Cuando tenemos una confianza en la integridad de una persona y nos apoyamos sin vacilar en ella, decimos que esa persona posee imán. Igualmente, cuando creemos totalmente en la veracidad de algo comu¬nicado, decimos que esa comunicación tiene imán. Si tenemos una fe firmemente fundada en un sistema intelectual o en una ideología y sentimos una ardiente ligazón y celo por ello, convirtiéndolo en la base espontánea de nuestras actividades en la vida con una perfecta tranquilidad de conciencia, fervor e inclinación, estableciendo el pro¬grama de nuestras actividades en la vida en función de ello, decimos que tenemos imán en esa ideología.
El mejor escudo para resguardar la decencia y la pureza del alma es el casamiento. El Islam, refrendando una exigencia de la naturaleza humana, ha incentivado la concreción del matrimonio. Dijo el Profeta (B.P.): “Quien quiera enfrentar a Dios con un alma pura, debe casarse”. Y dijo también: “Será un honor para mí en el Día del Juicio Final ver que mi comunidad es numerosa”.
Una vez que se ha demostrado la necesidad de la revelación como otro camino para acceder a los conocimientos necesarios y poder compensar las limitaciones de los sentidos y el intelecto humano, se plantea otro asunto y es el siguiente: Debido a que la mayoría de los seres humanos comunes no se benefician directamente de esta vía de conocimiento y no poseen la capacidad y la aptitud para recibir la revelación directamente, no les queda más remedio que recibir el mensaje divino a través de personas especiales (los profetas) que se los comuniquen, ¿qué garantías existen para asegurar la rectitud de dichos profetas? , ¿y cómo poder asegurarse de que la persona del profeta recibió correctamente la revelación y la transmitió correctamente a la gente? Y si existió un intermediario entre Dios y el profeta, (como el Arcángel Gabriel), ¿acaso él recibió correctamente el mensaje y lo transmitió fielmente?
Escribir la historia de 90 años de la vida de un gran hombre que lideró una revolución con la grandeza, profundidad, efectos y frutos de la Revolución Islámica, y que a través de la misma estableció el sistema inigualable de la República Islámica en un territorio que por siglos estuvo prisionero del despotismo de diferentes monarquías y la negra sombra de los colonialistas, resulta muy dificultoso.
Aquí discutiremos brevemente las tradiciones del Mensajero de Dios (a.s.) respecto al momento y al lugar de la reaparición de Su Eminencia, su sistema de gobierno y las características especiales de los compañeros de Su Eminencia. Con relación al momento de la reaparición de Su Eminencia el Imam Mahdi (a.s.) dijo que será un sábado del mes de Muharram. Será el día en que el Jefe de los mártires, el Imam Husain (a.s.), fuera martirizado (el 10 de Muharram). 1. Abu Basir narró que dijo el Imam Ya’far as Sadiq (a.s.): “Nuestro Qa’im reaparecerá un sábado, el día de ‘Ashura (el mismo día en que fuera martirizado el Imam Husain (a.s.)).”...
El Imam Jomeiní fue un hombre multidimensional en su proyección como político, pensador,  poeta, revolucionario,  jurista y místico. El legado de  Imam  Jomeiní a recorrido todos los rincones del planeta, en múltiples lenguas se le ha nombrado y en espacios geográficos  donde era insospechado que creciera el árbol de la esperanza en  Imam  Mahdi (Que Dios apresure su regreso) se dieron  frutos maravillosos gracias a su inspiración.Así ha sido en América Latina .Este artículo profundiza en la impronta que el  pensamiento político de Imam Jomeiní ha causado en los movimientos sociales de latinoamérica .
“Hay gente que obedece a Dios para ganar sus favores y actúan igual que los empresarios, comerciando con Dios. Hay quienes obedecen a Dios por mantenerse libres de cólera, actuando como esclavos. Pero hay pocas personas que obedecen a Dios por un sentido de gratitud y obligación, actuando de manera noble y correcta” Nahyul Balaghah.Y es precisamente esa cualidad incomparable y majestuosa que tenía Ruhullah Al-Musawi Al-Jomeini,  más conocido como el Imam Jomeini (r.a.), el hombre de carne y hueso que nació el 20 de Yamadi Az-zani de 1902, en una ciudad llamada Jomein, a 300 Kms. al sur de Teherán, que tras 26 años de su partida hacia la otra vida, precisamente el 3 de Junio de 1989, continúa hoy más que nunca vivo en el pensamiento de cada uno de musulmanes; así como en el de sus admiradores y simpatizantes del mundo entero.
Vimos en el primer tomo sobre el Monoteísmo que los asuntos más fundamentales que una persona racional debe resolver para tener una vida humana y sabia son los siguientes: 1- ¿De dónde proviene la existencia del universo y del ser humano? 2- ¿Cuál es el fin de la vida y el objetivo último del hombre? 3- Teniendo en cuenta las necesidades de cada hombre para conocer el camino de vida correcto y transitarlo para alcanzar la felicidad deseada, ¿qué medios se han garantizado para conocer este camino? ¿Quién los posee?...
El conocimiento que poseía el 8vo Imam ayudó no sólo a difundir el islam; sino también a ser un referente e imagen de la ciencia en el ámbito de la academia científica, por sus grandes aportes y contribuciones en esa área y porque en sus ponencias, así como en las sesiones y reuniones científicas que impartía no sólo estaban reservadas para los musulmanes shiítas, o también para eruditos sunitas.
El Sol del Imâmato se presenta en cada uno de los doce Inmaculados Imâmes con una luminosidad diferente; pero por cualquier punto cardinal que rompa el alba, su luminosidad y claridad, atrae la atención de las miradas. Su calor y resplandor ofrecen vida y dan existencia. Desde las púas de los matorrales del desierto, hasta los altos árboles de los verdes jardines, todas y todos necesitan de su luminosidad y calor. Ninguna hoja puede subsistir sin la calidez de sus rayos, y ninguna rama da fruto sin haber aprovechado de la misericordia de su esplendor… Así es, si nuestro Mundo careciesede esta luz, decaería.

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