Examinando el castigo islámico para el robo, el cual consiste en amputarle cuatro dedos de la mano al ladrón, hay que considerar dos aspectos: primero, que por cometer un mal un ladrón merece ser castigado y, segundo, que este castigo debe ser la amputación de la mano. En cuanto al primer aspecto, sabemos que la ley islámica no es la única en aplicar un castigo al robo. La sociedad humana, desde que la historia nos lo cuenta, siempre ha condenado el robo y castigado al ladrón; así lo han hecho las comunidades humanas primitivas, las sociedades tribales, las sociedades feudales, las monarquías, las teocracias y por último las democracias. Este consenso universal se basa en la convicción de que el bien más valioso que posee el ser humano es la vida y que la principal responsabilidad de un individuo es buscar una vida feliz.
Los conocimientos en el campo de la medicina por parte de sabios musulmanes es otra de las páginas que prestigian no solo la historia de las ciencias en el Islam ,sino la historia de la Humanidad. Los textos de Avicenas o Razes eran de obligada mención en todos los colegios y círculos de galenos hasta el siglo XIX. El artículo expone los descubrimientos y gestores de los mismo más relelantes en el campo de la medicina en la civilización islámica. 
Toda la energía y fuerza que tenemos proviene de Dios, es concedida por Dios el Majestuoso. ¿Cómo podemos depender de la fuerza inestable que poseemos, cuando sabemos con certeza que esta proviene de Dios y que nosotros nunca hemos sido los verdaderos poseedores de nada?, ni tampoco lo seremos. La confianza que deposita el ser humano en Dios surge del conocimiento que tenga en El Dominio y Señorío Divino. Cuando uno acepta y reconoce a Dios como el Verdadero Poseedor en cuyas manos yace nuestro ser, entenderemos que no hay necesidad de extender nuestras manos a los demás.A continuación presentamos un artículo interesante sobre doctrina islámica .A continuación presentamos este artículo interesante sobre doctrina islámica .
Como su título lo indica, ésta sura señala el famoso e histórico hecho, que tuvo lugar el año en que naciera el Profeta Muhammad (PB), cuando Dios protegió a la Ka‘ba, de la malicia de un gran ejército de elefantes guerreros, montados por incrédulos provenientes del Yemen.El Corán recuerda aquel insólito evento, a modo de advertencia, para que los incrédulos egoístas y caprichosos de La Meca, cuya mayoría lo había vivido en carne propia, supieran que no poseen el mínimo poder, cuando se trata de enfrentar el poder de Dios, y que el mismo Dios, que aniquiló al vigoroso ejército de elefantes, por medio de pequeñas aves que arrojaban arcilla figulina, tenía el poder suficiente para castigar a los arrogantes, cuyo poderío y numerosidad no superaba al de Abrahah.
Antes de la llegada del Islam las sociedades tomaban dos posturas con respecto a las mujeres. Algunas sociedades las consideraban animales domésticos. En ellas, las mujeres no eran vistas como miembros de la sociedad; a las mujeres se les explotaba para beneficio de la sociedad (los hombres). En sociedades más civilizadas, las mujeres eran ciudadanos de segunda clase, comparables a los menores de edad y a los esclavos. En estas sociedades, las mujeres gozaban de unos pocos derechos que eran controlados estrictamente por los hombres.Pero el Islam, por primera vez en la historia de la humanidad, reconoció a la mujer su plenitud de derechos en la sociedad, valorando sus obras en forma igual a la de los hombres...
El pueblo de Gaza ya recibió Ramadán, y lo ha hecho en medio de toda su infraestructura destruida, escuelas, universidades, patrimonio cultural, casas, viviendas, todo en ruinas; las fuerzas ocupantes atacaron más de 500 mezquitas; 220 de ellas fueron demolidas, y 290 destruidas de manera parcial, pero no son aptas para la oración, por lo que rezan en medio de los escombros, y lo peor de todo es la consecuente crisis humanitaria en que se encuentran sobre todo los niños, heridos, enfermos otros, o solos en la orfandad; ya que el hambre extrema se extiende, el desplazamiento continúa y prevalecen el miedo y la ansiedad.
Desde que era niña siempre fui diferente, distinta en el sentido que era esa pequeña parlanchina que sólo conversaba con adultos, la niña que tenía una religión distinta a los demás, la que usaba el hiyab (velo) desde los 2 años, la que hablaba en persa cuando no sabía decir algo... y la que siempre fue considerada "extranjera" incluso en su país natal. Pero algo que tengo bastante claro es que donde fuera que estuviera, ya fuese en Irán o Bolivia, siempre fui una niña muy querida por la sociedad, ese es un dote muy bello que me dio Allah.
La formación de un estado sionista se colocó en la agenda de la política exterior británica a fines del siglo XIX, tomando como causas el colapso del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial y el establecimiento de los británicos en Palestina, que sirvieron de base para su implementación. En el año de 1917, Inglaterra anunció su apoyo al establecimiento del estado sionista en Palestina. Con el apoyo de los británicos, una delegación sionista ingresó a Palestina quienes comenzaron a construir asentamientos mediante la compra de tierras, llegando a desplazar a decenas de miles de palestinos. El 29 de noviembre de 1947, Naciones Unidas aprobó el plan de partición de Palestina en dos estados, uno árabe y el otro judío. En ese momento, los judíos constituían un tercio de la población y dominaban tan solo el 6% de la tierra palestina; sin embargo, el plan de la ONU les otorgaba el 55% del área de Palestina. Por ende, los palestinos y sus aliados árabes rechazaron el plan mencionado, pero el movimiento sionista estuvo de acuerdo con él desde un principio, porque este legitimaba la creación de un gobierno sionista en las tierras palestinas. Por supuesto, los sionistas no se detuvieron allí y ocuparon decenas de pueblos y aldeas palestinas en 1948 expulsando a los residentes originales.
El cambio fue para mí, el comienzo de una felicidad espiritual, y sentí una paz interior y un gran regocijo por la madhhab de la verdad que descubrí, de la que sin lugar a dudas, se puede decir que es el Islam verdadero. Me sentí rebozar de una gran alegría, y orgulloso de mí mismo, por la guía y dirección que Allah me había otorgado. No podía guardar silencio y ocultar lo que estaba sucediendo dentro de mí, y me dije: “Debo divulgar esta verdad a la gente”. «Habla sobre las gracias de tu Señor» (Sagrado Corán; 93:11). Esa es una de las gracias más grandes, si no la más grande de este mundo y de la otra vida. “El que calla la verdad es un demonio silencioso”, y “después de la verdad no hay nada sino extravío”. Lo que me hizo convencerme de que yo debía difundir esta verdad fue la inocencia de la gente Sunni que ama al Mensajero de Allah y a Ahl-ul Bait. Todo lo que se necesitaba hacer era apartar ese velo que fue colocado por la historia sobre sus corazones, para que pudieran seguir la verdad, pues fue lo que me sucedió a mí personalmente...
Todos los batallones avanzaron, nosotros debíamos atravesar los obstáculos y trincheras que encontrábamos, pero a medida que aclaraba nuestro trabajo se volvía más difícil. Una parte era sobre todo muy complicada, era la zona cercana al puente Refayeh en la que había una trinchera desde donde un iraquí disparaba con una ametralladora muy potente, impidiéndonos avanzar. Nuestros intentos por neutralizarlo, resultaban inútiles. Llamé a Ibrahim y le mostré el punto donde estaba instalado el tirador. Observó detenidamente y me dijo que la solución era acercarse y arrojar una granada a la trinchera. Después, me pidió dos granadas, se lanzó al suelo y empezó a avanzar arrastrándose hacia la trinchera...

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