El Estado “Islámico” de Iraq y Siria; EI, ISIS o Daesh - 3

Análisis crítico de su historia y pensamiento

Por Mohammad Ebrahimneyad

Formación del “Estado Islámico de Iraq” por parte de Al-Qaeda Iraq después de Al-Zarqawi

El 15 de Octubre de 2006, el Consejo de Muyahidines se reunió y a través de un discurso del Sheij Moharib al-Yaburi se declaró oficialmente la creación del “Estado del Iraq Islámico”, bajo el liderazgo de Abu Omar al-Hashimi al-Huseini al-Baghdadi,[1] con Baqubah como su capital. De este modo Al-Qaeda en Iraq (“Al-Qaeda en los Territorios Rafidain”) pasó a llamarse el “Estado Islámico de Iraq”.

La mayoría de los sabios islámicos, tanto chiitas como sunitas declararon a este “nuevo estado” como ilegal.

Abu Omar al-Baghdadi, el jefe del consejo de muyahidines, emitió un comunicado declarando los motivos de la creación del “Estado Islámico”[2]: Con la caída de Iraq en las manos de los americanos, los conflictos tribales y sectarios se multiplicaron: los kurdos en el norte de Iraq y los chiitas en el centro han salido muy fortalecidos. Ambos tienen además apoyo desde el extranjero y poseen ejércitos independientes; pero los sunitas hemos caído en la opresión. El objetivo de la creación de esta estado es el reclamo de derechos de los sunitas.[3]

Este grupo extremista envió un mensaje de invitación a todos los soldados del ex-gobierno baasista a unírseles poniendo dos condiciones: de querer unírseles deberían memorizar al menos 3 yuz[4] del Corán y participar de un examen de creencias para demostrar su renuncia y oposición el partido baasista. A cambio, el Estado Islámico de Iraq los incluiría en su propio ejército, con un buen salario mensual.[5]

Este grupo takfirí, para avanzar sobre sus objetivos, formó las fundaciones “Al Furqan” (الفرقان) y “Al Fayr” (الفجر), de modo de cubrir las noticias del nuevo “estado”. A partir de ese momento estas dos fundaciones se dedicarán a publicar videos de sus salvajes operaciones terroristas con la intención de generar miedo en sus opositores.

Liderazgo de Abu Bakr al-Baghdadi

En el año 2010, Abu Omar al-Baghdadi y Abu Hamzah al-Mohayir, el ministro de guerra del Estado Islámico de Iraq murieron en un bombardeo y Abu Bakr al-Baghdadi fue presentado como el nuevo líder. Con la muerte de Bin Laden en el año 2011, Abu Bakr emitió un mensaje dando su apoyo a Ayman al-Zawahiri como nuevo líder de Al-Qaeda, pero no le juró obediencia, al contrario, declaró al Estado Islámico de Iraq como una entidad independiente.[6]

Biografía de Abu Bakr al-Baghdadi

Ibrahim Ibn Awad Ibn Ibrahim al-Badri al-Radawi al-Huseini al-Samarrai, conocido como Abu Bakr al-Baghdadi, nació en 1971 en la ciudad de Samarra. Él se presenta como descendiente de los nómadas de Bu Badri, como descendiente del Profeta a través de su nieto el Imam Hussein Ibn Alí (P), pasando su ascendencia a través de Ya´far Kazzab[7] llegando hasta el Imam Hadi (P).[8]

Creció en una familia salafí y se recibió de Doctor en jurisprudencia islámica en la Universidad de Bagdad. Dedicó muchos años a la difusión y la enseñanza religiosa en Samarra.[9] El centro desde el que predicaba era la mezquita Ahmad Ibn Hanbal de la Ciudad de Samarra.

En el año 2004 se unió a un grupo takfirí y cuando se formó el consejo de los muhayidines en el año 2006, se trasformó en uno de los responsables religiosos de este último. Debido a su influencia y fama entre los miembros de su familia en Diyala y Samarra, jugó un rol muy importante en la invitación a los nómadas de la región. En el año 2005 fue encarcelado por los soldados norteamericanos. Pasó 4 años en la prisión de Bucca y en el 2009 fue liberado.[10] Muchos creen que durante este período fue reclutado por los americanos, quienes lo consideraron como una pieza clave del futuro de sus planes para la región.[11] En 2010, después de la muerte de Abu Omar Al-Baghdadi fue elegido como nuevo líder del Estado Islámico de Iraq.[12]

La guerra en Siria y la fundación del “EI”

Cuando comenzó la guerra en Siria, Ayman al-Zawahiri, el máximo líder de Al-Qaeda envió un mensaje llamando a la “guerra santa” (Yihad) en Damasco. Abu Muhammad Al-Yulani, uno de los líderes del Estado autoproclamado “Islámico” de Iraq, siguiendo órdenes de Abu Bakr Al-Baghdadi se incorporó a la formación del Frente al-Nusrah para luchar contra el gobierno de Bashar al Assad. Poco tiempo después comenzaron a llegar a Siria yihadistas de todas las nacionalidades: de la periferia del golfo pérsico, de Túnez, Libia, Marruecos, Argelia, de Europa, Yemen, etc. para unirse al Frente al-Nusra. Con la presencia de estos soldados extremistas, Al-Yulani pudo hacerse del control en poco tiempo de las regiones oriente y norte de Siria. La gran independencia con que operaban los soldados de Al-Qaeda con respecto al Frente al-Nusra, preocuparon a Abu Bakr al-Baghdadi. Por lo tanto ordenó inmediatamente a Al-Yulani que enviase un audio que declarase la subordinación del Frente al-Nusra al Estado Islámico de Iraq; pero Al-Yulanino hizo nada de eso. Baghdadi, nuevamente, en tono de reproche pidió a Al-Yulani que lo más pronto posible declarase lo que le había ordenado; pero Al-Yulani solo contestó: “Ese reclamo no forma parte de los intereses de la revolución en Siria y todos los miembros del Consejo de Muyahidines están de acuerdo al respecto”.

Después de que Al-Yulani se rehusase a planear dos atentados con bombas en Turquía y Siria ordenados por Abu Bakr al-Baghdadi, este último decidió pensar un modo en que el Frente al-Nusra se uniese al Estado Islámico y envió una serie de advertencias a Al-Yulani, en ellas le decía que debía optar entre dos opciones: aliarse al Estado Islámico de Iraq o disolver el Frente al-Nusra para conformar una nueva agrupación.

Ante el rechazo de Al-Yulani, Baghdadi entró en Siria con sus seguidores y después de 3 semanas, en el año 2013, declaró la disolución del Frente al-Nusra y la fundación del Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS o EI).

Acto seguido, los militantes del Frente al-Nusra se dividieron en tres grupos: la mitad se subordinaron a Baghdadi, un cuarto se quedó con Al-Yulani y el cuarto restante se retiró. Abu Azir al-Abasi, uno de los miembros de la “asamblea revolucionaria” del EI, fue de los primeros en unirse a Al-Baghdadi, junto a 500 de sus soldados; y jugó un rol muy importante en la toma de Alepo.[13] Al-Yulani, como respuesta a las acciones de Baghdadi público un comunicado declarando su subordinación a Al-Zawahiri y a Al-Qaeda oficialmente.

Unos meses después de estos acontecimientos, Al-Zawahiri publicó un comunicado declarando que el Frente al-Nusra era la rama oficial de Al-Qaeda en el Levante y su líder era Abu Muhammad al-Yulani, y pidió a al Baghdadi que regrese a Iraq, que no se entrometa en Siria y deje la lucha en manos del Frente al-Nusra; pero Al-Baghdadi publicó un nuevo comunicado con el nombre “la permanencia en el Levante e Iraq” donde declaraba que no era obligatorio respetar las fronteras que habían sido declaradas por el Tratado de Sykes-Picot[14] después de la primera guerra mundial, por lo que la decisión del consejo de muyahidines del EI fue quedarse en el Levante (Siria). En su argumentación Baghdadi decía estar entre seguir la “orden divina” de quedarse en Siria y la orden de Ayman al-Zawahiri, de retirarse de Siria, por lo tanto opuesta a la “orden divina”; con lo que decidió “para no asociar a nadie al poder de Dios”, seguir la “orden divina” de quedarse en Siria, por encima de la orden de quienes se oponen a Su voluntad. De este modo, le dio una justificación “religiosa” a su decisión, y pidió a todos los soldados extremistas que viajasen a Siria para luchar en contra de los alawitas, al Hizbolá y a los chiitas que venían de Iraq, Qom, Teherán y otras ciudades para defender al gobierno Sirio. Al-Baghdadi, al final de su mensaje, utilizando una metáfora de Bin Laden, quién a su vez la había tomado del Seied Qutb, dijo que su grupo era como una “tienda (carpa) de la Fe”, donde no había lugar para la hipocresía, y el resto de los grupos y países que se les oponen como la “tienda de la incredulidad”, donde no hay ningún tipo de fe.[15]

De ese modo comenzó la guerra entre el Frente al-Nusra y el EI, alcanzando su pico en el año 2013, donde murieron grandes cantidades de combatientes de ambos bandos.[16] Después de que comenzara la guerra entre las facciones Baghdadi declaro a Al-Yulani, el líder del Frente al-Nusra, y a Abu Maria al-Qahtani, el jefe de asuntos religiosos del mismo, como herejes, debido a haber roto su obediencia y a haber creado desunión entre las filas de los muyahidines.[17] Desde el punto de vista de los seguidores del Frente al-Nusra, debido a que ellos se encontraban en otra región de Siria no había necesidad de subordinarse al EI de Iraq y a Abu Bakr al Baghdadi; sus laureles militares en Siria no habían sido conseguidos para que se los lleve el EI de Iraq.[18]

Situación política de Iraq en el momento del ataque del EI

Con el inicio de la guerra en Siria y el apoyo de los países occidentales y algunos de los países del golfo pérsico a los grupos opositores al gobierno de Siria, el EI con su entrada a Siria y a la guerra, incrementó su poder y amplió su territorio enormemente. El EI, desde el inicio del año 2013 realizó numerosas operaciones como los atentados con bombas en el edificio de los Tribunales de Iraq, el ataque a la prisión de Abu Ghraib y Al-Hoot en los suburbios de Bagdad y la consecuente liberación de cientos de presidiarios bajo el título de (operación) “Derribando muros”. Ganaron gran poder en algunas ciudades de Al-Ramadi y en toda Fallujah y de este modo intensificaron su presencia en todo Iraq. En el año 2014, en los últimos meses del gobierno de Nour al-Maliki se llevaron a cabo las elecciones para el parlamento de Iraq, y con la subsecuente victoria del partido de Al-Maliki por tercera vez consecutiva, muchos de sus opositores (en general, fuesen chiitas o sunitas) no estaban dispuestos a que Al-Maliki fuese nuevamente primer ministro. Esto fue motivo de que se produjese una crisis política en Iraq. Algunos de los opositores al gobierno iraquí, del interior o del exterior del país, buscando ejercer presión sobre el gobierno central apoyaron al EI, dándoles una oportunidad de oro. El EI, con el apoyo de algunos soldados baasistas en las regiones sunitas del país y la traición de algunos de sus gobernantes, logró apoderarse con facilidad de más del 50% del territorio iraquí: el distrito de Nínive, Diyala, la ciudad de Mosul, el centro de la ciudad de Nínive. Los opositores internos y externos del gobierno iraquí organizaron dos conferencias internacionales en Qatar y Jordania en apoyo a la oposición al gobierno de Nour al-Maliki. Con esta gran victoria, el EI se preparó para dirigirse a Bagdad, pero la unión de emergencia entre los chiitas y algunos sunitas y su acuerdo sobre el peligro que los acechaba, logró detener el avance del EI y evitar que la ciudad cayera en manos de los extremistas. Luego se sucedieron varios eventos que complicaron aún más la situación: la traición del presidente del parlamento iraquí y los festejos de parte de los kurdos por la crisis del gobierno central, favoreciendo al EI.

Luego de apoderarse de estos nuevos territorios unidos a sus territorios en Siria, el 29 de junio del 2014, coincidiendo con el inicio del mes sagrado de Ramadán, el EI declaró que el “Estado Islámico” pasaba a ser el “Califato Islámico”, y Abu Bakr su Califa.[19] Abu Muhammad al-Adnani, el vocero oficial del EI, en dicha ocasión proclamo un discurso titulado “Esta es la promesa de Dios”, señalando a la bandera del EI, como la bandera del “Tawhid” (Monoteísmo), desde ese día extendida desde Alepo hasta Diyala, gobierno en el que los musulmanes son apreciados y los incrédulos castigados, los sunitas son honrados y los “innovadores” subyugados y los antes “cautivos” liberados con la espada. Al-Adnani con “musulmanes” se refiere a los miembros de EI, con “incrédulos” a los chiitas y con “cautivos” a los ex-presidiarios iraquíes.[20]

La declaración del “Califato”

Abu Muhammad Al-Adnani, el portavoz oficial del EI, con su discurso de inicios del mes de Ramadán declara oficialmente el Califato del EI y a Abu Bakr al-Baghdadi como su califa. Al-Adnani señala además en su discurso a la “época de la ignorancia” (la era pre-islámica) y a las condiciones que predominaban en aquella época de desviaciones y perdición, de conflictos, de las terribles condiciones en las que se alimentaban y vestían los árabes, hasta la llegada del Islam que guió, honró y empoderó a la gente, aun cuando los árabes se encontraban entre dos grandes imperios, a los que solo lograron vencer por la fuerza de su fe y su unidad, pese a su gran inferioridad numérica frente a los enormes ejércitos de los Imperios Romano y Persa a los que enfrentaban. Al-Adnani continua queriendo establecer un paralelo entre aquella época y la época actual en la que se enfrentarían de un lado el califato del EI, es decir el “Islam” y del otro lado los “ignorantes”, es decir los países islámicos de hoy día; representando el califato el honor del Islam y de los sunitas (por cierto los sunitas seguidores del EI únicamente); y a los chiitas, a los innovadores y a los incrédulos como los “traidores”. Siguiendo con el paralelismo, Al-Adnani señala en su discurso que así como los musulmanes vencieron a Cosroes (el emperador de Persia) y a los romanos, el EI vencerá a sus principales enemigos: Irán (los chiitas) y a los occidentales.

Al-Adnani, basándose en la aleya 55 de la Sura an-Nur,[21] cuenta el califato, la paz y la seguridad como las tres promesas divinas, con la condición de que se adore a Dios y se abandone toda asociación a su poder. El describe a todo gobierno que esté exento de estas condiciones como un gobierno de “Taguts”[22], impidiendo que la promesa divina se haga realidad. Al-Adnani considera la realidad del califato, a partir de su interpretación de dicha aleya, como el objetivo de la creación y el fin último del envió del Profeta y el Libro divino, teniendo como objetivo el establecimiento del califato el instaurar la religión divina, implantar la justicia y terminar con la opresión. Al-Adnani interpreta el califato considerado en la aleya como absoluto,teniendo que abarcar todo el mundo, con la sola condición de que en él se adore a Dios y apoyándose en la aleya 8 de la Sura “Munafiqun”[23], considera la verdadera grandeza y estabilidad como particulares al Profeta (PB) y a los creyentes; y a los soldados del EI como los verdaderos poseedores de grandeza y fe que siempre vencerán frente a sus enemigos.

Al-Adnani a continuación enumera las acciones realizadas por el EI como el “establecimiento de la justicia”, la constitución de los límites geográficos, la instauración de la ley religiosa, de clases de Islam en todas las mezquitas, etc. para finalmente decir que solo le quedaba a la agrupación “una obligación” por realizar: el establecimiento del califato, una obligación compartida por toda la comunidad islámica, que hasta el momento había pecado por su ausencia. Señalando la aleya 30 de la Sura al-Baqarah[24] y apoyándose en la interpretación del Corán “Qurtubi” (de “Córdoba”)de esta aleya, el establecimiento del califato y la obediencia y subordinación al califa como una obligación de todos los musulmanes. Al-Adnani finalmente señala la decisión del consejo de muyahidines de crear el califato y dice: el consejo de muyahidines ya no tenía más excusas para olvidar esta obligación divina y todos los musulmanes estaban en el pecado por no establecerlo. Por lo tanto el consejo de muyahidines, para solucionar esta situación lamentable y basándose en su capacidad de tomar decisiones y solucionar los problemas, declaró el califato y ordenó el pacto de obediencia a Al-Baghdadi, el líder y califa de todos los musulmanes del mundo; por lo tanto debían ser borrados los nombre “de Iraq y Levante” del nombre del Estado Islámico, utilizando esta denominación en todos los mensajes e intercambios oficiales a partir de aquél momento. Al-Adnani continua diciendo que todos los emiratos, agrupaciones, movimientos y corrientes con la llegada del califato se transformaban en ilegales desde el punto de vista de la shariah y como una obligación de todos los musulmanes y grupos yihadistas el dejar a un lado sus banderas y subordinarse al EI, en caso contrario recibirían su castigo. Y apoyándose en algunas tradiciones y dichos de fuentes sunitas, declara el seguir al califato como uno de los fundamentos obligatorios de la religión, estando todos los demás “califatos” y emiratos obligados a someterse al EI. Al-Adnani trae a colación también un dicho de Muawia del libro “Sahih al-Bujari” que dice que el califato es privilegio de los quraishitas, y siendo al-Baghdadi miembro de dicha tribu, coincidiría en todas las condiciones que requiere un verdadero califa.[25]

Entre los puntos interesantes presentes en este comunicado esta la calificación del EI como el califato del “fin de los tiempos” y súplica a Dios que les permita que así sea, siendo quienes entregarán la bandera del EI a Jesucristo en su regreso.[26]

Al-Adnani pregunta a todos las personas y sabios que cuestionan la predominancia del EI por sobre toda otra agrupación acerca de qué religión siguen, señalando las aleyas 118-119 de la Sura Hud,[27] diciendo que estas agrupaciones se oponen a las aleyas divinas del Corán y no se ponen de acuerdo ni siquiera en una orden de Dios y solo el EI a través de la Misericordia divina ha logrado establecer a todos bajo un mandato unificado.

Del mismo modo, como respuesta a las críticas del comando central de al-Qaeda y el resto de las agrupaciones yihadistas que les recriminaban no haber sido consultadas al declarar el califato contestaba: “EEUU, Francia e Inglaterra confesaron que el EI era un estado ¿por qué ellos no?”. Al-Adnani los acusa de traidores, de mundanales, de ansiosos de poder y de enemigos, en algunos discursos llega a acusar a Ayman al-Zawahiri de desviado del camino de la guerra santa. Lo nombra como un hereje de entre los alawitas sirios y gobiernos seculares.

Algunos de los partidarios del EI han escrito libros para legitimar el califato de Abu Bakr al-Baghdadi, basándose en el pacto de obediencia al primer y tercer califas del Islam, concluyendo que el pacto no es obligatorio para todo el mundo sino para los líderes de cada tribu, de modo tal que la cadena de obediencia a Abu Bakr al-Baghdadi llegue a todas las personas.[28]

Los miembros del EI para explicar el califato de Abu Bakr al-Baghdadi, consideran que mientras los talibanes instauraron otro califato en Afganistán, que Mula Omar declaró como limitado a ese país, sin incluir otros territorios, Ayman al-Zawahiri no declaró ningún califato en ningún lado.

Argumentos que legitiman el Califato de Baghdadi desde el punto de vista del EI

En la carta que publicó Abu Hamam al-Azari, uno de los muftis del EI, para probar la legitimidad del califato de Baghdadi,[29] nombra dos cualidades que el poseería que lo harían adecuado para la posición. La primera es la ascendencia de Abu Bakr Baghdadi. La que se remontaría hasta Ya´far al-Kazzab (Ya´far el “Mentiroso”)[30] uno de los hijos del Imam Hadi (P), de modo tal que Al-Azari lo presenta como un miembro de la descendencia de la Casa del Profeta (Ahlul Bayt), luego de lo cual trae a colación algunos dichos con respecto a las virtudes de sus miembros, caracterizando a Abu Bakr como poseedor también de tales cualidades....[31]

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Fuente: El Estado “Islámico” de Iraq y Siria EI o ISIS (Daesh), Análisis crítico de su historia y pensamiento; Editorial Elhame Shargh

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