La fortaleza del sistema de la República Islámica de Irán frente al declive de Estados Unidos y su podredumbre democrática

Sdenka Saavedra Alfaro[1]

Sin lugar a dudas, el asalto al Capitolio de Estados Unidos, el pasado miércoles  6 de enero de esta gestión, propinado por una horda de simpatizantes de Donald Trump, en el que resultaron 4 personas muertas, y más de 52 detenidas, no sólo representa una vergonzosa página de la historia de Estados Unidos; sino que además de ser el primero en 200 años desde que los británicos lo invadieran durante la guerra de 1814, demuestra el fracaso de la democracia Estadounidense; pues Trump intentó dar un golpe de Estado y llamó a sus bases para implementarlo, así mismo como pagó a turbas  para dar golpes de Estados en otros países en Latinoamérica, como lo hizo en Bolivia[2], así también lo realizó en Washington.

La toma al Capitolio, en Washington que abrió informativos y portadas de todo el planeta, en las que las imágenes de televisión y de las redes hablaron por sí mismas, cuando en su interior, se procedía a certificar los resultados electorales que daban la victoria al candidato demócrata Joe Biden, quién ganó las elecciones de los comicios llevados  a cabo el 3 de noviembre [3]con 306 votos electorales contra 232 de Trump, él que considera que los comicios fueron fraudulentos, y que de acuerdo a él, la victoria electoral es suya, la sesión que tuvo que ser interrumpida, cuando los manifestantes, que era una banda de facinerosos escandalosos por su atuendo, que portaban banderas, y algunos armas entraron en la sede del poder legislativo, con el único objetivo como lo han señalado los analistas,  de impedir que el Congreso certificara la victoria de Joe Biden en la elección presidencial del 3 de noviembre.

Y lo que llama más la atención de este espectáculo que el mundo presenció el 6 de enero, en la toma del Capitolio, fue que  estos grupos de choque sirvientes de Trump, de la ultraderecha o el 'fascismo' estadounidense, liderado por  Jake Angeli, o el 'Chamán Q' como algunos lo llaman, el hombre que irrumpió el Capitolio con el torso desnudo, la cara pintada y con un sombrero de piel con cuernos, son seguidores todos de la teoría conspirativa conocida como QAnon en el estado de Arizona[4], la que está apoyada por estrellas de cine de Hollywood y del empresario George Soros, el judío y uno de los hombres más ricos del mundo, y como lo habíamos señalado anteriormente[5], una vez más darnos cuenta que todo está entrelazado con el sionismo, el nacionalismo judío, que afirma que el pueblo judío es superior a todos los pueblos y que debe tener el control en todas las órdenes, y esto ya lo hemos comprobado con la declaración de Trump, sobre Palestina, refiriéndose a que  Al Quds (Jerusalen) es la capital de Israel ordenando trasladar su embajada radicada en Tel Aviv hacia la Ciudad Santa[6]; siendo que Jerusalen es y será siempre la eterna capital de Palestina, como lo podemos ver todo se relaciona con su política sionista la que va en contra del derecho internacional.

Lo cierto es, que además todo lo sucedido en la toma del Capitolio, revela y pone en evidencia la falsedad del sistema supuestamente “ejemplo de la democracia” y libertad en el mundo; pues de acuerdo a un reciente informe,  EEUU no es apto para liderar la democracia global.

“Un país que ni siquiera puede salvaguardar su propia democracia de puertas para adentro (…) no puede ir reclamando por allí su liderazgo en la defensa de la democracia en el mundo”[7].

Y esto es la realidad; ya que no sólo el mundo entero ha presenciado estos escándalos que acompañaron las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos, sino que somos testigos de los sucesos que se dieron con las grandes manifestaciones de los sectores más castigados como es la población afroamericana, latina y una cantidad de jóvenes blancos que transformaron la protesta por la muerte de un ciudadano negro, George Floyd, a manos de la policía, tortura y ejecución pública, crimen al cual asistió horrorizado el mundo, cuando un uniformado le colocó la rodilla en el cuello hasta asfixiarlo, el que destapó estadísticas preocupantes sobre homicidios policiales en Estados Unidos,  que también han causado indignación como los otros casos en los que jóvenes de raza negra murieron a manos de personas blancas que no eran necesariamente agentes del orden, como lo hemos manifestado señalando que en Estados Unidos tampoco se respetan los derechos humanos, y que está totalmente lejos de ello; pues "En EE.UU. asesinan a personas de color y en Irán les besan la mano; ¿Quién respeta los Derechos Humanos?"[8].

Al  mismo tiempo señalar que el Ayatolá Jamenei, líder de la República Islámica de Irán ha subrayado, de igual modo, la “situación caótica del gran ídolo de la arrogancia”, aludiendo al “escándalo electoral” en EE.UU., país que proclama defender “los derechos humanos, de los que es víctima una persona negra cada cierto día”, asimismo ha hecho referencia a la “economía paralizada” y “decenas de millones de desempleados, hambrientos y sin hogares”, después de indicar que “el mundo, incluso los amigos de EE.UU., lo ridiculizan”[9].

Con todo lo que estamos mencionado, no cabe duda que Estados Unidos no es un modelo a seguir ante mundo en todo sentido, e incluso en valores morales y espirituales, y con toda esta violencia desenfrenada que desborda ha puesto en evidencia la falta de autoridad moral y el liderazgo global del país del norte, cuyas autoridades alardean de su capacidad para liderar dicha empresa; pues durante los cuatro años del mandato de Trump este mismo liderazgo mencionado de EE.UU. ha estado sufriendo un daño irreversible, por las medidas populistas y unilaterales impulsadas desde la Casa Blanca, desde su mensaje xenófobo, islamófobo e antiinmigrante que acompañó la campaña electoral de Donald Trump, el que vetó la entrada de refugiados e inmigrantes como lo manifestaba desde Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia, Yemen e Irak, países de mayoría musulmana, como lo hemos manifestado[10].

Sin lugar a dudas, una vez más estamos presenciando los principios de un final, el declive de la influencia y el imperialismo de EEUU en el mundo, ahora habría que preguntarse si el nuevo presidente electo Joe Biden, llevará las mismas políticas; ya que no es de extrañarse de esperar cambios en este sistema que se derrumba, “este hombre lleva como medio siglo siendo parte del mismo poder que ha llevado a Estados Unidos hasta esta  lamentable situación” [11]; es decir no existirán cambios manifiestos al parecer; sin embargo de algo estamos seguros que hemos aprendido en que cada vez más resulta más revalorizada la cosmovisión y la consigna de los derechos humanos en el islam como una respuesta a este mundo de injusticia, poniendo manifiesto en que el país al cual catalogan de terrorista, es el que está demostrando dónde se vive y se respira cada día democracia, siendo la República Islámica de Irán un modelo a seguir ante el mundo en caos como lo estamos presenciando; pues toda la norma jurídica dentro del sistema islámico obedece a la sharia y esta tiene un vínculo jurídico espiritual con la profecía y el libro Sagrado de los musulmanes que es el Corán: “Palabra de Dios” y en tal sentido ir contra los mandatos de Dios es un acto de desobediencia proclive a la herejía, y como lo señala Roberto Chambi [12]la declaración de los derechos humanos en el Islam tiene un raigambre contundente en las leyes islámicas aquellas que han sido practicadas, fortalecidas y difundidas por el Profeta Muhammad (BPD), más aún cuando él ha sido quién ha formado y ha estructurado las primeras instituciones del estado islámico, primero en la Meca luego en Medina durante 23 años.

No cabe duda que el islam shia sigue siendo la respuesta y la consigna a todo lo que se avecina. Ya Imam Mahdi, Leemos en un hadiz del Imam Sadiq (P): “Cuando se levanta el Qa’im (Mahdi) establece un gobierno basado en la justicia. La crueldad y la opresión serán abolidas en su tiempo. Las carreteras estarán seguras a la luz de su existencia. La tierra extrae y expone sus bendiciones y cualquier persona recibe su derecho merecido”.

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