El milagro del profeta Muhammad (PB) es el Corán. La palabra Corán, en árabe, significa: la lectura, la recitación. A lo largo del presente capítulo, se presentarán detalles que demostrarán la autenticidad del Corán como la palabra revelada de Dios, y la imposibilidad de que la misma haya sido compuesta por persona alguna, y menos por el profeta Muhammad (PB) siendo una persona analfabeta.El Corán es el libro más leído a lo largo de los siglos y el mismo ha creado una nueva etapa en el pensamiento humano y ha afectado de una manera significativa la vida de millones de personas alrededor del mundo. Por ello, este libro sagrado se puede considerar como el único milagro viviente, si se toma en cuenta que los demás profetas fueron apoyados por milagros considerados como acciones puntuales, manifestados en eventos o sucesos de su época.
La palabra “Islam”, en árabe, proviene de una raíz que puede tener dos significados: (1) “paz” y (2) “someterse a”,  “entregarse a” o “consagrarse a”.En el contexto religioso, los términos significarían la entrega, sumisión o consagración a Dios. Sin considerar “etiquetas”, “Islam” sería la religión –cualquier religión- cuyos adeptos se entregan o se consagran a Dios, o están sometidos a los mandatos de Dios.En este sentido, una persona musulmana, o “Muslim” (la expresión en árabe), es una persona monoteísta, que cree en la existencia y unicidad de Dios, y que somete a sí mismo a los mandatos de Dios.La primera religión monoteísta, “etiquetada” con un nombre específico, es la religión judía. Sin embargo, todos sabemos que la misma aparece con el profeta Moisés (AS), y con el mensaje que él predicó, contenido en la “Torah”.Este artículo nos introducea conceptos fundamentales sobre el Islam.
Todas las alabanzas pertenecen exclusivamente a Al-lah (Dios), y que Su paz y bendiciones sean sobre Muhammad, el epitoma más perfecto de los Atributos Divinos y su infalible descendencia, los Ahlul-Bayt, legítimamente conocidos como las embarcaciones de la salvación, aquel que suba en ellas obtiene la felicidad eterna, y aquel que se rezague y sea indiferente se ahoga y obtendrá la condena.Al Qanduzi, narrador de hadices de la escuela Hanafi, en su radiante compilación llamada Yan?bi al-Mawadda (Fuentes del Amor constante) menciona una narración de Abu Dharr, quien narró del Santo Profeta (PB):Ciertamente que La Gente de mi Casa que está entre ustedes es similar al Arca de Noé (a.s.), aquel que se monte en ella se salvará y aquel que se rezague y no suba perecerá.
En el nombre de dios, el compasivo, el misericordiosísimo1. ¡por la higuera y el olivo2. Y el monte sinaí,3. Y esta metropoli segura,4. Que creamos al hombre en la más perfecta proporción.5. Luego, hemos hecho de él el más abyecto,6. Excepto a los creyentes que practiquen el bien, que tendrán una recompensa inagotable!7. ¿qué es, pues, lo que a pesar de esto te hará desmentir el día del juicio final?8. ¿acaso no es dios el más prudente de los jueces?
WILSON: la historia del Profeta nos informa que a la edad de 40 años, mientras se encontraba adorando en la montaña  de Hira, la luz de Dios alumbró sobre él y este escuchó la voz de la Verdad. En ese instante su nombramiento como mensajero de Dios para la humanidad comenzó. ¿Qué reveló el mensaje de Hira a Muhammad?CHIRRI: El mensaje de Hira revelo al nuevo Profeta, el Verdadero concepto de Dios: el Poder de creación, el Poder de transformar el barro en ser humano, y el Poder para hacer la materia consciente de ella misma y del mundo.“¡Recita en el nombre de tu señor, Que creó, creó al hombre de sangre coagulada! ¡Recita! Tu señor es el Magnífico, Que enseñó el uso del cálamo, enseñó al hombre lo que no sabía”. Corán 96; 1-5
El hombre se ha visto siempre a sí mismo como una puerta de entrada para la moralidad y ha considerado el mundo abstracto desde su propio punto de vista. En otras palabras, existen cosas en el alma (nafs) o ego del hombre que no concuerdan con las cosas del mundo material. No solamente tienen en cuenta este punto los psicólogos y espirituales antiguos, sino que los psicólogos modernos también admiten que ciertos aspectos del hombre no se pueden explicar a través de argumentos materialistas.El Profeta del Islam (BPD) ha dicho: “Quien se conoce a sí mismo conoce a Dios”.El Sagrado Corán considera al hombre diferente a todas las otras criaturas. Trata al hombre independiente y singularmente. Dice el Sagrado Corán: “Les mostramos Nuestros signos en todas las regiones de la tierra y en sus propias almas...” (41:53).
No hay duda alguna de que la religión islámica es universal, la culminación de las tradiciones religiosas y que, mientras el Enviado de Dios estuviera con vida, él asumía el liderazgo de la comunidad. Tras su fallecimiento ese liderazgo debía recaer en el más merecedor de entre los integrantes de la comunidad. Respecto a este tema existen dos tendencias: La escuela shi‘ita creeque ese liderazgo proviene de la designación divina (tansis), mientras que la escuela sunnita creeque es consecuencia de una elección comunitaria (Intijab), y ambas escuelas proporcionan diferentes argumentos para sostener sus opiniones que pueden encontrarse en los libros de derecho islámico. Pero lo que aquí deseamos es plantear un análisis de las condiciones imperantes en la época del Mensaje, lo cual puede corroborar una de las opiniones.
Quizás, lo más difícil para nosotros es reconocer la dificultad que tenemos para avanzar y evolucionar por un camino por el que, muchas veces, ni nos hemos propuesto andar. Una enfermedad repentina, la perdida de algo o alguien muy querido, un deseo que no se llega a cumplir, anhelos inalcanzables, frustraciones... un sin fin de situaciones que aparecen aun no habiéndolas buscado. Nuestra intención es comenzar una serie de artículos que, si Dios quiere, nos van a acompañar en los siguientes números de esta revista, donde intentaremos, empezando desde el principio, entender la necesidad del alma y del cuerpo como ser humano y siervo de Dios del amor  y la adoración. Este artículo nos adentra en el fascinante mundo de los Nombre Divinos y sus efectos en el creyente.
En una narración, del Profeta (P), se reporta que dijo: “El paraíso, en verdad, está a los pies de las mujeres”. Esta tradición ha sido narrada en los libros de hadices con otras versiones como: “El paraíso está bajo los pies de las madres”, y “La construcción del paraíso está bajo los pies de las madres”, y otras. Con respecto a honrar a las mujeres, el Profeta (P) dijo: “El mejor de ustedes es aquel que es muy amable con sus esposas”. Él también dijo: “Ninguno honra a las mujeres sino el magnánimo, y ninguno las insulta sino el cruel depravado”. Este artículo da continuidad a la temática de la mujer y sus derechos en la religión islámica.
El Imam Sâdiq (la paz sea con él) es el primer sabio que estableció la tradición del debate de los alumnos con el maestro y entre ellos mismos. Esta tradición, tras él, fue adoptada en las universidades islámicas y en los centros teológicos, particularmente en las escuelas shi'itas. Después de cada lección, los alumnos debatían entre ellos, para entender mejor las enseñanzas del maestro. En este capítulo recogemos algunos de esos debates que tuvieron lugar entre el Imam Sâdiq (la paz sea con él) y uno de sus discípulos, Yâbir Ibn Haiiân, sobre distintos temas: El movimiento como origen de la vida, la Unicidad de la existencia, las relaciones entre revelación y ciencia, la sabiduría divina,...Este artículo nos adentra en la sapiencia y espiritualidad de los imames en sus debates filosóficos-religiosos con diferentes sabios.