Takfiries, autores de la masacre de musulmanes
Los gobiernos occidentales ahora sacan ventaja de salafíes takfiríes, cuya cabeza es Al-Qaeda. Por un lado, utilizan las acciones terroristas de este grupo para destruir la imagen justa y pacífica del Islam, y por otro lado, con el apoyo directo o silencioso ante las medidas sangrientas se aprovechan de estos elementos en la vía de lograr sus proposititos de largo plazo en el Oriente Medio.
No hay día que nadie deje de escuchar una noticia sobre la explosión de bombas o operaciones suicidas en Siria, Irak, Pakistán y algunos otros países islámicos. Siria e Irak están en la mira principal de los objetivos de los terroristas. Las acciones de los terroristas también afectan a los civiles, especialmente a niños, mujeres y ancianos. Para mostrar solo un ejemplo, en Siria, los terroristas hace poco han cometido un crimen masivo que incluyó a 120 niños y más de 300 mujeres y ancianos.
Simultáneamente con la publicación de la noticia de la masacre de 420 mujeres y niños kurdos en Siria, a manos de terroristas takfiríes, se emitieron las terribles imágenes en video por Internet del momento en que miembros del grupo extremista Frente Al Nasr lanzaban materiales inflamables sobre la cabeza de tres hombres. Los miembros de dicho grupo quemaron a las víctimas que, al parecer, se trataba de soldados sirios.
Tales horribles y lamentables acontecimientos han ocurrido muchas veces durante el último año en Siria. La opinión pública todavía no había olvidado la masacre horrible de más de 100 personas, en su mayoría civiles desarmados, cometida por terroristas de Al-Qaeda el 27 de julio en Jan al-Asal (Alepo), cuando los terroristas han perpetrado otros horrendos asesinatos en Siria. Asimismo, durante las últimas semanas, los grupos takfiríes han aumentado sus medidas terroristas en Irak. Estos crímenes no tienen relación con los sucesos de Siria, sino, tras el fracaso de algunos países regionales y ultra regionales en el logro de sus objetivos mediante la creación de la crisis siria para derrocar el gobierno de Damasco, intentan, ahora, desestabilizar el gobierno de Bagdad y extender la crisis de Siria a Irak.
Los iraquíes han sido testigos durante las últimas semanas de los más sangrientos días tras la época de la ocupación de EE.UU., en 2003. Desde principios de julio hasta ahora más de 700 iraquíes han perdido la vida en diferentes ataques terroristas, de tal forma que ese mes se ha convertido en el más sangriento de Irak. Estos ataques, ocurridos en diferentes ciudades, como Bagdad, Mosul, entre otras, han apuntado tanto a suníes como chiíes de Irak. El objetivo principal de estas medidas terroristas es crear discordia y dualismo entre los iraquíes. El punto importante sobre estas masacres es la reacción de los gobiernos occidentales y sus aliados regionales que se autoproclaman defensores de la democracia ante las acciones de los grupos terroristas en Irak y Siria. El Occidente ha mantenido el silencio ante tales crímenes y también continúa apoyando financiera y armamentísticamente a los rebeldes y los terroristas que actúan en Siria. El ministro sirio del Interior, durante una visita a Alepo y Al Jaledieh,ha declarado que actualmente entran a Siria terroristas desde más de 80 países del mundo.
Los autores principales de casi todos los crímenes en Siria y de las explosiones mortales en Irak y Paquistán, así como la matanza de musulmanes en diferentes países islámicos, son los salafíes takfiríes que cometen sus crímenes bajo las órdenes de Al-Qaeda o de otras formaciones terroristas compatibles con esta conocida red. Al-Qaeda es la organización terrorista que fue acusada por Estados Unidos como responsable principal del suceso del 11 de septiembre y también fue el motivo del despliegue de las fuerzas estadounidenses al Medio Oriente, puesto que las autoridades de Washington alegaron que enfrentar el terrorismo y acabar con Al- Qaeda era su objetivo por el cual habían invadido esta región . Sin embargo, hoy en día, los takfiríes se han convertido en la infantería de EE.UU. en la vía de avanzar los objetivos de la Casa Blanca y sus aliados. Los gobiernos occidentales ahora sacan ventaja de salafíes takfiríes, cuya cabeza es Al-Qaeda. Por un lado, utilizan las acciones terroristas de este grupo para destruir la imagen justa y pacífica del Islam, y por otro lado, con el apoyo directo o silencioso ante las medidas sangrientas se aprovechan de estos elementos en la vía de lograr sus proposititos de largo plazo en el Oriente Medio.
Como se observa, el mundo islámico, en su interior, se enfrenta a los takfiríes, quienes con interpretaciones distorsionadas de las enseñanzas islámicas y humanistas del Islam, tratan de dividir la comunidad musulmana. Los documentos y narraciones que alegan los salafíes para justificar sus medidas violentas son una interpretación superficial, selectiva e irreal del sagrado Corán y la tradición de Profeta. Ellos se han desviado de las pautas del Hazrat Mohammad (saludos sean para él y sus descendientes) e insultan al último Enviado de Dios al asegurar que no tiene ninguna relación con las enseñanzas del Islam. Mientras que el Hazrat Mahammad fue designado proféticamente para cambiar las raíces de los pensamientos fanáticos. En este programa, no hay tiempo para analizar y discutir sobre las creencias de los salafies takfiríes, cuyos pensamientos se centran en el principio de que los musulmanes que no están de acuerdo con ellos fuera del Islam son infieles y su sangre es ilícita. El pensamiento de este grupo se da en la vía de las políticas de gobiernos occidentales y sionistas en Oriente Medio, que amenazan con dividir a los países islámicos de esta región.
Entre tanto, la extensión de la corriente del Despertar islámico en los países de Oriente Medio ha intensificado las actividades de salafíes takfiríes, ya que, el despertar de las personas con una mente cerrada va en contra de los intereses de los fanáticos fundamentalistas salafistas. El movimiento de las corrientes de salafíes takfiríes, de hecho, tiene como blanco acabar con el Despertar islámico. Algunos países de la región, especialmente Arabia Saudí y Catar, con el respaldo de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, el Reino Unido y el régimen sionista, tienen un papel clave en las actividades de los salafíes takfiríes. Por desgracia, en cada uno de los países islámicos que está activa la corriente extremista del salafismo ha aumentado la violencia y la discordia religiosa entre las sectas. Hasta ahora, miles de musulmanes inocentes han perdido la vida como consecuencia de las medidas terroristas y violentas de miembros salafíes. Al- Qaeda, Talibán, y otros grupos salafíes, en países como Irak, Yemen, Egipto, Túnez, Argelia, Paquistán y Siria y muchos otros países islámicos, se han convertido en fichas del juego de EE.UU en los países islámicos. Estos grupos con sus pensamientos fanáticos perjudican la imagen del Islam en la opinión pública. El gobierno estadounidense y sus aliados europeos para justificar sus políticas islamófobas presentan a la opinión pública del mundo, las medidas terroristas y violentas de los salafíes como signos de violencia y extremismo del Islam. Los salafíes, después de la ocupación de Irak por EE.UU. en 2003, en vez de apuntar sus armas contra los ocupadores, han puesto en su mira a los chiíes de Irak. Arabia Saudita, cuya influencia está disminuyendo en la región, con ayuda financiera, militar y política, trata de evitar el establecimiento de un gobierno firme y poderoso y también la cooperación entre los diferentes grupos políticos y religiosos en Irak. El gobierno de EE.UU., que ambién ha fracasado en alcanzar sus objetivos en la región, ve en las medidas violentas de los salafíes una oportunidad adecuada para presionar al gobierno de Irak a fin de que acepte sus demandas.
Los salafíes takfiríes, en las ciudades y aldeas de Siria, a las personas que no cooperan con ellos, las asesinan mediante terribles métodos. Para ellos, no hay diferencia entre niños, mujeres y hombres. En algunos casos por venganza, decapitan a menores de edad. La revista Forigen Policiy, como una entidad influyente para determinar las macroestrategias de la política exterior estadounidense, al respecto, escribe: “Actualmente, muchos expertos señalan que esta secta (los salafíes) es una nueva versión que reescribirá las políticas regionales. Uno de los expertos del instituto Brukings Geneive Abdo, en un informe, escribe que la brecha entre los musulmanes chiíes y suníes es más grande que el conflicto entre los musulmanes y el Occidente y agrega que posiblemente el asunto de la ocupación de Palestina como un factor importante en la vida política del mundo árabe se verá movilizado por el asunto de los salafíes takfiríes. Por tanto, este análisis muestra a qué corriente política en la región sirven las medidas de estos grupos terroristas, autoproclamados islámicos.
Fuente: spanish.irib.ir
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