La fortaleza del Líbano firme junto al eje de la resistencia contra los enemigos

Sdenka Saavedra Alfaro[1]

Cuando suman ya más de 157 muertos y más de 5.050 heridos (al 8 de agosto de 2020)  saldo de las peores explosiones suscitadas el pasado martes 4 de agosto de esta gestión, en la zona portuaria de la capital del Líbano, Beirut, equivalentes a un terremoto de magnitud 4,5, de grados de Richter, de acuerdo a el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés), y que cuya potencia fue similar al 10% de la bomba atómica de Hiroshima, de acuerdo a expertos de la Universidad de Sheffield, los equipos de rescate continuaban sus labores para seguir encontrando a las decenas de personas que permanecían sepultadas bajo los escombros de los edificios completamente devastados, y además a toda esta tragedia se ha sumado la saturación y el colapso de los hospitales  para la atención de la cantidad de heridos, y a eso se añade la amenaza de la covid-19 y la pérdida de hogar de más de 300.000 personas, que quedaron en la calle.

Y a la par de todo esto, la destrucción total del principal puerto del país, el depósito que voló por los aires causando una onda expansiva que afectó a buena parte de la ciudad que contenía 2.750 toneladas de nitrato de armonio almacenadas desde que fueron trasladadas desde un barco hace seis años,  no solo afectará la economía, sino que pone a toda la nación al borde de la supervivencia, de acuerdo a lo señalado por analistas y expertos en economía, quienes manifiestan que existen pérdidas económicas estructurales muy grandes ; pues una catástrofe de esta magnitud no pasa sin que se cierren varias empresas y compañías que estaban conectadas o se encontraban directamente en las instalaciones destruidas, lo que  significa que varios cientos o incluso miles de personas perderán inevitablemente sus trabajos.

"En infraestructura, según nuestras estimaciones, las pérdidas suman mucho más de 100 millones de dólares. A ello se deben incluir las pérdidas de productos como reservas de alimentos, harina y grano en el puerto. Los problemas logísticos garantizados para la importación y exportación de mercancías en el futuro, ya que el puerto de la capital recibía y enviaba hasta el 70% de los productos del volumen de negocios nacional. La restauración de la capital le costará al tesoro unos 30.000 millones de dólares. Y creemos que esta cifra podría aumentar más. El puerto de Beirut tendrá que ser reconstruido desde cero"[2].

A todo ello, podemos añadir  que en una tierra que apenas puede lidiar con una pandemia, que existe bajo la sombra del conflicto, que se enfrenta a la hambruna y espera la extinción; pues debemos reconocerlo este país que ya fue golpeado por invasiones galopantes por parte de Israel y sus lacayos, remontándonos a los años 70 donde tuvo lugar numerosas y sangrientas incursiones militares israelíes contra grupos palestinos y del eje de la Resistencia, luego la Guerra del Líbano de 1982, denominada por Israel «Operación Paz para Galilea», donde Israel se hizo con el control de Beirut, que fue sitiada y bombardeada durante más dos meses, recordemos también que ya  dichas milicias entraron a los campos e iniciaron la ejecución de unos 3.500 refugiados palestinos en la ciudad[3], además de ello pasamos a la Guerra de Julio del 2006, en la que el ejército israelí desencadenó una invasión terrestre del Sur de Líbano, a la vez que imponía un bloqueo aéreo y naval contra  Hezbolá, en donde se estima la muerte de, entre 1 191 y 1 300 libaneses​ y de 165 israelíes, en donde se dañó severamente la infraestructura civil libanesa, provocando el desplazamiento de aproximadamente un millón de libaneses25​ y entre 300 000 y 500 000 israelíes[4], en ese misma invasión el Gobierno Libanés a fecha 27 de agosto de 2006 estimaba que los daños causados por la guerra en su país se elevaban a 1187 nacionales muertos, 4060 heridos, 256 000 desplazados y 15 000 viviendas destruidas, muchos de los muertos y heridos eran miembros de Hezbola[5], ya desde esa época como estamos viendo no sólo hubo una gran matanza al pueblo libanés, sino también fue devastada ya su economía y su infraestructura dejando en crisis total al país, además de ello se ha dañado el medio ambiente ; pues en un informe publicado por la ONU, se concluye que el daño ambiental provocado por los intensos bombardeos israelíes sobre el Líbano, contra blancos civiles ajenos al conflicto, han provocado un impacto ambiental negativo para la región.

"Muchos de los sitios bombardeados, las fábricas quemadas y los complejos industriales están contaminados con una variedad de tóxicos y sustancias dañinas para la salud".

Como estamos viendo, el destrozo y el daño a este país golpeado continúa, no sólo al medio ambiente que también puede ocasionar daños irreparables a su población y en plena pandemia del Covid 19, sino también como estamos viendo a su economía, pues el mismo día que estalló el puerto, la economía libanesa entraba en hiper-inflación , y hay que reconocerlo el Líbano está al borde de un desastre humanitario, tal cual lo señalan los analistas expertos en economía "El Gobierno necesita pedir ayuda a sus vecinos y a las organizaciones internacionales inmediatamente. Puede que el país simplemente no sobreviva estos pocos meses que tardará en empezar a reconstruir la ciudad". Al mismo tiempo debemos señalar que el Líbano es un país que sobrevive preso de las sanciones ilegales de los Estados Unidos, que afectan principalmente a los sectores más pobres de la sociedad, mismas que conducen a violaciones de los derechos humanos y tienen como objetivo coaccionar a las entidades extranjeras, como lo señala Marwan Osman "La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) ha estado implementando un programa de sanciones contra el Líbano desde el 1 de agosto de 2007, cuando el entonces presidente George W. Bush emitió una orden ejecutiva para "Bloquear la propiedad de las personas que socavan la soberanía del Líbano o sus procesos democráticos e Instituciones"[6].

El panorama no es se ve para nada alentador; sin embargo hasta el momento continúa el apoyo de varios países del Eje de la Resistencia, como lo es Irán que sigue enviándole ayuda y asistencia a el Líbano hasta el momento, tres aviones cargados con ayuda humanitaria, a eso también añadir las palabras del Líder de Irán, el Ayatolá Alí Jamenei[7], quien expresó sus condolencias, así como también todo su apoyo y solidaridad, al igual que su gobierno, como también la del Cuerpo de Guardianes de Irán quién moviliza sus capacidades para ayudar al hermano país del Líbano. Así mismo se sumó a ello el Ayatolá Sistani[8], la Autoridad Religiosa Suprema en Najaf Ashraf, Irak, quién expresó su profunda tristeza por el doloroso incidente de la terrible explosión en Beirut, y el que también hace  un llamado a los benefactores del mundo para que muestren solidaridad y ayuden al pueblo libanés.

Pero también mientras la cooperación internacional llega, y continúan los rescates en la ciudad, se han reactivado protestas contra el Gobierno libanés en medio del caos y la rabia por la devastadora explosión sufrida en Beirut, manifestaciones de ciudadanos que están atravesando la recesión económica y que ha esto se suma la actual tragedia de las explosiones, y que repercutió en una ola de protestas mismas que exigen la dimisión en bloque del Gobierno, elecciones anticipadas, inmediatas reformas económicas y un sistema judicial independiente[9].

Por otro lado, el líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, recientemente ha denunciado que algunos medios de comunicación intentan vincular a este movimiento con la explosión de Beirut, negando cualquier vínculo con el mismo, lamentado que acusen a la Resistencia de la mortal deflagración y ha enfatizado que hacer ese tipo de señalamientos viola la libertad de prensa. “Determinadamente niego cualquier vínculo de Hezbolá con el incidente (…) Hezbolá no tiene depósito de armas ni nitrato de amonio en el puerto de Beirut”, ha aseverado, en rechazo de los rumores sobre la explosión de almacenes de armas pertenecientes a este movimiento. “Es propaganda”, agregó Nasralá[10].

Al mismo tiempo se debe señalar que las autoridades libanesas ordenaron el arresto domiciliario de toda la administración portuaria de Beirut, el fiscal militar anunció que 16 funcionarios portuarios ya habían sido detenidos, en arresto domiciliario, mientras continúan con las investigaciones. Hasta el momento no se tiene con certeza sobre quiénes son los autores de esta gran tragedia, pero también existe la posibilidad de que EE.UU. e Israel estén detrás de todo esto, como ya lo han señalado varios analistas entre ellos, el periodista norteamericano israelí Richard Silberstein, quien recientemente señaló  que cuenta con información de altos funcionarios de que Israel intentó destruir un depósito de armas sin importarle que colindaba con los almacenes de nitrato de amonio causando la tragedia[11], si esto es así vemos que no es nada nuevo, ya que Israel ha atacado decenas de veces depósitos de armas en muchos países de la región y ha realizado múltiples bombardeos que causaron muertes y destrucción generalizadas en la población civil, ya la historia también lo ha escrito como lo hemos visto; pero también a eso añadimos que los niños, las mujeres, los ancianos, los hombres que se encuentran en estos momentos pidiendo auxilio, y que se encuentran desprotegidos, no pueden volver a ser la carne de cañón de toda esta corrupción de los que gobiernan el mundo y los que lo están llevando a la destrucción total, pues también debemos recordar, los incontables crímenes perpetrados por “potencias hegemónicas”, encabezadas por EE.UU. haciendo alusión al  bombardeo atómico de Hiroshima, en el que Estados Unidos mató inmediatamente a más de 100 000 personas arrojando una bomba atómica.

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