Extraído de: “El sol del siglo. Cien anécdotas sobre Imam Jomeini”LA HUMILDAD DE IMAM JOMEINI; LA ADORACIÓN DEL IMAM; LA ORGANIZACIÓN DEL IMAM; EL IMAM Y LOS NECESITADOS; LA CONDUCTA DEL IMAM CON LOS NIÑOS; IMAM Y BAIT-UL MÂL (EL TESORO PÚBLICO)EL IMAM Y LA GENTE; RESPETO POR LOS PADRES, LOS MAESTROS Y LOS ALUMNOS; APROVECHAR EL TIEMPOVALENTÍA, EXPRESIVIDAD Y CONTUNDENCIA
Instaurar un gobierno Islámico legítimo basado en el Corán y la Escuela de Ahlul Bait (P), contra el modelo Occidental capitalista, basado en el egoísmo y en la competencia salvaje que atrofia la dimensión trascendente del hombre, reduciéndolo a productor y consumidor, impulsado sólo por el interés y el olvido del rumbo espiritual del hombre; sin duda alguna esa fue una de las premisas máximas entre muchas otras y objetivos alcanzados que llevaron al éxito a la Revolución Islámica de Irán de 1979, constituyéndose uno de los más grandes acontecimientos históricos de este siglo.La Revolución Islámica nació bajo la aureola de la no violencia y de la victoria de la fuerza espiritual sobre el poderío militar de un ejército imperialista que fue vencido en última instancia sin disparos, tan sólo bajo el grito de Allahu Akbar (Dios es el más grande); pues una fuerza moral permitió derrocar un régimen dictador, la aniquilación de un sistema monárquico de 2500 años, bajo la promesa de un proyecto social y político de fines más humanos y mucho menos materiales, como el que rige en la actualidad, basado en una Constitución Islámica la que fue creada en plena democracia, aprobada por un 98, 2 % del censo en el referéndum que tuvo lugar los días 10 y 11 de farvardin del año 1.358 de la hégira solar, correspondiente a los días 30 y 31 de marzo de 1979, tras la victoria de la Revolución.
El significado lingüístico del vocablo Hiÿâb; El significado etimológico del vocablo Hiÿâb; La posición del hiÿâb en la naturaleza innata del ser humano; La vestimenta, un regalo divino; El hiyab en las legislaciones divinas; El Hiÿâb en la legislación judía; El Hiÿâb en el cristianismo; La práctica de las mujeres cristianas; El Hiÿâb en la legislación islámica; La situación del Hiÿâb antes del Islam; El Hiyab en el Corán; Explicación de cuatro razones para el Hiÿâb; 1. Tranquilidad síquica; 2. La firmeza y consolidación del vínculo matrimonial y familiar; 3. Estabilidad de la sociedad; 4. Valor y respeto por la mujer; Algunas normas islámicas en cuanto al Hiÿâb; 1. Prohibición de la mirada ilícita; 2. Prohibición de maquillarse y perfumarse para salir a la calle (por supuesto, en caso de que el hombre pueda percibir el aroma de la mujer); 3. Evitar la mezcolanza entre hombres y mujeres; 4. Prohibición de darse la mano entre hombres y mujeres; 5. Evitar actuar en forma semejante los hombres y mujeres, con el fin de que se proteja su dignidad; 6. Honestidad y continencia con relación a las mujeres de los demás; 7. Celos del hombre en cuanto a su familia y su deber de protegerla y orientarla; 8. Las narraciones en cuanto al castigo en el Día del Juicio Final establecido para quienes no acatan el hiÿâb o no lo acatan debidamente...
A finales del siglo VI se veía caminar a un joven por las calles de Meca, absorto en sus pensamientos pero siempre con una sonrisa de amabilidad, nunca dejaba de saludar a los más humildes y siempre se detenía a conversar atentamente con los niños que se reunían a su alrededor.Este joven de ojos melancólicos, y con su pelo que le llegaba hasta los hombros, llevaba consigo un aire de gran nobleza, el cual inspiraba amor y respeto entre sus conciudadanos. El comportamiento y las maneras de este joven, junto con su disposición siempre atenta hacían que fuese respetado por todos. Aún en esos tiempos turbulentos, se le llamaba “Amiin” (el que inspira confianza). Este joven anhelaba reformar el ambiente de impureza que le rodeaba, el cual estaba lleno de impiedad, maldad y tiranía.
Si el hombre es llamado “la criatura más noble, la más esplendorosa creación de Dios”, entonces su manera de vivir, la forma de ganarse el sustento, sus contratos matrimoniales y de otros aspectos sociales deben ajustarse a leyes específicas. Estas leyes que conducen al hombre al perfeccionamiento de su conducta y a la nobleza se les puede llamar religión. En todas las épocas hubo necesidad de ella. Para que el hombre supliera esta necesidad, Dios creó personas iluminadas y justas conocidas como profetas o mensajeros. Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús, Muhammad, todos son eslabones de esta noble cadena. Estos personajes sagrados dieron al mundo un mismo mensaje: Conoce a tu Creador; adóralo; trata bien al prójimo y se bondadoso con los animales; ayuda al pobre y al desvalido; lleva una vida piadosa y honesta ya que todas tus acciones serán evaluadas el día del juicio. El Islam da a conocer este elevado mensaje más exhaustivamente que cualquier otra religión.
Los historiadores están de acuerdo en que la difusión del Islam en al-Magrib se debió a ‘Amr b. al-As, Abd Allah b. Abi Sarh y Uqba b. Nafi que fue el que construyó la fortaleza de al-Qayrawan para combatir a los invasores bizantinos. Afirman también que, con la llegada de Musa b. Nusayr, el Islam se difundió en la mayor parte de al-Magrib porque los indígenas lo aceptaron espontáneamente.En esta época la fe musulmana era sencilla y natural y no conocía sectas ni doctrinas como ocurriría posteriormente. El contacto de al-Magrib con el Oriente era cada vez más grande debido a las oleadas de emigrantes que se dirigían a esta parte del mundo islámico con fines diversos: Unos para asentarse en él, otros para alejarse de persecuciones y otros por otras causas...
El Islam es un océano inabarcable que esconde extraordinarias y valiosísimas joyas, que debemos aprender a descubrir y disfrutar de ellas. Los movimientos teológicos, filosóficos, literarios, científicos y artísticos que ha legado a la historia son singulares, pero no menos singular es su vitalidad actual y su proyección al futuro.Nosotros creemos que el tercer milenio será profundamente creyente y los hombres y mujeres de este mundo buscarán cada día más la verdad, la justicia, el amor y la felicidad que sólo Dios Todopoderoso puede otorgar a los humildes y sinceros de corazón. Como dijo el pensador francés André Malraux (1901-1976): «El siglo XXI será religioso o no será».El Islam, desde un principio, fue el gran reaseguro del monoteísmo, tan caro a judíos y cristianos, y un decidido patrocinador de las ciencias y las artes, sin discriminación de raza, color o credo. Muchos intelectuales occidentales, desde el franciscano inglés Roger Bacon (1214-1294) al jesuita español Miguel Asín Palacios (1871-1944), pasando por el poeta alemán Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) y finalizando con dos sabios como el filósofo francés Henry Corbin (1903-1978) y el historiador inglés Arnold Toynbee (1889-1975) han caído en la cuenta de ello.
La tradición islámica muestra a Jesús dueño de una extraordinaria sapiencia mediante la cual definía la profunda realidad del mundo y exhortaba con su conducta y su palabra al ascetismo y desapego. Él mismo no tenía casa, ni montura, ni esposa e hijos, y con respecto al mundo decía: «¿Quién construye una casa sobre las olas del mar? ¡Oh gente, el mundo es como un mar agitado!, ¿Por qué lo tomáis como un lugar de residencia estable y permanente?».En una narración de Ali (P), el sucesor del Profeta Muhammad (PB), leemos que mientras disertaba sobre el valor de lo mundano, se refería a Jesús (P), diciendo: «Tomaba la piedra como almohada, vestía ropas rústicas, comía vegetales silvestres, estaba la mayor parte del tiempo hambriento, su lámpara de noche era la luna y en el invierno, su único refugio eran los horizontes del Oriente y el Occidente. Sus frutas y verduras eran las mismas que la tierra hacía brotar para los animales. No tenía una esposa que lo distrajese, ni hijos que lo afligiesen, ni riqueza que ocupase su atención. No tenía codicia alguna que lo rebajase, su transporte eran sus pies y sus sirvientes sus manos»...
El valor del legado andalusí se multiplica por su inagotable proyección presente y futura. Al-Andalus, o los ochocientos años de civilización islámica en España, brilla con esplendor propio en el marco de la civilización islámica universal, es cierto, pero no menos cierto es que el enriquecimiento y desarrollo de su sociedad, producto de la interrelación de culturas diversas es una característica del espíritu del islam.La herencia andalusí está ahí para suplir nuestra pobreza actual en materia de diálogo, tolerancia, pacífica convivencia, interrelación, apertura, avidez intelectual, unidad del ser, unidad del saber, equilibrio, visión integral del hombre y del universo y también para conocer al Islam, sin falsos prejuicios.Al-Andalus fueron 8 ó 9 siglos de esplendor civilizador. Mas allá de si la Edad Media fue o no una edad oscura para el resto de Europa, para el Islam y para España fue, sin dudas, una época de luz. Destruye con su rigor fáctico la tenebrosa pseudo-idea de la supuesta incompatibilidad de civilizaciones y culturas, especialmente, la occidental y la islámica. La historia nos evidencia la falsedad de esta incompatibilidad, máxime, cuando en la conformación de la propia civilización occidental, el Islam, especialmente a través de Al-Andalus, ha cumplido un rol tan significativo.
El problema de la culpa(el sentimiento de culpabilidad , el remordimiento , el cargo de consciencia )ha sido un tópico muy frecuente en el abordamiento dado en occidente desde los paradigmas del mito griego, la teología judeocristiana , las escuelas de ética filósofica , la psicología , hasta el psicoanálisis , la sociología y la literatura .Muchos son los pensadores que desde sus ópticas han dado su visión de esta dimensión ( San Agustín ,Hegel ,Freud,Kafka, Camus...).Este artículo es una mirada de este problema del ser humano visto desde la perspectiva islámica.
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