Niveles de fe de los compañeros y esposas del Profeta del Islam, según el Corán

Por Sayed Mustafá Qazwini

La mayoría de los eruditos islámicos definen a los compañeros del Profeta (Sahāba) así: “Aquellos que vivieron en su época y lo vieron o escucharon hablar, incluso por un corto tiempo”.

El Islam enseña que ninguna persona debe ser elogiada o condenada sin una razón válida independientemente de su origen, credo o color.

De acuerdo al sagrado Corán, los más cercanos a Dios son los más piadosos:

إِنَّ أَكْرَمَكُمْ عِندَ اللَّهِ أَتْقَاكُمْ إِنَّ اللَّهَ عَلِيمٌ خَبِيرٌ

“En verdad, el más noble de vosotros ante Dios es quien posee mayor temor de Dios, en verdad, Dios todo lo conoce, está bien informado.”[1]

Ni la consanguinidad, amistad, compañía, nivel económico, ni estatus social juegan un papel importante con respecto a la cercanía a Dios.

En cuanto a los compañeros del Profeta (Sahāba), el Sagrado Corán los divide en dos grupos. El primero consiste en aquellos que fueron honestos, leales y sacrificaron sus vidas y riquezas para defender la causa del Islam. El Corán dice:

الَّذِينَ ءَامَنُوا وَهَاجَرُوا وَجَاهَدَوا فِي سَبِيلِ اللّهِ بِاَمْوَالِهِمْ وَأَنفُسِهِمْ أَعْظَمُ دَرَجَةً عِندَ اللّهِ وَاُوْلَئِكَ هُمُ الْفَآئِزُونَ

يُبَشِّرُهُمْ رَبُّهُمْ بِرَحْمَةٍ مِنْهُ وَرِضْوَانٍ وَجَنَّاتٍ لَهُمْ فِيهَا نَعِيمٌ مُقِيمٌ

خَالِدِينَ فِيهَا أَبَداً إِنَّ اللّهَ عِندَهُ أَجْرٌ عَظِيمٌ

“Quienes creyeron y emigraron y combatieron por la causa de Dios con sus bienes y sus personas poseen un grado mayor ante Dios y ellos son los triunfadores. Su Señor les anuncia una misericordia que de Él procede, satisfacción y jardines en los que disfrutarán de delicias eternas. En ellos estarán para siempre, eternamente.

En verdad, Dios dispone junto a Sí de una recompensa inmensa.”[2]

Otras muchas aleyas en el Sagrado Corán mencionan a los buenos compañeros del Profeta, tal como al-Badriyun, que permanecieron con el Profeta durante la batalla de Badr, aunque su número era menos de una tercera parte de la de sus enemigos y sus armas eran simples comparadas con las de sus adversarios. Resistieron y sacrificaron sus vidas y son considerados el mejor de los ejemplos para los musulmanes.

Igualmente, hubo mujeres honorables entre los Sahāba, quienes participaron en la vida política, social y económica del Islam, tal como Umm Amarah quien sacrificó cuatro hijos en defensa del Islam. Cuando atendía las heridas fatales de uno de sus hijos, Umm Amarah misma fue a la batalla para combatir al enemigo. El Profeta fue testigo de su valentía y dijo acerca de ella: “Oh Umm Amarah, ¿quién puede soportar lo que tú has soportado?”

Sin embargo, hay otro grupo-- los hipócritas, los cuales el Sagrado Corán describe claramente. Numerosos aleyas en el Sagrado Corán condenan sus intentos por destruir la nación musulmana. En particular, hay dos suras en el sagrado Corán que se refieren a algunos de los compañeros como hipócritas: La Sura 9 (al-Tawbah o el arrepentimiento) y la sura 63 (al-munafiqun o los hipócritas). En la sura Los hipócritas, el sagrado Corán enseña que la gente no debería ser juzgada por su apariencia física, o incluso por sus acciones públicas, mejor por su sinceridad y dedicación a Al.lah, su Profeta y la nación musulmana. Esta sura dice:

وَإِذَا رَأَيْتَهُمْ تُعْجِبُكَ أَجْسَامُهُمْ وَإِن يَقُولُوا تَسْمَعْ لِقَوْلِهِمْ كَأَنَّهُمْ خُشُبٌ مُسَنَّدَةٌ يَحْسَبُونَ كُلَّ صَيْحَةٍ عَلَيْهِمْ هُمُ الْعَدُوُّ فَاحْذَرْهُمْ قَاتَلَهُمُ اللَّهُ أَنَّى يُؤْفَكُونَ

“Y cuando les ves te sorprende su aspecto y cuando hablan escuchas lo que dicen, pero son como palos secos apoyados contra la pared. Creen que cualquier grito va dirigido contra ellos. Son el enemigo, así que, ten cuidado con ellos. ¡Que Dios acabe con ellos! ¡Qué desviados están!”[3]

Estos son los desobedientes quienes Dios no olvidará en el Día del Juicio, de acuerdo con el Sagrado Corán:

سَوَآءٌ عَلَيْهِمْ أَسْتَغْفَرْتَ لَهُمْ أَمْ لَمْ تَسْتَغْفِر لَهُمْ لَن يَغْفِرَ اللَّهُ لَهُمْ إِنَّ اللَّهَ لاَ يَهْدِي الْقَوْمَ الْفَاسِقِينَ

“Da igual que pidas perdón para ellos o que no pidas perdón para ellos, Dios no les perdonará jamás. En verdad, Dios no guía a la gente malvada, transgresora.”[4]

Aunque oraban y daban limosna (zakat), estos actos se derivaban de su hipocresía y deseo de ostentar y no por la causa de Al.lah. El Corán también dice:

وَمَا مَنَعَهُمْ أَن تُقْبَلَ مِنْهُمْ نَفَقَاتُهُمْ اِلآَّ أَنَّهُمْ كَفَرُوا بِاللّهِ وَبِرَسُولِهِ وَلا يَأْتُونَ الصَّلاَةَ إِلاَّ وَهُمْ كُسَالَى وَلا يُنفِقُونَ إِلاَّ وَهُمْ كَارِهُونَ

“No hay nada que impida que lo que gastan sea aceptado, excepto que ellos no crean en Dios ni en su mensajero, que no acudan a la oración excepto con pereza y que no gasten en limosnas excepto a disgusto.”[5]

Incluso cuando oraban detrás del mismo Profeta, cuando una caravana comercial entraba a Medina, estos hipócritas abandonaban sus posiciones de oración para ver la caravana en vez de escuchar el sermón del Profeta de Dios. El Corán dice:

وَإِذَا رَأَوْا تِجَارَةً أَوْ لَهْواً انفَضُّوا إِلَيْهَا وَتَرَكُوكَ قَآئِماً قُلْ مَا عِندَ اللَّهِ خَيْرٌ مِنَ اللَّهْوِ وَمِنَ التِّجَارَةِ وَاللَّهُ خَيْرُ الرَّازِقِينَ

“Pero, cuando ven un negocio o una diversión, escapan hacia ella y te dejan plantado.”[6]

De acuerdo a datos históricos, algunos de estos hipócritas quienes se hicieron pasar por “compañeros” del Profeta en realidad armaban un complot para matarlo.[7] El sagrado Corán menciona que habían maquinado empezar una guerra civil en Medina:

لَقَدِ ابْتَغَوُا الْفِتْنَةَ مِن قَبْلُ وَقَلَّبُوا لَكَ الاُمُورَ حَتَّى جَآءَ الْحَقُّ وَظَهَرَ أَمْرُ اللّهِ وَهُمْ كَارِهُونَ

“Ya entes quisieron crear problemas y confundir las cosas, hasta que vino la verdad y se evidenció la orden de Dios, a despecho de ellos”.[8]

يَقُولُونَ لَئِن رَجَعْنَآ إِلَى الْمَدِينَةِ لَيُخْرِجَنَّ الأَعَزُّ مِنْهَا الأَذَلَّ وَلِلَّهِ الْعِزَّةُ وَلِرَسُولِهِ وَلِلْمُؤْمِنِينَ وَلَكِنَّ الْمُنَافِقِينَ لاَ يَعْلَمُونَ

Dicen (los hipócritas): Cuando regresemos a Medina, los más poderosos expulsarán, sin duda, a los más débiles. Y el poder pertenece a Dios, a Su mensajero y a los creyentes, pero los hipócritas no tienen conocimiento.[9]

Algunos de estos hipócritas fundaron una mezquita e invitaron al Profeta para la inauguración de ésta, no para agradar a Dios, si no para competir con otros musulmanes y causar desunión entre los creyentes. Al.lah le ordenó al Profeta rechazar su invitación y destruir esa mezquita la cual estaba fundamentada en la hipocresía:

وَالَّذِينَ اتَّخَذُوا مَسْجِداً ضِرَاراً وَكُفْراً وَتَفْرِيقاً بَيْنَ الْمُؤْمِنِينَ وإِرْصَاداً لِمَنْ حَارَبَ اللّهَ وَرَسُولَهُ مِن قَبْلُ وَلَيَحْلِفُنَّ إِنْ أَرَدْنَآ إِلاَّ الْحُسْنَى وَاللّهُ يَشْهَدُ إِنَّهُمْ لَكَاذِبُونَ

لاَتَقُمْ فِيهِ أَبَداً لَمَسْجِدٌ اُسِّسَ عَلَى التَّقْوَى مِنْ أَوَّلِ يَوْمٍ أَحَقُّ أَن تَقُومَ فِيهِ فِيهِ رِجَالٌ يُحِبُّونَ أَن يَتَطَهَّرُوا وَاللّهُ يُحِبُّ الْمُطَّهِّرِينَ

أَفَمَنْ أَسَّسَ بُنْيَانَهُ عَلَى تَقْوَى مِنَ اللّهِ وَرِضْوَانٍ خَيْرٌ أَم مَنْ أَسَّسَ بُنْيَانَهُ عَلَى شَفَا جُرُفٍ هَارٍ فَانْهَارَ بِهِ فِي نَارِ جَهَنَّمَ وَاللّهُ لايَهْدِي الْقَوْمَ الظَّالِمِينَ

لا يَزَالُ بُنْيَانُهُمُ الَّذِي بَنَوْا رِيبَةً فِي قُلُوبِهِمْ إِلآَّ أَن تَقَطَّعَ قُلُوبُهُمْ وَاللّهُ عَلِيمٌ حَكِيمٌ

“Y quienes hicieron una mezquita para hacer daño y para ocultar la verdad, para crear división entre los creyentes y servir de refugio a quienes combatieron anteriormente a Dios y a Su mensajero, con seguridad jurarán: “solo queríamos el bien” pero Dios es testigo de que ellos mienten.

¡No asistas a ella jamás!

Una mezquita fundada sobre el temor de Dios desde el primer día tiene más derecho a que asistas a ella. En ella hay hombres que aman purificarse y Dios ama a los que se purifican.

¿Quién es mejor? ¿Quién ha fundado su edificio sobre el temor de Dios y Su satisfacción o quien ha fundado su edificio al borde de un precipicio a punto de desmoronarse y que le arrastrará al fuego del infierno?

Y Dios no guía a la gente opresora.

El edificio que han construido no cesará de inquietar sus corazones hasta que sus corazones se despedacen. Y Dios todo lo conoce, es sabio”.[10]

Algunos de los hipócritas se acercan a los verdaderos creyentes y reclaman ser genuinos integrantes de la nación musulmana; a pesar que Al.lah les informó a los musulmanes no creer en ellos:

وَيَحْلِفُونَ بِاللّهِ إِنَّهُمْ لَمِنكُمْ وَمَا هُمْ مِنكُمْ وَلَكِنَّهُمْ قَوْمٌ يَفْرَقُونَ

“Juran por Dios que son de los vuestros, pero no son de los vuestros sino que son gente que os teme.”[11]

En muchas ocasiones los musulmanes hipócritas insultaron y ofendieron al Profeta del Islam, el Corán dice:

وَمِنْهُمُ الَّذِينَ يُؤْذُونَ النَّبِيَّ وَيَقُولُونَ هُوَ اُذُنٌ قُلْ اُذُنُ خَيْرٍ لَكُمْ يُؤْمِنُ بِاللّهِ وَيُؤْمِنُ لِلْمُؤْمِنِينَ وَرَحْمَةٌ لِلَّذِينَ ءَامَنُوا مِنكُمْ وَالَّذِينَ يُؤْذُونَ رَسُولَ اللّهِ لَهُمْ عَذَابٌ أَلِيمٌ

“Entre ellos hay quienes molestan al Profeta diciendo: “es una oreja”

Di: Es una buena oreja para nosotros. Tiene fe en Dios y confía en los creyentes y es una misericordia para aquellos de vosotros que tenéis fe. Y para quienes molestan al Profeta hay un castigo doloroso.”[12]

Incluso el Profeta no supo de algunos de los hipócritas en Medina. Aunque él sabía de Abdul.lah ibn Ubayy, el líder de los hipócritas, había otros en la mezquita del Profeta -en la ciudad de Medina- de los cuales Al.lah no le informó. El Corán dice:

لا تَعْلَمُهُمْ نَحْنُ نَعْلَمُهُمْ سَنُعَذِّبُهُم مَرَّتَيْنِ ثُمَّ يُرَدُّونَ إِلَى عَذَابٍ عَظِيمٍ

“Tu no les conoces pero nosotros les conocemos. Pronto les castigaremos dos veces. Luego serán destinados a un castigo inmenso.”[13]

Los actos de profanación al Islam y a la sociedad musulmana habían llegado a tal punto por parte de algunos de los hipócritas, que Al.lah les prometió el castigo eterno. Por lo tanto, los musulmanes no debían extender la satisfacción de Al.lah a todas las personas alrededor del Profeta sin diferenciar entre un verdadero creyente y un farsante. Ni deberían los musulmanes referirse a ellos como “las estrellas a quien seguimos y nos guiarán.” El Imam al-Bukhari narra:

“El mensajero de Al.lah dijo: ‘Estaré en la fuente de Kauzar antes que ustedes y tendré que esforzarme por algunos de ustedes, pero yo tendré que someterme. Yo diré: Mi Señor, ellos son mis compañeros, ellos son mis compañeros, y me dirán, tú no sabes qué innovaciones hicieron después de ti’.[14]

El Imam al-Bukhari también narra una versión similar de este Hadith:

“El mensajero de Al.lah dijo en compañía de sus compañeros, yo estaré en el Manantial esperando por aquellos que vendrán a mí de entre ustedes. ¡Por Al.lah!, a algunas personas se les impedirá llegar a mí, y yo diré: ‘Mi Señor, ellos son mis seguidores y la gente de mi Ummah (nación). Y Él dirá, tú no sabes lo que hicieron luego de tu partida; Han renegado constantemente (de tu religión).

Puesto que muchos de los compañeros escucharon al Profeta decir esto, un compañero llamado Ibn Abu Mulaikah comenzó a incluirlo en sus súplicas. Se dice que solía decir: “Oh Al.lah, busco refugio en Ti para volver a nuestros pasos o ser juzgados por nuestra religión.”[15]

Algunos musulmanes dicen que no es musulmán o creyente aquel que irrespeta a algunas de las personas allegadas al Profeta. Ciertamente, criticar a un devoto y fiel compañero del Profeta es algo prohibido e inaceptable. Sin embargo, no se debe olvidar, que dentro del grupo de los allegados al Profeta hubo hipócritas, quienes incluso el Profeta no conocía.[16] No obstante, Al.lah estaba bien informado de ellos y maldijo a estos hipócritas que hacían llamarse verdaderos compañeros del Profeta, pero en realidad no lo eran.

Los eruditos afirman que maldecir o hablar mal de un compañero es una abominación. Sin embargo, dentro del clan Omeya hubo un califa en particular, quien estableció un precedente para maldecir a cierto compañero, conocido por su devoción a Al.lah y el Islam. ¿Si un musulmán que maldiga a uno de los compañeros es declarado incrédulo, entonces cual sería el juicio Islámico para este califa?

Además, algunos Hadithes exponen que los compañeros eran infalibles, si ellos eran infalibles entonces porque es que después de la muerte del Profeta algunos de los compañeros, de vez en cuando no solo no estaban de acuerdo unos con otros, sino que sus argumentos llegaban a convertirse en ataques físicos. Si ellos fueron infalibles, entonces ¿porque peleaban unos con otros? Se ha documentado que ciertos individuos fueron responsables del asesinato del tercer califa, ‘Uzman ibn Affan. ¿Deben estos ser considerados iguales a los compañeros del Profeta que fueron piadoso y sinceros?

Si un hadith, tal como: “Mis compañeros son como estrellas... a cual quiera que sigan, serán guiados”, indiscriminadamente acoge a todos aquellos que estuvieron cerca del Profeta, entonces, dentro de la escuela Shi’a, ese hadith no puede ser considerado genuino porque algunos de estos mismos compañeros fueron censurados y reprendidos por Al.lah en el Sagrado Corán.

Algunos compañeros cometieron pecados sin querer desafiar a Al.lah, y Al.lah les prometió el perdón:

عَسَى اللّهُ أَن يَتُوبَ عَلَيْهِمْ إِنَّ اللّهَ غَفُورٌرَحِيمٌ

“Puede que Dios acepte su arrepentimiento. En verdad, Dios es perdonador, Misericordiosísimo con los creyentes.”[17]

Las esposas del Profeta

De igual manera, las esposas del Profeta se encuentran incluidas dentro de lo que se dice acerca de los compañeros del Profeta, puesto que la relación sanguínea o el vínculo del matrimonio no garantizan un pasaje directo al paraíso. Al.lah enseña en el Sagrado Corán que solo las buenas acciones les dan el derecho a los creyentes para entrar al paraíso. Ser esposa, hijo o hija del Profeta no garantizaría automáticamente el éxito en el Día del Juico, aunque esto les garantice el título de compañeros y el conocimiento de su tradición.

Al.lah el Todopoderoso ha plasmado en el Sagrado Corán una parábola acerca de las esposas de dos destacados mensajeros de Al.lah, Noé y Lot:

ضَرَبَ اللَّهُ مَثَلاً لِلَّذِينَ كَفَرُوا امْرَأَتَ نُوحٍ وَامْرَأَتَ لُوطٍ كَانَتَا تَحْتَ عَبْدَيْنِ مِنْ عِبَادِنَا صَالِحَيْنِ فَخَانَتَاهُمَا فَلَمْ يُغْنِيَا عَنْهُمَا مِنَ اللَّهِ شَيْئاً وَقِيلَ ادْخُلاَ النَّارَ مَعَ الدَّاخِلِينَ

“Al.lah coloca un ejemplo para los que no creen: la esposa de Noé y la esposa de Lot. Ambas estuvieron bajo la tutela de dos de nuestros siervos justos y ambas les traicionaron y su relación con ellos no les beneficio en nada ante Dios y se les dijo a ambas: ¡Entrad en el fuego con los que entren en él!”[18]

Los Historiadores musulmanes narran que algunas de las esposas del Profeta no estuvieron siempre en buenos términos con él. El Imam al-Bukhari narra de una de las esposas del Profeta, La Dama A’isha:

“El Mensajero de Al.lah solía pasar tiempo con Zainab bint Yahsh (una de sus esposa) y beber miel en su casa. Ella (A’isha) dijo, Hafsa (otra esposa) y yo acordamos que la primera a quien el Mensajero de Al.lah visitara, diría: ‘Percibo en ti el olor de “maghafir” (la goma de mimosa)’. Él visitó a una de ellas y ésta le dijo lo acordado, y él dijo: ‘he comido miel en la casa de Zainab bint Yahsh y nunca lo volveré a hacer. Posteriormente se reveló la siguiente aleya, refiriéndose a su abstención de la miel:

“¡Oh Profeta! ¿Porque prohíbes lo que Dios ha hecho lícito para ti, buscando la satisfacción de tus esposas? Y Dios es Perdonador, Misericordiosísimo con los creyentes.[19]

El Sagrado Corán también hace referencia a Las Damas A’isha y a Hafsa exclusivamente (esposas del Profeta):

إِن تَتُوبَآ إِلَى اللَّهِ فَقَدْ صَغَتْ قُلُوبُكُمَا وَإِن تَظَاهَرَا عَلَيْهِ فَإِنَّ اللَّهَ هُوَ مَوْلاَهُ وَجِبْرِيلُ وَصَالِحُ الْمُؤْمِنِينَ وَالْمَلآئِكَةُ بَعْدَ ذَلِكَ ظَهِيرٌ

عَسَى رَبُّهُ إِن طَلَّقَكُنَّ أَن يُبْدِلَهُ أَزْوَاجاً خَيْراً مِنكُنَّ مُسْلِمَاتٍ مُؤْمِنَاتٍ قَانِتَاتٍ تَآئِبَاتٍ عَابِدَاتٍ سَآئِحَاتٍ ثَيِّبَاتٍ وَأَبْكَاراً

“Si ambas os volvéis a Dios arrepentidas [será mejor], pues, ciertamente, los corazones de vosotras dos se han inclinado [hacia el mal], pero si os confabuláis contra él, [sabed que] en verdad, Dios es su protector y Gabriel y el resto de los creyentes y los ángeles tras ellos.

Puede que su señor, si os divorcia a las dos, le dé esposas mejores que vosotras a cambio, musulmanas, creyentes, obedientes, penitentes, devotas, ayunantes casadas anteriormente o vírgenes.”[20]

Estas aleyas demuestran que no todas las esposas del Profeta fueron compañeras perfectas.

Por razones políticas, sociales y económicas, además para difundir la palabra de Dios, el Profeta tenía varias esposas y fue paciente con sus travesuras y rebeldías, (ver el Sagrado Corán. 66:4-5).

Hechos históricos

Ahora, demos una mirada detallada a la historia del Islam.

El Imam Ali fue el primer hombre en aceptar el Islam.[21] Él mismo declaró: “Comencé adorando a Al.lah nueve años antes que cualquier otro empezara a adorarlo en esta nación, excepto al Profeta Muhammad.”[22]

El Profeta llevó a cabo dos ceremonias de fraternidad (mu´akhat) en las que hermanó a los musulmanes unos con otros. Él realizó una antes de la peregrinación a Medina y otra después.[23] En las dos ceremonias, el Profeta hizo su pacto de hermandad con el Imam Ali, Abu Bakr con Umar, Uthman ibn Affan con Abd ar-Rahman ibn Auf, Hamzah ibn Abd al-Muttalib con Zayd ibn Hariza, Mus´ab ibn Umayr con Sa´d ibn Abi Waqqas, Salman al-Farsi con Abu Dharr al-Ghifari y Talha con Zubayr.[24]

El Profeta ordenó que todas las puertas las cuales tenían acceso al patio de la Mezquita estuvieran cerradas excepto la que conectaba con la casa del Imam Ali, ya que no se permitía entrar a la mezquita antes de realizar el baño ritual (Ghusl). Sin embargo el Profeta, el Imam Ali y La Dama Fátima az-Zahra fueron excepciones a esta norma, como ratificando el “el verso de la pureza” (Sagrado Corán – 33:33). Incluso Hamzah, el tío del Profeta se entristeció por esta decisión y fue donde el Profeta en un estado de congoja. El Profeta le dijo, “No te rechacé, y no lo asigné (a Ali); pero si fue Al.lah quien lo asignó.”[25] Ibn Hanbal narra que algunos compañeros del Profeta también se sorprendieron por la decisión de eximir al Imam Ali de cerrar su puerta hacia la mezquita, el Profeta les respondió con este sermón:

“Se me ordenó que estas puertas estuvieran cerradas excepto la puerta de Ali. Por Al.lah, esto no fue por mi propio deseo, me ha sido ordenado por Dios y yo obedezco Sus órdenes.”[26] Por esta razón, el segundo califa, Umar ibn al-Jattab, dijo:

“A Ibn Abi Talib se le han dado tres virtudes de las cuales, si me fueran dado tan solo una, ésta sería para mí mejor que cualquier cosa en esta vida: El mensajero de Dios lo casó (Ali) con su propia hija y ella le dio hijos, el Profeta selló todas las puertas que conducen hacia la mezquita excepto la de Ali y le dio la bandera en el día de Khaybar.”[27]

El evento del jueves

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Fuente: Cuestionamientos acerca del Islam Shi’a; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Sagrado Corán, 49:13

[2] Sagrado Corán, 9:20-22

[3] Sagrado Corán, 63:4

[4] Sagrado Corán, 63:6

[5] Sagrado Corán, 9:54

[6] Sagrado Corán, 62:11

[7] Para más detalles ver: al-Waqidi, al-Maghazi, Vol. 2, 989

[8] Sagrado Corán, 9:48

[9] Sagrado Corán, 63:8

[10] Sagrado Corán, 9:107-110

[11] Sagrado Corán, 9:56

[12] Sagrado Corán, 9:61

[13] Sagrado Corán, 9:101

[14] Sahih al-Bukhari, “Libro de narraciones que ablandan el corazón”, Hadith 6089 y 6090, “Libro de los Juicios”, Hadith 6527; Sahih Muslim, “Kitab al-Fadha’il”, Hadith 4250; ibn Mayah, “Libro de los Juicios religiosos”, Hadith 3048; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 1, 384, 402, 406, 407, 425, 439, 453 y 455, Vol. 5, 387, 393 y 400

[15] Sahih al-Bukhari, “Libro de narraciones que ablandan el corazón”, Hadith 6104; Sahih Muslim, “Kitab al-Fadha’il, “Hadith 4225

[16] Sagrado Corán, 9:101

[17] Sagrado Corán, 9:102

[18] Sagrado Corán, 66:10

[19] Sagrado Corán, 66:10

[20] Sagrado Corán, 66:4-5

[21] Ibn Abi al-Hadid al-Mu´tazili, Sharh Nahy al-Balaghah, Vol. 13, 224

[22] An-Nisa´i, Khasa´is Amir al-Mu´minin, Vol. 13, 39 (referirse tambien a: Tarikh at-Tabari, Vol. 2, 316 y Vol. 5, 17 para ver cuando otros compañeros abrazaron el Islam.)

[23] Al-Hakim, al-Musdadrak, Vol. 314; Fat.h al-Bari, Vol. 7, 211; Tarikh al-Khamis, Vol. 1, 353; as-Sirah al-Halabiyyah, Vol. 2, 220; as-Sirah al-Nabawiyyah, Ahmad Zaini Dahlan, Vol. 1, 155

[24] Ibn Sa´ad, at-Tabaqat al-Kubra, Vol. 3, 102

[25] Al-Isabah fi Ma´rif as-Sahabah, Vol. 1, 373; ad-Durr al-Manthur, Vol. 6, 122; as-Samhudi, Wafa´ al-Wafa, Vol. 2 477; al-Muttaqi al-Hindi, Kanz al-’Ummal, Vol. 15, 155, y otros.

[26] Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 2, 26; Vol. 4, 369

[27] Ibn Hayar, as-Sawa´iq al-Muhriqah, Vol. 3, 9; al-Hakim, al-Mustadrak, Vol. 3, 125

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