La carta del Líder Supremo de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, dirigida a ""todos los jóvenes de Europa y América del Norte"", no se considera solo una carta de un carácter político.La carta del Líder Supremo de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, dirigida a ""todos los jóvenes de Europa y América del Norte"", no se considera solo una carta de un carácter político. Porque una figura política se dirige a otros políticos, pero ayatolá Jamenei se dirigió a otros jóvenes en otros países, y también un carácter político intenta convencer a otras personas a través de su diplomacia, pero en esta carta el Líder Supremo no usó las palabras diplomáticas. Por otra parte, en esta carta ayatolá Jamenei no ha cuestionado sus propias creencias ni las posturas de sus contrapartes.

La perspectiva “externalista” en la consideración del problema que centra este estudio, el de la relación entre la filosofía y la religión en algunas obras no comentarísticas de Averroes, no es nada deleznable. No se trata del mero procedimiento de “situar” las obras en cuestión en un contexto que les sirva de trasfondo, sino precisamente de lo contrario, es decir, de mostrar la importancia “de fondo” de la cuestión relativa al contexto en el aspecto “internalista” de la investigación (el análisis de las obras elegidas). Claramente no es objetivo de esta investigación un análisis exhaustivo del problema histórico-social del Islam en los tiempos de Averroes. Ello sería una investigación propiamente histórica e independiente.

Edward Gibbon dice: “En la casa y afuera, en la paz y en la guerra, Abu ?alib el más respetado de los tíos de Mu?ammad fue la guía y el guardián de su juventud; a sus veinticincos años entró al servicio de Jadiya, la rica y noble viuda (sic) de la Meca, quien pronto premio la fidelidad dándole la mano y su fortuna. El contrato matrimonial, en su simple estilo antiguo, se recitaron mutuo amor Mu?ammad y Jadiya; lo describe como el más perfecto de la tribu de Quraish; y estipularon una dote de once onzas de oro y veinte camellos lo cuales fueron entregados por su tío.”

En toda sociedad muchas veces se perpetran asesinatos. Frente a estos casos una religión completa y abarcadora como lo es el Islam, debe presentar un plan y programa justo y lógico para poder prevenir e impedir la repetición y perpetración de tales crímenes. La implementación de la Ley de Talión, junto a otras leyes, acabó con las guerras fraticidas que se perpretaban antes de la llegada del Islam implantado claros limites de justicia en una sociedad previamente sumida en la ignorancia...

La Shî‘ah Imamita, en lo relacionado a la doctrina y los principios del Islam, actúa según los hadices narrados del Mensajero de Dios (BP) a través de narradores fiables en los que es posible basarse, ya sea que estas narraciones y hadices se encuentren en libros shiítas o sunnitas.Por ello, puede suceder que la Shî‘ah en sus libros de jurisprudencia también se base en narraciones transmitidas a través de narradores sunnitas. Este tipo de hadîz, que es clasificado en cuatro clases, es denominado “muazzaq” (fiable).En base a esto, las acusaciones que algunos tendenciosos hacen contra la Shî‘ah Imamita a este respecto, no tienen base y son absolutamente erróneas.El Fiqh Imamita se basa -fundamentalmente- en el Sagrado Corán, la Tradición, el intelecto y el consenso de los sabios.

Después de que las potencias aliadas ganaron la primera Guerra Mundial, no tardaron en repartirse el botín de los territorios usurpados a los otomanos, así la suerte de Palestina, Siria y el Líbano habían sido prorrateados por los intereses de las potencias que explotaban sus riquezas. Palestina en aquel entonces era un territorio perteneciente a los “otomanos”, una región de importancia no solo para los cristianos sino también para los musulmanes; pues Jerusalén, por ende la mezquita lejana, había sido uno de los lugares de referencia para el rezo de los musulmanes; así mismo en este lugar el Profeta Muhammad había ascendido a los siete cielos. Cabe recordar también que dentro del territorio Palestino había una raza y culturas mayoritarias, estos eran los árabes musulmanes la misma que no ha sido una garantía para que les puedan legitimar como verdaderos dueños de esas tierras, no obstante de aquello los palestinos habían logrado respetar la convivencia con las pocas colonias israelís de aquel entonces.

La primera es la filosofía del materialismo histórico y las contradicciones dialécticas. Esta teoría, que será discutida en detalle más adelante, se basa en el origen de la propiedad privada. Las sociedades en que la concepción de la propiedad privada no existe, son básicamente unipolares, como son las sociedades comunistas primitivas o esas sociedades comunistas que probablemente serían estructuradas en el futuro. Una sociedad en que existe el derecho a la propiedad privada, es, por necesidad, bipolar. Por ende, la sociedad es o bien unipolar o bien bipolar. No hay una tercera alternativa posible. En las sociedades bipolares los seres humanos se dividen en dos grupos, es decir, en explotadores y explotados.

Las enseñanzas islámicas enfatizan la absoluta unidad de la religión y consideran las diferencias en los códigos y tradiciones religiosas como secundarias y no primarias y esenciales. Sabemos que la religión no es sino un programa para la perfección del individuo y la sociedad. Ello revela que los fundamentos de estas enseñanzas han sido puestos sobre la base de la unidad de las sociedades. Si hubiese distintas «especies» de sociedades, entonces los fines de la perfección y sus respectivos medios habrían sido también diversos, necesitando una diversidad y pluralidad de religiones.El Corán enfatiza repetidamente que no hay más que una sola fe en todo el mundo. Ha habido una sola religión en todas las regiones, en todas las sociedades y en todos los tiempos. De acuerdo al Corán, las religiones —en forma plural— nunca existieron. Solamente “la religión” (en su forma singular) ha existido. Todos los Profetas predicaron y enseñaron la misma fe, el mismo camino y el mismo propósito: “Os ha prescrito en materia de religión lo que ya había ordenado a Noé, lo que Nosotros te hemos revelado y lo que ya habíamos ordenado a Abraham, a Moisés y a Jesús: ¡Que rindáis culto y que esto no os sirva de motivo de división!…” [Corán 42:13].

Una de las particularidades psicológicas del hombre es el deseo y la aspiración innata por conocer la verdad e informarse sobre la realidad. Surge en cada hombre en su misma infancia y se extiende hasta el fin de su vida.Esta búsqueda innata de la verdad, que a veces se denomina sentido de curiosidad, puede incentivar al hombre a pensar en los asuntos religiosos, y proponerse conocer la verdad sobre ellos. Por ejemplo: ¿Existe, acaso un ser oculto, no sensible, inmaterial? En caso de que efectivamente exista, ¿hay comunicación entre ese mundo oculto y el mundo material y sensible?

La importancia que tuvo la religión entre los musulmanes, hizo que los otros asuntos fueran cuestiones de segundo orden, por lo cual los investigadores pusieron especial interés en las creencias y las escuelas religiosas de las diversas naciones y tribus. Este punto, junto con el contacto y comunicación permanente de ellos con los seguidores de las religiones y leyes existentes o introducidas al territorio del Islam, generó la creación de la ciencia llamada Milal wa Nihal —Sectas y credos —, así como la ciencia del Kalam —teología islámica—. En realidad, aunque en algunas compilaciones de los musulmanes se ven inconsistencias y quizá prejuicios, como Bagdadi, Esfarayeni, Ibn Hazm e incluso Shahrestani, estas obras acerca de las “sectas y credos” muestran a lo máximo el éxito posible de estos estudios en los siglos de intolerancia de la Edad Media. Los antiguos griegos también mostraron interés por estos estudios. Herodoto y Estrabón durante sus viajes acumularon información desclasificada e investigaciones sobre Egipto y Babilonia las cuales se consideraban valiosas —antes de los descubrimientos de las escrituras y documentos antiguos—.