ISLAM EN OCCIDENTE

¿Un proceso de  aculturización terrorista?

Roberto Chambi Calle[1]

El reciente ataque terrorista a la editorial de caricaturas satíricas en Francia, “Charlie Hebdo[2]”, los raptos y asesinatos de “Boko Haram[3]” en Nigeria, El “Estado Islámico[4]” en Irak y Siria, “Al Qaeda” en Afganistán y Pakistán  y “Al Shabab[5]” en Somalia son mayormente los referentes de la comunidad Internacional cuando presentan al Islam en Occidente, siendo el efecto negativo e irreversible respecto de la opinión y conocimiento del islam, aquella “religión” que es vista desde esta cosmovisión errática como una práctica del terror y el asesinato.

Obviamente la información muchas veces es sinuosa y difusa por parte de la mayoría de los medios de comunicación, quienes como perogrullescamente siempre se ha mencionado “forman” la opinión o mejor dicho “desinforman” la información, siendo la misma proclive en una opinión por parte de la comunidad internacional de que es Islam es una religión de fundamentalismo y terror; cuyo objetivo es la toma de poder mediante la fuerza de la violencia armada, con lo cual no estamos de acuerdo en absoluto. Hay que agregar aquí también el rol que cumplen los analistas internacionales, los mismos que muchas veces tienen una línea editorial en favor de los intereses de los monopolios corporativos de información, salvando obviamente a los analistas que tienen una imparcialidad que quizás sea dudosa; pero no es un referente en absoluto, ¿Pero cómo poder llegar a establecer una verdad frente a toda la marea informativa respecto al Islam y al Yihaidismo?

Los grupos que hemos descrito arriba tienen interpretaciones del Islam propias; de escuelas, etnias y raza, haciendo de ello una interpretación abigarrada e inaplicable para el contexto actual en el que vivimos; pues hoy la cultura y los valores se han internacionalizado, en otras palabras dentro de cada estado también hay naciones y nacionalidades, las cuales deben convivir en medio de las creencias  y fundamentos que tiene una persona en cada región de un estado. ¿Pero qué pasa cuando esta creencia se vuelve radical e intolerante?, simplemente el resto de la sociedad lo ve en el limbo cultural;  ya que al no poder insertarse y permearse en la sociedad, esta siente una especie de resentimiento respecto a sus connacionales que practican un tipo de creencia; más aún cuando ella es intolerante, violenta y asesina, siendo una vez más ello, un perfecto caldo de cultivo para la Islamofobia en occidente.

Sin duda, la ola de atentados terroristas por parte de los “Yihaidistas” emerge desde el 2011 hasta el rapto de niñas por parte de Boko Haram en Nigeria; así como los actos de terror genocida y asesinato que está cometiendo el “Daesh” en Siria y en Irak, así como en parte de Pakistán y Afganistán, quienes enarbolan la erección del estado Islámico cuando  Muhammad (el Profeta del Islam) nunca ha legado este tipo de violencia de carácter tan intolerante, racial y fóbico contra occidente. Al referirnos a occidente estamos hablando de Europa,  América del Norte, Centroamérica y Latinoamérica, en donde en este último tiempo se ha visto un crecimiento respetable del islam coetáneo con el odio y la islamofobia por parte de algunos sectores neoconservadores, que aparte de difamar inculcan la intolerancia cultural respecto a los musulmanes nacionales de un estado.

En la actualidad, América Latina es el objetivo de los grupos radicales y fanáticos que vienen lavando la conciencia de algunas personas que por la escasa formación cultural aceptan la invitación de estos grupos, convirtiéndose ipso facto en potenciales odiadores de la cultura occidental, aquella que es impartida por estos grupos que tienen sus propias interpretaciones del Corán; así como las enseñanzas de su Profeta. Estos “nuevos reclutas” al aceptar aquel islam particular de estos grupos imitan y casi actúan de la misma manera, a veces yuxtaponiendo a su familia y a su país, haciéndose así mismo hostiles frente a la sociedad, habida cuenta que gran parte de la población latinoamericana es de formación cristiana católica y cultos ancestrales[6] que tienen también su grado de importancia en las regiones donde la culturas y naciones  han surgido, podemos mencionar entre ellas a Bolivia, Perú, Ecuador o Guatemala por contar aún en su seno con personas que tienen una ascendencia ancestral y que aún practican su propio culto como lo es a la madre tierra la “Pachamama”.

Unos de los países que tiene la mayor población indígena en América del Sur es el Estado Plurinacional[7] de Bolivia, en la cual más del 62.2%[8] tiene una ascendencia indígena con su propio culto, siguiendo esta línea cuando el islam convive entre estos aspectos descritos ¿Debe borrar su cultura, sus costumbres, su lengua y sus prácticas? Si la respuesta fuera sí, estaríamos yendo en contra de los principios islámicos; pues se debe recordar que en la época del Profeta Muhammad, ya en aquella primigenia comunidad se había convivido con cristianos, judíos y otros tipos de creencias, en otras palabras la Comunidad Islámica ha dado su protección y respeto a esas creencias que estaban en su seno; por lo tanto el islam no puede ser intolerante ni espetante con las culturas que se desarrollan en su entorno. Hacemos mención de ello, ya que estos grupos que hacen sus propias interpretaciones del Corán y la vida del profeta del Islam lo que quieren es borrar de un plumazo la cultura, la idiosincrasia, la lengua y las costumbre de los pueblos en América Latina, tal cual ha querido hacer la Iglesia católica con las costumbres de los indígenas que después de más de 500 años aún estos ritos, estas costumbres  su lengua están latentes.

Cuando el Islam interactúa y llega a una sociedad, lo primero que se conoce son los aspectos negativos por toda la antesala de la mala información y/o desinformación, justamente por el accionar de estos grupos ya descritos que de ninguna manera respetan otro tipo de creencias; así por ejemplo el Daesh ha asesinado a cristianos Yazdies[9], Kurdos, así como musulmanes que practican la escuela Shiita[10] y de la manera más barbárica cortándoles el cuello como si fueran animales.

En ese sentido es lógico que las personas que viven en occidente al ver estos actos barbáricos piensen que esta es la forma de actuar del Islam y los musulmanes en general, ello obviamente alimentado por la mala información de algunos medios de comunicación. ¿Frente a ello qué hacer? Creemos que como medidas de seguridad e información los estados que tienen a las organizaciones islámicas, deben coordinar mediante la sistemática jurídica y política el regulamiento de cada una de las organizaciones; a tal fin que se tenga un clima de paz y de entendimiento entre musulmanes y la población en general. Aquí deberían jugar un rol fundamental los medios de comunicación; pero desde un objetivo estatal y no privado para poder fomentar el clima de respeto y amor. Así mismo informar de manera organizacional educativa en todos los centros de formación académica de que el islam u otros tipos de práctica religiosa son para el perfeccionamiento espiritual, por ello es muy importante que en cada región,  al menos en América Latina se  deben poner los límites normativos a aquellos grupos y/o  organizaciones que se alejan del verdadero islam, aquel que es de respeto y tolerancia y no aquella copia irracional, violenta y asesina como lo son en este momento “Boko Haram”, “Al Shabab” “Alqaeda” o el “Daesh.”

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