“! Por Dios!, si me ofrecieran los siete continentes con todo lo que contienen como remuneración o soborno para que prive a una hormiga de la cáscara del grano de cebada que lleva, nunca lo haría” Nahj al-Balaghah, Discurso 224.
La existencia de un ser, según los postulados de la razón, debe ser necesaria o contingente (posible: puede ser o no ser), y ningún ente, por necesidad lógica, está fuera de estas dos posibilidades.
No se puede decir que todos los entes poseen una existencia contingente, porque el ser contingente necesita de una causa, y si todas las causas fueran contingentes entonces necesitarían a su vez de otra causa, y de este modo ningún ser podría llegar a existir. Dicho de otro modo, la cadena de causas infinitas es imposible. Por lo tanto la cadena de las causas concluirá, forzosa¬mente, en un ser que no será a su vez efecto de otro ser, es decir que su existencia será necesaria.
En el islam hay un gran respeto hacia los padres, siendo que si los hijos o hijas no tienen la satisfacción y la consideración con ellos difícilmente podrán tener una vida feliz, por eso es que en el Sagrado Corán cuando Dios manifiesta: “Tu Señor ha decretado que no debéis servir sino a Él y que debéis ser buenos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos envejecen en tu casa, no les digas: «¡Uf!» y trates con antipatía, sino sé cariñoso con ellos. Por piedad, muéstrate diferente con ellos y di: «¡Señor, ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron cuando me educaron siendo niño!»” (Corán 17:23-24), en ese sentido el respeto y el amor hacia los padres está en concomitancia con los derechos de los hijos.
Los albores de la Revolución Islámica de Irán antes del 11 de febrero de 1979, ya eran permeados entre todos sus partidarios mediante mensajes y discursos espirituales, este movimiento fue pacífico desde sus inicios; pues en ningún momento se levantaron armas, todo lo contrario el régimen monárquico fue quien en varias escaladas asesinó a los revolucionarios, encarcelándolos o desterrándolos al exilio, siendo este último uno de los instrumentos del Sha de Irán Reza Pahlavi para soslayar a Ruhollah Jomeini , primero a Turquía, Irak y finalmente Francia.
El conocimiento que poseía el 8vo Imam ayudó no sólo a difundir el islam; sino también a ser un referente e imagen de la ciencia en el ámbito de la academia científica, por sus grandes aportes y contribuciones en esa área y porque en sus ponencias, así como en las sesiones y reuniones científicas que impartía no sólo estaban reservadas para los musulmanes shiítas, o también para eruditos sunitas.
El Imam Mahdi (P), al que generalmente se lo menciona bajo el título de Imam-l Asr (el Imam del "Período") o Sahib Al-Zaman (el Señor de la Época), es el hijo del undécimo Imam Hasan al Askari, la paz sea con ambos, nació en Samarra el año 255 H. (869 d. C.) y vivió hasta que su padre fue martirizado el año 260 H., siendo cuidado y tutelado por su progenitor.
El amor y el recuerdo al Imam Husein (p) hoy en pleno siglo XXI continua vivo, siendo una muestra de ello, la peregrinación y la Zyārat de Arbain, que es el vigésimo día del mes de Safar del calendario lunar y que marca los 40 días después de su martirio: la que representa la congregación religiosa cultural más grande del planeta.
La magnanimidad está lejos de la mezquindad. El alma de aquel que está limpio de cualquier atributo bajo es llamada magnánima. La magnanimidad es contraria a la mezquindad; para llegar al nivel más elevado de magnanimidad uno debe equiparse con la piedad, es decir, alejarse de cualquier cosa que conduzca al pecado.
“Que la gente del mundo sepa que yo no soy un rebelde deseoso de la guerra, que no soy un corrupto ni un desobediente que busca una posición, como tampoco soy un opresor. No tengo tales propósitos. Mi levantamiento es de reforma. Yo me he revelado para reformar la nación de mi abuelo. Yo quiero ordenar lo bueno y prohibir lo malo.” Hussein (P)
La palabra pecado, la cual en árabe se conoce como ‘izm e ‘isyan, significa desobedecer la orden del Amo o fallar al cumplir con Sus deseos. El individuo pecador, en lugar de seguir los dictámenes de la razón, obedece a su deseo e ira, lo cual significa que debe cometer una falta imaginable, el cual si lo hace, se habrá traicionado a sí mismo.
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