¿Por qué soy Musulmán?

Por: Roberto Chambi Calle[1]

Definitivamente cuando uno tiene una creencia debe tener convicción de ser practicante y de saber lo que hace. La cuestión de creer en algo está concatenado con la razón por ende con la fe.

Ser o no ser dice la expresión básica y racional de la filosofía occidental. Se es porque se cree en algo y se lo practica; pero no sólo de nombre sino en los hechos mismos.

La mayoría de los creyentes en algo se han hecho fieles al islam porque han sido guiados e instruidos en algo que quizás no han conocido a fondo lo cual ha repercutido en que sus creencias se hagan radicales o intolerantes. Algo similar ha ocurrido con las formas y principios de la mayoría de las “religiones” en el mundo. Así por ejemplo se conocen las “Cacerías de brujas” que la Iglesia Católica cometía en la edad media quemando a diestra y siniestra a esas personas, o cuando alguien había descubierto una ley científica; tal es el caso del cura Polaco Nicolás Copérnico, quien sostenía que el sol estaba fijo en el centro y que la tierra y los planetas se movían en orbitas circulares; así como cuando después de un siglo el Italiano Galileo Galilei nuevamente reafirma esta teoría con algunas mejoras siendo al final sentenciado por el tribunal de la Santa Inquisición por ser un hereje. Muchos fieles creyentes son tales; porque les han informado y “dicho” que una religión es la llave para alcanzar la perfección (en el caso de las religiones judeo cristianas). Esta forma de adoptar una fe nos parece romántica, débil y miope; ya que una persona que llega así a una creencia o se vuelve en un hombre amante de la paz y espiritualidad (casos excepcionales) o un ignorante barbárico que en nombre de Dios asesina instiga y comete actos de terror para buscar más creyentes. Llegar a conocer una fe por los “dichos” es estar en el limbo de la ignorancia.

Por toda la oleada de atentados terroristas que aún siguen sufriendo las sociedades en medio oriente hacen denotar el poco conocimiento o el conocimiento parcializado de ciertas verdades que cada sector doctrinario dentro de una fe tiene. Grupos terroristas como los “Talibanes” en Afganistán, el frente “Al Nusra” en Siria o el ISIS o Levante por su traducción al español en Irak son grupos que están aplicando y practicando actos de terror y opresión contra aquellos grupos de creyentes que no comparten sus principios y sus opiniones. ¿Cómo debemos entender ello?, sin duda la respuesta es muy simple: ignorancia e intolerancia con otros tipos de principios.

Cuando se es musulmán, cristiano o zoroastriano debe compenetrarse profundamente en sus principios y lecturas, esto hace que una persona sea amplia de mente, tolerante y sabia, lo contrario a ello es que ese individuo se muta en un ente que oprime mental y físicamente a las personas. Hoy el mundo Islámico una vez más está siendo blanco perfecto de aquellas personas que han tomado la creencia islámica como un arma para perseguir sus intereses sectarios e intolerantes utilizando para estos fines a personas que tienen una débil formación siendo el efecto de carácter destructivo.

Un musulmán por sobre todo ama la paz, no es partidario de la guerra ni de los actos de terror, salvo que sea en defensa propia, prueba de ello son todas las comunidades islámicas que están a lo largo y ancho del mundo; musulmanes en Europa, América que viven y conviven con otro tipo de creencias sin mayores problemas.

Por ello no se puede concebir a una persona que adopta una fe simplemente por “moda” o por ser diferente; sino porque se siente en paz en cuerpo y espíritu. Los musulmanes sunitas y shiitas hoy están siendo presas de estos pseudo musulmanes que tratan de aplicar anacrónicamente principios que en una época eran adecuados y que hoy sin cambiar su esencia han mutado; así por ejemplo no podemos seguir transportándonos en camellos cuando ya existen aviones, o comer con la mano cuando ya existen utensilios; pues se debe tener presente que las enseñanzas de Profeta del Islam son practicadas, pero en otra realidad, así por ejemplo se está normando mediante la Sharia la fecundación in vitro, los actos ilícitos en internet, o los rezos fuera del planeta tierra, tópicos que en la época del profeta era impensables. Pretender normar y regular todos estos aspectos de la religión islámica con herramientas de otra época nos parece irracional; ya que una forma de vida va cambiando a medida que pasa el tiempo coetáneo con los nuevos fenómenos que se suscitan en la vida de los mortales, ello por supuesto sin alejarnos de lo núcleos y la esencia misma del islam.

Sin duad la ignorancia de algunas personas que se hacen llamar musulmanes enarbolando las banderas del islam son actos de intolerancia y avasallamiento físico que desembocan en genocidio y actos de terror. Es un deber que hoy los shias y los sunnas mediante sus altas autoridades estatales gubernamentales y religiosas se sientan en la mesa de discusión en el marco del respeto para esclarecer cuáles son los alcances del vivir bien como musulmanes y como UMMA islámica. Mientras los líderes religiosos y gobernantes no pongan voluntad para establecer estos canales de diálogo nunca habrá un estado de paz y de tolerancia, donde los asesinatos en nombre de la fe continuarán desenfrenadamente.

Los estados islámicos en el marco de sus organizaciones islámicas gubernamentales y parlamentarias deben proponer políticas y normas claras y aplicables para que se luche dentro su seno mismo contra estos grupos terroristas. Asimismo los líderes religiosos en cada uno de los centros de enseñanza deben educar a los fieles con principios de respeto y tolerancia mostrando las diferencias y similitudes entre los pensamientos de la Umma islámica en el mundo; pues a la fecha mucho se ha desprestigiado a la religión con denominaciones que están lejos de la filosofía islámica tales como la religión de la guerra o del terror tirando a la borda la reputación del islam y sus aportes a la civilización universal.

Cuando los musulmanes conversos adoptan esta forma de vida deben también ser responsables consigo mismos de leer sus principios y no actuar como autómatas escuchando sólo lo que dicen los líderes religiosos. Es un deber de cada hombre y mujer musulmana conversa (o) poder informarse y ser consciente de lo que está practicando, parte de esa madurez es la lectura, el estudio de la filosofía islámica, de no ser así será un mero repetidor de sermones y discursos llenos de odio, rascismo e intolerancia.

En pleno siglo XXI con universidades y centros de conocimiento no sólo del mundo occidental sino también los de los países islámicos; se hace necesario formase como persona, como ciudadano consciente de los sucesos que acaecen en el mundo, no se debe ser un “loro parlante” o un repetidor inconsciente de las pseudo realidades, por ello urge que cada persona que acepta una fe debe conocer mínimamente las verdaderas enseñanzas del islam, aquellas de paz, amor tolerancia y espiritualidad y no aquellas que sólo quieren oprimir, violentar ,vilipendiar, humillar y conquistar por medio de la fuerza a otro tipo de creencias, sociedades y personas; ya que dice al respecto el libro Sagrado de los musulmanes que “No cabe coacción en religión”[2].

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Musulmán Aimara Boliviano, Miembro del Comité para el Estudio y la Difusión del Derecho en América Latina (CEDDAL) y de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo (AICED) Bolivia.

[2] Corán, Sura La Vaca, Aleya, 256. “No cabe coacción en religión. La buena dirección se distingue claramente del descarrío. Quien no cree en los taguts y cree en Dios, ese tal se ase del asidero más firme, de un asidero irrompible. Dios todo lo oye, todo lo sabe”

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