La República Islámica de Irán celebra en febrero de 2017 el 38 aniversario del triunfo de la Revolución. En algunos medios de Occidente como la revista The American Interest, editada en Estados Unidos, se mencionó recientemente que Irán se encuentra entre las ocho naciones más poderosas del mundo. A los musulmanes nos satisface que la patria del Imam Ruhollah Musawi Jomeini sea una república poderosa y deseamos que sea más influyente en la difusión del Islam porque en el Islam está la verdadera victoria y el poder. En Occidente los dueños de gobiernos y riquezas tienen una concepción diferente del poder. Lo basan en la acumulación de bienes materiales. Para el mundo musulmán la verdadera riqueza es el sometimiento ante Dios, nuestro Dueño, para llenar toda la tierra de Amor, Fraternidad y Paz.
La revolución Islámica de Irán que fue liderada por el Imam Jomeini (R.A), que supuso el final del régimen del Sha, y que estableció y fundó una nueva República con un gobierno Islámico legítimo basado en el Corán y la Escuela de Ahlul Bait (P), fue el acontecimiento inédito más sorprendente en la historia del siglo XX y continúa vigente; puesto que no sólo pudo derribar a toda una dinastía, la aniquilación de un sistema monárquico de 2500 años, sino que pudo movilizar a millones de almas sin más armas más que las palabras para derrocar al imperialismo, devolviéndole la verdadera identidad a las mujeres.
La República Islámica de Irán vive un contencioso que ha marcado toda una generación, que ha visto transitar casi cuatro décadas desde el triunfo revolucionario, con una guerra de agresión que obligó a la denominada santa defensa contra Irak. Años de bloqueos y sanciones por el férreo convencimiento de asumir su soberanía y dignidad a toda prueba. Una época que en julio del año 2015 generaría un punto de inflexión, con la firma de los denominados Acuerdos Nucleares o Plan Integral de Acción Conjunta – JCPOA por sus siglas en inglés – que reconoce en Irán su derecho a desarrollar su programa nuclear pacífico y con ello poner fin a sanciones económicas, políticas, científicas y diplomáticas, que mostraron no sólo su carácter injusto, sino que estériles para doblegar la resistencia iraní.
La victoria de la Revolución Islámica de Irán fue el evento más trascendente y asombroso del Siglo XX, y la revolución por excelencia, ejemplo para todos los pueblos oprimidos del mundo. En las últimas décadas, los intereses mezquinos del hombre provocaron que la religión y la espiritualidad, los factores más importantes de la vida humana, hayan perdido su valor; pero la Revolución de Irán izó la bandera del Islam para derrotar, con la ayuda de Allah y la guía del Imám Jomeini, al títere régimen del Shah. Esta Revolución erradicó claramente la opresión y el despotismo instaurado por el régimen anterior y estructuró la sociedad sobre las bases de la educación y la cultura islámica...
Los acontecimientos que desde hace algo más de una década vienen agitando el mundo árabe e islámico han convertido a éste en motivo de curiosidad periodística e intelectual. La reafirmación de valores religiosos con fines políticos ha motivado que muchas miradas busquen una nueva consideración del proceso de cambio social que allí se está dando. Para explicar este proceso, Occidente suele recurrir a categorías y conceptos sociales que no tienen nada que ver con la realidad de ese mundo, precisamente porque en él las creencias religiosas, que se están reafirmando  sólidamente, se presentan como la única seña de identidad frente a la dominación occidental que hasta hace poco ha sufrido.
La civilización del Islam, que llegó a ser heredera de la cultura antigua del Oriente y del Occidente, no se limitó a las culturas anteriores, ni las imitó absolutamente; más bien las armonizó y perfeccionó. Su periodo de perfección que finalizó con el dominio mongol, fue una etapa de construcción, —construcción de una cultura universal y humana—en un territorio con diversos grupos étnicos como: Ibérico, griego, indio, iraní, turco, e incluso chino.
La pregunta que surge es si acaso en el Islam el hombre tiene derecho a golpear a la mujer y, si es así, ¿en qué casos? y ¿cuáles son sus límites y formas? Esta cuestión es una de las ramificaciones del tema del nushûdh dentro de la jurisprudencia islámica.En la terminología islámica, el término “nushûdh” se utiliza en dos casos:1) En casos que la mujer desobedezca al hombre en lo que es su deber.2) En caso que el hombre sea negligente en cuanto a su deber o que demuestre indiferencia o dureza en cuanto al acatar el derecho de la mujer...
La Parte más interesante de la perspectiva islámica del mundo se relaciona con el ser humano y la visión coránica de este ente extra­ordinario. Desde el punto de vista coránico el ser humano no es un ente natural, es decir que, a diferencia de otras cosas naturales, no tiene que seguir una dirección y rumbo fijo e inalterable.
No hay duda que los profetas han sido designados para guiar al ser humano hacia el sendero verdadero y darles felicidad y libertad. La pregunta es ¿Dónde reposa la felicidad de la gente con respecto a esta escuela de pensamiento? Según esta escuela de pensamiento, ¿En qué consiste la felicidad final y salvación de los seres humanos?Todo ello ha sido mencionado directa o indirectamente en el Sagrado Corán pero dos conceptos han sido específicamente señalados como finalidades reales:...
De un tiempo a esta parte hemos sido testigos como nunca de una serie de atentados terroristas, asesinatos, raptos, genocidios, intervenciones armadas; etc… en suma una serie de injusticias que se viven en estos tiempos; lo que ha conllevado a buscar a culpables y por supuesto las posibles “soluciones” a cada uno de estos acontecimientos catastróficos, nefastos y hasta inhumanos.