El inmortal e histórico sermón de Fátima Zahra (P)
Un estudio sobre la vida de Fátima Zahra (P), la hija inmaculada del Profeta del Islam
Por: Allama Baqir Sharif Qurashi
Fátima (P) no pudo soportar más el severo proceder de Abu Bakr en su contra, fue muy duro y doloroso. Por esto, decidió anunciarle las pruebas y bloquear cualquier forma para que Abu Bakr pudiera seguir justificando su política.
Fátima realizó un notable discurso en la mezquita del Profeta (P) donde puso los puntos sobres íes, demostró ser la más grande mujer que Al-lah (Dios) hubiese creado en la tierra, con un talento, ingenio, sabiduría y elocuencia única.
Debido a la gran importancia de este sermón, Ahlul Bait (P) obligó a sus hijos a memorizarlo así como los obligaban a memorizar el Corán.
Yo pienso y no conozco a una dama a esta edad (diecinueve años) que pudiera hacer un discurso, el cual cualquier experto orador en el mundo no podría hacerlo. Pero esto no es extraño para el resto de la profecía y la esencia del conocimiento y de la sabiduría con que su padre la había alimentado e inyectado, con sus características mentales y psicológicas, hasta que ella se convirtió en una verdadera copia de él; muchas tradiciones han confirmado esto.
El sermón de Fátima (P) fue una abrumadora revuelta en contra del gobierno de Abu Bakr, donde ella trató de arrojarlo del trono del estado y destruir los pilares de su gobierno. Sin embargo, Abu Bakr pudo mostrar sus habilidades diplomáticas para reprimir esta revuelta, la cual detallaremos más adelante.
Los historiadores describen el camino de Fátima (P) hacia la mezquita de su padre, ella estaba muy enojada… se colocó su velo y su vestido y salió junto a su sirvienta y algunas de sus seguidoras, caminando exactamente como lo hacía su padre hasta donde Abu Bakr, quien estaba en la mezquita, entre una multitud de muhayirin, ansar y otros. Una cortina fue puesta, entre ella y la gente, gimió de una manera que todas las personas empezaron a llorar, la reunión se estremeció.
Ella esperó hasta que ellos dejaron de llorar y se tranquilizaran, comenzó su discurso con las alabanzas a Dios y luego su elocuencia se escuchó. Fátima les dijo: (Extracto del Discurso)
“Atestiguo que mi padre Muhammad (PB), es siervo y enviado de Dios. Lo designó antes de enviarlo, lo nombró antes de crearlo, lo eligió aun cuando las criaturas estaban ocultas en el universo invisible, detrás de los oscuros velos de las tinieblas, antes de la existencia.
Ello fue porque Dios (alabado sea), conocía el futuro de los acontecimientos.
Dios lo envió para completar Su orden.
Al llegar, observó que los hombres habían perdido su religión y eran amantes del fuego de la incredulidad, decididos a adorar a los ídolos. En ese momento, Dios, a través de mi padre, cambió la oscuridad por la luz. Corrió los velos de la ignorancia de los corazones. Levantó las nubes de la equivocación y desvío que empañaban su visión, y los orientó hacia el sendero recto.
Dios, Altísimo, estableció la fe para ustedes, para purificarlos del politeísmo. La oración, para alejarlos de la arrogancia. El zakat (la dádiva), para santificar vuestras almas y aumentar vuestro sustento. El ayuno, para confirmar vuestra fidelidad. La peregrinación, para consolidar las bases de vuestra religión. La justicia, un medio para vuestra organización y el acercamiento de vuestros corazones. Estableció la obediencia a Ahlul Bait (Gente de la Casa), para unir a la comunidad, y nuestro liderazgo e Imamato, para impedir la discrepancia. La lucha santa, para el engrandecimiento del Islam. La tolerancia y la paciencia como medio para merecer la recompensa. Ordenó la benevolencia como medio de felicidad común. La bondad hacia los padres como escudo para impedir la ira
Divina. Conservar las relaciones de parentesco, para alargar la vida y aumentar la cantidad de seres. Estableció la ley del talión, para proteger la vida de los seres humanos. El cumplimiento de las promesas, como medio para alcanzar la indulgencia Divina. Completar el peso, justamente, para evitar la merma en el comercio. Vedó la bebida alcohólica para evitar la impureza y la corrupción...
Temed al Único Dios como merece, no muráis más que entregados a Él, y Obedecedle en Sus órdenes. Ciertamente, los que temen a Dios, de entre los siervos, son los sabios.
“¡Oh, gentes! Sepan que Yo soy Fátima, y mi padre es Muhammad. Lo repito continuamente. Lo que digo, no lo digo por error, ni lo que hago lo hago sin un objetivo. <>. Entonces si lo identifican y lo reconocen entenderán que es mi padre, y no el padre de ninguna de sus mujeres; el hermano de mi primo (Ali) y no de ninguno de vuestros hombres. ¡Qué gran ayuda fue para él!, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él y su progenie. Fue así, como propagó el mensaje, anunciándolo públicamente, advirtiendo y alejándose del camino de los politeístas; invitándolos al camino del Señor con sabiduría y buena predica. Destruyó a los ídolos, les rompió las cabezas hasta que ustedes voltearon sus espaldas, hasta que la noche reveló la mañana, apareció la Verdad con su claridad, el líder de la religión habló, y fue silenciada la discordia de los demonios, pereció la hipocresía, los nudos de la infidelidad fueron desatados. Ustedes hablaron la palabra de la devoción entre un grupo que pasaba hambre (Ahlul Bait), ustedes se encontraban al borde del fuego, ustedes solían beber agua de lluvia estancada sobre la cual orinaban los animales, comían carroña. Eran bajos y miserables, temiendo siempre que un grupo de hombres los atacaran, pero Dios el Todopoderoso los rescató por medio de mi padre, Muhammad (P), después de mucho sufrimiento que tuvo que pasar y después de haber enfrentado a hombres poderosos, las bestias árabes y a los insolentes de la gente del libro (judíos). Cada vez que encendían el fuego de la guerra, Al-lah lo extinguía y cada vez que aparecían las espinas del demonio (los seguidores de Satanás), o se abría la boca de los politeístas en desafío, enviaba a su hermano Ali hacia sus llamas y éste no regresaba hasta que pisoteaba su cabeza con la planta de sus pies y extinguió las llamas con su espada. Éste (Ali), se esforzó por la causa de Dios para cumplir con la orden de Dios, junto al Mensajero de Dios (PB), líder entre los devotos de Dios, sincero en su consejo anhelando al Islam, sin prestar atención en la causa de Dios a ninguna acusación, en tanto que ustedes estaban relajados en lujo y seguros en sus cómodas viviendas, esperando que nosotros enfrentáramos los desastres, esperando que se propagaran noticias acerca de nosotros, huyéndole a las batallas, escapando al combate. Y cuando Dios escogió a su profeta, apareció la furia de la hipocresía. La vestimenta de la fe se desgastó, el silencio de los desviados habló, el ignorante salió al frente y ostentó. El camello de los farsantes movía su cola en vuestros establos, Satanás asomaba su cabeza llamándolos y ustedes respondieron a su invitación y, siguiendo sus trampas le respondieron y los invitó a la furia y los encontró iracundos, por lo tanto, marcaron a otros y no a sus camellos y se dirigieron a otros lugares y no a vuestros abrevaderos, fue así como lo hicieron, aún el cuerpo del profeta estaba fresco, la herida aún no había sanado, y el profeta aún no había sido sepultado. ¿Tan pronto proclamaron el temor a la sedición? Si ustedes ya habían caído en la sedición y ciertamente que el infierno arropará a los incrédulos.
¡¿Qué es lo que pasa con ustedes y qué falsedad?! El libro de Dios aún está entre ustedes, sus temas son claros, sus normas son manifiestas, sus signos resplandecen, sus restricciones son visibles y sus mandatos son evidentes. Sin embargo, lo han dejado atrás ¿Quieren alejarse de él o quieren gobernar basados en otras normas? La maldad será la retribución de los malhechores y si alguien desea una religión que no sea el Islam, no le será aceptada y en la otra vida se contará en el grupo de los perdedores. Ustedes respondieron al llamado del extravío de Satanás, apagando la Luz de la religión manifiesta y anulando la sunna del profeta veraz y, ahora dicen que no heredamos nada. ¿Es el juicio de la época de la ignorancia lo que quieren? Y qué mejor que el juicio de Dios para los que tienen certeza. ¿No saben? Sí, es evidente para ustedes como el sol de la tarde de que yo soy su hija. ¡Oh, musulmanes! ¿Acaso usurpan mi herencia? ¡Oh hijo de Abu Quhafa! Acaso se encuentra en el libro de Dios el que tú heredes de tu padre y yo no herede del mío, ciertamente que has hecho algo extraño ¿Abandonaste intencionalmente el libro de Dios y le diste la espalda? Dios dijo: “Y Salomón fue el heredero de David” (Corán 27:16). Y dijo acerca de Yahya hijo de Zacarías: “Concédeme un heredero que me herede y herede de los hijos de Jacob” (Corán 19: 5-6). Y dijo: “Y los poseedores de parentesco están más cerca unos a otros en la orden de Dios” (Corán 8: 75). Y dijo: “Dios los exhorta con respecto a sus hijos, de que un hombre tendrá lo equivalente a la porción de dos mujeres” (Corán 4:11). Y dijo: “El testamento prescribe para ustedes cuando se acerque la muerte si deja riquezas para sus padres y familiares cercanos.” (Corán 2:180).
Fátima se dirigió a los ansar y dijo: ¡Oh, ustedes, gente de la magnanimidad, colaboradores de la Nación y defensores del Islam! ¿Qué falta hay en que reclame mi derecho? Acaso el Mensajero de Dios (PB), mi padre, no dijo “Se conoce a un padre por sus hijos”, qué tan rápido han violado sus órdenes. Siendo que aún pueden ayudarme a reclamar mi derecho.
Ustedes dicen “Muhammad ha muerto”, cierto que es una gran calamidad, que su daño es grande. La tierra se oscureció con su partida, el sol y la luna eclipsaron, las estrellas se esparcieron por su calamidad, las montañas sucumbieron, se violó la santidad y lo Sagrado culminó con su muerte, por Dios que esta es la gran aflicción. El Libro de Dios, el Exaltado, dice: “Muhammad no es sino un mensajero, muchos mensajeros pasaron antes que él, si él muere, ¿ustedes darán la espalda?” (Corán 3:144). ¡Oh, gente de las tribus de Aws y de Jazraÿ! Me usurpan la herencia de mi padre mientras ustedes me escuchan y me ven. Ustedes escuchan mi pedido, siendo ustedes numerosos, con poder y bien equipados. El pedido llega a ustedes, pero ustedes no responden y no me ayudan”. Actúan así en tanto que están calificados para el combate, conocidos por su bondad y benevolencia y son la opción que fue elegida, y la mejor selección hecha para nosotros, Ahlul Bait.
Ustedes combatieron a los árabes, lucharon en contra de las naciones y resistieron ante los sediciosos. Permanecimos quietos, les ordenamos y ustedes obedecieron hasta cuando el Islam triunfó, el logro de la época estaba cerca, la faz del politeísmo fue subyugada, la explosión de la falsedad fue apagada, el fuego de la infidelidad fue extinguido, fue sometido el llamado a la conmoción y el sistema de la religión fue establecido, entonces ¿Por qué se han confundido después de la lucidez, por qué ocultan después de haberse hecho público, por qué se han convertido al politeísmo después de haber tenido la fe? (Corán 9:13)
Ciertamente veo que se han inclinado hacia el facilismo, abandona a aquel que es más valioso, buscando la abundancia, saquen lo que han ingerido y vomiten lo que han bebido. Si eres desagradecido, tú y aquellos que habitan la tierra, ciertamente que Dios es Autosuficiente, Alabado.
He dicho todo esto sabiendo lo que les preocupa y sabiendo la traición que hay en sus corazones, pero es el interior del alma, la expulsión de la ira, la debilidad de las lanzas, la difusión de lo que hay en el pecho y la recompensa de la prueba. Carguen con ello, aquí está, llévenlo sobre el lomo de un camello, con una desgracia eterna, marcados con la ira divina y el deshonor eterno, unido al fuego de Dios, que se eleva por encima de los corazones. Está frente al ojo de Dios lo que ustedes hacen. Y yo soy la hija de un Amonestador (el Profeta) para ustedes en contra de un castigo severo. Entonces actúen que nosotros actuamos y esperen que nosotros esperamos”.[1]
En este inmortal sermón, Fátima exhortó a un levantamiento para derrocar el gobierno de Abu Bakr y restituir el derecho a su gente. Este conmovedor sermón hizo que algunos corazones sintieran temor. Algunos casi retornan a la razón, pero Abu Bakr pudo, por medio de sus tácticas y aptitudes diplomáticas controlar la situación y evitar que su gobierno fuera derrocado. Él le dio la bienvenida a Fátima y la recibió con gran respeto y reverencia. Le demostró que la veneraba más que a su propia hija A’isha. Le demostró su tristeza por la muerte de su padre y le dijo que desearía haber muerto él antes que el profeta, y le dijo otro tipo de dulces cumplidos.
Le dijo que él no había tomado el gobierno por su propio deseo, sino que había sido elegido por los musulmanes y que los procedimientos no fueron de su propia opinión, sino de la opinión de los musulmanes, de esta manera atrajo los sentimientos de los musulmanes hacia él y apagó el fuego de la revolución en ese momento.
Sayyid Sharafuddin al-Amily dice: “Si hubiese evitado el fracaso de Fátima (P) en esa situación, con la sabiduría que él poseía, habría sido mucho mejor para él, se habría evitado el tener que lamentarse, ser culpado y habría sido lo mejor para unificar a la Ummah.
Él pudo haber protegido el depósito de confianza del Profeta (P) y a su única hija. ¿Qué habría perdido si le hubiese devuelto Fadak a Fátima?[2] Fátima se dirigió muy decepcionada hacia la tumba de su padre para quejarse de las desgracias que enfrentó por parte de la gente. Recitó estos versos:
Después de ti hubo conflictos y desgracias
Si estuvieras aquí, no habría acaecido ninguna desgracia.
Te hemos perdido así como la tierra pierde su lluvia,
Y tu pueblo se ha volteado; ven y los verás.
Algunos hombres nos mostraron lo que había en sus corazones cuando te fuiste, y la tumba te separó de nuestro lado.
Algunos nos fruncieron el ceño y fuimos abandonados, cuando te perdimos y la herencia fue saqueada.
Estos versos de poesía muestran que Fátima sufrió amarguras debido a los terribles sucesos que enfrentó después de la muerte de su padre. La gente no le concedió la elevada posición ni la importancia que merecía, fue tratada de una manera que la afectó demasiado.
SU DISCURSO PARA LAS MUJERES
Cuando Fátima se enfermó, los musulmanes llegaron para visitarla. Le preguntaron: “¿Cómo estas, hija del Mensajero de Dios?” Ella respondió:
“Por Dios, he llegado a lamentar vuestro mundo y a detestar vuestros hombres. Los he abandonado después de ponerlos a prueba.
Ay de ellos, que removieron la posición de la misión, las bases de la profecía y el lugar donde desciende Gabriel, ¿Quién sabe de la vida y los asuntos de la religión? Esta fue la gran perdida. ¿Qué le negaron a Abul Hasan (Ali)? Si, negaron la fortaleza de su espada, su despreocupación por la muerte, su ira por la Causa de Dios. Por Dios, si se alejaron de la rienda que el Profeta le había concedido a Ali, este los habría conducido hacia una fuente fresca para que se saciaran sin que obtuviera ganancia alguna, excepto tomar un poco para calmar su sed y hambre. Si lo hubieran seguido, habrían descendido bendiciones desde los cielos y habrían sido recompensados por Dios conforme a sus acciones. Vengan a verme, en tanto que vivan, el tiempo les mostrará maravillas. Ojalá supiera yo sobre qué base se han apoyado, en donde se han refugiado y a que cordel se han aferrado, a la progenie de quien le han usurpado y han hablado en contra. Ciertamente ellos son los malhechores, pero no lo entienden. Ay de ellos. ¿Acaso no es aquel que guía a la verdad más digna de ser guiado, o aquel quien él mismo no va dirigido a menos que sea guiado? ¿Qué es lo que les sucede; como pues juzgan? (Corán 10:35)
(Ver la continuación en archivo pdf)
Fuente: La Vida de Fátima Zahra (P)
Autor: Allama Baqir Sharif Qurashi
Editorial Elhame Shargh- 2014
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Fundación Cultural Oriente
[1] Al-Ihtijaj, Vol. 1, pág. 132-141, Sharh Nahjol Balaghah, por Ibn Abil Hadid, Vol. 16, pág. 210, Bihar al-Anwar, Vol. 29, P. 216. Otros historiadores mencionaron partes de este discurso, tales como: Al-Mas’udi en su Muruj az-Zanab Vol. 2, P. 311, Ibn Manzur en su Lisan al-‘Arab, Vol. 12. P. 331, Kahala en su A’lam an-Nisa, Vol. 4, P. 116-119, Ibn Tawwus en Kitab At-Tara’if, P. 263, Ibn Azir en Garib al-Hadiz, Vol. 4 P. 273
[2] An-Nass wal-Iytihad, P. 37
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