...El materialismo y la preocupación excesiva por las cuestiones económi­cas lo han convertido en una máquina. Está siempre ocupado en la ob­tención de sus medios de vida o en encontrar los medios para llevar una vida cada vez más lujosa. Esta situación está tan ampliamente ex­pandida que la vida de la mayoría de los hombres de nuestra época está casi desprovista de otros contenidos valiosos. Hubo un momento en que el hombre daba mayor valor a su li­bertad, e incluso sacrificaba su vida en función de ella. Ahora se ha vuel­to un esclavo de la producción y el consumo, renunciando a su amor a la libertad en el altar de la nueva deidad...
Todos los sabios Islámicos son unánimes respecto a la creencia de que el Imam Mahdi (a.s.) reaparecerá, reformará al mundo y destruirá toda forma de opresión. El gobierno de Su Eminencia, será de tal éxito y realización que la humanidad no ha visto hasta ahora en la historia. Los sabios del Islam tienen fe en ello y consideran que este es una parte inseparable de la creencia religiosa. Es debido a las tradiciones auténticas y ampliamente transmitidas, narradas tanto por el Santo Profeta (a.s.) como por los Imames de la guía (a.s.), fuentes de las cuales han sido ya citadas en páginas anteriores. Por tanto no existen diferencias de opiniones respecto al asunto antes mencionado. Mas bien las diferencias radican en otros asuntos, tales como el nacimiento y la existencia de Su Eminencia. Todos los sabios e historiadores shiitas sin excepción y una gran parte de los sunnitas creen que Su Eminencia ya ha nacido y existe en el momento presente. Sin embargo, otros consideran que nacerá en un momento futuro.
La creencia de que al final de los tiempos surgirá un reformador universal quien proveerá el éxito a la humanidad y salvará a la gente de las aflicciones y calamidades, es una de las más antiguas y fundamentales y todas las religiones celestiales han dado buenas nuevas de ello, lo cual ha sido recogido en la historia de la humanidad como una sagrada y respetable creencia.
Según los anales en jurisprudencia e historia, el precio de sangre es un asunto económico, que ha sido legislado para compensar la pérdida del agredido. Desde otro punto de vista, en una sociedad ideal, la cual intenta crear el Islam, la mayoría de la actividad económica es llevada a cabo por los hombres.
Numerosas tradiciones del Profeta del Islam profetizan el advenimiento de Su Eminencia, Imam Mahdi (a.s.) a. Hufaiza ha narrado que dijo el Mensajero de Dios (a.s.) “si quedara solo un día de existencia a este mundo, ese mismo día Dios Todopoderoso levantará a una persona de mi descendencia cuyo nombre y maneras serán como las mias y el nombre de su patronímico será Abdullah, y la gente le dará juramento de fidelidad entre Rukn y Maqam, y Dios Todopoderoso revivirá a la religión a través de él y le otorgará la victoria y todas las personas de la tierra recitarán la frase “La Ilaha Il-lal-lah” (No hay Dios sino Dios)”.
La victoria de la Revolución Islámica de Irán fue el evento más trascendente y asombroso del Siglo XX, y la revolución por excelencia, ejemplo para todos los pueblos oprimidos del mundo. En las últimas décadas, los intereses mezquinos del hombre provocaron que la religión y la espiritualidad, los factores más importantes de la vida humana, hayan perdido su valor; pero la Revolución de Irán izó la bandera del Islam para derrotar, con la ayuda de Allah y la guía del Imám Jomeini, al títere régimen del Shah. Esta Revolución erradicó claramente la opresión y el despotismo instaurado por el régimen anterior y estructuró la sociedad sobre las bases de la educación y la cultura islámica...
Toda la comunidad islámica (excepto un grupúsculo de occidentalizados como Ahmad Amîn el egipcio y sus discípulos) cree que en los últimos tiempos una persona llamada Al-Mahdî, de la descendencia del Profeta (P) y de entre los hijos de Fátima Az-Zahrâ’ (que la paz sea con ella), aparecerá y colmará el mundo de justicia y equidad.La razón para esta creencia general es la existencia de un gran número de narraciones correctas transmitidas del Profeta (BP) o de los Imames Inmaculados (P) en el legado de hadices de los musulmanes que llega al grado de tawâtur. Naturalmente cuando una cuestión llega al límite de tawâtur o más elevado aún, no deja lugar a ninguna vacilación al respecto y conduce a la persona al estado de certeza.
La palabra árabe qadar (decreto) significa "medir", y taqdír significa "sopesar", "calcular", La palabra qadá (determinación) significa "determi¬nar", "realizar", "juzgar". A veces estas dos palabras se emplean como sinónimos con el significado de "destino". El Decreto Divino (qadar) significa que Dios Altísimo ha establecido para cada fenómeno una medida y límite cuantitativo y cualitativo, así como un lugar y tiempo especial que se realiza bajo efectos y factores en forma gradual. El significado de Determinación Divina (qadá) es que después de la prepa¬ración de los aspectos preliminares, los medios y condiciones de un fenómeno, éste alcanzará su último y definitivo estadio.
La Sharî‘a es la Ley Divina en virtud de cuya aceptación una persona se convierte en musulmán. Sólo quien acepte los mandatos de la Sharî‘a como vinculantes es musulmán, aunque puede ser incapaz de entender todas sus enseñanzas o de seguir todos sus mandamientos en la vida. La Sharî‘a es el modelo ideal de la vida del individuo y la Ley que vincula al pueblo musulmán formando una sola comunidad. Es la encarnación de la Voluntad Divina en términos de enseñanzas específicas cuya aceptación y aplicación le garantiza al ser humano una vida armoniosa en este mundo y la felicidad en el más allá.
Imam dijo: “Yo estoy luchando con vosotros y vosotros conmigo. Las mujeres no tienen pecado ni culpa. Entonces, impedid a vuestros tiranos violar a mi familia mientras yo viva”. Relata Jûâriẕmî: “En los momentos más cruciales de ‘Âshûrâ, cuando el Imam se encontraba solo luchando valientemente frente a un poderoso ejército, este quiso provocarle un daño psicológico para perjudicarlo y que no pueda continuar. Por lo tanto, lo alejó de las tiendas de las mujeres y en ese mismo momento dio la orden de atacarlas. Entonces, el Imam exclamó: Oh, seguidores de hijos de Abû Sufiân: si no tenéis ninguna religión y no teméis el día del Juicio Final, por lo menos sed juiciosos (hombres libres) en la vida. Y si os consideráis árabes a vosotros mismos, pensad en vuestros antepasados y proteged vuestro propio honor humano….

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