La Convocatoria General del profeta Mahoma
Un análisis de la vida del Profeta del Islam; Mahoma (Muhammad) (PB)
Por: Aiatollah Yafar Sobhani
Habían transcurrido ya tres años desde el inicio de la misión profética cuando el Enviado de Dios, luego de convocar a sus parientes según ya se relató, comenzó la proclama general del Islam.
Un día ascendió a la colina de Safa y con fuerte voz clamó: “
Sus palabras infundieron temor en sus corazones. Uno de los líderes de la incredulidad, Abu Lahab, rompió el silencio diciendo: “¿Para decirnos esto nos has convocado?”. Y la muchedumbre comenzó a esparcirse.
La resistencia a las dificultades en pro de los objetivos.
La clave para obtener lo que se anhela depende de dos factores:
1) Tener fe en la meta a lograr; y 2) resistir y esforzarse por conseguirla. La fe es un estimulante interno que impulsa al ser humano a lograr sus objetivos pues presiente en ellos su felicidad. A menudo se soporta cualquier dificultad con tal de conseguir el objetivo, como el caso del enfermo que ingiere una medicina amarga sabiendo que lo curará.
En cambio si una persona duda del logro de lo que se propone, no toma medidas o simplemente se desanima en el curso de su acción, no obtiene ningún resultado. Concluimos entonces en que la fe es lo único que posibilita soportar las dificultades que se interponen ante el objetivo. Dice el Sagrado Corán: “Por cierto que quienes dicen: Nuestro Señor es Dios, y se consagran a El, los ángeles descenderán sobre ellos al morir y les dirán: ‘¡No temáis ni os atribuléis, más bien regocijaos con el Paraíso que os está prometido!’.” (41:30)
La resistencia y paciencia del Profeta (B.P.).
Las relaciones que fue tejiendo el Mensajero de Dios (B.P.) antes de generalizar su convocatoria al Islam y con posterioridad tuvieron como resultado la creación de un frente unido entre los creyentes que se oponía a otro, formado por la incredulidad y
En aquella época, la del comienzo de la ofensiva de los líderes quraishitas de la incredulidad, Abu Talib era el jefe del clan de Banu Hashim. Era un hombre muy voluntarioso y de corazón noble. Su casa era lugar de refugio de los huérfanos e indigentes. Era el líder de la Meca (por serio del clan más noble), y tenía en parte a su cargo los oficios de
Abu Talib, con sabias y suaves palabras decidió hacerlos desistir de su reclamo. Pero la influencia del Islam aumentaba día a día. En la época de la peregrinación, especialmente, en que
Entonces los principales de Quraish volvieron por segunda vez a ver a Abu Talib: “¡Abu Talib! Eres superior a nosotros por tu nobleza y por tu edad. Ya te hemos referido que anhelamos que tu sobrino abandone su religión pero no nos has hecho caso y ahora una última gota ha rebalsado la copa de nuestra paciencia. No podemos seguir soportando que critiquen a nuestros dioses y nos consideren bajos e ignorantes. Decide: O impides que continúe haciéndolo o lucharemos contra ti y también contra él hasta saber quién será el vencedor”.
Quien era el único refugio del Profeta, con toda inteligencia Y sabiduría, respondió que comunicaría sus palabras a Muhammad. Esta respuesta aplacaba sus furias y le permitía buscar una manera de solucionar el problema. Cuando los quraishitas se retiraron Abu Talib se entrevistó con Muhammad Y le habló de lo sucedido; no se descarta que Abu Talib quisiera aquilatar la fe de su sobrino.
El Profeta le respondió con una frase que muestra su jerarquía, su valor y la fe absoluta en su misión: “¡Querido tío! Juro por Dios que aunque pusieran el sol en mi mano derecha Y la luna en mi mano izquierda, no cesaría de proclamar el mensaje hasta triunfar o morir en el intento.” Muhammad atinó a retirarse cuando su tío lo llamó y le dijo: “Por Dios que jamás dejaré de apoyarte, sigue adelante, pues, con tu misión.”
La tercera visita de los quraishitas a Abu Talib.
La sostenida expansión del Islam desconcertaba e inquietaba a los quraishitas. Por tal motivo se reunieron y llegaron a la conclusión de que, dado que Abu Talib consideraba a Muhammad como su hijo, le ofrecerían un joven bello en adopción a cambio de su vida. Se presentaron ante él un día con Ammarat Ibn Walid, el joven más bello de
La última solución.
Y finalmente los quraishitas arribaron a la conclusión de que jamás conseguirían satisfacer a Abu Talib, Y de que éste, a pesar de no declararse musulmán, sentía un gran afecto Y simpatía por la fe de su sobrino. Decidieron entonces convencer a Muhammad por medio del otorgamiento de cargos, riquezas Y hermosas mujeres. Se dirigieron todos a la casa de Abu Talib. Muhammad estaba sentado junto a su tío.
El vocero del grupo comenzó a hablar: “¡Abu Talib! Muhammad ha sembrado la desunión entre nosotros y se burla de nuestros dioses. Si lo que lo mueve en esto es la necesidad, pondremos a. su disposición .una gran fortuna. Si aspira a un cargo político lo nombraremos nuestro rey y obedeceremos sus órdenes. Si está enfermo Y necesita curación le traeremos a los mejores médicos.”
Abu Talib le dijo al Profeta (B.P.): “Los principales de tu tribu han venido para pedirte que no ofendas más a sus ídolos para que te dejen en paz”. El Profeta respondió: “Yo sólo les pido que rindan el testimonio que los hará imperar sobre todos los árabes y que hará que los no árabes se les 'unan.” En ese preciso momento Abu Yahl se puso de pie y dijo: “Estamos dispuestos a repetir 10 veces ese testimonio si es necesario.” “Bien”, dijo Muhammad, “Digan: No hay más dios que Dios”.
Las palabras inesperadas del Profeta asombraron a los quraishitas y mientras perduraba su asombro y sorpresa se preguntaban. ¿Abandonar 360 dioses por un único Dios?, y finalmente se retiraron del lugar.
Los siguientes versículos fueron revelados con motivo del suceso recién mencionado: “Los mequinenses se asombraron de que se les presentara un amonestador de su raza, y los incrédulos dicen: ‘¡Este es un hechicero mentiroso! ¿Pretende hacer acaso de todos los dioses un solo Dios? Sin duda que esto es algo asombroso’. Y la nobleza se retiró diciendo: ‘¡Id y perseverad en vuestros dioses!’ ‘¡Por cierto que es algo ineluctable!’. No oímos esto en la última comunidad. ‘¡Esto no es sino una ficción!’.” (38:4/7)
Algunos ejemplos de las torturas de Quraish.
El día en que el Profeta rompió el silencio y desarmó a los incrédulos con su famosa frase: “Por cierto que aunque pusieran el sol en mi mano derecha y la luna en mi izquierda no cesaré de proclamar mi mensaje”, comenzó uno de los capítulos más tristes de su vida. Hasta ese momento los Quraishitas lo respetaban, pero cuando comprendieron que sus planes no alcanzarían -por las buenas- ningún resultado, cambió el curso de sus maquinaciones y decidieron detener a Muhammad a cualquier precio.
Con tal de lograr su objetivo no repararon en los medios, y en una de sus tantas reuniones decidieron molestar al Profeta, burlarse de él, y amenazarlo y torturarlo de todas las formas posibles.
Indudablemente, quien emprende una tarea de la magnitud de la encargada a los Mensajeros divinos, debe soportar con paciencia todo tipo de contrariedades y molestias, tanto físicas como espirituales. El Profeta (B.P.) además de poseer ese factor de fortaleza interior, espiritual (la fe, la paciencia, la certidumbre del triunfo final), contaba con un factor externo que lo protegía y apoyaba. Ese factor era el clan de Banu Hashim. El jefe de ese clan era Abu Talib, y cuando éste se enteró de la categórica decisión de Quraish consistente en torturar y molestar a Muhammad-, convocó a los integrantes del clan y los invitó a defender a Muhammad. Los musulmanes del clan y los demás por su parentesco con el Profeta decidieron protegerlo y resguardarlo de los inicuos. La excepción
A pesar de todo, esta decisión de su clan no lo protegía por completo. Cuando se encontraba solo sus enemigos aprovechaban para molestarlo cuanto podían. Veamos algunos de estos episodios.
1) Cierto día Abu Yahl vio al Mensajero de Dios en el monte Safá -próximo a
Hamza, tío del Profeta, se encontró con un esclavo de Abdullah Ibn Yar‘an, cuando regresaba de cazar. Este, que había presenciado la escena entre Abu Yahl y el Profeta (B.P.), le dijo: “¡Abu Ammarat! (sobrenombre de Hamza) ¡Ojalá hubieras estado aquí hace unos minutos y habrías visto cómo Abu Yahl maltrató a tu sobrino!”. Enojado por lo que había escuchado Hamza se dirigió hacia las proximidades de
En ese preciso momento un grupo de personas pertenecientes a la tribu de Bani Majzum se alzó en su contra, pero como Abu Yahl era muy astuto y político, no consideró conveniente derramar sangre en ese momento, y reconoció que Hamza tenía razón.
Este acontecimiento marca el ingreso al Islam de Hamza, un guerrero notable Y muy respetado que posteriormente se convertiría en el mayor comandante del Islam hasta su martirio, un hito de gran importancia para reforzar la protección y el apoyo al Profeta y también para el fortalecimiento de los musulmanes. Los propios quraishitas consideraron la adhesión al Islam por parte de Hamza como un gran factor de progreso del Islam.
2) La acelerada expansión del Islam molestaba terriblemente a los quraishitas. No había día en que no recibieran noticias de que alguien más se unía a sus filas. En cierta reunión Abu Yahl, enemigo acérrimo del Profeta y uno de los oligarcas de
Al día siguiente el Profeta ingresó al recinto de
Una fuerza superior había ayudado milagrosamente al Profeta contra su peor enemigo, y lo salvó según la promesa de Dios en el Sagrado Corán: “Porque te bastamos para aniquilar a los escarnecedores” (15:95).
3) Las molestias que sufría el Profeta (B.P.) de parte de su tío Abu Lahab y su esposa Umm Yamil excedían todo límite. Su casa se encontraba próxima a
MOLESTIAS DE LOS QURAISHITAS A LOS MUSULMANES
El progreso del Islam en el comienzo de la misión profética de Muhammad (B.P.) fue el resultado de diversos factores, de los cuales uno muy importante fue la firme resistencia de los primeros musulmanes. A tal punto que es instructivo referir algo sobre la notable firmeza y paciencia de aquellos primeros fieles que se desenvolvían en un ambiente pagano. Veremos a continuación algunos ejemplos de tal conducta, restringiéndonos a los musulmanes desprotegidos de la Meca, pues luego expondremos muchas de sus historias en los capítulos contiguos al de la emigración.
Bilal de Etiopía.
Los padres de Bilál habían ingresado en Arabia como prisioneros esclavos y provenían de
El sacrificio de Ammar Ibn Iaser y sus padres.
Ammar y sus padres fueron de los primeros musulmanes. Cuando el núcleo de la difusión del Islam estaba en casa de Arqam Ibn Abi AlArqam los tres adhirieron al Islam. Ibn Azir escribe que el día que los incrédulos se enteraron de su conversión hicieron todo lo que estaba a su alcance para perseguirlos y torturarlos. Los obligaron a abandonar su casa durante las horas más calurosas del día y a permanecer bajo el sol y el viento ardiente del desierto. La tortura se repitió tantas veces que el padre de Ammar encontró el martirio. Sumaiah, la madre de Ammar, reprochó cierto día a Abu Yahl el martirio de su esposo, y entonces este individuo que se destacó siempre por su crueldad extrema e insensibilidad, le dio muerte allí mismo con su lanza.
El trágico destino sufrido por esta pareja impresionó mucho al Mensajero de Dios. Cierta vez él los vio cuando los torturaban y les dijo con los ojos llenos de lágrimas: “¡Familia de Iaser!, perseveren que su morada será el Paraíso”. Luego de martirizar a sus padres los incrédulos se volvieron contra Ammar y lo torturaron utilizando el mismo método que con Bilál. Para salvar su vida Ammar no tuvo más remedio que atestiguar falsamente que negaba el Islam. Se arrepintió luego de haberlo hecho y con los ojos bañados en lágrimas se dirigió al Profeta y le contó lo sucedido. Muhammad (B.P.) le preguntó: “¿Eso ha cambiado tu fe?” “Mi corazón rebosa de fe”, contestó Ammar. Entonces le aconsejó el Profeta (B.P.): “No temas y ocúltala para que te salves de la maldad de estos inicuos”.
El versículo coránico que dice: “Salvo quien sea constreñido a ello con su corazón firme en la fe”. (16:106), fue revelado con motivo de lo ocurrido a Ammar.
Otra versión de esta historia.
Otra versión indica que cierta vez Abu Yahl decidió interrogar a la familia de Iaser la que carecía de protección (tribal) en
Abdullah Ibn Mas'úd.
Cierta vez que los musulmanes que habían adherido clandestinamente a la nueva fe se encontraban reunidos conversando, surgió la idea de hacerles escuchar a los quraishitas la palabra del Corán. Uno de ellos sostenía que sería muy beneficioso que alguien tuviera la valentía de presentarse ante
Las elocuentes frases de la sura coránica estremecieron de miedo sus corazones y para impedir que influenciaran a los presentes atacaron a Abdullah, pegándole tanto que comenzó a manar sangre de todo su cuerpo. Volvió con los creyentes y el Profeta en un estado lamentable. No obstante y a pesar de todo habían logrado que los incrédulos escuchasen el Corán y su palabra de vida.
Abu Dharr.
Abu Dharr fue la cuarta o quinta persona que ingresó al Islam en los primeros tiempos de
“Jamás podrán equipararse quienes hayan contribuido y combatido antes de la victoria (de
El primer vocero del Islam.
Cuando Abu Dharr adhirió al Islam el Enviado de Dios continuaba difundiendo su mensaje clandestinamente. La circunstancia requirió que él (Abu Dharr) ocultara su fe y abandonara
La tribu de Gaffar ingresa al Islam.
El Profeta (B.P.) percibió la capacidad de su nuevo discípulo y su fuerza y firmeza en la lucha por
Tras las batallas de Badr y Uhud Abu Dharr se mudó a vivir en Medina.
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Las historias que hemos relatado son algunas de las tantas existentes, ya que, si reflexionamos sólo un poco, veremos que el número de mártires que cayeron por el Islam en los primeros tiempos fue mucho mayor.
LOS ENEMIGOS ENCARNIZADOS DEL PROFETA
Conocer a algunos de los enemigos del Islam implica describir sucesos que se produjeron luego de la emigración a Medina, por lo que aquí sólo daremos en forma breve sus nombres y características:
1) Abu Lahab. Era tío y vecino del Profeta y no cejaba en desmentirlo y a sus seguidores.
2) Asuad Ibn Abdu Iaquz. Era uno de los que más se burlaban de los musulmanes. Cuando veía entre ellos a los desprotegidos y pobres decía: “Estos pobres se creen que son los reyes de la tierra e imaginan que pronto serán los dueños del trono del rey de Persia.” La muerte no le dio tiempo a este inicuo para ver la realidad de lo que afirmaban esos musulmanes cuando se apoderaron de los reinos de Bizancio y Persia.
3) Ualid Ibn Mugairah Era uno de los líderes de Quraish y poseía una gran fortuna. Nos referiremos a él en el siguiente capítulo.
4) Umaiiat y Ubai. Ambos hijos de Jalaf. Un día Umaiiat tomó los huesos cariados de algunos muertos, se dirigió donde el Profeta y con tono burlón le dijo: “¿Tu Dios revivirá esto?”. A raíz de ello se revelaron los siguientes versículos: “¿Por ventura ignora el hombre que lo hemos creado de una gota de esperma? ¡Sin embargo, hele aquí impugnador encarnizado! Y nos propone comparaciones y olvida su propia creación, diciendo: ‘¿Quién podrá reanimar los huesos cuando ya estén cariados?’ Diles: ‘Los reanimará quien los creó por vez primera, porque Es conocedor de todas las creaciones’.” (33:77/78)
Estos dos hermanos murieron en la batalla de Badr.
5) Abulhakam Ibn Hisham. Por su fanatismo contra el Islam era llamado por los musulmanes “Abu Yahl” que significa “padre de la ignorancia”. El también fue uno de los muertos en la batalla de Badr.
6) Ass Ibn Ua'a. Era el padre de Amru Aas, y llamaba estéril al Profeta. Dice el Corán a su respecto: “¡Por cierto que quien te aborrezca, ese será estéril!” (108:3) La historia refiere que su descendencia no se prolongó más allá de dos o tres generaciones.
7) Aqabat Ibn Abi Mu‘it. No cesaba de molestar a los musulmanes. Existen muchos otros enemigos del Islam, como el caso de Abu Sufian, pero no nos referiremos a ellos para no extender demasiado el tema.
El ingreso al Islam de los primeros musulmanes se producía por diversas causas. Muchas veces un pequeño acontecimiento motivaba la islamización de una persona o de un grupo. Un caso interesante de conocer es la islamización de Omar Ibn Al-Jattab.
Escribe Ibn Hisham: “De la familia de Jattab (padre de Omar) sólo su hija Fátima y su esposo Sa‘id Ibn Zaid habían adherido al Islam. Como las relaciones entre Omar y los musulmanes durante los primeros tiempos de
La nueva situación que imperaba en
La trágica escena y su hermana llena de sangre recriminándole hicieron temblar a Omar. Más tarde se arrepintió y le pidió a su hermana que le mostrara la escritura para poder meditar. Fátima, temerosa de que la destruyera, le hizo jurar que la devolvería intacta y él prometió que lo haría. Omar recibió entonces la hoja en que estaban escritas las siguientes aleyas: “TAHA. No te revelamos el Corán para que te mortifique, sino como una exhortación del timorato; revelación de Quien creó la tierra y los sublimes cielos, el Graciabilísimo que asume el mando. Suyo es cuanto existe en los cielos, cuanto hay en la tierra, lo que hay entre ambos y cuanto existe bajo la tierra. “(20: 1/5)
Estos hermosos y elocuentes versículos impresionaron mucho a Omar. El hombre que hasta hacía unos segundos atrás era el mayor enemigo del Islam, decidió adoptarlo como religión. Se dirigió enseguida hacia la casa que habitaba el Profeta (B.P.). Llegó y llamó a la puerta. Uno de los compañeros de Muhammad se levantó, miró a través de una hendija de la puerta y vio a Omar con la espada en la mano. Inmediatamente se dirigió donde el Profeta (B.P.) y le comunicó que Omar se encontraba allí. Hamza dijo: “Déjalo entrar, si viene con buenas intenciones le daremos la bienvenida, en caso contrario lo mataremos”. El trato que evidenció Omar para con el Profeta y el arrepentimiento que se reflejaba en su rostro por lo que había cometido eran signos evidentes de su definitiva decisión. Desde ese día adhirió al Islam dando el testimonio de fe en presencia de Muhammad (B.P.) y sus compañeros.
Fuente: La Historia de Mahoma (PB); Vida del Profeta Muhammad (PB) e historia de los orígenes del Islam, Editorial Elham Shargh
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