y oportunistas y resulta evidente, que es una clara intromisión en los asuntos internos de un país, toda vez que si algún presidente de algún país del mundo se atrevería en su cuenta de Twitter apoyar la lucha de los negros, de los sin casa, de los inmigrantes o cualquier otro grupo sometido a la violación de sus derechos por parte de la administración de Trump, este no dudaría en declarar que nadie puede meterse en la política interna de su país.
Resulta francamente una burla leer estas palabras de este mandatario estadounidense que al cabo de un año en el poder ha logrado intensificar guerras y conflictos internacionales en todas partes del mundo. Resulta una hipocresía que este multimillonario acuse a Irán de financiar el terrorismo tratando de ocultar el hecho que es su gobierno, su complejo militar industrial, su lobby sionista los que han apoyado a todos los grupos terroristas que actúan tanto en el Magreb, como en Oriente Medio y Asia Central. Su gobierno ha generado una tensa situación en la península Coreana,ha generado políticas golpistas contra Venezuela, apoya el crimen sionista contra palestina y el wahabismo que asesina al pueblo de Yemen. ¿De qué respeto a los derechos humanos puede hablar Trump, sin que ello de cuenta de una hipocresía tan grande como sus crímenes?
Trump, que suele ser verborreico y tener a twitter como un apéndice, cuando se trata de la joya de su corona: el régimen sionista, calla en forma vergonzosa y nada dice de las continuas movilizaciones de parte de la sociedad israelí, que exige juzgar a benjamín Netanyahu por corrupto y criminal. Efectivamente Miles de israelíes han salido a las calles de la capital Tel Aviv. en los territorios de la Palestina histórica ocupada – en lo que se denomina las Jornadas de marchas Anticorrupción con el objetivo de “‘prisión” para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusado de enriquecimiento ilícito y actos de corrupción que involucran su gestión y a su familia “Netanyahu a Maasiyahu (prisión)” han gritado los manifestantes en la “Marcha de Vergüenza”, donde resaltaban pancartas con los lemas “traidor-yahu” y “parásito-yahu” señalaron los propios medios israelíes pero…Trump prefiere callar cuando se trata de su socio sionista.
En Occidente este nuevo año que se inicia debe significar el plantearse un nuevo impulso de lucha contra la injusticia. Una nueva etapa destinada a exigir el respeto de nuestros derechos, de defender nuestra soberanía, de intensificar la defensa de nuestra dignidad como pueblos, de incrementar la solidaridad contra aquellos que están siendo sometidos a la agresión de la triada criminal conformada por el Imperialismo, Sionismo y el Wahabismo. Un Nuevo año, una nueva etapa de lucha.
Pablo Jofré Leal
Artículo Exclusivo para Islamoriente
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