Existen muchos dichos en la tradición islámica que hacen referencia a la edad en que las niñas asumen sus obligaciones religiosas que es a partir de los nueve años lunares (cada año lunar es aproximadamente 10 días y 18 hs. menos que el año solar). A esta edad comienzan a afirmar sus creencias en Dios, el Profeta y los preceptos islámicos: las cinco oraciones diarias, el ayuno, el hiyab (o vestimenta islámica).
Cuando se está considerando un matrimonio, es costumbre entre los musulmanes hacer investigaciones sobre ambas familias. Así ellos hacen negociaciones para determinar las condiciones para el matrimonio y su ceremonia, y para establecer la cantidad de la dote nupcial. Entre las preguntas formuladas, las familias deben tratar de responder esas preguntas de manera apropiada y dentro del marco de la religión. También deben hacer lo mismo respecto a las preguntas que ellos formulen. En estas negociaciones, se debe dar lo mejor de cada familia para obtener la máxima honestidad.
Bien y sabiamente - como teólogo encumbrado - lo sentenció el Papa Francisco, no hay ""terrorismo islámico"". No lo puede haber porque es una expresión contradictoria. Hay terroristas que se dicen musulmanes, cristianos o judíos como hay terroristas que se autodenominan ""demócratas"". A nadie se le ocurre decir ""terroristas democráticos"", pero vaya si generan terror sus bombardeos con drones y misiles a civiles inocentes.El Profeta Muhammad predicó el Islam que invita a la paz como su propio nombre lo indica. Predicó en nombre de Dios Clemente y Misericordioso, el Dios de Noé, Abraham, Moisés, Jesús, Muhammad y de toda la humanidad sin distingos. Todos ellos invitaron a adorar a Dios Único, sin asociarle nada, el Dios Creador, Bondadoso, Justo y la Paz como uno de sus tantos atributos de perfección absolutos.  
La libertad, desde el punto de vista de la religión puede estudiarse bajo dos títulos: La libertad espiritual y la libertad sociopolítica. Según la perspectiva espiritual, la esencia del hombre o su ser inmaterial está libre de corporalidad, materialidad y de rasgos materiales. Siente nostalgia por su lugar de origen, la dimensión del Dominio y el mundo espiritual. Pero debido a la adherencia de su alma al cuerpo, se regocija con los asuntos materiales mundanales. El hombre no tiene opción excepto buscar la perfección por medio de los medios que este mundo le permite, porque este mundo es el campo de siembra para la otra vida. Sin embargo, la mayoría de la gente tiende a ver al mundo como si fuese algo independiente e ignoran su verdadero valor, el cual está relacionado con la otra vida. Es por eso que son atrapados por las frivolidades y placeres triviales y estos les impiden ascender a niveles de perfección.
La civilización y la cultura islámica en el período de la cúspide de su florecimiento, expone la situación de la civilización humana en una larga etapa de su transformación, pero la historia de esta cultura, su inmensidad y su riqueza es algo casi milagroso. Así que teniendo esta visión bien se puede hablar de un milagro islámico, como también se habla de un milagro griego. En realidad, lo que puede nombrarse como milagro islámico se inició en sus principios por trasladar a su seno el milagro griego, como hicieron también éstos pues su cultura no salió de la nada sino que tuvo préstamos de otras culturas anteriores.
Entender el significado espiritual de la ÿihad y su amplia aplicación a cada aspecto de la vida humana de acuerdo a lo que se entiende en el Islam, es necesario recordar que la base misma del Islam sobre la idea de establecer un equilibrio dentro del ser del hombre así como en la sociedad humana donde funciona y lleva a cabo los objetivos de su vida terrenal. Este equilibrio, que es el reflejo terrenal de de la Justicia Divina y la condición necesaria para la paz en el dominio humano, es la base sobre la cual el alma toma su lucha hacia esa paz que, en términos de uso cristiano, se denomina “entendimiento de paz”.
Hablar del conocimiento, la sabiduría y de los derechos que la mujer musulmana posee, borrando por completo los estereotipos que en la actualidad se tiene al respecto sobre ella, es remontarnos a 14 siglos antes de que, tras muchas luchas y batallas en países Occidentales se comenzaran a establecer derechos para la mujer; no obstante, de ello el islam ya había otorgado los suyos a la mujer musulmana.
Cuando el hombre procura resolver los asuntos fundamentales que concier­nen a la cosmovisión y conocer las bases de la verdadera religión, se encuentra, al inicio de su búsqueda, con esta pregunta: ¿Qué método o vía elegir para resolver estos asuntos?, y: ¿Cómo obtener los conocimientos fundamentales de un modo concreto, sin error? Es decir: ¿Cuáles son los diferentes métodos de conocimiento y cuál de ellos elegir?El análisis técnico y detallado de estos asuntos corresponde a la rama de la filosofía que estudia el conocimiento y que se denomina epistemología. Esta ciencia estudia los diversos tipos de conocimiento humano y su valor.El estudio de estos temas nos apartaría de nuestro objetivo en este libro, por eso mencionaremos aquí sólo algunas cuestiones necesarias y remitirnos, para una mayor profundización de estos asuntos a otras obras.
El pensamiento occidental está basado en el pensamiento secular que separa la religión del estado. Este pensamiento en varias dimensiones descansa sobre su antagonismo ante la religión celestial, ya que considera a la religión como un impedimento para el progreso y la prosperidad en la vida. Yusuf Al- Gardawi[1] explicó al secularismo como el definido en la enciclopedia Británica (secularismo es el movimiento que apunta a desviar la atención de la gente acerca del próximo mundo y enfocarla sólo en este mundo).
En la parte I de este trabajo sostenía que la otrora “isla de estabilidad” con que el ex mandatario estadounidense Jimmy Carter definía al Irán sujeto al dominio estadounidense se vio sacudida por una Revolución.Una revolución que comenzó a cambiar, no sólo estructuralmente la nación persa, sino también la correlación de fuerzas en la zona de Oriente Medio y Asia Central. En sus 38 años, desde el triunfo de las fuerzas revolucionarias, la República Islámica de Irán ha tenido que ampliar su estado de alerta en todos los planos, fortalecer su capacidad disuasiva, elevar la moral combativa de sus tropas, desarrollar su industria, investigar, crear, innovar a pesar de las restricciones y bloqueos que día a día tiene que sortear. Un combate que no ceja en virtud de la determinación de sus enemigos occidentales y regionales decididos a destruir a Irán “sumirla en la edad de la piedra” como es habitual escuchar en los apocalípticos discursos y en la cantinela repetitiva de los gobiernos sionistas sean estos Laboristas o del Likud.