Islam, Occidente y Los Derechos Humanos

De punto de vista del Imam Jomeini (ra)

La opinión del Imam Jomeini sobre
el estatus de las mujeres

Selina Parwin

Introducción

Los derechos de las mujeres están entre los debates más controversiales de esta era y el mundo de hoy enfrenta una crisis a este respecto. En principio, las mujeres pueden ser agrupadas en varias categorías según su estatus universal. El primer grupo son las seguidoras del Islam alrededor del mundo, el otro grupo son las seguidoras de la civilización occidental que están desarrolladas económicamente y el tercer grupo está formado por algunas de las mujeres de las sociedades musulmanas y no musulmanas así como algunas de las mujeres de sociedades sub-desarrolladas.

Las mujeres, que son parte de la sociedad humana y, como los hombres, llevan a cabo sus responsabilidades, son tratadas de manera diferente en distintas sociedades. La gran desgracia es que algunas veces las propias mujeres se exhiben a sí mismas y así, sin límites, hacen todo lo posible para dañar su honor y dignidad humana. En contraste con esto, las mujeres musulmanas son dignificadas y cuidadas en todos los aspectos de sus vidas. Un problema digno de mencionar aquí, no obstante, es que la civilización occidental conspira para destruir los valores islámicos puros y se valen de toda la tecnología moderna así como de los intelectuales pro-occidentales de sus propias sociedades, para tratar de hacer propaganda contra los valores islámicos y, con este fin, algunas veces hacen mal uso de visiones erróneas sobre la situación de las mujeres y de los desposeídos en las sociedades musulmanas.

Consciente de la deplorable condición de las mujeres en las sociedades islámicas, el líder de los musulmanes del mundo, el Imam Jomeini, se puso en acción para resolver este problema. El Imam mostró la verdadera jerarquía de las mujeres en el Islam convocándolas a cumplir sus obligaciones, y remarcó la importancia de esclarecer el verdadero significado del Islam. Sus discursos fueron tan claros que las mujeres iraníes recibieron con brazos abiertos su convocatoria y en 1977 fueron precursoras de la Revolución Islámica. Cabe mencionar que el Imam introdujo “El Día Universal de las Mujeres” con el fin de enfatizar la importancia de la cuestión de la mujer.

La opinión del Imam Jomeini sobre las mujeres es de gran importancia y valor. El tema de este artículo será el análisis de algunos problemas sobre la condición y jerarquía de las mujeres en las sociedades contemporáneas así como en el Islam según la opinión del Imam. Además, mencionaremos también algunas de características de Hadrat Fátima Zahra (P) que dieron origen al “Día Universal de las Mujeres”.

A. El estatus de las mujeres y su rol humano

Como los hombres, la mujer goza y posee los mismos derechos humanos establecidos en las declaraciones respectivas, y los objetivos de su vida son también los mismos.

1. Responsabilidades de las mujeres

La sociedad humana se desarrolla a través de la creatividad e interacción de hombres y mujeres. Las mujeres juegan un papel vital en la vida diaria. El papel de hombres y mujeres es como la función de ambas manos a la hora de realizar cualquier actividad. Cada mano hace ciertas cosas y ayuda a avanzar en los problemas de la vida. El rol de las mujeres es comparable a esto. Algunas actividades humanas son las mismas tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, tienen distintas responsabilidades específicas en virtud de sus diferencias naturales. Hoy día, las mujeres trabajan en diferentes áreas. Además al trabajo doméstico, ellas comparten otras responsabilidades y sólo en muy raros casos esto no es así. Sus responsabilidades sociales cubren por ende un amplio rango. Haciendo hincapié en este punto, el Imam dice: “En comparación con los hombres, las damas iraníes han hecho una contribución mayor a este movimiento y revolución”. “Si las mujeres que secundan a los hombres fueran arrebatadas de las naciones, éstas seguramente se enfrentarían al fracaso y la ruina”. Estas dos frases ayudan a entender la importancia de las mujeres en nuestra sociedad.

2. El rol de las mujeres en la familia

La familia es el componente básica de la sociedad y las mujeres juegan un papel clave en mantenerla unida. Ellas llevan a cabo tareas como el cuidado de los bebes mientras que al mismo tiempo apoyan la economía familiar trabajando fuera de casa. Las mujeres pueden persuadir a sus esposos de hacer buenas acciones, pero también pueden desviarlos, lo cual tiene por supuesto un efecto negativo en la sociedad. El Imam ha dicho sobre esto: “Tanto la decencia como la corrupción de una sociedad la originan las mujeres de dicha sociedad”.

La seguridad y la paz de la familia, el éxito o el extravío, la insatisfacción, la impureza y la corrupción así como el futuro de todos los grupos e individuos dependen de las mujeres de una sociedad. La siguiente declaración del Imam Jomeini señala al respecto: “La mujer juega un papel importantísimo en la sociedad; ella es la causa de que se logren las aspiraciones de los seres humanos”.

3. La maternidad

“Una buena madre educa bien a los niños y, que Dios no lo permita, si una madre está extraviada el niño estará desviado desde el inicio”.

“La primera escuela que tiene un niño es el regazo de la madre”.

La madre cuida a sus hijos y juega un papel clave en educarlos. La educación y el cuidado de la madre para con sus hijos afectan toda la vida de éstos, por eso, la formación de los hombres está en manos de las mujeres. Los logros, el éxito y la perduración en el tiempo de una sociedad dependen de ellas. Sin duda, una buena mujer educa bien a sus niños. Una mujer con una concepción profunda y perfeccionista de la vida sin duda cría buenos hijos, y las buenas familias generan una buena sociedad. Las mujeres, consecuentemente, tienen un rol importante en la formación de una buena sociedad, y puede decirse que la bondad y la maldad de una sociedad guardan una estrecha relación con las mujeres de dicha sociedad.

4. El papel de las mujeres en la educación y los valores

Las mujeres juegan un papel significativo en la educación de la sociedad en la que viven. Sobre esto, el Imam Jomeini dice: “La educación de los niños debería empezar desde el momento en que éstos están sobre sus regazos, cuando son bebés; eso es una verdadera educación islámica. Cuando uno ve que la madre de uno es correcta y recatada, si uno ve que el padre de uno es correcto y recatado, seguramente la sociedad será correcta y recatada”. “Los niños aprenden más de sus madres, no están influenciados por sus padres y maestros tanto como por sus madres”.

Cabe mencionar que el amor y el sentimiento maternal son muy efectivos en la educación de los niños, que aprenden así las enseñanzas reales y fundamentales requeridas para la vida futura. Los niños miran las actitudes y el comportamiento de sus madres y según parece las imitan en aspiraciones y comportamiento.

5. El rol de las mujeres en la sociedad

Además de afectar directamente a la sociedad, las mujeres pueden hacerlo indirectamente a través de la educación de los niños así como a través de la impresión que causan en sus esposos. A través de sus hijos y maridos, por lo tanto, las mujeres forman buenos hombres y mujeres para la sociedad.

Sobre este tema, dice el Imam Jomeini:

“La mujer es la única criatura que puede dedicarse a la sociedad a través de la crianza de individuos cuya benéfica presencia en una sociedad le permiten a ésta encaminarse hacia el logro de los valores humanos más sublimes. Sin embargo, las mujeres pueden también jugar el papel inverso”.

B. La posición de las mujeres en el Corán y en las tradiciones

Para entender mejor la posición de las mujeres en el Islam, es necesario conocer la concepción de la sociedad sobre este tema cuando le fue revelado el Corán al Noble Profeta (BP).

1. La opinión de la sociedad sobre las mujeres durante la era preislámica de la ignorancia

Los versículos del Corán fueron revelados en una época en que la sociedad estaba sumida en el más negro oscurantismo. Las niñas eran enterradas vivas. La ignorante sociedad de aquella época no consideraba a las mujeres seres humanos. Los siguientes dos versículos señalan la posición y la situación de las mujeres de aquella época: “Y cuando a la niña enterrada viva se le pregunte porqué delito fue matada”. [Sura 81:8-9]. “Y cuando a alguno de ellos se le anuncia la buena nueva de una hija su rostro se ensombrece y se llena de pesar. Se aparta de la gente por el mal que se le ha comunicado ¿Se quedará con ella a pesar de la humillación o la ocultará bajo tierra?”. [Sura 16:58-59].

2. Solo son juzgadas las acciones de los seres humanos, no su género

El Corán sostiene que la dignidad de la mujer es igual a la del hombre estableciendo iguales derechos y responsabilidades para ambos géneros. Sin considerar el género de los seres humanos, el Sagrado Corán enfatiza solamente las acciones diciendo: “Y, quien haga buenas acciones, sea varón o mujer, siendo creyente, entrará en el Jardín y no será tratado injustamente en lo más mínimo”. [Sura 4:124].

El Sagrado Corán ha establecido lo halâl (lícito, permisible) y lo harâm (ilícito, prohibido) para todos por igual sin hacer ninguna discriminación entre hombres y mujeres o entre las razas. Invitando a los seres humanos al buen obrar el Corán considera nula cualquier discriminación de género y pone el énfasis en las acciones personales para el logro de los objetivos sociales, y aprecia, como lo hace en el caso de los hombres, las responsabilidades y trabajos de las mujeres. El Corán se expresa así sobre esto: “…En verdad, no dejaré que se pierda la obra de nadie de vosotros, sea hombre o mujer…”. [Sura 3:195].

En una narración el Noble Profeta Muhammad (BP) se refiere a este punto:

a. “Depende de cada hombre y mujer estar en la búsqueda del conocimiento.”

b. “¿Quién es más querido por Dios? Aquel que da mayor conocimiento a Sus criaturas.”

3. La buena noticia del nacimiento de una niña

El Sagrado Corán, además, afirma que el nacimiento de una niña es un anuncio bendito y una buena nueva. En la sociedad árabe ignorante preislámica, el nacimiento de una niña era una mala noticia. Dios Todopoderoso cambió esa mala noticia en una buena. Las enseñanzas del Noble Profeta (BP) a este respecto indican que el padre bondadoso de una niña entrará al Paraíso junto con él.

a. “Salvaremos del fuego del Infierno a quien trate a su hija benévolamente.”

b. “El Paraíso está bajo los pies de las madres”.

Se dice en una de las tradiciones del Profeta (BP) que Dios envía a Sus ángeles a la casa en la que ha nacido una niña. Los ángeles s acercan a ella y la cubren con sus alas. También agradecen a los padres de la niña y les dicen que Dios ama a quien sea que ame a esa niña.

4. Igualdad de derechos para hombres y mujeres

El Sagrado Corán, diferenciándose del pensamiento de la sociedad árabe durante la época del Profeta (BP), no solo declara la igualdad de derechos y deberes para hombres y mujeres respecto de las actividades económicas, sino que también establece dicha igualdad de derechos en otros ámbitos. El siguiente versículo señala esto: “¡Oh gentes! ¡Temed a vuestro Señor, que os creó de una sola alma, creando de ella a su pareja y que, a partir de ambos, ha hecho surgir hombres y mujeres en abundancia!” [Sura 4:1]. “Y no codiciéis aquello con lo que Dios ha favorecido a unos por sobre otros. Los hombres tienen una parte de lo que realizan y las mujeres una parte de lo que realizan. Y pedid a Dios que os otorgue de Su favor. En verdad, Dios conoce bien todas las cosas”. [Sura 4:32].

El contenido de los versículos citados muestra que las mujeres tienen identidades independientes en la sociedad, posición totalmente opuesta a considerar a las mujeres como mercancías. Las mujeres eran consideradas en el pasado —y aún hoy se las suela tratar de esta manera—, como ciudadanos de segunda clase. El slogan occidental sobre la libertad (o liberación) de las mujeres es un indicio de este asunto. Al sostener que las mujeres, como los hombres, son seres humanos, el Islam afirma su independencia, así como una identidad independiente en cuanto a sus derechos y obligaciones.

5. Las mujeres son amigas de los hombres

El Corán pide a hombres y mujeres que sean amigos en cada día de sus vidas. Esta amistad puede existir en todos los campos y dice el Corán sobre esto: “Y los creyentes y las creyentes son amigos y protectores los unos de los otros. Ordenan lo que es bueno y prohíben lo que es malo y hacen la oración, dan el zakat y obedecen a Dios y a Su Mensajero. Es con ellos con quien Dios será misericordioso. En verdad, Dios es poderoso, sabio”. [Sura 9:71]. Este versículo también muestra que las mujeres están asociadas a sus esposos en sus roles sociales.

6. Responsabilidades hacia los padres

Por un lado, las mujeres musulmanas están obligadas a cuidar de sus hijos y educarlos y, por esto, merecen más respeto que los hombres. En una tradición el Noble Profeta (BP) repite tres veces que hay que ser buenos con las madres, y enseguida recomienda una sola vez el buen comportamiento hacia los padres. También dice sobre esto: a). Quien desee entrar al Paraíso debe ganarse la satisfacción de sus padres. b) Es una pena que algunos jóvenes no entren al Paraíso debido a que no sirvieron a sus padres en su ancianidad.

Está claro que los padres sufren dificultades y penurias para el cuidado de sus niños, y por lo tanto Dios Todopoderoso dice: “Y hemos encomendado al ser humano que sea bueno con sus padres. Su madre le cargó con esfuerzo y con esfuerzo le dio a luz. Y su embarazo y su lactancia duran treinta meses…”. [Sura 46:15]. Es una obligación para los niños que son educados con amor cuidar de sus padres cuando son ancianos.

7. El Islam no permite una vida desenfrenada

El Islam no permite a las musulmanas, bajo el pretexto de los derechos de las mujeres, ser libres sin restricciones, sino que ha establecido ciertos factores limitantes que afectan también a los hombres. Todos los seres humanos han sido creados de una sola alma (Sura al-Nisa 4:1, mencionada anteriormente); y el Islam los ha limitado con una serie de normas.

8. Una recompensa para los creyentes

Dios Todopoderoso también ha prometido recompensar a aquellos que cumplen con las restricciones de las normas arriba mencionadas. Un ejemplo de esta recompensa está mencionado en la Sura 16, Al-Nahl: “A quien obre rectamente, sea hombre o mujer, y sea creyente, le haremos vivir una vida buena. Y les recompensaremos conforme a lo mejor que hacían”. [Sura 16:97].

Cabe mencionar que una vida sin obligaciones no es de ninguna manera una vida valiosa. Por esto es que el Islam pone límites al estilo de vida humano, particularmente al de las mujeres, ya que como se mencionó en la tradición profética, Satanás depende principalmente de las mujeres para lograr sus objetivos demoníacos.

9. El Hiÿâb (velo) es una necesidad

Dios Todopoderoso ha enumerado los sublimes caminos a través de los cuales las mujeres pueden mantenerse a sí mismas alejadas de las tentaciones de Satanás y sus seguidores. En los versículos de la Sura al-Ahzab dice: “¡Oh Profeta! Di a tus esposas y a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran todo el cuerpo con sus túnicas. Eso es mejor para que sean reconocidas y no sean molestadas. Y Dios es Perdonador, Misericordiosísimo con los creyentes”. [Sura 33:59]. Este versículo no impide a las mujeres desempeñar roles de acuerdo a sus capacidades, sino que las protege de hacer cosas que sigan el estilo de los defensores de las mujeres en occidente.

A diferencia de lo que dicen los modernos slogans occidentales, el Hiÿâb (velo) de la mujer musulmana es su defensor y garante de su derecho. El Hiÿâb es el signo de la dignidad de la mujer, con él, la mujer musulmana se torna preciada; este punto también está mencionado en el Corán. Está claro que el Hiÿâb actúa como un factor protector para mantener alejadas a las mujeres de las intenciones satánicas. El Hiÿâb es una señal del espíritu del Islam entre las mujeres y la familia, y está considerado como el sello distintivo de las musulmanas. La civilización occidental intenta acabar con las mujeres y la familia. Por eso, con el fin de permanecer como verdaderas musulmanas, no hay más opción que mantener efectivamente el uso Hiÿâb.

10. Ejemplos de mujeres rectas y honorables

Existen muchos ejemplos de buenas mujeres en la historia del Islam; entre los más prominentes está Hadrat Jadiÿah Al-Kubra’ (P), Hadrat Fátima Zahra (P), Hadrat Zaynab (P), Hadrat María (P) (la madre de Jesús), Hadrat Asiyah (P) (la esposa de Faraón) y Hadrat Sara (P) (la esposa de Abrahán). También existen ejemplos de mujeres que carecen de buena voluntad, y de hecho podemos ver alrededor nuestro a muchas de ellas.

C. La situación actual de las mujeres

Hoy día, las mujeres son tratadas como mercancías. La civilización occidental ha despojado a las mujeres de su espíritu sublime y posición moral y las ha convertido en títeres de los hombres. La sociedad occidental quiere dirigir a las mujeres hacia las modas y las rivalidades al quitarles el velo. Hoy día se da en las sociedades occidentales una relación ilegítima y promiscua entre hombres y mujeres. Por un lado, la sociedad occidental intenta asimilar a la sociedad musulmana a las costumbres occidentales, trata de destruir los vínculos y convenciones de las familias musulmanas y quitarles el Hiÿâb a sus mujeres. También intentan conducir a las mujeres hacia la promiscuidad y el libertinaje recurriendo a medios tales como diarios, periódicos, cines, CD’s, Internet, etc.; hacen sus mejores esfuerzos para lograr este objetivo por lo que algunas de las mujeres musulmanas son atraídas por estas cosas. Las mujeres de sociedades no musulmanas también siguen la desviada cultura occidental. El cliché de la «libertad de la mujer» es actualmente muy popular entre ellas. En nombre de la libertad las mujeres abandonan sus hogares. En la actualidad, su libertad se ha vuelto equivalente a libertinaje, que es vivir de cualquier manera que quieran.

D. Roles históricos de las mujeres musulmanas

El Imam Jomeini dijo: “La historia es el maestro del hombre” y “La historia es la luz que ilumina el futuro”. Algunas mujeres en el Islam, a lo largo de la historia, han sido consideradas modelos y ejemplo de virtudes. Sus virtudes, la sumisión a la voluntad de Dios, su espiritualidad, su coraje moral y actos de devoción son muy importantes para los verdaderos seguidores del Islam. Hadrat María (P), hija de ‘Imran (P), Hadrat Asiyah (P) esposa de Faraón, Hadrat Haÿar (P) madre de Ismael (P), Hadrat Sara (P) madre de su Hadrat Isaac (P), etc., son ejemplos históricos de espiritualidad y rectitud antes del surgimiento del último de los Profetas, Hadrat Muhammad (BP). Por sus actos, Dios las condujo a hacia una posición sublime, nombrándolas en el Sagrado Corán. La historia del último Profeta Muhammad (BP), registra los nombres de algunas mujeres que jugaron un papel importante en su época. Estas mujeres todavía son un modelo de virtudes para las mujeres musulmanas. Entre estas gloriosas damas, se pueden mencionar a Hadrat Jadiÿah (P), Hadrat Fátima Zahra (P), Hadrat Zaynab (P), la hija de su Hadrat Fátima (P), y Sumayah la primer mártir del Islam. Narraremos algunas características de las vidas de su Hadrat Jadiÿah (P), Hadrat Fátima Zahra (P) y Hadrat Zaynab (P) debido a que son una manifestación de la verdadera luz del Islam.

1. Hadrat Jadiÿah (P)

Durante las primeras etapas de la profecía del Noble Profeta (BP), su esposa Jadiÿah (P) fue su principal ayuda y amiga. Jadiÿah ayudaba al Profeta (BP) con toda su energía. Fue la primera persona que aceptó el Islam, y lo hizo sin dudar y sin preguntar. Después de esto fue una gran ayuda para el Profeta (BP) y gastó toda su riqueza en los sublimes objetivos de su esposa. Ella era una mujer rica en su época y gastó toda su fortuna en la causa del Islam. Aún en las circunstancias más difíciles e inaguantables, ella permaneció junto al Profeta (BP) no abrigando en su mente ni la más mínima duda. Ese fue el inicio de la profecía, los tiempos difíciles de Shi’b-e Abi Talib.

Hadrat Jadiÿah (P) fue tan virtuosa y recta que durante los retiros del Noble Profeta (BP) en la Cueva de Hira, donde se entregaba a la oración y la súplica a Dios, ella concurría con frecuencia a la cueva llevándole alimentos. Y cuando el Noble Profeta (BP) se convirtió en el Mensajero de Dios, ella y el Imam ‘Ali (P), que tenía diez años en ese momento, fueron los primeros creyentes. Ella conocía y apreciaba la situación del Profeta (BP) y cuido de él de una manera tal que después de su partida de este mundo, él (BP) la recordaba con lágrimas por el profundo amor que tenía por ella y la vida que habían vivido juntos. El Noble Profeta (BP) preguntaba quién podría ser como Jadiÿah (P); mientras que todo mundo rechazaba la invitación al Islam, Hadrat Jadiÿah (P) se sometió sin ninguna duda ni pregunta.

2. Hadrat Fátima Zahra (P)

Líder de las mujeres en los dos mundos, Hadrat Fátima Zahra (P) es la hija de Hadrat Jadiÿah (P). Después de ella, fue Fátima Zahra (P) quien cuidó del Noble Profeta (BP).

a. La madre de su padre

Cuando falleció su eminencia Jadiÿah (P), Fátima Zahra (P) tenía 5 o 6 seis años de edad. Ella estaba en una edad en que necesitaba ser cuidada por sus padres, pero sin embargo, fue ella quien estuvo junto a su padre y cuidó de él. Aunque era una niña, alentaba al Noble Profeta (BP) en su misión de invitar a la gente al camino de Dios, aún durante el período en que los infieles cometían actos terribles. Por ejemplo, cuando el Noble Profeta (BP) fue herido como resultado de las bárbaras agresiones de los impíos, ella cuidó de él. Hadrat Fátima Zahra (P) era tan valiente que tuvo el coraje de levantarse en contra de los idólatras. Ella era tan amada por el Noble Profeta del Islam (BP) que él la llamaba “la madre de su padre”. Cada vez que ella llegaba, el Noble Profeta (BP) se levantaba en señal de respeto.

b. La líder de las mujeres

El Noble Profeta (BP) dijo: “Fátima Zahra (P) es una parte de mi cuerpo”. El amor y el interés por su hija Fátima era tal que cuando ella (P) iba de la casa de su esposo a la de su padre, este le daba siempre una cálida recepción. Cada día, en su camino a la mezquita, el Noble Profeta (BP) pasaba por la casa de Fátima (P) y le presentaba sus respetos diciendo: “Que la paz y la misericordia de Dios sean sobre ti, Casa del Profeta”. El Noble Profeta (BP) también dijo: “Aquel que ofenda a Fátima, me ha ofendido a mí, y quien me ofende a mí, ha ofendido a Dios, y quien ofende a Dios es infiel e incrédulo. Fátima, quien te irrite, ha irritado a Dios y quien te complazca, ha complacido a Dios”.

Se dice que antes y después de sus viajes, el Noble Profeta (BP) visitaba a Hadrat Fátima (P) ya que ella tenía muchas virtudes y una personalidad sublime. También se dice que Hadrat Fátima nació con la luz de Dios y que Dios la elogió ante sus ángeles debido a sus actos. En razón de sus obras y forma de ser, Hadrat Fátima ha sido conocida en todas las épocas como “la Mujer de los Dos Mundos”. Su virtud le trajo el título “Zahra” (“resplandeciente”) ya que su luz ilumina el Paraíso. El Noble Profeta (BP) y Hadrat Fátima (P) son ejemplos perfectos de virtudes para hombres y mujeres respectivamente.

c. Acciones magnánimas

En su época, Fátima Zahra (P) era conocida por todos debido a su generosidad y comportamiento magnánimo. Era muy amable con los pobres y gastaba todos sus bienes en ayudarlos. Nadie (que le pedía) se iba de su lado sintiéndose decepcionado. Algunas veces, ella daba a los pobres su único alimento almacenado para el Iftar (desayuno). Existe un buen número de estos ejemplos en su historia. Hadrat Fátima Zahra (P) podría haber tenido una vida suntuosa, y sin embargo, a pesar de tener propiedades y riqueza, ella solía trabajar y prefería la ropa y comida simple. Ella era muy generosa y nadie dejaba su casa sin llevarse algo en la mano; a veces, ella daba su comida a los pobres mientras ella pasaba hambre. Otro ejemplo del elogio de Dios por las acciones de la Familia del Profeta (BP) pueden encontrarse en la Sura Dahr, en la que se dijo una vez que Hadrat Fátima y Hadrat ‘Ali (P) mantuvieron su ayuno tres días pues al final del día (cuando corresponde desayunar) ellos daban lo que tenían a los pobres, a los huérfanos y prisioneros...

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Fuente: Islam, Occidente y Los Derechos Humanos De punto de vista del Imam Jomeini (ra), Una Colección de Artículos; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com; Fundación Cultural Oriente


[1] Sahifeh-ye Imam, vol. 6, p. 185.

[2] Sahifeh-ye Imam, vol. 16, p. 125.

[3] Sahifeh-ye Imam, vol. 5, p. 283.

[4] Sahifeh-ye Imam, vol. 6, p. 185.

[5] Sahifeh-ye Imam, vol. 6, p. 187.

[6] Sahifeh-ye Imam, vol. 21, p. 172.

[7] Sahifeh-ye Imam, vol. 16, p. 192.

[8] Sahifeh-ye Imam, vol. 7, p. 283.

[9] Sahifeh-ye Imam, vol. 14, p. 131.

[10] Sahifeh-ye Imam, vol. 6, p. 186.

[11] Sahifeh-ye Imam, vol. 14, p. 131.

[12] Sahifeh-ye Imam, vol. 6, p. 158.

[13] Sahifeh-ye Imam, vol. 4, p. 440.

[14] Sahifeh-ye Imam, vol. 6, p. 300.

[15] Sahifeh-ye Imam, vol. 16, p. 192.

[16] Sahifeh-ye Imam, vol. 7, p. 341.

[17] Sahifeh-ye Imam, Ibíd.

[18] Sahifeh-ye Imam, vol. 16, p. 192.

[19] Sahifeh-ye Imam, vol. 5, p. 153.

[20] Sahifeh-ye Imam, vol. 5, p. 175.

[21] Sahifeh-ye Imam, vol. 3, p. 49.

[22] Sahifeh-ye Imam, vol. 3, p. 102.

[23] Sahifeh-ye Imam, vol. 6, p. 186.

[24] Sahifeh-ye Imam, vol. 16, p. 192.

[25] Sahifeh-ye Imam, vol. 2, p. 111.

[26] Sahifeh-ye Imam, vol. 4, p. 103.

[27] Sahifeh-ye Imam, vol. 19, p. 279.

[28] Sahifeh-ye Imam, vol. 6, p. 185.

[29] Sahifeh-ye Imam, vol. 13, p. 31.

[30] Sahifeh-ye Imam, vol. 16, p. 67.

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