EL ISLAM Y LAS ESCUELAS ECONOMICAS
Fundamentos de las escuelas Económicas; Islam, Capitalismo, Comunismo y Socialismo (II)
Por: Ayatollah Muhammad Baqir As-Sadr
Proponemos ocuparnos primero del capitalismo democrático. Es el sistema responsable de la introducción de todas las formas actuales de injusticia en la vida económica social. Eliminó la forma feudal de gobierno y sustituyó a la Iglesia. Llevó a una nueva clase de hombres al poder para establecer nuevas condiciones sociales.
El individuo es el real fundamento del sistema capitalista democrático, teniéndolo en la más alta consideración y creyendo que los intereses de todos estarán automáticamente salvaguardados si se atienden sus intereses personales en los distintos campos de la vida. De acuerdo a esto, el único objetivo del gobierno es la protección de los intereses y beneficios individuales, no debiendo excederse más allá de este objetivo básico.
El sistema capitalista se puede resumir en cuatro libertades: 1) libertad política; 2) libertad económica, 3) libertad de ideas y 4) libertad personal
1) Libertad política: En el sistema capitalista el individuo tiene libertad política y se respeta su opinión. Puede expresar sus puntos de vista sobre la vida social y el sistema de gobierno y puede influenciar en la legislación. Vota al gobierno que impulsa la protección de la libertad. Cree que un sistema social se lleva a la práctica para beneficio de la nación y que la organización gubernamental tiene relación directa con la vida de todos los individuos e influye considerablemente en su felicidad. A esto se debe que naturalmente todos los individuos tienen derecho a votar y participar en la legislación y formación del gobierno.
Estando el sistema social estrechamente vinculado a la vida, muerte, prosperidad y miseria de la sociedad, naturalmente no se lo puede dejar en manos de un grupo o individuo, porque es difícil encontrar una persona a cuya integridad o discernimiento pueda ser confiado.
Por lo tanto es necesario que todos los individuos tengan iguales derechos políticos e iguales oportunidades para participar en la elección de las autoridades legislativa y ejecutiva, de modo que puedan sentirse responsables de todas las leyes que sean redactadas.
2) Libertad económica: En el sistema capitalista cada uno es libre de producir y consumir mercancías a su gusto. Está permitido el acaparamiento. No hay restricciones para el gasto del dinero propio. Todos son libres de emplear cualquier medio para ganar y acumular riquezas. Los defensores de este tipo de libertad económica dicen que la política económica, basada en principios universales y puesta en práctica de manera natural, es la mejor garantía de la prosperidad de una sociedad porque la protege de las fluctuaciones económicas. Siendo los intereses personales el principal incentivo de la actividad económica, ellos proveen la mejor salvaguardia a los intereses colectivos. Solamente la competición a nivel de productores y comerciantes, basada en la economía libre y la igualdad de derechos, puede asegurar la justicia en los distintos campos de las transacciones comerciales. Las leyes naturales de la economía libre mantienen automáticamente los precios a su nivel normal e impiden sus fluctuaciones anormales. Si el precio de un producto se eleva de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda, su demanda decrece y consecuentemente el precio cae. El aumento en el precio reduce la demanda y la reducción de la demanda reduce el precio. De esta manera en un mercado libre el equilibrio entre el precio y la oferta se mantiene de manera natural. El interés personal impele siempre a la gente a aumentar la producción y hacer sus mercancías más atractivas y económicas antes de llevarlas al mercado. De lo mencionado queda claro que aunque un individuo se interese solamente en su beneficio personal, el interés colectivo queda salvaguardado automáticamente. Con la competición en un mercado libre los precios y salarios se determinan tan precisamente que nadie sufre pérdida alguna. Cada vendedor y cada productor siempre será remiso a elevar el precio de su producto o a disminuir el salario de sus trabajadores porque temerá la competencia de sus rivales.
3) Libertad de pensamiento: Las personas son libres de tener cualquier opinión o creencia. Poseen el derecho irrestricto a pensar con independencia y formarse sus propias opiniones respecto a todas las cosas.
Consideran correcta cualquier cuestión que conciban como resultado de sus intereses egoístas. Se entiende que el gobierno no puede privar a nadie de esta libertad y por lo tanto todos pueden sostener sus ideas e incluso propagarlas. Pueden defender su creencia contra cualquier oposición.
4) Libertad personal: El hombre, siendo el amo de su voluntad, es libre de adoptar modos de vida sin restricciones ni reservas. Mientras no sea afectada la libertad de otros, puede vivir como le guste, aunque su forma de vida no sea deseable desde el punto de vista de la sociedad. Siendo el límite de la libertad de una persona la libertad de las otras, solamente son inaceptables aquellas cosas que molesten o interfieran la libertad de los demás.
De cualquier manera, todos son libres de moldear sus vidas de acuerdo a sus deseos y de seguir cualquier hábito o tradiciones que estén en consonancia con sus gustos. La vida personal de un individuo atañe únicamente a su existencia presente y futura y por lo tanto es libre de conducirse como desee. Desde el punto de vista capitalista la libertad religiosa en el campo de la creencia no es otra cosa más que una parte de la libertad de pensamiento. Y el campo de las acciones externas es parte de la libertad personal, relacionado con las formas personales de cada uno.
De lo antedicho se puede deducir que la teoría capitalista se basa en el principio de que el interés de la sociedad está ligado inseparablemente a los intereses de los individuos. Por lo tanto el individuo debería ser el fundamento del sistema social y solamente es adecuado para estar en el poder aquel gobierno que proteja los intereses de los individuos y esté constantemente a su servicio.
Estos son los principios básicos del capitalismo democrático que dieron lugar a muchos movimientos sociales y revoluciones. Muchos pueblos, bajo la guía de sus dirigentes, que descubrieron este sistema como una gran bendición, han combatido enérgicamente por el mismo.
Últimamente este sistema ha experimentado algunos cambios, pero sus rasgos básicos no han sido afectados.
LA TENDENCIA CAPITALISTA Y MATERIALISTA
Es obvio que el capitalismo es un sistema ultra materialista ocupado solamente del beneficio material y que ha alienado al hombre de la religión y de la espiritualidad. Este sistema, a pesar de ser una manifestación obtusa del espíritu materialista, no se basa en una filosofía materialista. No enuncia ningún argumento sólido para la separación, división, de los aspectos material y espiritual de la vida.
De cualquier manera, no queremos decir con esto que no exista escuela filosófica materialista alguna en el mundo y que no tenga seguidores. Las tendencias materialistas se han extendido por el mundo debido a las siguientes razones:
1) El experimento que ganó popularidad al comienzo de la Revolución Industrial —la Revolución Francesa— llevó al mundo bajo la influencia del materialismo. Estos experimentos produjeron resultados muy valiosos. Descubrimientos inesperados en distintos campos, capacitaron al hombre para el uso de los conocimientos científicos en su vida diaria. Experiencias científicas exitosas ganaron la atención de la gente y la impresión causada les hizo vacilar la confianza en todo aquello que era imperceptible o no podía ser experimentado.
2) Como resultado de estas experiencias, muchos puntos de vista considerados eternamente como indiscutibles, fueron vistos como falsos. Por ejemplo, existía la creencia general de que la tierra era el centro del universo. Cuando se demostró la falta de fundamento de ello, la gente quedó desorientada respecto a todas las otras doctrinas no avaladas por la física. Como resultado de esta confusión de ideas fue revivida la sofistería de los griegos antiguos. Todo esto condujo al materialismo.
3) Los falsos puntos de vista religiosos estancaron el pensamiento. Fueron cometidas todo tipo de injusticias y tiranías en nombre de la religión. La Iglesia explotó la religión para sus fines egoístas. Los puntos de vista intelectuales y sociales fueron suprimidos. Se erigió la “Inquisición” que hizo lo que quiso con el destino de las personas. Debido a esto el pueblo se rebeló contra la religión y tendió al materialismo, porque los crímenes cometidos por la Iglesia iban contra el verdadero espíritu religioso. Los tres factores señalados apuntalaron el materialismo en occidente y lo popularizaron.
Todo lo que ha sido dicho es correcto y los factores mencionados fueron efectivamente los creadores del espíritu materialista entre la gente de occidente donde se extendió. Sin embargo el capitalismo no se basa en una filosofía materialista y no interpreta la vida en consonancia con ella. Por sí mismo este hecho demuestra la debilidad de esta teoría. El estudio social está estrechamente relacionado con la vida misma y ningún estudio social puede ser provechoso desconociendo la verdadera concepción de la vida. El capitalismo carece de este principio rudimentario. Se ocupa de las cuestiones sociales de manera aislada de la interpretación de la vida. Nos preguntamos si esto es una treta o el resultado del apuro indebido y la irreflexión.
En realidad las bases intelectuales de cada sistema social descansan en cómo explica la verdadera naturaleza de la vida, porque su conocimiento es el fundamento de todos los pensamientos y relaciones sociales. Si es cierto que el hombre ha sido creado en la tierra por una Fuerza Omnipotente e Inteligente que controla el mundo, debería deducir naturalmente su programa de vida de esa fuerza que comprende completamente las cuestiones sociales de Sus criaturas y es más sabia y más juiciosa que cualquier otra.
Además, si esta vida temporaria es el preludio a la vida eterna, cuya forma y carácter depende de la pureza y moderación ejercida en la presente, no resulta sino natural que el hombre organice su vida pasajera de una manera coherente tanto con los valores morales como con los materiales, para que pueda ser el preludio a una vida eterna más elevada.
La cuestión de la fe en Dios y Su Esencia como fuente de la vida, no es algo coyuntural sin relación con la vida humana. En realidad está tan estrechamente vinculada al pensamiento, corazón y vida humana, que no es posible inventar un sistema social sin tener en cuenta el aspecto creador del universo.
De todos modos, el producto de la teoría capitalista muestra claramente la relación que supone existe entre la fe en Dios y la vida social del hombre, porque se basa en la consideración de que no hay ningún individuo o individuos que puedan ser infalibles en sus deseos y esfuerzos, a los que se puede confiar la tarea de diseñar un sistema apto para la sociedad. Esta consideración evidencia que el sistema capitalista democrático se funda en el materialismo, por lo que, de acuerdo a ello, un sistema social no puede tener otro origen más que el de la inteligencia humana. Por lo tanto este sistema es materialista en todos los sentidos.
La escuela capitalista tenía solamente dos alternativas: adoptar el materialismo como filosofía o ignorar la relación entre la cuestión de la vida humana y su problema social.
Sin embargo, esta escuela no tiene el valor suficiente para decir abiertamente que el sistema capitalista se basa en el materialismo. De esta manera, a pesar de ser este sistema totalmente materialista, no tiene filosofía, aunque como norma la filosofía debería ser, de una u otra manera, la base de todos los sistemas.
Siendo el capitalismo materialista en su esencia, ha excluido la moral de sus consideraciones y no se ha preocupado de su futuro. De una manera más definida, el capitalismo ha cambiado el criterio y concepto propios de la moral. La salvaguardia de los intereses individuales es su objetivo básico y para lograrlo emplea las cuatro libertades mencionadas, que son el origen de la mayoría de las miserias y desastres del mundo actual.
Sosteniendo el individualismo y los intereses personales, algunos defensores del capitalismo dicen que los fines personales atienden automáticamente los intereses colectivos y que los resultados que se puedan obtener a través de la moral y sus valores espirituales también existen en la sociedad capitalista, donde son logrados a través de motivaciones personales y no morales. Cuando un hombre acomete una tarea social, también sirve a su interés personal porque él es parte de la sociedad. Un hombre que salva a otro de un peligro mortal realmente se beneficia a sí mismo, ya que la persona salvada probablemente a su vez servirá a la sociedad de la que el salvador es parte. Así, el beneficio personal que motiva a un individuo, asegura los intereses colectivos a largo plazo, mientras que cada acto de servicio social beneficia a la persona que lo ejecuta.
Esta defensa del capitalismo es conjetural más que racional. Si cada persona en su vida práctica se ocupa solamente de los beneficios e intereses propios y si se responsabiliza también al gobierno para que asegure una irrestricta libertad individual, ¿se puede pensar que alguien acometerá un trabajo o tarea social? ¿Existe la posibilidad de que cualquier individuo, simplemente porque es parte de la sociedad y obtiene un premio o recompensa por su obra social, vaya a hacer algún trabajo social basado en principios morales? Se comprende que en la mayoría de los casos si el individuo no obtiene algún beneficio del trabajo social o el beneficio es muy exiguo, no aceptará hacerlo, a menos que sea el resultado de un profundo análisis filosófico, lo que resultaría inservible en caso que choque con sus intereses personales. Tal beneficio no se puede llamar incentivo en cualquier trabajo social, especialmente cuando la libertad individual permite a todos esforzarse sin escrúpulos por la obtención de las ganancias personales.
EFECTOS MALIGNOS DEL CAPITALISMO
Sería agotador anotar todos los malos efectos de este sistema absurdo. Nos referiremos resumidamente a sus peores rasgos, que han causado inmensas penurias a innumerables personas.
El primer rasgo negativo es el gobierno de la mayoría sobre la minoría, al estar controlados los intereses de éstos por la mayoría. Las elecciones para la legislatura son celebradas en virtud de la libertad política, pero solamente el derecho de la mayoría es siempre respetado y tenido en cuenta.
Se pueden imaginar la suerte de una minoría colocada en la situación donde todas las facultades gubernamentales y legislativas están ocupadas por una mayoría capitalista egocéntrica que no cree en los valores espirituales y morales. ¡Cuán sombría será la vida de esa minoría forzada a vivir bajo las leyes diagramadas por la mayoría para su propio beneficio! En tanto la mayoría formula las leyes, atiende únicamente a sus propios intereses e ignora completamente los de la minoría.
¿Quién puede salvaguardar los intereses de la minoría y protegerla contra el peligro del maltrato e incluso del genocidio?
En tal sociedad la aparición y pensamiento de normas despóticas y arbitrarias y la supresión de los derechos de otros, resultan realmente naturales. En los tiempos antiguos un solo déspota podía usurpar los derechos de los miembros de cualquier sociedad, pero en el sistema capitalista, en vez de un déspota, la mayoría oprime a la minoría (que constituye un gran grupo) y no le concede el debido respeto.
Esta no es la única penalidad causada por dicho sistema. Su aspecto económico es más opresivo porque no impone ninguna restricción a la explotación económica. Permite ilimitadas inversiones en todo tipo de proyectos, legales o no.
La economía libre fue proclamada en un momento en que el mundo estaba en medio de la Revolución Industrial. La ciencia había descubierto nuevos medios de producción y todos los mecanismos manuales o rústicos fueron cayendo en el olvido. Un limitado número de personas aprovechó este súbito y trascendente cambio en la vida social y valiéndose de la economía libre acrecentó enormemente su producción gracias a los nuevos instrumentos. Así fueron capaces de obtener elevados beneficios y explotar al común del pueblo. La economía libre resulta en la privación de la mayoría, cuyas habilidades manuales son reemplazadas por la nueva maquinaria. Miles de artesanos que trabajaban con sus herramientas fueron anulados en sus trabajos y su lugar ocupado por medios mecánicos. Consecuentemente, se perturbó la vida de la gente. Perdieron su valía. Solamente un pequeño número de personas fue capaz de adquirir medios modernos de producción y obtener beneficios de la economía libre.
Fue esta minoría la que pudo mantener su independencia. Por lo tanto el campo social se convirtió en la zona de maniobra de esos pocos propietarios de industrias modernas. Una gran parte de la sociedad fue forzada a pasar una vida miserable. También la clase media, formada por una minoría, buscó ayuda en esa pequeña clase de industriales cuyo enfoque de la vida era simplemente capitalista. Es evidente que la minoría rica no simpatiza para nada con la mayoría pobre y nunca quiere compartir su riqueza con ella.
Evidentemente mientras el beneficio personal continúe siendo el criterio moral de la sociedad y los gobiernos continúen garantizando las cuatro libertades mencionadas, la mayoría permanecerá subordinada y dependiente de la minoría.
Una minoría que tiene el poder en sus manos y piensa solamente desde el ángulo de la motivación personal y la libertad individual, de hecho explota las necesidades de la mayoría.
En la mayoría de los casos no da más que salarios de subsistencia a los trabajadores de sus factorías. El beneficio es la lógica de este sistema. Divide a la gente en dos clases: la extremadamente pobre que vive en la mayor miseria y la extremadamente rica que vive en el mayor de los lujos.
De acuerdo al principio de libertad política, se supone que la igualdad política es un derecho de todos los ciudadanos. Pero obviamente, esta libertad es solamente una ilusión en presencia de la libertad económica e individual. Como hemos señalado, el trágico resultado de la economía libre es la creación de dos clases extremadamente divergentes. El grupo más rico controla todos los aspectos de la vida y considera la libertad política como un derecho exclusivo suyo. Los capitalistas, siendo dominantes económicamente, ponen los medios de publicidad bajo su control. Invierten dinero para lograr apoyo y hacer a la maquinaria gubernamental sierva de su voluntad.
Consecuentemente, el predominio social y la facultad legislativa caen en manos de unos pocos capitalistas que forman una pequeña minoría en la sociedad. De acuerdo al concepto de libertad política, toda la nación debería participar en la legislación y ser capaz de modificar el sistema de un país, pero en el capitalismo democrático una minoría gobierna sobre la mayoría y unas pocas personas explotan a las demás.
Ahora veamos el peor aspecto del capitalismo. Los capitalistas, en cuyas manos se encuentra el poder, a la vez que controlan todos los recursos de su país se inspiran en este sistema para dirigir sus miradas a otras naciones, ponerlas bajo su influencia, dominarlas y explotarlas. Hacen esto por dos razones:
1) La expansión de la producción en cada país depende de la cantidad de materias primas disponibles, las que no se consiguen fácilmente. Un país que tiene más materias primas que otros, está mejor equipado de medios de producción. Pero las materias primas están esparcidas sobre vastos territorios del mundo. Por lo tanto para aumentar la producción es necesario penetrar en los países que poseen materias primas y tener acceso a esos recursos.
2) El excesivo grado de riqueza es un factor que impele a los capitalistas a aumentar la producción, pero debido al bajo nivel de vida, la mezquindad en los salarios y la concentración de la riqueza en manos de un grupo particular de gente encumbrada, nos encontramos con que toda la producción no puede ser consumida internamente. Por lo tanto sienten la necesidad de nuevos mercados para sus productos acumulados. Y procediendo de acuerdo a ello ponen a otros países bajo su influencia con el objeto de tener acceso a sus mercados.
La escuela capitalista observa esta cuestión desde su ángulo puramente monetario. Como este sistema no se basa en valores espirituales o morales y no persigue otro fin más que la prosperidad en el sentido temporal y el cumplimiento de los deseos más ruines en este mundo limitado, es natural que desde su punto de vista los abusos y agresiones cometidos contra otros países pacíficos con el objeto de apoderarse de sus recursos naturales y explotar sus mercados, no sean considerados irrazonables o actos inhumanos. Debido a ello un puñado de países capitalistas recurre a la guerra y al derramamiento de sangre, colonizando países pacíficos, para apoderarse de sus recursos naturales y utilizar sus materias primas.
Se puede observar fácilmente a la desgraciada humanidad que ha estado bajo este sistema. Todos estos defectos y desventajas del capitalismo se deben al hecho de que su enfoque de la vida es simplemente materialista, aunque no tenga ninguna filosofía para explicar su espíritu y pensamiento materialista.
Una sociedad que tenga como fundamento el materialismo y rechace los altos principios morales del amor, la generosidad y la benevolencia, no puede sentirse feliz y segura.
En tal sociedad un individuo está siempre luchando duramente por asegurarse sus objetivos personales y en caso de que sus intereses choquen con los de otros, se encuentra solo.
REVISIÓN DEL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO
Existen distintos tipos de socialismo, siendo el más conocido el marxista, basado en el materialismo dialéctico. Tiene una filosofía particular que lo explica dialécticamente.
De acuerdo al materialismo dialéctico, éste se aplica por igual a la historia, la sociedad y la economía y por lo tanto su interpretación del universo y el estudio de la historia refleja el mismo enfoque filosófico. La dialéctica es una escuela económica como así también una estrategia política. En otras palabras, el materialismo da una forma a la visión del hombre sobre el mundo y la vida.
No se puede dudar del hecho de que la filosofía materialista y el método dialéctico no son una invención del marxismo, de igual modo que en el campo filosófico las tendencias materialistas han existido por cientos de años, a veces en forma abierta y otras veces a modo de sofistería. Similarmente, una parte de los argumentos dialécticos ya estaban firmemente arraigados en el pensamiento humano. Otra parte de ellos fueron desarrollados por el conocido filósofo idealista Hegel y luego Kar1 Marx[1] injertó la lógica dialéctica en la filosofía materialista, intentando su aplicación práctica en todas las esferas de la vida. Con este propósito llevó a cabo sus estudios. En primer lugar explicó la historia por medio de la dialéctica y en segundo lugar develó la contradicción del capital y los beneficios, sosteniendo que el capitalista hacía trampas al trabajador con el producto de su trabajo.
Sobre la base de su trabajo predijo la desaparición del capitalismo, lo que daría lugar a la sociedad comunista. Consideraba la formación de una sociedad socialista un gran paso hacia la aplicación del comunismo.
Así, de acuerdo a esta filosofía, los conflictos sociales y sus contradicciones como todas las leyes dominantes en una sociedad, resultan un fenómeno material coherente con otras condiciones materiales existentes que les influencian. Sin embargo, esta ley social nutre una contradicción interna. Oportunamente se produce un conflicto entre estas fuerzas y como resultado la actual forma de la sociedad sufre un cambio, dando lugar a otra forma nueva.
Este conflicto y lucha de clases continuará hasta que en el mundo se establezca una sociedad sin clases y los intereses individuales sean absorbidos en los intereses colectivos. Luego prevalecerá la paz y la tranquilidad y todos los vestigios capitalistas serán destruidos, porque es el capitalismo el que ha dividido la sociedad en patrones y trabajadores, siendo el responsable del odio de clase. Por lo tanto es necesario abolir el sistema de clase aboliendo la propiedad privada. En esto difiere la política económica básica del socialismo de la del comunismo.
El sistema comunista se basa en los tres principios siguientes:
Primer principio: El comunismo quiere abolir la propiedad privada completamente. Considera que la propiedad pertenece a toda la nación, transfiriéndola por lo tanto al estado. De acuerdo a esta teoría, siendo el estado el representante de la sociedad, el mismo debería hacerse cargo de todas las propiedades y usarlas para el bien público.
La creencia del comunismo en la necesidad de la nacionalización es un reflejo natural de los malos efectos de la propiedad privada bajo el sistema capitalista. Por eso es que se ha declarado que el objeto de la nacionalización es el derribe de la clase capitalista y la intención de unificar todas las clases del pueblo en una, en la perspectiva de poner fin a la lucha de clases y la acumulación de riquezas en manos individuales.
Segundo principio: Todos los productos existen para ser distribuidos de acuerdo a las necesidades de los individuos, siendo la regla: de cada uno de acuerdo a su capacidad y a cada uno de acuerdo a sus necesidades. Como cada individuo tiene requerimientos especiales sin los cuales no podría vivir, cada uno debe aportar lo más posible a la sociedad para que esta pueda asegurar las necesidades requeridas por cada individuo.
Tercer principio: Para evitar la aparición de los problemas y padecimientos propios de la irrestricta libertad bajo el sistema capitalista, el gobierno debería preparar un plan económico para la producción y distribución, teniendo en cuenta los requerimientos del pueblo, fijando consecuentemente la cantidad y forma de producción.
ALEJAMIENTO DE LOS PRINCIPIOS COMUNISTAS
Los principios comunistas fueron proclamados por los líderes comunistas pero cuando llegaron al poder se encontraron incapacitados para ponerlos en vigor. Por lo tanto renunciaron a la idea y pensaron que antes de llevar a la práctica dichos principios, era necesario lograr un cambio en la actitud mental de los individuos. Sostienen que llegará el día en que los puntos de vista y motivaciones personales darán lugar a dichas actitudes colectivas. Entonces el hombre se concentrará en los intereses colectivos Y se encaminará al logro de los intereses sociales.
Por este motivo los comunistas consideran esencial llevar primero a la práctica el socialismo y educar gradualmente a la gente, preparando el camino para la vigencia del comunismo.
Fueron introducidos notables cambios en el sistema comunista para darle la forma del sistema socialista:
1) El primer principio del comunismo que requiere la total abolición de la propiedad privada ha sido modificado, adoptándose una vía intermedia, nacionalizándose la industria pesada, las grandes empresas y el comercio exterior. Las pequeñas industrias y el comercio al por menor fueron dejados en manos particulares.
Esta modificación se hizo porque se comprobó que el principio original de la economía comunista (abolición de la propiedad privada) no era coherente con la naturaleza humana, al desaparecer todo incentivo para trabajar con afán luego de tal abolición. La gente no tomaba interés en sus obligaciones colectivas porque sabía que de acuerdo al sistema existente el gobierno era responsable de cubrir sus necesidades y, por lo tanto, el mayor esfuerzo era considerado sin sentido mientras ese esfuerzo no suponía la obtención de mayores salarios.
En un sistema en el que nadie cree en otros valores más que los de la vida material, ¿por qué alguien desearía trabajar para beneficio de otros? Por lo tanto, los líderes comunistas fueron forzados a modificar su teoría y limitarse al provecho restringido de la nacionalización.
2) También fue modificado el segundo principio, fijándose varios grados de salarios para incentivar a los trabajadores. Para justificar estas modificaciones se las presentaron como momentáneas y hechas en vistas a derrotar el pensamiento capitalista y edificar un hombre nuevo. De esta manera los comunistas han estado modificando continuamente su teoría y contrabalanceando sus fracasos de una u otra manera. De todos modos no han sido capaces hasta ahora de separarse de los principios económicos capitalistas. Por ejemplo, no han sido capaces de abolir los intereses de los préstamos bancarios, aunque dicho interés es uno de los males básicos de la economía capitalista.
Estos fracasos no significan que los líderes comunistas no se esforzasen ardientemente por promover su teoría, pero de hecho lo que sucedió fue que mientras llevaban a la práctica su sistema tuvieron que enfrentar la realidad de la naturaleza humana. Descubrieron que su sistema estaba lleno de contradicciones. Por lo tanto tuvieron que preparar una retirada en la esperanza de que más tarde o más temprano les sería posible llevar a la práctica su milagroso sistema.
3) El tercer principio del comunismo se refiere al aspecto político. A largo plazo su objetivo es hacer desaparecer la institución gubernamental de la sociedad. El gobierno no tendrá ningún sentido cuando el colectivismo se haya enraizado en la mente humana y todos los individuos trabajaran solamente para beneficio de la sociedad en su conjunto.
Sin embargo, mientras no se establezca una sociedad sin clases, es esencial que el gobierno esté en manos del proletariado. Aunque tal gobierno será democrático dentro del campo proletario, será una dictadura en lo que se refiere a la población en general. Mientras la gente tenga puntos de vista e inclinaciones personales, es necesaria la dictadura del proletariado para salvar los intereses de la clase obrera y eliminar para siempre las fuerzas del capitalismo.
La teoría del comunismo como fue desarrollada por Karl Marx, a diferencia del capitalismo democrático, se distingue por estar basada en una filosofía definida. Interpreta la vida de tal manera que no hay lugar para los valores espirituales y morales, para la creencia en Dios o en alguna recompensa o retribución de esta limitada vida material. En contraste, aunque el capitalismo también se apoya en una teoría materialista, no se basa claramente en una filosofía. De tal modo que el comunismo cree en la relación de clase del ser humano con su sistema social, mientras que el capitalismo o no cree en ello o no lo deja claro. Por lo tanto, desde el punto de vista filosófico la teoría comunista merecer ser estudiada y puede ser comprobada o examinada en base a sus postulados, porque el estudio de cada sistema se relaciona al valor de sus conceptos filosóficos respecto a la vida y al universo.
En una primera observación se puede ver que la tendencia general del comunismo, ya sea bajo la forma socialista o comunista pura, es disolver al individuo en la sociedad y utilizarlo para lograr el equilibrio general que se plantea. Como tal, el comunismo se opone diametralmente al capitalismo al sacrificar éste la sociedad por el bienestar individual.
En otras palabras, ambos sistemas chocan constantemente entre sí. En un sistema se da importancia a la personalidad individual y en el otro a la personalidad colectiva. Por supuesto, en el sistema basado en el individuo y en el beneficio personal, el individuo triunfa aunque la sociedad se enfrente con muchos problemas y dificultades económicas. Y en el sistema diseñado para rectificar los errores del pasado y dirigido a proteger la personalidad colectiva, el individuo es eliminado totalmente y tiene que sufrir insoportables penurias, viéndose impedido de pensar en sus derechos naturales.
REVISIÓN CRÍTICA DEL COMUNISMO
Aunque aboliendo la propiedad privada el comunismo superaba ciertas dificultades y padecimientos causados por el sistema capitalista, este remedio hizo surgir muchos problemas nuevos, cuyas soluciones demostraron ser muy costosas. En realidad la aplicación de este sistema es tan gravosa para el hombre, que no vale la pena el esfuerzo, excepto cuando fracasan todos los otros métodos para resolver los problemas humanos.
Por lo tanto el comunismo solamente es una solución imperfecta para los problemas sociales. No garantiza la eliminación de los males sociales al no haber diagnosticado correctamente las causas enraizadas en el sistema capitalista, dejándolas por lo tanto intactas. A esto se debe que la humanidad no encuentra ninguna solución a sus problemas en el comunismo. Por otra parte, las soluciones recetadas por el comunismo, causan muchas complicaciones.
El comunismo quiere privar a los individuos de su libertad y reemplazar la propiedad privada por la propiedad colectiva. Pero, de hecho, por lo menos hasta ahora este gran cambio ha demostrado ser contrario a la naturaleza humana, debido al criterio materialista de quien lo sustenta y a que el materialista mira sus intereses desde un definido ángulo personal.
Prominentes líderes comunistas han admitido su fracaso al respecto. En estas circunstancias la puesta en vigor de un nuevo sistema que prive a los individuos de sus motivaciones personales, requiere de una tremenda fuerza para aplastar toda oposición y silenciar todo estallido de protesta. En este sistema es preciso emplear todos los medios de comunicación para dirigir al pueblo con mano de hierro y castigarle a la menor sospecha, de modo que nadie pueda atreverse a pensar en rebelarse. ¡Naturalmente, esta es la única manera de llevar a la práctica un sistema impopular!
En realidad, si un materialista en una sociedad comienza por concebir exclusivamente objetivos sociales, trabaja por los intereses colectivos y elimina todas las motivaciones personales egoístas, podría ser posible que lleve a la práctica un sistema que sacrifique al individuo por amor a la sociedad y no persiga más que objetivos colectivos.
Pero se requiere un milagro para que la actitud mental de un materialista alcance ese cambio porque él cree solamente en esta vida limitada, siendo únicamente la búsqueda del placer el sentido de la misma.
Probablemente los comunistas esperan el día en que la naturaleza humana emprenda un cambio fundamental y nazca un nuevo hombre cuyo pensamiento y trabajo serán ideales sin necesidad de valores morales. Si tal milagro ocurre algún día, entonces la cuestión será distinta.
De todos modos, el programa colectivo que planean poner en vigor actualmente, lleva a aprisionar al individuo en la estructura de ese sistema y hacen todo lo posible por doblegar la naturaleza y sentimientos humanos y coartar el modo de vida natural de los individuos hasta que aplican su ley a un limitado grupo de personas que creen en ella y la defienden. Aunque todas las necesidades del individuo son satisfechas en este sistema y goza de la seguridad social durante toda su vida, a la vez que la propiedad pública lo asiste en el momento necesario, ¿no sería mejor para él que dichas necesidades sean satisfechas sin perder su libertad y que no fuese obligado a entregar su personalidad a la inexistencia, arrojándose a las olas del borrascoso océano social?
¿Cómo puede el hombre tener alguna esperanza de libertad cuando es privado de ella en su vida personal e incluso sus comidas son controladas? Se debe recordar que las libertades personal y económica son los fundamentos de todas las libertades.
Algunos dicen: “¿Cuál es el sentido de la libertad personal o el derecho al voto y a la crítica para un hombre que está gimiendo bajo el yugo del beneficio capitalista?”. La libertad de opinión no vale nada mientras no se asegure una vida respetable y una buena nutrición.
Esta gente no conoce otro sistema que pueda competir con el suyo más que el capitalista. Por ello, para asegurar el gobierno de la sociedad, han sacrificado la dignidad y los valores individuales.
Sin embargo, el hecho es que el hombre no debe perder lógicamente ni siquiera una fracción de sus derechos, a menos que, por supuesto, sea forzado a ello, porque de otra manera la humanidad tendrá que colocarse en la encrucijada de sus deseos, debiendo elegir entre sus derechos morales y sus necesidades materiales mientras no haya un sistema que reconcilie ambos aspectos.
Un hombre cuyas energías son explotadas por otros, que no disfruta de una vida saludable, confortable, y cuyas necesidades no se ven satisfechas, es privado de una vida auténtica y de todo usufructo de la misma. Similarmente, un hombre que está constantemente amenazado, a quien les son observados todos sus movimientos, que siempre se encuentra en peligro de ser detenido sin motivo, estando siempre preparado para ser encarcelado, exiliado o ejecutado por la misma equivocación o desliz, naturalmente será tímido y la vida no tendrá ningún atractivo para él.
Actualmente todos sueñan con la persona con todas sus necesidades satisfechas y segura de su protección y dignidad. Pero, ¿cuándo se realizará este sueño y se volverá una realidad?
Ya hemos dicho que el comunismo ha creado una nueva complicación y llegado a una solución defectuosa del problema social mientras que ha dejado intactas las causas principales de los males, destruyendo realmente algunas otras cosas. A ello se debe que, aunque refleja algunas aspiraciones humanas, aún no ha tenido éxito.
En el capitalismo no es la propiedad privada la fuente de todos los problemas y tragedias que ha hecho estremecer la paz y tranquilidad mundial. No fue la propiedad privada la que arrojó a millones de trabajadores de sus empleos sino el resultado del desarrollo de nuevos instrumentos de trabajo al comienzo de la Revolución Industrial. No es la propiedad privada la que permite las trampas hechas a los esforzados trabajadores y a sus salarios. Repito que no es la propiedad privada la que compele a los capitalistas a destruir grandes cantidades de productos para mantener los precios estables y así permitirse gastos inútiles en vez de ayudar al pobre y al necesitado. No es la propiedad privada la que fuerza al capitalista a invertir en la usura, promovida con el objeto de hacerse con el fruto de los pobres trabajadores y chuparles la sangre. No es la propiedad privada la que impele al capitalista a acaparar los artículos de consumo requeridos por la gente y obtener altos beneficios vendiéndolos a precios desorbitados. Finalmente es la propiedad privada la que impele al capitalista a preparar nuevos mercados para sí, incluso al costo de la soberanía y derechos de otras naciones.
Todas estas prácticas deplorables son el resultado de la perspectiva materialista y explotadora y no de la propiedad privada. Es el materialismo, que se ha vuelto el criterio de vida en el sistema capitalista, el que permite a los capitalistas todo tipo de prácticas nocivas y transacciones injustas.
No se podían esperar otras cosas más que las mencionadas de una sociedad cuyos fundamentos fueron colocados sobre el materialismo y el individualismo, que son los causantes de todos los males de la sociedad humana. La solución de los problemas humanos solamente será posible si se modifican totalmente las normas y se fijan nuevas metas coherentes con la naturaleza humana.
Extraído del libro EL ISLAM Y LAS ESCUELAS ECONOMICAS; Editorial Elhame Shargh
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[1] Karl Mane (Tréveris 1818 - Londres 1883). Filósofo y economista alemán. Por ser hijo de un abogado judío liberal, tanto los sionistas como los nazi fascistas atribuyen a Mane ser un exponente del pensamiento judío y/o un cripto-sionista. Contrapuesto a esta especulación prejuiciosa, el propio filósofo alemán en su poco divulgado artículo Sobre la cuestión judía (1843), el cual es una refutación a la teoría de Bruno Bauer (1809-1882), expresa: “Fijémonos en el judío real que anda por el mundo, no como hace Bauer en el judío sabático, sino en el judío de todos los días. ¿Cuál es el fundamento secular del judaísmo? La necesidad práctica, el interés egoísta. ¿Cuál es el culto secular que el judío practica? La usura. ¿Cuál es su dios secular? El dinero. Pues bien, al emanciparse de la usura y el dinero, el emanciparse del judaísmo práctico, real, sería la auto emancipación de nuestra época. El dinero es el celoso dios de Israel, ante el cual no puede legítimamente prevalecer ningún otro. La letra de cambio: he ahí el dios real y verdadero del judío. Su dios es, sencillamente, la letra de cambio ilusoria. La quimérica nacionalidad del judío es la nacionalidad del mercader, del hombre de dinero en general. El judaísmo llega a su apogeo con la coronación de la sociedad burguesa. Sólo entonces pudo el judaísmo imponer su imperio general y enajenar al hombre enajenado y a la naturaleza enajenada, convertirlos en cosas venales, en objetos entregados a la servidumbre de la necesidad egoísta, al tráfico y a la usura. Y si la sociedad burguesa no ha podido convencer al judío de su esencia religiosa, que no es, cabalmente otra cosa que la concepción ideal de la necesidad práctica, es, sencillamente, porque en la sociedad burguesa se realiza y se ha realizado ya de un modo general la esencia real del judío. No es por tanto, en el Pentateuco (la Torá) o en el Talmud, sino en la sociedad actual, donde hay que buscar la esencia del judío de hoy, considerado no como un ser abstracto, sino como un ser empírico y viendo en ella, no ya la limitación del judío, sino la limitación judaica de la sociedad. El judío no podrá seguir existiendo una vez que la sociedad logre acabar con la esencia empírica del judaísmo, porque su conciencia carecerá ya de su objeto, porque la base subjetiva del judaísmo, que es la necesidad práctica, se habrá humanizado, porque se habrá superado el conflicto entre la existencia individual-sensible y la existencia genérica del hombre. Emancipar socialmente al judío equivale a emancipar del judaísmo a la sociedad. (Marx, Escritos de juventud. Sobre la cuestión judía, págs. 463 a 490. Fondo de Cultura Económica. México, 1982). Intelectuales izquierdistas y pro sionistas como Jean Paul Sartre han tratado de minimizar estos conceptos argumentando que Mane al tiempo de redactarlos era un filósofo joven e incipiente, sin embargo éste jamás rectificó o se desdijo de tales aseveraciones. (Nota del Editor).