Cuando el Imam Ĥusaîn informó su traslado hacia Irak, algunos se opusieron a este viaje y le sugirieron que se abstenga de continuar su camino. El argumento de todos los “consejeros y pronosticadores” era el espíritu infiel que dominaba al pueblo de Kufa. Todos, unánimemente, creían que la gente de Kufa era buena para recibir, pero mala para despedir. Todos ellos preveían que este viaje culminaría con el martirio del Imam y la prisión de su familia.
Ibrahim solía decir: «Si queremos que esta revolución se mantenga firme y las generaciones venideras sean revolucionarias, debemos trabajar en las escuelas, porque el futuro del país estará en manos de personas que no han vivido la época del sah dictador».
En vísperas de la peregrinación, los visitantes a la casa de Dios entraban en tropeles a la Meca. A comienzos del mes del Ḏul Ĥiӱӱah, el Imam Ĥusaîn (la paz sea con él) fue informado de que -Umar Ibn Sa’îd Ibn ‘As entró a la Meca como dirigente de la caravana de peregrinos, pero, en realidad, con el objetivo de llevar a cabo una peligrosa misión. Îazîd le había encargado matar al Imam en cualquier punto de la Meca que fuese posible.
Alguien nos contó que «había un chico con retraso mental que todos los días llenaba una cubeta con el agua sucia de la canaleta y luego se la echaba a los transeúntes, principalmente a los que veía bien vestidos». La gente poco a poco se dispersó. Un hombre de traje trataba de limpiarse y secarse: Había sido víctima del chico. El hombre decía: «¡No sé qué hacer con este, pues es un retardado!»...
La gran marcha de Arbain, continúa más viva que nunca, y seguirá siendo la peregrinación que nunca terminará, oportunidad para desarrollar no sólo el amor al Imam Husain (P) y los mártires de Karbalá; sino a todos los mártires que continúan derramando su sangre en su resistencia a la opresión de la arrogancia mundial; pues Arbain es “El fuego ardiente en los corazones de los creyentes que nunca se apagará”.
Jabir Bin Abdullah Ansari era uno de los antiguos compañeros del Profeta Muhammad (PBD), participó en muchas batallas junto a él y al Imam Ali (p), es considerado el primer peregrino que después de los 40 días visitó al Imam Husein (P) en Karbala, ese día lloró junto a su tumba más aún, pues el conoció a su abuelo y su padre.
Muslim Ibn ‘Aqîl, en la mitad del mes de Ramadán, marchó hacia Kufa desde la Meca, siguiendo la orden del Imam Ĥusaîn Ibn ‘Alî (la paz sea con él). En su camino, entró a Medina y, en una parada breve, visitó la tumba del Profeta (la paz sea con él), visitó también a sus parientes y junto a dos guías de la tribu de Qeîs siguió su viaje hacia Kufa.
Era de tarde, Ibrahim volvía a casa después de su jornada laboral. Cuando entró al callejón, se le quedó viendo al hijo del vecino que estaba hablando con una chica. Cuando el muchacho notó la presencia de Ibrahim, se despidió apresuradamente y tanto él como la chica se marcharon por rumbos diferentes. Había evitado el encuentro con Ibrahim.
Estos grandes movimientos y su unión en su Resistencia contra el poder del eje hegemónico de los grandes imperios y sus huestes, son los que seguirán en pie continuando y desempeñando su papel para salvaguardar la revolución y sus logros, en virtud de la aleya: “Preparad contra ellos toda la fuerza y toda la caballería que podáis para con ello atemorizar al enemigo de Dios y vuestro y a otros que no conocéis, pero que Dios conoce” (Corán 8:60)
De Ĥusaîn Ibn ‘Alî a Muĥammad Ibn ‘Alî y a aquellos miembros de Banî Hâshim que estén junto a él. (Y luego...) quien de vosotros se una a mí en este viaje obtendrá el martirio. Y quien no me acompañe, no obtendrá la victoria. Ûas salâm.