El pensamiento occidental está basado en el pensamiento secular que separa la religión del estado. Este pensamiento en varias dimensiones descansa sobre su antagonismo ante la religión celestial, ya que considera a la religión como un impedimento para el progreso y la prosperidad en la vida. Yusuf Al- Gardawi[1] explicó al secularismo como el definido en la enciclopedia Británica (secularismo es el movimiento que apunta a desviar la atención de la gente acerca del próximo mundo y enfocarla sólo en este mundo).
Imam Al-Hasan, Fue el primer hijo de Fátima (P), nació en el sagrado mes de Ramadán, durante el segundo o tercer año de la Héjira.El Profeta (PB) declaró su amor por el Imam Al-Hasan (P) y lo elogio en muchos hadices. Los siguientes son:A’isha narró que el Profeta (PB) dijo: “Por Dios este es mi hijo, lo amo y amaré a cualquiera que lo ame”.Al-Bara’ ibn Aazib narró: “Una vez vi al Profeta cargando a Al-Hasan (P) en su hombro, mientras decía: Oh Dios, yo lo amo, así pues ámalo”.Abdul-lah ibn Abbas dijo: Un día el Profeta (PB) traía a Al-Hasan (P) en su cuello. Un hombre le dijo: Oh niño, esta es la mejor montura que has cabalgado.El Profeta (PB) dijo: “No él es el mejor Jinete”.
La revolución Islámica de Irán que fue liderada por el Imam Jomeini (R.A), que supuso el final del régimen del Sha, y que estableció y fundó una nueva República con un gobierno Islámico legítimo basado en el Corán y la Escuela de Ahlul Bait (P), fue el acontecimiento inédito más sorprendente en la historia del siglo XX y continúa vigente; puesto que no sólo pudo derribar a toda una dinastía, la aniquilación de un sistema monárquico de 2500 años, sino que pudo movilizar a millones de almas sin más armas más que las palabras para derrocar al imperialismo, devolviéndole la verdadera identidad a las mujeres.
La victoria de la Revolución Islámica de Irán fue el evento más trascendente y asombroso del Siglo XX, y la revolución por excelencia, ejemplo para todos los pueblos oprimidos del mundo. En las últimas décadas, los intereses mezquinos del hombre provocaron que la religión y la espiritualidad, los factores más importantes de la vida humana, hayan perdido su valor; pero la Revolución de Irán izó la bandera del Islam para derrotar, con la ayuda de Allah y la guía del Imám Jomeini, al títere régimen del Shah. Esta Revolución erradicó claramente la opresión y el despotismo instaurado por el régimen anterior y estructuró la sociedad sobre las bases de la educación y la cultura islámica...
Dijo Alí Ibn Abi Talib: «No hay riqueza comparable a la razón, ni pobreza que se iguale a la ignorancia, ni herencia como la cultura, ni ayuda como el mutuo consenso» (Nahyul Balagha, “Las cimas de la elocuencia”).El origen de la educación y la civilización en el Islam fue la imitación de las costumbres, consejos y tradiciones (Sunna) del Santo Profeta del Islam que eran una extensión de los principios y mandatos contenidos en el Libro por Excelencia, el Sagrado Corán, emanados de la Revelación del Graciabilísimo, Misericordiosísimo. Entre sus dichos alusivos a la educación y la enseñanza figuran aquellos que dicen: «Hacer la ciencia accesible a todos es alentar a cada uno a instruirse» e «Instruirse en la juventud es grabar sobre la piedra».
La pregunta que surge es si acaso en el Islam el hombre tiene derecho a golpear a la mujer y, si es así, ¿en qué casos? y ¿cuáles son sus límites y formas? Esta cuestión es una de las ramificaciones del tema del nushûdh dentro de la jurisprudencia islámica.En la terminología islámica, el término “nushûdh” se utiliza en dos casos:1) En casos que la mujer desobedezca al hombre en lo que es su deber.2) En caso que el hombre sea negligente en cuanto a su deber o que demuestre indiferencia o dureza en cuanto al acatar el derecho de la mujer...
El tema de los derechos de la mujer en el Islam es uno de los tópicos más estudiados, que mayor planteamiento de interrogantes por parte de mujeres no musulmanasy musulmanas, además de ser el asunto del cual más se distorciona por parte de los medios de occidentales. El siguiente artículo nos presenta muchas de las interrogantes sobre este tan debatido tema.
Si el Islam ha dado al hombre el derecho a valerse de los servicios de la mujer y a considerar el rédito de su trabajo y esfuerzo y, eventualmente, toda la riqueza que logró como de su propiedad, el objeto y fundamento de la manutención hubiese sido evidente. La razón habría sido, obviamente, que si una persona hace uso de un animal o de otra persona para obtener beneficios económicos, necesariamente debería proveer a los gastos de los medios de vida de esa persona o animal. Si un carretero no da pasto y avena a su caballo, éste no arrastrará el carro.
Una de las más viejas costumbres en las relaciones dentro de la familia humana, es el reconocimiento del derecho a dote a la mujer por parte del hombre con motivo del matrimonio. El hombre acostumbraba a pagar con algo de valor a la mujer o a su padre. Por otra parte, él era responsable durante la vida matrimonial del sostenimiento y manutención (nafaqah) de su mujer e hijos.
Una de las brillantes leyes del Islam, de acuerdo con la escuela Ja'fari (shiíta), que es la rama formalmente establecida en nuestro país, es que el matrimonio puede ser de dos maneras: permanente o por un tiempo determinado. Tienen algunas disposiciones iguales y otras diferentes. Uno de los rasgos que los distingue entre sí, es que en el caso del matrimonio por tiempo determinado, el hombre y la mujer tomarán una decisión que los comprometerá a estar casados durante un plazo fijo, y al fin del mismo, si desean alargar el plazo, podrán hacerlo; si no lo desean, se pueden separar.