ADORACIÓN Y TUTELA
Autor: Huyatulislam Husain Ansarian
La adoración (‘ibadah) tiene un valor cuando no es superficial. De hecho, debería estar asociado con el conocimiento del líder celestial y su protección (wilayah) y asociado con la humildad y sus disciplinas particulares.
Su excelencia ‘Ali (P) estaba cargado por un grupo de puritanos ejecutores de la oración que fueron conocidos en la historia bajo las etiquetas, Mariquin y Jawariy (1).
Ellos eran aquellos cuyas frentes quedaban insensibles después de largas sesiones de prosternaciones en la oración. También leemos en las narraciones que cuando el Imam del tiempo (P) aparezca, un grupo de mezquitas actuará en contra de él.
No imaginan que aquellos que habían ido a Karbalá a matar al Imam Husein (P) todos fueron negligentes de la oración (Tarij as-Salah). De hecho, ¡solían asistir a las oraciones congregacionales! ¡Mu’awiyah y Yazid siempre asistían a la mezquita!
Si, la adoración, que en este caso está asociada con la ignorancia (jahalah) en el aspecto del haber matado al adorador más devoto (‘abid) entre la humanidad como la más forma más grande de adoración, y ¡va en la Noche del Decreto (laylahtul-Qadr) y mata a ’Ali (P) con el objetivo de buscar la proximidad a Dios!
No solo la oración pero el hecho de que todas las formas de adoración deberían estar asociadas con el conocimiento del líder de la verdad y la obediencia a él. Esto ha sido declarado en las tradiciones de que Dios ha hecho la peregrinación obligatoria para que la gente pueda reunirse alrededor de Su Casa y establezca la comunicación con los Imames Infalibles (P) como el centro de reunión.
Sin embargo, actualmente, millones de personas se reúnen alrededor de la Ka’aba debido a que no tienen un líder divino por lo que han quedado fragmentados y el lugar de tener este centro de unidad y apoyo, ¡todavía sufren adversidades por mano de los judíos!
El Islam efectivamente es una totalidad que es indivisible. La oración sin el conocimiento de un tutor (wilayah) es inaceptable. La oración sin el pago de la caridad (zakat) es inválida. De la misma manera, la caridad sin la realización de la oración es nula.
Los preceptos del Islam son como los miembros de un cuerpo y ninguno puede ser reemplazado por otro. El ojo no puede asumir la función del oído ni puede este puede asumir la función de la mano. También el Islam, la realización de la oración no puede ser reemplazada por el pago de la caridad (zakat). De la misma manera, ninguno de los dos puede ser sustituido por la guerra santa (ÿihad) y la lucha en el camino de Dios. Más bien, son un conjunto en el Islam.
LA ORACIÓN Y LA PROTECCIÓN.
Si la oración solo es conducida por los líderes divinos, los tentáculos de la opresión y el pensamiento serían destrozados. La oración de la festividad (eid) del Imam Rida (P) dio comienzo con tal grandiosidad y majestad que por sí mismo el gobierno opresor tembló y comprendió que si permitían que esta oración se completara, también el gobierno ‘Abasida llegaría a su fin. Entonces, Ma’mun ordenó al Imam (P) ser puesto bajo custodia más adelante del camino.
La razón por la que las oraciones de los musulmanes actualmente no son efectivas es que solo una parte de los mandamientos del Corán son practicados mientras que otras partes han sido olvidadas. A este respecto, el Corán declara:
وَ أَقيمُوا الصَّلاةَ وَ آتُوا الزَّكاةَ وَ أَطيعُوا الرَّسُولَ
“Haced la oración, dad el impuesto que purifica la riqueza y obedeced al Mensajero…” [Sura 24:56].
Sin embargo, actualmente algunas personas realizan las oraciones pero no dan la caridad (zakat). También ellos son quienes dicen que realicen las oraciones y den la caridad pero aceptan la tutela (wilayah) de los infieles (kuffar). En otras palabras, tienen fe en Dios pero no niegan los falsos dioses. Esta es una fe defectuosa.
Dios dice:
فَمَنْ يَكْفُرْ بِالطّاغُوتِ وَ يُؤْمِنْ بِاللّهِ فقد استَمْسَكَ بِالْعُرْوَةِ الْوُثْقى
“… Quien descrea de los falsos dioses y crea en Dios, se habrá aferrado al asidero más firme…” [Sura 2:256].
Eso es, tanto el repudio a los falsos dioses como la fe en Dios son requeridos. Todavía, actualmente los musulmanes han olvidado la declaración de repudio de los falsos dioses e infieles. Por eso, respecto a aquellos que se tornan hacia los falsos dioses, el Corán declara:
أَ لَمْ تَرَ إِلَى الَّذينَ يَزْعُمُونَ أَنَّهُمْ آمَنُوا
¿No has visto a esos que proclaman que creen en lo que fue hecho descender para ti y en lo que fue hecho descender ante ti?...” [Sura 4:60].
(1) Los Jariyitas (Jawariy) o Al-Mariquin (nombre dado a ellos por el Imam ‘Ali (P) que significa “aquellos que desconocen la verdad de la religión”) fue un grupo de cuasi santos, musulmanes de mentalidad cerrada que originalmente fueron seguidores del Imam ‘Ali (P) y lucharon a lado de él en la batalla de Siffin.
Inicialmente apoyaron el arbitraje, empujando al Imam ‘Ali (P) a aceptarlo; sin embargo, después se sublevaron en contra de esto argumentando que debido a Dios fue el único arbitraje verídico, el Imam ‘Ali (P) y aquellos que acordaron con él sobre el arbitraje no fue solo un error, de hecho ellos fueron personas no creyentes, de ahí que no pudieron haber acordado con ellos. Durante el regreso del Imam ‘Ali (P) a Irak de Siffin, este grupo continuó con su ejército y se montó sobre los bancos del canal de Nahrawan.
Los Jariyitas se convirtieron en un feroz grupo que creyó que eran los verdaderos y únicos musulmanes, y cuando empezaron a aterrorizar a la gente que ellos consideraban que no eran creyentes. El Imam ‘Ali (P) al principio fue capaz de hablar con ellos y persuadirlos y algunos de ellos interrumpieron sus hostilidades, pero eventualmente fue forzado a levantarse en armas en contra de ellos.
En el año 169 CE, atacó su ejército bajo el liderazgo de ‘Abdullah ibn Wahab al-Rasibi en Nahrawan casi aniquilándolos. Nahrawan fue la tercera y última batalla del Imam ‘Ali (P) involucrado con sus enemigos internos.
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