Introducción a la Historia de Mahoma (PB)
Por: Aiatollah Yafar Sobhani
El gran laboratorio de la vida
El ser humano tiende naturalmente a examinar toda cuestión según la óptica de sus sentidos puesto que éstos le suministran sus más sólidos conocimientos, el de las “percepciones sensoriales”. Son por lo tanto los conocimientos basados en los sentidos los que suministran mayor convicción al ser humano.
Hoy día vemos cómo se han instalado miles de laboratorios en todo el mundo con la finalidad de investigar las diferentes ciencias, todo lo cual insume considerables gastos. Pero, ¿se puede experimentar y evaluar las cuestiones sociales, obteniendo un juicio correcto, basándose sólo en experimentos sensibles? Por ejemplo, ¿podemos probar o determinar las consecuencias que acarrean la desunión y la discrepancia en una comunidad? ¿Podemos determinar las consecuencias de la acción del colonialismo y. el resultado de la opresión y el despotismo mediante simples experimentos sensibles? ¿Se puede analizar o investigar experimentalmente las consecuencias de la estratificación social y de las discriminaciones que imperan en la sociedad humana? La respuesta a todos estos interrogantes es bien lógica: ¡lamentablemente no!, pues para las cuestiones sociales, a pesar de la gran importancia que revisten, no existe un tal laboratorio, y si existiera requeriría de gastos imposibles de solventar.
Lo que nos permite hasta cierto punto compensar esta falta de un laboratorio para las cuestiones sociales es el conocimiento de la historia del pasado, pues nos muestra el modo de vida y las vicisitudes de los seres humanos a lo largo de los siglos. La historia nos narra recuerdos dulces y amargos, victorias y fracasos, infortunios y progresos que afectaron a los diversos pueblos del mundo. La historia nos explica y muestra de qué modo surgieron y se desarrollaron las grandes civilizaciones, y de qué modo, tras un cierto tiempo, se desmoronaron y fueron aniquiladas, desapareciendo de las páginas del mundo para siempre. ¿Qué factores causaron el triunfo y el progreso de diferentes pueblos? ¿Qué factores motivaron su fracaso?
La historia del pasado, que ha reunido en sus páginas una parte importante de los acontecimientos humanos, nos permite responder a algunas de estas preguntas, y por eso decimos que es el gran laboratorio de la vida, que nos permite examinar y estudiar las cuestiones sociales.
“Es como si tuviera una vida eterna”
Una de nuestras mayores satisfacciones es el hecho de que nosotros no hemos sido los primeros en hollar el suelo de esta tierra. Este cielo y esta tierra, el sol, la luna y las estrellas han sido testigos de la vida de millones de personas que han habitado este mundo. Supieron de sus alegrías y tristezas, de sus esplendores y oscuridades, de sus afectos y rencores, de su paz y de su guerra, en suma, de miles de escenas de sus vidas. Aunque estos seres humanos se llevaron consigo a sus tumbas muchos de los secretos de sus vidas cayendo en el misterioso mar del olvido, nos han legado tramos trascendentes de sus existencias, ellos mismos o los estratos de la tierra en que vivieron, o las ruinas de sus ciudades aparentemente calladas; con todo ello nos han construido un invalorable y preciado laboratorio.
La lectura atenta y meditada de las páginas de la historia del pasado, tanto en los libros como en las capas de la tierra y las ruinas de viejas culturas, nos suministran una enseñanza cabal que nos dilata y prolonga la vida. ¿Acaso el fruto de la vida es algo más que un puñado de experiencias? ¿No es la historia la que coloca a nuestra disposición el más amplio conjunto de las más extraordinarias experiencias?
El gran líder y conductor del mundo islámico, el Imam Alí (P.), dijo en las recomendaciones que legó a su hijo: “¡Hijito! A pesar de no haber vivido durante el curso de toda la historia junto a la gente del pasado, he leído y contemplado los testimonios de sus vidas y he investigado las obras que nos han legado como recuerdo, y de esta forma es como si hubiera yo vivido a lo largo de todo ese tiempo. Me parece haber contemplado los sucesos amargos y dulces de sus vidas, de cerca, junto a ellos mismos. Es como si tuviera una vida eterna.” (Nahyul Balaga)
No obstante, debemos lamentar que la historia escrita existente hoy día es en general incompleta y poco fehaciente, y que no abarca enseñanzas ejemplares y fructíferas para quienes la leen, pues en realidad no ha sido reunida con tal objetivo. Con frecuencia en esas historias se pasa haciendo a un lado diversos acontecimientos que constituyen la clave para resolver las grandes incógnitas del pasado, y por el contrario se privilegian cuestiones y hechos superfluos. La mayoría de los historiadores recopilaron la historia como un pasatiempo, y a menudo con la intención de resaltar o expresar la grandeza y el privilegio de sus propias comunidades, sectores o pueblos, influencia dos las más de las veces por afectos, rencores, prejuicios y fanatismos sectoriales. El producto de sus manos entonces, no nos permite resolver ni entender ningún problema, sino que más bien conduce al error y el desvío. Un investigador inteligente y perspicaz no obstante, leyendo críticamente tales obras y sus leyendas sobre diversos pueblos, puede descubrir entre líneas las claves para desvelar muchas incógnitas sobre los pueblos del pasado, de la misma forma en que un médico hábil o un juez inteligente a partir de algunos síntomas o escasos indicios descubren la naturaleza de una enfermedad o la culpabilidad de un criminal.
La vida de los grandes hombres
Los más significativos momentos de la historia están conectados a las vidas de los grandes hombres. Sus vidas, las de los grandes hombres, son como la trama sobre la cual se teje la historia humana; son como hilos luminosos que de manera ejemplar, misteriosa, marcan el rumbo del devenir humano. Ellos son la gran obra de la creación, sus vidas lo más resonante de la historia.
Por otra parte, a menudo estos hombres se encuentran en los quicios de la historia, en la frontera de los grandes cambios y revoluciones sociales, cuyas motivaciones encierran sus propias vidas. Fueron así los eslabones que unieron mundos, civilizaciones y tiempos diferentes, opuestos, a través de existencias de aventura, brillantes, completas.
Donde el mundo antiguo y el contemporáneo se unen
De entre los grandes hombres de la historia ninguno como Muhammad (B.P.), el Profeta del Islam, tuvo una vida tan revolucionaria y repleta de importantes acontecimientos. Ninguno pudo influir tanto como él y con tanta celeridad en su medio ambiente y en el mundo todo. Ningún hombre fue capaz de extraer de una sociedad tan atrasada y estancada una civilización tan destacada y brillante. Y todo esto es una realidad en la que coinciden tanto orientales como occidentales.
Las páginas de la historia de este gran hombre nos ofrecen copiosas enseñanzas, nos muestran sugestivas escenas y ejemplos extraordinarios. Las escenas ejemplares de la construcción del templo de
El triste destino inicial de su orfandad, con la pérdida de sus padres Abdullah y Amina; el relato estremecedor y misterioso de las primeras revelaciones en la cueva de Hira; la constancia y paciencia del Profeta y sus primeros discípulos y seguidores en la lucha contra la idolatría y por la expansión del Islam en
Los asombrosos errores de los orientalistas
A pesar de que se han escrito hasta el momento cientos de libros sobre la vida del Profeta del Islam, por diferentes autores, tanto orientales como occidentales, y de que cada uno de ellos ha aportado y contribuido a un mayor esclarecimiento de su gran historia, no o bastante la mayoría de sus obras no está exenta de falencias. Y especialmente las obras de esos seudo-sabios occidentales puestos a estudiar a oriente, los “orientalistas” como los llamamos, que en más de una oportunidad propagaron y propagan errores que asombran al intelecto humano. Alguno llega a escribir sobre el noviazgo de Jadiya con el Profeta a los cinco años de edad, y su casamiento a los ocho años cuando es archisabido que Jadiya se casó con el Profeta cuando tenía cuarenta años y éste veinticinco. Otro cree que, tras el segundo califa, el Imam Alí (P.) fue quien llegó al califato y que cambió la capital de Medina por Damasco!, y otros absurdos errores semejante. Se impone entonces leer sus obras con la mayor precaución.
El libro que aquí ponemos a disposición del lector es una historia nítida y vehemente de la vida del gran Profeta (B.P.), escrita en un estilo sencillo, legible para todos, y basada en los más firmes documentos históricos disponibles. Una de las ventajas más importantes de este libro es que no se ha limitado a reseñar los sucesos históricos sino que ha procurado analizar y examinar las causas y consecuencias de los diversos acontecimientos. Este es el estilo de un autor que a la vez es un investigador. De este modo creemos que se garantiza el principal objetivo de la enseñanza de la historia.
Otra ventaja importante de esta obra es que concuerda con los documentos históricos y las enseñanzas de la escuela islámica shi‘ita y que está exenta de las leyendas y equívocos que sucias manos han mezclado con la historia de la vida del gran Mensajero de Dios (B.P.).
Sugerimos una lectura meditada y reflexiva de este libro, tanto a los musulmanes como a los no musulmanes y especialmente a los jóvenes. Esperamos con esto haber contribuido a que nuestros jóvenes construyan un mundo mejor basado en el admirable ejemplo de la vida de nuestro Profeta (B.P.).
Extraído del libro La Historia de Mahoma (PB); Vida del Profeta Muhammad (PB) e historia de los orígenes del Islam
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