Los aportes del Islam a la humanidad (III)
Posición elevada de la ciencia y el conocimiento en el Islam
Por el Profesor Abdul Husein Zarrinkub
La motivación y el consejo dado por el Islam con respecto a la ciencia y a los sabios, fue el mayor medio de conocimiento con que los musulmanes se acercaron a la cultura y a las ciencias humanas. El Sagrado Corán exhorta a la gente sistemáticamente a pensar y meditar en la creación y a reflexionar sobre los secretos de las señales[1] de Dios e indica frecuentemente la superioridad de los sabios y sus grados[2], incluso llegó a considerar a los “sabios” sucesores de Dios y de sus ángeles[3], esto mismo como dice Al-Ghazali (Algazel),[4] es suficiente en el mérito y la posición de la ciencia.
El Profeta (PB) también exhortó mucho a los musulmanes con sus palabras[5] y acciones a esta búsqueda. Por ejemplo, después de la batalla de Badr, dijo a los prisioneros que no podían pagar el precio de su libertad: “Si un prisionero enseña a leer y escribir a diez niños musulmanes de Medina, será liberado”.[6]
Asimismo, por esta razón Zaid ibn Sabit aprendió el idioma hebreo o el siríaco —o quizás los dos—.[7] Esta motivación viene de los compañeros del Profeta (PB) los cuales siempre se inclinaron por la ciencia, como Abdullah Ibn Abbas quien según lo narrado aprendió la Torá y el Evangelio, asimismo Abdullah Ibn Amr Ibn As estudió la Torá y se dice que también aprendió el idioma siríaco.
El énfasis que hizo el Profeta (PB) en esto, además de aumentar el interés de los musulmanes por aprender, también engrandeció la posición de los sabios ante ellos. Aunque la ciencia preferida por el Profeta (PB) al comienzo del Islam fue el conocimiento de la religión y del Sagrado Corán, apoyó todas aquellas ciencias que por necesidad de comprensión e interpretación del Corán y los ritos religiosos fueran útiles, especialmente la ciencia del cuerpo —medicina, sus introducciones y derivados—.
De todas formas, las ciencias, gradualmente eran preferidas según sus beneficios o no. Por ejemplo, si la astrología no era aconsejable, no lo fue por sus cálculos astronómicos —ya que hay muchas indicaciones en el Corán las cuales hacen referencia a que los ciclos del sol y la luna tienen cálculos muy exactos—, sino por sus predicciones astronómicas los cuales eran inútiles y causas de pérdida de tiempo y de la vida. Han narrado de Umar Ibn Jattab que dijo: “Tomen de la astronomía lo que los guie en el mar y la tierra y dejen lo demás.”[8] Esta palabra, atribuida al segundo califa muestra que en los inicios del Islam, era aconsejable toda ciencia que tenía un beneficio y no perjudicaba. Lo desaconsejable, era la ciencia perniciosa, como la hechicería y el arte de los talismanes, o lo que causaba la pérdida de tiempo, como la astrología. Incluso, en la exégesis del dicho del Profeta (PB), cuyo contenido es la obligación de la búsqueda de la ciencia para todo musulmán, hombre o mujer, posteriormente tal mandato se dividió en dos categorías; “’ainí” (asunto obligatorio para cada musulmán, independientemente de que otros lo lleven a cabo o no)—como lo es el caso de las creencias y asuntos necesarios de la jurisprudencia “kifaí” (es decir, una obligación religiosa que al ser llevada a cabo por un musulmán o un grupo de ellos- de modo que la tarea se considere realizada- el resto de los musulmanes son liberados de esa obligación (por ejemplo: mientras haya una cantidad suficiente de médicos que satisfazga la necesidad de la sociedad islámica, el resto de las personas no tienen la obligación de adquirir ese conocimiento en particular. Otro ejemplo, fuera del área del conocimiento, podría ser el entierro de un fallecido musulmán: es obligación de todos los musulmanes enterrarlo debidamente, no obstante, si un musulmán realiza el entierro, los demás quedan libres de esa responsabilidad) como lo es el caso de las ciencias como la medicina y el cálculo.
Gradualmente cada ciencia que era importante para garantizar la vida, se consideró obligatorio aprenderla[9], por ejemplo las industrias cuya ausencia hacían difícil la vida. Por su puesto, la poesía, historia y genealogía, hasta el punto que no causaran la vanidad y la corrupción, no eran obligatorias ni desaconsejables. Han narrado que un día el Profeta del Islam (PB) pasaba por un sitio y vio a un hombre que decía unas cosas mientras la gente lo rodeaba. Preguntó: ¿Quién es él? Dijeron: Es un erudito. Preguntó: ¿Qué sabe? Respondieron: La poesía y genealogía. El Profeta dijo: “Es una ciencia que no tiene beneficio saberla y no nos perjudica ignorarla”.[10] A pesar de todo, fueron exigidas posteriormente por los beneficios que le daban estas ciencias a la comprensión y la exégesis del Sagrado Corán y los hadices —narraciones proféticas—. Asimismo, profundizar en elementos teóricos del cálculo y la medicina no son exigidos en su esencia —pero conocerlos, aunque sea básicamente, resulta útil para el desarrollo y profundizar en estas ciencias — y no tienen un carácter obligatorio a pesar de posibilitar virtudes positivas. Conocer los principios teóricos de las creencias —que son medios para evitar las ambigüedades y dudas del Corán y hacer una defensa de la religión— si no se consideraban como una obligación ‘ainí, por lo menos era una virtud importante y de esa forma la teología y luego la filosofía, bajo el título de sabiduría, fueron introducidas a las ciencias preferidas en el territorio de los musulmanes. Con estas preliminares, aunque el radicalismo de algunos filósofos fue rechazado, la ciencia de la metafísica fue considerada por los musulmanes como una vía favorable de la actividad racional.
Por lo tanto, la base principal de la ciencia, la cultura y la civilización islámica se encontraba dentro del mismo Islam, en el ámbito adecuado que recomendaba y exhortaba el Islam. A pesar de todo, ¿acaso es razonable atribuir el avance y desarrollo de la civilización y la cultura islámica a otro factor que no sea el Islam, como dicen algunos orientalistas?
Fuente: Los Aportes del Islam a la humanidad
Editorial Elhame Shargh
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[1] “¿Acaso no contemplan el orden de los cielos y la Tierra y todo lo que Dios ha creado...? (Corán 7: 185); “En verdad, en la Creación de los cielos y de la Tierra y en la diferencia entre la noche y el día, hay señales para los dotados de intelecto.” (Corán 3: 190)
[2] “Dí: ¿Acaso son iguales el que sabe y el que no sabe? En verdad, sólo se deja amonestar la gente dotada de entendimiento.” (Corán 39: 9); “… Dios elevará el grado a quienes de vosotros tengan fe y a quienes les ha sido dado conocimiento.” (Corán 59: 11); “… Preguntad a la gente del recuerdo si no sabéis.” (Corán 16: 43)
[3] “Dios, los ángeles y los que tienen conocimiento atestiguan que no hay más dios que Él, el Equitativo. No hay más dios que Él, el Poderoso, el Sabio.” (Corán 3: 18)
[4] Ihia ul-Ulum –Vivificación de las Ciencias-; Vol. 1, Pág. 11
[5] Como: “La búsqueda de la Ciencia es una obligación para todo musulmán y musulmana”; “Buscad la ciencia, aunque debáis ir a la China (uno de los países más lejanos con respecto a Medina).”; “Los sabios son herederos de los profetas.”; “La virtud del conocimiento es más amada para Dios que la de la adoración.”; “Primero los profetas, después los sabios, y luego los mártires.” Estos hadices o tradiciones están compilados en el texto: Ihia ul-Ulum; Vol. 1, Pág. 12-15
[6] Margoliouth, Mohammed and the Rise of Islam, London 1905, Pág. 11 f.
[7] Ibn Azir, Usd ul-Gaba Vol. 2, Pág. 222
[8] Ihia ul-Ulum; Vol. 1, Pág. 36
[9] Ihia ul-Ulum; Vol. 1, Pág. 23
[10] Ihia ul-Ulum; Vol. 1, Pág. 36