Paz no es sumisión:

Hacia un verdadero concepto de “Paz” en este mundo de resistencia

Sdenka Saavedra Alfaro[1]

¿Qué es la Paz?, esta palabra tan importante que al sólo pronunciarla trae calma a nuestro ser, esta palabra tan corta formada sólo por dos consonantes y una vocal; pero cuyo significado engloba todo ese estado interior positivo que es deseado tanto para uno mismo como para los demás, hasta el punto de convertirse en un propósito o meta de vida, o simplemente haciendo referencia a varios autores que indican que la Paz no es un absoluto; sino una búsqueda permanente y además, que el conflicto no es lo opuesto a la paz, entre ellos está Martin Luther King[2], el gran líder que luchó en contra la discriminación racial, la guerra y a favor de los pobres, quién escribió en su Carta de Birmingham, escrita en prisión: “La verdadera Paz no es simplemente la ausencia de tensión: es la presencia de justicia”[3].

Y eso es, sin lugar a dudas lo que el islam pregona, más allá de su misma semántica lingüística, que denota evidentemente “paz”, está el hecho categórico de que “paz no es sumisión”, en ese sentido el Ayatola Mutahhari[4], señala que el significado de paz es el de una coexistencia honorable con los otros, pero la sumisión no es una coexistencia honorable, pues es totalmente deshonrosa para una de las partes; más aún, es deshonrosa para ambos lados, para un lado el deshonor es por la agresión, para el otro es por haberse sometido ante el “zulm”, la opresión e injusticia; es decir que paz no es lo mismo que violencia, miseria y sumisión al opresor.

Dijo el Profeta (BPD): “Ayuden a su hermano oprimido u opresor”, y los compañeros presentes, sorprendidos, le preguntaron: “Entendemos esto en lo que respecta al oprimido, Mensajero de Dios, pero cómo es con el opresor?”, y él respondió: “Impidiéndole que oprima”[5].

Y es precisamente eso lo que en la actualidad se está anhelando, pues vivimos en un mundo donde el más poderoso está gobernando, gracias a la arrogancia capitalista y neoliberal, donde el imperialismo y el sionismo están queriéndose adueñar del planeta. Tal es el caso de las constantes guerras que se están suscitando, pero en este caso específico nos estamos refiriendo a las peores y sangrientas invasiones que están marcando este siglo XXI, como el más nefasto de la historia de la humanidad; ya que fruto de la ambición de este hombre capitalista, imperialista, sionista más de 20 millones de personas están en riesgo de inanición y hambre en 4 países africanos: Yemen, Sudán del Sur, Nigeria, Somalia, que de acuerdo a la Organización de Naciones Unidas, es la mayor recesión humanitaria desde la creación de esta entidad en 1945[6], y 80 millones más que tienen hambre[7], padecen enfermedades y están muriendo todos los días porque Naciones Unidas tampoco hizo nada para detener la invasión y la agresión del imperialismo y sus aliados como Israel, Arabia Saudita y otros a Siria, Irak, Libia, Palestina, Afganistán o como sucede en estos momentos a Yemen, es decir personas que fueron desplazadas por el mundo y se encuentran pidiendo asilo en estos momentos y otras que continúan muriendo en el mar mediterráneo.

“En lo que va de 2017 más de 43.200 personas han sido rescatadas de las aguas del Mediterráneo, casi un 39% más que en el mismo periodo de 2016, mientras que otras 1.150 murieron antes de alcanzar suelo europeo, según estimaciones de ACNUR”[8]

Es decir, estamos hablando de unas 100 millones de personas que se encuentran en riesgo de hambruna, enfermedades y muertes, absolutamente evitables, en la mayor crisis humanitaria desde 1945, en muchas partes del mundo donde el capitalismo y su fase superior el imperialismo y sus aliados eligieron para meter sus garras[9].

También en ese sentido nos hacemos referencia a la otra parte del mundo donde la injerencia imperialista y sionista desde hace muchísimos años también quiere gobernar, por no decir está gobernando en muchos países Latinoamericanos, donde la guerra en contra los gobiernos progresistas que luchan a favor del pueblo, con una visión nacionalista, reformista, integradora, alcanzó ya sus límites máximos, tal es el caso de Venezuela por ejemplo, la cual es blanco de agresiones del imperio norteamericano que no cede en su embestida con el objetivo de derrocar al gobierno electo democráticamente, pues la oposición Venezolana se niega al diálogo con el gobierno; de ahí que los golpistas están montando una fuerte campaña internacional denigrando y acusando al gobierno venezolano de ser una dictadura, valiéndose de la guerra sucia mediática[10], y es más armando todo un escenario de enfrentamientos en las calles, en los cuales ya hubo personas fallecidas, utilizando como escudos incluso a niños.

“A comienzos de abril de 2017, dirigentes de la oposición al Presidente venezolano, Nicolás Maduro, iniciaron la convocatoria a una serie de protestas con el fin de exigir la destitución de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, que a su juicio habían dado un “autogolpe” o “golpe de Estado” anulando atribuciones de la Asamblea Nacional. Aunque las sentencias fueron corregidas por los magistrados, los opositores insistieron en ejecutar una serie de marchas sin anunciar su punto de culminación, o hacia puntos donde no estaban autorizados, que casi siempre han culminado con hechos violentos: ataques a la Policía y la Guardia Nacional Bolivariana; destrucción de entes públicos, privados e infraestructura pública; colocación de barricadas, y enfrentamientos contra la población civil que no apoya a los opositores. Esto ha causado un número importante de personas fallecidas”[11].

Pero si analizamos la realidad venezolana no es un hecho aislado de Latinoamérica, como lo estamos comprobando, porque de acuerdo a Adolfo Pérez Esquivel [12]existen crisis impuestas por Estados Unidos, que no quiere perder su influencia y control continental, y busca impedir la autodeterminación de los pueblos a través de golpes blandos que hagan retroceder en las conquistas sociales, culturales y políticas que tantos esfuerzos costó alcanzar[13].

Como estamos viendo las garras del imperialismo sionista ya confabuló con la derecha, el caso de la Argentina y el de Brasil son casos contundentes, ejemplos fehacientes en la actualidad donde el pueblo está sufriendo sus inclemencias; pues los gobiernos de Mauricio Macri y de Michel Temer revelan también los proyectos que la derecha tiene para estos países, condenándolos a retrocesos enormes, a la depresión económica y al desempleo, con esto estamos comprobando nuevamente la total injerencia capitalista imperialista en Latinoamérica, así como lo señala el periodista Patricio Montesinos[14].

“Pero haber sido criminal, ser golpista o corrupto, son hoy “méritos” para la oligarquía regional, empeñada a toda costa, con el financiamiento y respaldo de Estados Unidos, en destronar a gobiernos progresistas, desmembrar las fuerzas de izquierda, y retornar así a los tiempos pasados y macabros que vivió Nuestra América en las últimas décadas de la pasada centuria”.

“Solo hay que mirar de soslayo a la Argentina de hoy, la del ultraconservador Mauricio Macri, o el Brasil actual donde gobierna el mandatario de facto, Michel Temer, quien se hizo de las riendas del gigante sudamericano a través de un insolente golpe de Estado parlamentario”.[15]

Pero también no olvidemos que el imperialismo quiso y quiere destituir a los gobiernos progresistas antiimperiales como es el caso del Estado Plurinacional de Bolivia, valiéndose de campañas mediáticas[16], planes coordinados por la derecha internacional contra los mandatos de avanzada y sociales de Latinoamérica como lo señalábamos anteriormente, esto es una realidad contundente; pues en donde existe riqueza mineral, petrolífera, eléctrica, es decir donde se encuentran mayor cantidad de recursos económicos para poder explotarlos y utilizarlos para el bien del pueblo, el imperialismo sionista pone sus garras. Y esto lo estamos corroborando, en las dos partes del mundo.

Hasta ahora, para nada se perfila un panorama alentador para la paz mundial en un futuro a corto plazo, como lo estamos corroborando, el planeta tierra está atravesando la más terrible y devastadora crisis de existencia desde todo punto de vista, invasiones, por un lado, ataques por el otro cuyas consecuencias son la nefasta hambruna que asecha a la peor crisis de inanición desde 1945, obviamente acompañadas de las terribles enfermedades que con ella acarrea, por otro lado, está situación de los refugiados que escapan de las guerras, por no decir los genocidios que el imperialismo y sus aliados están ocasionando, y de ahí también está el cambio climático que el propio hombre ocasionó producto de la devastación de las diferentes armas nucleares que se utilizan que producen gases alarmantes combinados con productos químicos[17]que contaminan el medio ambiente y además ocasiona daños colaterales en la población civil.

Y si entendemos la paz como justicia, y además un hecho que no es sumisión, lo que queda es perfilarse en la resistencia en estos momentos en donde se debe luchar a favor de los más humildes del mundo, en contra la opresión, la tiranía del mundo imperialista, capitalista, sionista que quiere apoderarse del mundo utilizando para ello todas sus armas posibles. ¿Y cómo se puede luchar en contra el opresor permitiéndole que no oprima?

Como lo dijimos, utilizando el derecho de resistencia a la opresión, pues es un derecho inmanente a toda sociedad política organizada de rebelarse ante un régimen opresor, como lo señala Sánchez Viamonte[18]: “el derecho de resistencia a la opresión es el derecho que tiene toda sociedad de hombres dignos y libres para defenderse contra el despotismo, e incluso destruirlo”, obviamente frente a este gobierno imperialista sionista; pues de lo contrario estaríamos aceptando toda esta tiranía que está llevando a cabo contra el mundo el gobierno opresor; ya que está claro que los intereses de los poderosos no son la paz, la democracia, la soberanía; etc… sino su imposición y el apropiamiento de las riquezas naturales a cualquier costo, de otro modo no se podría entender su papel colonialista, fascista, criminal y genocida.

Hacia un nuevo concepto de paz para el mundo, en contra la opresión, la tiranía y todo tipo de injusticia, esa es la verdadera paz que anhelamos, aquella que reclama justicia, aquella que no callará, ni cesará hasta que caigan los opresores del mundo.

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